Plata fresca. Hernán Lacunza, ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires.
Le mega emisión que el 16 de abril le permitió al Gobierno nacional hacerse de 16.500 millones de dólares –una parte para cerrar la disputa judicial con los fondos buitre, otra para financiar el agujero fiscal– abrió la compuerta y, como se esperaba, las provincias y en menor medida las empresas, se lanzaron a buscar dólares. Del otro lado de la mesa, esperaban los inversores que se tiraron de cabeza sobre papeles de deuda que rinden tasas bastante más altas que las que se pagan en el resto del mundo.
Lo que pasó en estos casi dos meses era en cierta forma previsible. Nación, provincias y empresas esperaban la normalización de las relaciones financieras entre la Argentina y el mundo para volver a acceder al crédito.
En este lapso a la emisión del Gobierno nacional se sumaron rápidamente las provincia de Buenos Aires, Neuquén, Mendoza, Córdoba y la ciudad de Buenos Aires. Por el lado de las empresas privadas, IRSA, YPF y esta semana Cablevisión.
En total, la deuda emitida trepa a los US$ 22.960 millones, aunque US$ 9.300 millones fueron a parar a manos de los fondos buitre que acordaron con la Argentina en el juzgado del juez de Nueva York Thomas Griesa.
Sin emitir deuda, pero vendiendo acciones, el Grupo Supervielle se hizo de otros US$ 320 millones.
Y se espera que las emisiones provinciales agendadas para las próximas semanas agreguen no menos de 2.500 millones de dólares a las emisiones.
Pero no solo están entrando dólares por la emisión de deuda o apertura del capital de las empresas. La fuerte suba de la soja también ayuda. Y lo mismo las líneas de crédito que gestionan los importadores para que sus proveedores extranjeros les financien sus compras.
“Hasta 2015 el país tenía la cuenta financiera totalmente cerrada, por el cepo y el programa económico que proponía el gobierno anterior. El Gobierno se financiaba con emisión y con reservas del Banco Central. Ahora al normalizar la situación aparece la liquidez por las exportaciones y por la emisión de deuda” señala Martín Polo, economista de Analytica, quien no ve con desagrado esta oleada de dólares que entran al país. “Sabemos que el dinero es fungible y lo que se pide para financiar obras de infraestructura se puede ir en pagar salarios, pero ese desvío te lo va a cobrar el mercado cuando quieras volver a emitir”, dice Polo.
Es, en cierta forma, su respuesta a quienes señalan el riesgo de tomar deuda para financiar gastos corrientes.
— Estamos ¿embuchados en dólares, como dijo Pepe Mujica?.
– No se si embuchados, pero prefiero que los dólares entren y no que salgan.
Lo que sucede hoy coincide con una predicción que el todavía candidato Mauricio Macri hizo en mayo de 2015. “Estoy más preocupado por el exceso que por la falta de dólares”. Esa preocupación es la que tienen los que vieron el dólar a $ 16 en marzo y hoy en $ 13,82. Y con una inflación acumulada del 25% en lo que va del año
Le mega emisión que el 16 de abril le permitió al Gobierno nacional hacerse de 16.500 millones de dólares –una parte para cerrar la disputa judicial con los fondos buitre, otra para financiar el agujero fiscal– abrió la compuerta y, como se esperaba, las provincias y en menor medida las empresas, se lanzaron a buscar dólares. Del otro lado de la mesa, esperaban los inversores que se tiraron de cabeza sobre papeles de deuda que rinden tasas bastante más altas que las que se pagan en el resto del mundo.
Lo que pasó en estos casi dos meses era en cierta forma previsible. Nación, provincias y empresas esperaban la normalización de las relaciones financieras entre la Argentina y el mundo para volver a acceder al crédito.
En este lapso a la emisión del Gobierno nacional se sumaron rápidamente las provincia de Buenos Aires, Neuquén, Mendoza, Córdoba y la ciudad de Buenos Aires. Por el lado de las empresas privadas, IRSA, YPF y esta semana Cablevisión.
En total, la deuda emitida trepa a los US$ 22.960 millones, aunque US$ 9.300 millones fueron a parar a manos de los fondos buitre que acordaron con la Argentina en el juzgado del juez de Nueva York Thomas Griesa.
Sin emitir deuda, pero vendiendo acciones, el Grupo Supervielle se hizo de otros US$ 320 millones.
Y se espera que las emisiones provinciales agendadas para las próximas semanas agreguen no menos de 2.500 millones de dólares a las emisiones.
Pero no solo están entrando dólares por la emisión de deuda o apertura del capital de las empresas. La fuerte suba de la soja también ayuda. Y lo mismo las líneas de crédito que gestionan los importadores para que sus proveedores extranjeros les financien sus compras.
“Hasta 2015 el país tenía la cuenta financiera totalmente cerrada, por el cepo y el programa económico que proponía el gobierno anterior. El Gobierno se financiaba con emisión y con reservas del Banco Central. Ahora al normalizar la situación aparece la liquidez por las exportaciones y por la emisión de deuda” señala Martín Polo, economista de Analytica, quien no ve con desagrado esta oleada de dólares que entran al país. “Sabemos que el dinero es fungible y lo que se pide para financiar obras de infraestructura se puede ir en pagar salarios, pero ese desvío te lo va a cobrar el mercado cuando quieras volver a emitir”, dice Polo.
Es, en cierta forma, su respuesta a quienes señalan el riesgo de tomar deuda para financiar gastos corrientes.
— Estamos ¿embuchados en dólares, como dijo Pepe Mujica?.
– No se si embuchados, pero prefiero que los dólares entren y no que salgan.
Lo que sucede hoy coincide con una predicción que el todavía candidato Mauricio Macri hizo en mayo de 2015. “Estoy más preocupado por el exceso que por la falta de dólares”. Esa preocupación es la que tienen los que vieron el dólar a $ 16 en marzo y hoy en $ 13,82. Y con una inflación acumulada del 25% en lo que va del año