Ante empresarios e inversores de Wall Street, habló de atraer capitales y pagar la deuda; dijo que en 2015 «no habrá segunda vuelta»
NUEVA YORK.- Sergio Massa se paró detrás del atril frente a un auditorio colmado en el Consejo de las Américas y les brindó a los empresarios un número sobre la Argentina que, aunque lo desconocieran, todos tenían presente: 623. Ésa es la cantidad de días que faltaban ayer para el 10 de diciembre de .
«Hay un ciclo político que termina en la Argentina», anunció luego. «Los hijos de la democracia van a ser responsables de la construcción del futuro político en la Argentina. A partir de ahí, viene una nueva etapa.»
Ante el auditorio, Massa eludió con elegancia toda definición sobre su candidatura presidencial. Nunca se alejó del libreto conocido, ni siquiera cuando lo presionaron con preguntas directas acerca de qué haría si fuera el próximo presidente de la Argentina.
Pero ante inversores y a puertas cerradas, no sólo se mostró confiado de que va a liderar el cambio político en el país, sino que, además, adelantó que no será necesario ir a segunda vuelta en las elecciones generales. «No va a haber segunda vuelta porque la primera vuelta son las primarias», dijo, según confió a LA NACION una de las personas que participaron de un encuentro organizado por el banco de inversión Morgan Stanley, al que concurrieron unos 100 inversores, ejecutivos y analistas de Wall Street. Massa, agregó, «superó las expectativas».
Acompañado del ex presidente del Banco Central Martín Redrado, uno de los organizadores estratégicos de los encuentros de su vertiginosa gira por Estados Unidos, que terminará hoy, Massa ofreció en ese almuerzo un discurso hecho a medida de los oídos de los inversores norteamericanos. Habló de inflación, subsidios, YPF, Vaca Muerta y las inversiones que el país necesita hacer en energía, infraestructura y educación, y se mostró como la persona que puede unir el Mercosur con la Alianza del Pacífico. Dijo también que resolverá el tema de la deuda. «Dio un mensaje pro inversión para los próximos diez años», resumió Redrado, quien acompañó al diputado en todo momento.
La agenda política incluyó reuniones con el ex alcalde Rudolph Giuliani; con Richard Haas, del Consejo de Relaciones Exteriores, y con Jack Rosen, presidente del Comité Judío Americano. Estos dos últimos se reunieron también con Mauricio Macri la semana pasada.
Massa esperará unos meses para hablar de su candidatura, pero no hasta el año próximo. En Nueva York, se negó a poner sus aspiraciones sobre la mesa o a meterse en la pelea con sus rivales directos, que ya pasaron por esta ciudad. «Yo no vine ni a buscar nada ni a marcar nada. No miro lo que hacen los demás. Cada uno sabe cuáles son los temas de la agenda propia y de la Argentina», dijo a LA NACION antes de hablar en el Consejo de las Américas. «Yo vine como diputado, líder de un espacio político y nada más. Hay un tema de tiempo de las candidaturas y hoy todavía no es tiempo.»
Sin embargo, se mostró como presidenciable y, sobre todo, como uno de los referentes de la generación de los hijos de la democracia. Allí fue donde puso el acento. Sin nombrar al resto de los candidatos, pero en obvia referencia a ellos, dijo que todos «tienen una cabeza más vinculada a la gestión que a las peleas históricas de la Argentina».
«Es una generación que es hija de la democracia y tiene una mirada más práctica y de diálogo que generaciones anteriores, que tuvieron que ser parte en discusiones o diferencias en la Argentina que hicieron daño», afirmó Massa. Lo repitió luego en su charla, cuando afirmó que su generación tiene la «responsabilidad de entrar en la historia».
Susan Segal, presidenta del Consejo de las Américas, lo presentó como un «político muy joven, que despierta mucho interés». Al final, Segal quiso acortar la ronda de preguntas. «Una más, Susan, una más», le pidió Massa, entusiasmado. Segal accedió, y Massa pudo gozar del atril un rato más.
Un proyecto para ordenar las protestas
El presidente de la bancada massista en Diputados, Darío Giustozzi, presentó ayer su proyecto de ley de «Responsabilidad Cívica en la vía pública», que busca ordenar las protestas en circuitos o espacios específicos para evitar que entorpezcan el tránsito y el desplazamiento del resto de los ciudadanos. «Ejercer un derecho implica no vulnerar ni limitar el derecho del otro», señaló el diputado acerca del proyecto, que prevé penas de multas y trabajos comunitarios para los infractores.
NUEVA YORK.- Sergio Massa se paró detrás del atril frente a un auditorio colmado en el Consejo de las Américas y les brindó a los empresarios un número sobre la Argentina que, aunque lo desconocieran, todos tenían presente: 623. Ésa es la cantidad de días que faltaban ayer para el 10 de diciembre de .
«Hay un ciclo político que termina en la Argentina», anunció luego. «Los hijos de la democracia van a ser responsables de la construcción del futuro político en la Argentina. A partir de ahí, viene una nueva etapa.»
Ante el auditorio, Massa eludió con elegancia toda definición sobre su candidatura presidencial. Nunca se alejó del libreto conocido, ni siquiera cuando lo presionaron con preguntas directas acerca de qué haría si fuera el próximo presidente de la Argentina.
Pero ante inversores y a puertas cerradas, no sólo se mostró confiado de que va a liderar el cambio político en el país, sino que, además, adelantó que no será necesario ir a segunda vuelta en las elecciones generales. «No va a haber segunda vuelta porque la primera vuelta son las primarias», dijo, según confió a LA NACION una de las personas que participaron de un encuentro organizado por el banco de inversión Morgan Stanley, al que concurrieron unos 100 inversores, ejecutivos y analistas de Wall Street. Massa, agregó, «superó las expectativas».
Acompañado del ex presidente del Banco Central Martín Redrado, uno de los organizadores estratégicos de los encuentros de su vertiginosa gira por Estados Unidos, que terminará hoy, Massa ofreció en ese almuerzo un discurso hecho a medida de los oídos de los inversores norteamericanos. Habló de inflación, subsidios, YPF, Vaca Muerta y las inversiones que el país necesita hacer en energía, infraestructura y educación, y se mostró como la persona que puede unir el Mercosur con la Alianza del Pacífico. Dijo también que resolverá el tema de la deuda. «Dio un mensaje pro inversión para los próximos diez años», resumió Redrado, quien acompañó al diputado en todo momento.
La agenda política incluyó reuniones con el ex alcalde Rudolph Giuliani; con Richard Haas, del Consejo de Relaciones Exteriores, y con Jack Rosen, presidente del Comité Judío Americano. Estos dos últimos se reunieron también con Mauricio Macri la semana pasada.
Massa esperará unos meses para hablar de su candidatura, pero no hasta el año próximo. En Nueva York, se negó a poner sus aspiraciones sobre la mesa o a meterse en la pelea con sus rivales directos, que ya pasaron por esta ciudad. «Yo no vine ni a buscar nada ni a marcar nada. No miro lo que hacen los demás. Cada uno sabe cuáles son los temas de la agenda propia y de la Argentina», dijo a LA NACION antes de hablar en el Consejo de las Américas. «Yo vine como diputado, líder de un espacio político y nada más. Hay un tema de tiempo de las candidaturas y hoy todavía no es tiempo.»
Sin embargo, se mostró como presidenciable y, sobre todo, como uno de los referentes de la generación de los hijos de la democracia. Allí fue donde puso el acento. Sin nombrar al resto de los candidatos, pero en obvia referencia a ellos, dijo que todos «tienen una cabeza más vinculada a la gestión que a las peleas históricas de la Argentina».
«Es una generación que es hija de la democracia y tiene una mirada más práctica y de diálogo que generaciones anteriores, que tuvieron que ser parte en discusiones o diferencias en la Argentina que hicieron daño», afirmó Massa. Lo repitió luego en su charla, cuando afirmó que su generación tiene la «responsabilidad de entrar en la historia».
Susan Segal, presidenta del Consejo de las Américas, lo presentó como un «político muy joven, que despierta mucho interés». Al final, Segal quiso acortar la ronda de preguntas. «Una más, Susan, una más», le pidió Massa, entusiasmado. Segal accedió, y Massa pudo gozar del atril un rato más.
Un proyecto para ordenar las protestas
El presidente de la bancada massista en Diputados, Darío Giustozzi, presentó ayer su proyecto de ley de «Responsabilidad Cívica en la vía pública», que busca ordenar las protestas en circuitos o espacios específicos para evitar que entorpezcan el tránsito y el desplazamiento del resto de los ciudadanos. «Ejercer un derecho implica no vulnerar ni limitar el derecho del otro», señaló el diputado acerca del proyecto, que prevé penas de multas y trabajos comunitarios para los infractores.