La ola polar que trajo temperaturas invernales en pleno otoño obligó esta semana a los porteños a sacar sus camperas gruesas y sus bufandas del placard. Y también, a encender la calefacción de los hogares antes de lo previsto, por primera vez desde que las tarifas de la energía se multiplicaron. Surgió entonces la pregunta obligada: ¿Cuánto cuesta ahora templar la casa?
El número de la respuesta dependerá del tamaño del hogar, los calefactores usados y las temperaturas, entre otras variables. Pero, como referencia, las familias deberán prever para la época más fría del año un presupuesto de $ 200 mensuales por cada estufa.
Así lo calculó Clarín, considerando las nuevas tarifas con IVA por metro cúbico (m3) de gas, los consumos indicativos para distintos calefactores que informa el ente regulador (Enargas) y un uso promedio de ocho horas diarias.
En estas condiciones, para los hogares de menor consumo (con la tarifa R1), usar un estufa de dormitorio de 3.000 calorías tendrá un costo de 90 centavos por hora o de $ 216 al mes, casi el quíntuple con respecto a los $ 45 que salió el año pasado. Para una vivienda de consumo medio (R2-3), la misma prestación tendrá un cargo de $ 233, en vez de los $ 62 anteriores. Y para a un usuario grande (R3-3), el impacto en la factura, que ahora llega con periodicidad mensual, será de $ 399 en lugar de los $ 143 previos.
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Ahora bien, si el calefactor en cuestión fuera un tiro balanceado de living, con un poder de 4.500 calorías, el costo mensual de uso ya se irá a $ 323 para el hogar chico (a razón de $ 1,35 por hora), $ 350 para el mediano y $ 599 para el grande.
El salto obedece a que este mes, por decisión del Gobierno Nacional, el cargo variable por el gas consumido aumentó entre 349 y 383% para los pequeños usuarios de Metrogas, los que consumen hasta 800 m3 por año. Para el resto de los clientes, en tanto, las subas fueron del 178 al 275%. Lo que se sumó a incrementos de entre 188% y 594% en los cargos fijos del servicio, siempre frente a las tarifas básicas vigentes el año pasado.
Habrá igualmente dos maneras de aliviar este gasto, según lo dispuesto. Por un lado, unos 350.000 hogares podrán acceder a una generosa “tarifa social” si el titular es beneficiario de un plan social, jubilado con un haber menor a $ 9.918, empleado doméstico o discapacitado, entre otras condiciones para la excepción. Por otro lado, todo usuario podrá tener un descuento si logra bajar su consumo de gas en al menos un 15% en comparación con lo gastado en el mismo período del año anterior.
Esa bonificación, que vale sólo para el costo del metro cúbico (no para los cargos fijos), representa una rebaja cercana al 35% para los usuarios de las categorías más bajas y mayor al 20% para el resto. O, visto de otro modo, permite una suba tarifaria de “sólo” 206%, y no del 383%.
Retomando el ejemplo de la estufa de tiro balanceado de 3.000 calorías, los hogares chicos que logren ahorrar gas podrán usarla con un costo de 57 centavos por hora, en vez de 90. Y con un cargo de 1,31 la hora en hogares grandes, en vez de $ 1,66.
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Como las tarifas de luz también se dispararon, en este caso hasta un 900%, usar calefactores a gas sigue siendo más conveniente para el bolsillo que utilizar los eléctricos más tradicionales, como caloventores y radiadores. Se trata de aparatos que la gente sale a buscar de urgencia con los primeros fríos. Se pueden conseguir por sólo $ 600 para “salir del paso”, pero luego pasan factura.
Y es que, por ejemplo, para igualar el calor que brinda una estufa a gas de 4.500 calorías se necesitan dos caloventores de 2.000 watts funcionando a máxima potencia y un tercero andando a media máquina. Con lo cual, un hogar pequeño gastará $ 1,35 por hora si usa gas y prácticamente el doble con electricidad. Salvo que invierta más de $ 10.000 en un aire acondicionado frío-calor de máxima eficiencia energética, que hoy permite calefaccionar a costos incluso menores que los de gas.
“Los aires acondicionados, como funcionan con el sistema de bomba de calor, resultan tres veces más eficientes que cualquier otro calefactor eléctrico y hoy representan una opción competitiva frente a la calefacción a gas, especialmente la de tiro balanceado, donde una parte del calor termina saliendo hacia el exterior”, explica Ricardo Laureta, físico especializado en energía y profesor del ITBA. “Para ahorrar energía hay que comprar los artefactos más eficientes y también tapar todas las infiltraciones de aire, por lo menos colocando burletes”, agrega.
Fuera de la calefacción, usar una hornalla grande pasó a costar entre 53 y 99 centavos por hora, y cada hora que se tenga el horno prendido ahora representa un gasto de entre 89 centavos y $ 1,66, según el tipo de hogar. Para ir sacando cuentas.
El número de la respuesta dependerá del tamaño del hogar, los calefactores usados y las temperaturas, entre otras variables. Pero, como referencia, las familias deberán prever para la época más fría del año un presupuesto de $ 200 mensuales por cada estufa.
Así lo calculó Clarín, considerando las nuevas tarifas con IVA por metro cúbico (m3) de gas, los consumos indicativos para distintos calefactores que informa el ente regulador (Enargas) y un uso promedio de ocho horas diarias.
En estas condiciones, para los hogares de menor consumo (con la tarifa R1), usar un estufa de dormitorio de 3.000 calorías tendrá un costo de 90 centavos por hora o de $ 216 al mes, casi el quíntuple con respecto a los $ 45 que salió el año pasado. Para una vivienda de consumo medio (R2-3), la misma prestación tendrá un cargo de $ 233, en vez de los $ 62 anteriores. Y para a un usuario grande (R3-3), el impacto en la factura, que ahora llega con periodicidad mensual, será de $ 399 en lugar de los $ 143 previos.
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Ahora bien, si el calefactor en cuestión fuera un tiro balanceado de living, con un poder de 4.500 calorías, el costo mensual de uso ya se irá a $ 323 para el hogar chico (a razón de $ 1,35 por hora), $ 350 para el mediano y $ 599 para el grande.
El salto obedece a que este mes, por decisión del Gobierno Nacional, el cargo variable por el gas consumido aumentó entre 349 y 383% para los pequeños usuarios de Metrogas, los que consumen hasta 800 m3 por año. Para el resto de los clientes, en tanto, las subas fueron del 178 al 275%. Lo que se sumó a incrementos de entre 188% y 594% en los cargos fijos del servicio, siempre frente a las tarifas básicas vigentes el año pasado.
Habrá igualmente dos maneras de aliviar este gasto, según lo dispuesto. Por un lado, unos 350.000 hogares podrán acceder a una generosa “tarifa social” si el titular es beneficiario de un plan social, jubilado con un haber menor a $ 9.918, empleado doméstico o discapacitado, entre otras condiciones para la excepción. Por otro lado, todo usuario podrá tener un descuento si logra bajar su consumo de gas en al menos un 15% en comparación con lo gastado en el mismo período del año anterior.
Esa bonificación, que vale sólo para el costo del metro cúbico (no para los cargos fijos), representa una rebaja cercana al 35% para los usuarios de las categorías más bajas y mayor al 20% para el resto. O, visto de otro modo, permite una suba tarifaria de “sólo” 206%, y no del 383%.
Retomando el ejemplo de la estufa de tiro balanceado de 3.000 calorías, los hogares chicos que logren ahorrar gas podrán usarla con un costo de 57 centavos por hora, en vez de 90. Y con un cargo de 1,31 la hora en hogares grandes, en vez de $ 1,66.
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Como las tarifas de luz también se dispararon, en este caso hasta un 900%, usar calefactores a gas sigue siendo más conveniente para el bolsillo que utilizar los eléctricos más tradicionales, como caloventores y radiadores. Se trata de aparatos que la gente sale a buscar de urgencia con los primeros fríos. Se pueden conseguir por sólo $ 600 para “salir del paso”, pero luego pasan factura.
Y es que, por ejemplo, para igualar el calor que brinda una estufa a gas de 4.500 calorías se necesitan dos caloventores de 2.000 watts funcionando a máxima potencia y un tercero andando a media máquina. Con lo cual, un hogar pequeño gastará $ 1,35 por hora si usa gas y prácticamente el doble con electricidad. Salvo que invierta más de $ 10.000 en un aire acondicionado frío-calor de máxima eficiencia energética, que hoy permite calefaccionar a costos incluso menores que los de gas.
“Los aires acondicionados, como funcionan con el sistema de bomba de calor, resultan tres veces más eficientes que cualquier otro calefactor eléctrico y hoy representan una opción competitiva frente a la calefacción a gas, especialmente la de tiro balanceado, donde una parte del calor termina saliendo hacia el exterior”, explica Ricardo Laureta, físico especializado en energía y profesor del ITBA. “Para ahorrar energía hay que comprar los artefactos más eficientes y también tapar todas las infiltraciones de aire, por lo menos colocando burletes”, agrega.
Fuera de la calefacción, usar una hornalla grande pasó a costar entre 53 y 99 centavos por hora, y cada hora que se tenga el horno prendido ahora representa un gasto de entre 89 centavos y $ 1,66, según el tipo de hogar. Para ir sacando cuentas.