Tras ser elegido como candidato a presidente del Partido Justicialista bonaerense, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, destaca la necesidad de fortalecer el partido, de elegir candidatos a presidente y gobernador por medio de las PASO y especula con que la presidenta Cristina Fernández tenga «un protagonismo parecido o similar al que tuvo Lula en Brasil» para elegir a su sucesor, pero aclara que no se le puede «pedir todo a la mandataria». Ataca al diputado electo por el Frente Renovador Sergio Massa porque «no conduce» su espacio político, ya que sus aliados intendentes presentaron listas, en sus respectivos partidos, contra la directiva de su líder de no participar.
–¿Por qué cree que lo eligieron para que conduzca el partido en la provincia de Buenos Aires?
–Creo que porque pudimos lograr a través del diálogo y el consenso llegar a una lista de unidad del justicialismo en la que están representados todos los sectores, con protagonismo de las nuevas generaciones, consenso con el movimiento obrero, y con la rama femenina. Quedaron representados todos los legisladores nacionales, provinciales y, por supuesto, los intendentes.
–¿Se imagina un escenario en el que puedan llegar a recibir a dirigentes que se han pasado a la vereda de enfrente y se han ido con Sergio Massa?
–Se presentaron más de 200 listas en todos los distritos. De hecho, en cada distrito hay más de una lista y eso marca claramente que Massa estaba mirando otra película cuando dijo que el PJ era un sellito. Massa ordenó a todo su sector político del Frente Renovador que no participe de la interna del justicialismo. Evidentemente no conduce, porque hay varios intendentes que fueron con Massa en la última elección que se presentaron en sus municipios como candidatos por el Partido Justicialista para tratar de ser presidentes distritales. Eso también marca lo que viene. Los que se sienten justicialistas van a participar dentro del justicialismo en las elecciones internas, y aquellos que no son los que hicieron una sociedad con Mauricio Macri, la derecha argentina, los que históricamente en vez de defender a los sectores populares, que es el mandato existencial del peronismo, defienden a los poderes concentrados de la economía, al establishment financiero, a la oligarquía terrateniente, y a todos los sectores que están en contra de los intereses de la mayoría del pueblo.
–¿Cómo cree que se plasmará esta división política en la provincia justo cuando se está debatiendo el Presupuesto bonaerense?
–Esto desenmascara lo que son algunos candidatos cuando están en campaña electoral y lo que son cuando tienen alguna responsabilidad en la gestión. Massa borró con el codo lo que escribió con la mano. Durante la campaña electoral prometía diálogo y consenso entre todos y ahora está haciendo todo lo contrario porque está jugando a la política chiquita. Es una máquina de poner piedras en el camino para que el gobernador Daniel Scioli no tenga un Presupuesto el año que viene. Él dice que no quiere el Presupuesto porque hay un endeudamiento de la provincia, pero es exactamente al revés. Todos los que queremos que la provincia de Buenos Aires progrese sabemos que para hacer grandes obras para terminar con las inundaciones en La Plata o La Matanza, necesitamos tomar créditos internacionales; está claro en el Presupuesto que el endeudamiento es para grandes obras estructurales. El Presupuesto de la provincia pone énfasis en seguir generando políticas contra la inseguridad. Estamos formando 7000 nuevos policías formados en universidades nacionales como la de La Matanza. También prevé fuerte inversión en Educación y en inclusión social, porque para tener una provincia más segura tenemos que invertir en Educación y en inclusión social. Entonces no sé por qué no vota el Presupuesto. Si no están de acuerdo, pueden debatirlo, pero no se puede mandar a no votar. La ciudadanía se está dando cuenta de quién es.
–¿Por qué cree que ganó Massa en la provincia?
–El justicialismo, el Frente para la Victoria, a nivel nacional ganó las elecciones. Somos la primera fuerza en ambas Cámaras del Congreso. En la provincia hubo problemas con la comunicación, perdimos la batalla comunicacional. Si en algo hay que sacarse el sombrero es que Massa tuvo un marketing político publicitario que hizo que la gente le creyera cosas. Me hace acordar a (Carlos) Menem cuando decía que si avisaba lo que iba a hacer no lo votaba nadie. Por otro lado tenemos que corregir algunas cuestiones como la inseguridad, que es un mal que aqueja a todo el planeta. Los países más grandes y a los que mejor les va también tienen inseguridad, el narcotráfico no es de hoy si no de hace más de 30 años. Italia, Francia y Estados Unidos tienen problemas de inseguridad. América Latina toda también los tiene. Pero hay que lograr que Argentina mejore en ese tema, y por eso para terminar con ese problema hay que tener políticas activas en ese tema con más inclusión, como la Universidad de La Matanza, que tenía 1000 alumnos en 2003 y hoy ya tiene 47 mil. Muchos son los primeros miembros de la familia que llegan a los estudios universitarios. Un chico que nació en un barrio de emergencia hoy se recibe en la Universidad de La Matanza, marca lo que es la nueva Argentina que estamos viviendo.
–Usted dijo que las candidaturas se tienen que dirimir en las PASO, pero el peronismo siempre tuvo una tradición donde la opinión del que conduce es la preponderante. ¿Cree que las PASO puede remplazar esa tradición partidaria?
–El justicialismo lo primero que tiene que hacer como partido es reorganizarse, generar un partido con consenso para la búsqueda de nuevas políticas que generen una agenda política nacional y provincial, por lo que significa el peronismo de la provincia, para ayudarla a Cristina a que siga profundizando este modelo de país. No le podemos pedir todo a la presidenta. En las grandes democracias del mundo el rol de los partidos políticos son fundamentales. Lo mismo los intendentes, los gobernadores. La participación ciudadana y la militancia son centrales. Hay que tener partidos políticos fuertes como pasa en los países a los que les va bien, como Francia, Italia y España. En la Argentina tenemos que terminar con los candidatos que la televisión entroniza, y tener partidos políticos fuertes y sólidos. En la derecha tenemos a Macri y en la provincia el FR de Massa, y los partidos políticos de centro o centroizquierda, como puede ser el radicalismo, el peronismo y los sectores de izquierda.
–¿Por qué cree que lo eligieron para que conduzca el partido en la provincia de Buenos Aires?
–Creo que porque pudimos lograr a través del diálogo y el consenso llegar a una lista de unidad del justicialismo en la que están representados todos los sectores, con protagonismo de las nuevas generaciones, consenso con el movimiento obrero, y con la rama femenina. Quedaron representados todos los legisladores nacionales, provinciales y, por supuesto, los intendentes.
–¿Se imagina un escenario en el que puedan llegar a recibir a dirigentes que se han pasado a la vereda de enfrente y se han ido con Sergio Massa?
–Se presentaron más de 200 listas en todos los distritos. De hecho, en cada distrito hay más de una lista y eso marca claramente que Massa estaba mirando otra película cuando dijo que el PJ era un sellito. Massa ordenó a todo su sector político del Frente Renovador que no participe de la interna del justicialismo. Evidentemente no conduce, porque hay varios intendentes que fueron con Massa en la última elección que se presentaron en sus municipios como candidatos por el Partido Justicialista para tratar de ser presidentes distritales. Eso también marca lo que viene. Los que se sienten justicialistas van a participar dentro del justicialismo en las elecciones internas, y aquellos que no son los que hicieron una sociedad con Mauricio Macri, la derecha argentina, los que históricamente en vez de defender a los sectores populares, que es el mandato existencial del peronismo, defienden a los poderes concentrados de la economía, al establishment financiero, a la oligarquía terrateniente, y a todos los sectores que están en contra de los intereses de la mayoría del pueblo.
–¿Cómo cree que se plasmará esta división política en la provincia justo cuando se está debatiendo el Presupuesto bonaerense?
–Esto desenmascara lo que son algunos candidatos cuando están en campaña electoral y lo que son cuando tienen alguna responsabilidad en la gestión. Massa borró con el codo lo que escribió con la mano. Durante la campaña electoral prometía diálogo y consenso entre todos y ahora está haciendo todo lo contrario porque está jugando a la política chiquita. Es una máquina de poner piedras en el camino para que el gobernador Daniel Scioli no tenga un Presupuesto el año que viene. Él dice que no quiere el Presupuesto porque hay un endeudamiento de la provincia, pero es exactamente al revés. Todos los que queremos que la provincia de Buenos Aires progrese sabemos que para hacer grandes obras para terminar con las inundaciones en La Plata o La Matanza, necesitamos tomar créditos internacionales; está claro en el Presupuesto que el endeudamiento es para grandes obras estructurales. El Presupuesto de la provincia pone énfasis en seguir generando políticas contra la inseguridad. Estamos formando 7000 nuevos policías formados en universidades nacionales como la de La Matanza. También prevé fuerte inversión en Educación y en inclusión social, porque para tener una provincia más segura tenemos que invertir en Educación y en inclusión social. Entonces no sé por qué no vota el Presupuesto. Si no están de acuerdo, pueden debatirlo, pero no se puede mandar a no votar. La ciudadanía se está dando cuenta de quién es.
–¿Por qué cree que ganó Massa en la provincia?
–El justicialismo, el Frente para la Victoria, a nivel nacional ganó las elecciones. Somos la primera fuerza en ambas Cámaras del Congreso. En la provincia hubo problemas con la comunicación, perdimos la batalla comunicacional. Si en algo hay que sacarse el sombrero es que Massa tuvo un marketing político publicitario que hizo que la gente le creyera cosas. Me hace acordar a (Carlos) Menem cuando decía que si avisaba lo que iba a hacer no lo votaba nadie. Por otro lado tenemos que corregir algunas cuestiones como la inseguridad, que es un mal que aqueja a todo el planeta. Los países más grandes y a los que mejor les va también tienen inseguridad, el narcotráfico no es de hoy si no de hace más de 30 años. Italia, Francia y Estados Unidos tienen problemas de inseguridad. América Latina toda también los tiene. Pero hay que lograr que Argentina mejore en ese tema, y por eso para terminar con ese problema hay que tener políticas activas en ese tema con más inclusión, como la Universidad de La Matanza, que tenía 1000 alumnos en 2003 y hoy ya tiene 47 mil. Muchos son los primeros miembros de la familia que llegan a los estudios universitarios. Un chico que nació en un barrio de emergencia hoy se recibe en la Universidad de La Matanza, marca lo que es la nueva Argentina que estamos viviendo.
–Usted dijo que las candidaturas se tienen que dirimir en las PASO, pero el peronismo siempre tuvo una tradición donde la opinión del que conduce es la preponderante. ¿Cree que las PASO puede remplazar esa tradición partidaria?
–El justicialismo lo primero que tiene que hacer como partido es reorganizarse, generar un partido con consenso para la búsqueda de nuevas políticas que generen una agenda política nacional y provincial, por lo que significa el peronismo de la provincia, para ayudarla a Cristina a que siga profundizando este modelo de país. No le podemos pedir todo a la presidenta. En las grandes democracias del mundo el rol de los partidos políticos son fundamentales. Lo mismo los intendentes, los gobernadores. La participación ciudadana y la militancia son centrales. Hay que tener partidos políticos fuertes como pasa en los países a los que les va bien, como Francia, Italia y España. En la Argentina tenemos que terminar con los candidatos que la televisión entroniza, y tener partidos políticos fuertes y sólidos. En la derecha tenemos a Macri y en la provincia el FR de Massa, y los partidos políticos de centro o centroizquierda, como puede ser el radicalismo, el peronismo y los sectores de izquierda.
