Al margen de las definiciones de la situación de Elisa Carrió, habrá que aguardar hasta mayo para que la dinámica electoral se expanda sobre la totalidad del arco político. Ese será el momento elegido por Florencio Randazzo para oficializar su intención de competir dentro del PJ como candidato a senador por la provincia de Buenos Aires. De acuerdo a sus allegados, la bandera de largada está cada vez más cerca.
La semana que viene, Randazzo y sus colaboradores comenzarán a hacer territorio. Esto es, el inicio de reuniones con dirigentes justicialistas importantes de la geografía bonaerense y del resto del país. “Se trata de figuras del peronismo que traccionan en sus respectivas provincias, como De la Sota en Córdoba, Bordet en Entre Ríos y, más adelante, Uñac en San Juan”, adelantaron en el entorno del ex ministro K.
Randazzo sabe que, más allá de la construcción territorial en su provincia, apuntalada por intendentes del Grupo Esmeralda, necesita conseguir el apoyo de dirigentes justicialistas de peso nacional. La ecuación es simple: si Daniel Scioli, o cualquier otro delfín impulsado por el cristinismo, finalmente se alza con la candidatura, la elección quedaría circunscripta al nivel local. Pero si CFK decide presentarse, nacionalizaría los comicios en el distrito más importante del país.
“Es hora de ir delineando el armado más general para luego volver a afinar los detalles con los intendentes y los líderes locales que han demostrado su acompañamiento, más allá de algún problema de cartel. No hay fisuras en el Grupo Esmeralda, ocurre que en ocasiones los intendentes están con las urgencias de sus distritos”, aseguran desde el randazzismo para alejar los fantasmas de una posible salida de ese espacio del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.
También están trabajando tras Randazzo algunos referentes del Movimiento Evita. Y nadie descarta el “rescate” de figuras del massismo desencantadas con el devenir del Frente Renovador. Es que la polarización que se ha venido produciendo entre Cambiemos y el cristinismo ha dejado poco lugar a los grises. Hay quienes se reprochan el haber fogoneado la hasta aquí inconducente alianza de Sergio Massa con Margarita Stolbizer, en lugar de haber encarado un juego más agresivo. Olvidan tal vez que esa iniciativa se instrumentó con la idea de que la líder del GEN le aportara un manto de transparencia a un Massa golpeado por su pasado kirchnerista.
Por el lado del oficialismo se vive un presente que, desde lo electoral, parece lucir augural. Los daños colaterales producidos por la proliferación de paros docentes (nueve nacionales, 16 que afectaron a los alumnos bonaerenses –por la sumatoria con los nacionales– y siete específicamente contra la administración Vidal) terminaron por abrir grietas dentro de los gremios, algo que tanto Cambiemos como Randazzo podrían capitalizar. El hombre de Chivilcoy trabaja para sumar a sus filas al Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), ya que muchos de sus dirigentes intentan alejarse del kirchnerismo y sus extremos.
El resultado de los últimos sondeos ha dado una grata sorpresa para ambas vertientes. En la Provincia, la figura del ministro de Educación nacional, Esteban Bullrich, mide mejor que lo esperado, dato que se maneja tanto en el oficialismo como en la oposición. Esto indicaría que el desgaste producido por la medida de fuerza y el perjuicio para padres e hijos que no concurrieron a clases terminó cayendo sobre las espaldas del sindicalismo. El hecho de que aún en sectores del Conurbano no tan cercanos a la Capital se vea con buenos ojos a Bullrich beneficia a Cambiemos, golpea a CFK por asociación directa con la medida de fuerza y abre una oportunidad a Randazzo.
Hablando de CFK, en la semana dedicó esfuerzos a fogonear el conflicto en el Incaa. Además, fruto de su obsecación, quedó otra vez expuesta al ridículo cuando por Twitter le quiso atribuir al Gobierno una supuesta iniciativa para arancelar las visitas a los museos para niños y jubilados. Las conductas patológicas de la ex presidenta son incorregibles.
Tensión sindical. Donde las cosas están revueltas es en la CGT, cuya conducción navega por aguas procelosas. Existe una mezcla de asuntos personales que se entrelazan con lo político en una lucha que tiene, como trasfondo, el poder de los sindicatos. Esto ocurrió en la primera reunión posterior al paro nacional del 6 de abril, organizada por el consejo ejecutivo de la CGT. Uno de sus triunviros, Héctor Daer, le reprochó a Facundo Moyano su divismo en lo referente a las apariciones mediáticas con Susana Giménez y Mirtha Legrand.
Los dirigentes que responden al moyanismo aseguran que, a pesar de la tensión, no habrá ruptura. Sin embargo, hubo una frase clave entre los reproches de Daer que dibuja parte de la trama por el poder: “Vos traicionaste el modelo sindical”, le dijo el dirigente de la Sanidad y diputado del Frente Renovador a Moyano Jr., su par de bancada y de partido. Los presentes en ese encuentro supieron de lo que hablaba Daer: el proyecto de democracia sindical presentado por Moyano que abrió grietas en el gremialismo. Apunta a la posibilidad de alcanzar una democracia verdadera con alternancia y renovación de dirigentes. En el entorno moyanista se hace referencia a la necesidad de contar en cada gremio con estatutos democráticos que permitan la elección de sus líderes por votación directa de parte de los trabajadores. En la mayoría de los grandes gremios se eligen congresales, que son los que terminan votando la conducción. Es una elección indirecta en la que unas 200 o 300 personas terminan decidiendo la suerte de más de 200 mil afiliados. Es la fórmula consagrada para que un dirigente pueda perpetuarse. “¿Por qué si estamos en una república donde hasta el propio presidente es elegido de manera directa por los ciudadanos, en los sindicatos la mayoría no puede hacerlo de esa manera?”, se pregunta Moyano, quien abrió la discusión para democratizar los sindicatos “desde adentro”.
En el final, Santa Cruz.
Lo sucedido allí en la noche del viernes fue muy grave. Las dificultades de esta hora imponen la responsabilidad y la grandeza de la política con mayúsculas. ¿Las habrá?
Producción periodística: Santiago Serra
La semana que viene, Randazzo y sus colaboradores comenzarán a hacer territorio. Esto es, el inicio de reuniones con dirigentes justicialistas importantes de la geografía bonaerense y del resto del país. “Se trata de figuras del peronismo que traccionan en sus respectivas provincias, como De la Sota en Córdoba, Bordet en Entre Ríos y, más adelante, Uñac en San Juan”, adelantaron en el entorno del ex ministro K.
Randazzo sabe que, más allá de la construcción territorial en su provincia, apuntalada por intendentes del Grupo Esmeralda, necesita conseguir el apoyo de dirigentes justicialistas de peso nacional. La ecuación es simple: si Daniel Scioli, o cualquier otro delfín impulsado por el cristinismo, finalmente se alza con la candidatura, la elección quedaría circunscripta al nivel local. Pero si CFK decide presentarse, nacionalizaría los comicios en el distrito más importante del país.
“Es hora de ir delineando el armado más general para luego volver a afinar los detalles con los intendentes y los líderes locales que han demostrado su acompañamiento, más allá de algún problema de cartel. No hay fisuras en el Grupo Esmeralda, ocurre que en ocasiones los intendentes están con las urgencias de sus distritos”, aseguran desde el randazzismo para alejar los fantasmas de una posible salida de ese espacio del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.
También están trabajando tras Randazzo algunos referentes del Movimiento Evita. Y nadie descarta el “rescate” de figuras del massismo desencantadas con el devenir del Frente Renovador. Es que la polarización que se ha venido produciendo entre Cambiemos y el cristinismo ha dejado poco lugar a los grises. Hay quienes se reprochan el haber fogoneado la hasta aquí inconducente alianza de Sergio Massa con Margarita Stolbizer, en lugar de haber encarado un juego más agresivo. Olvidan tal vez que esa iniciativa se instrumentó con la idea de que la líder del GEN le aportara un manto de transparencia a un Massa golpeado por su pasado kirchnerista.
Por el lado del oficialismo se vive un presente que, desde lo electoral, parece lucir augural. Los daños colaterales producidos por la proliferación de paros docentes (nueve nacionales, 16 que afectaron a los alumnos bonaerenses –por la sumatoria con los nacionales– y siete específicamente contra la administración Vidal) terminaron por abrir grietas dentro de los gremios, algo que tanto Cambiemos como Randazzo podrían capitalizar. El hombre de Chivilcoy trabaja para sumar a sus filas al Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), ya que muchos de sus dirigentes intentan alejarse del kirchnerismo y sus extremos.
El resultado de los últimos sondeos ha dado una grata sorpresa para ambas vertientes. En la Provincia, la figura del ministro de Educación nacional, Esteban Bullrich, mide mejor que lo esperado, dato que se maneja tanto en el oficialismo como en la oposición. Esto indicaría que el desgaste producido por la medida de fuerza y el perjuicio para padres e hijos que no concurrieron a clases terminó cayendo sobre las espaldas del sindicalismo. El hecho de que aún en sectores del Conurbano no tan cercanos a la Capital se vea con buenos ojos a Bullrich beneficia a Cambiemos, golpea a CFK por asociación directa con la medida de fuerza y abre una oportunidad a Randazzo.
Hablando de CFK, en la semana dedicó esfuerzos a fogonear el conflicto en el Incaa. Además, fruto de su obsecación, quedó otra vez expuesta al ridículo cuando por Twitter le quiso atribuir al Gobierno una supuesta iniciativa para arancelar las visitas a los museos para niños y jubilados. Las conductas patológicas de la ex presidenta son incorregibles.
Tensión sindical. Donde las cosas están revueltas es en la CGT, cuya conducción navega por aguas procelosas. Existe una mezcla de asuntos personales que se entrelazan con lo político en una lucha que tiene, como trasfondo, el poder de los sindicatos. Esto ocurrió en la primera reunión posterior al paro nacional del 6 de abril, organizada por el consejo ejecutivo de la CGT. Uno de sus triunviros, Héctor Daer, le reprochó a Facundo Moyano su divismo en lo referente a las apariciones mediáticas con Susana Giménez y Mirtha Legrand.
Los dirigentes que responden al moyanismo aseguran que, a pesar de la tensión, no habrá ruptura. Sin embargo, hubo una frase clave entre los reproches de Daer que dibuja parte de la trama por el poder: “Vos traicionaste el modelo sindical”, le dijo el dirigente de la Sanidad y diputado del Frente Renovador a Moyano Jr., su par de bancada y de partido. Los presentes en ese encuentro supieron de lo que hablaba Daer: el proyecto de democracia sindical presentado por Moyano que abrió grietas en el gremialismo. Apunta a la posibilidad de alcanzar una democracia verdadera con alternancia y renovación de dirigentes. En el entorno moyanista se hace referencia a la necesidad de contar en cada gremio con estatutos democráticos que permitan la elección de sus líderes por votación directa de parte de los trabajadores. En la mayoría de los grandes gremios se eligen congresales, que son los que terminan votando la conducción. Es una elección indirecta en la que unas 200 o 300 personas terminan decidiendo la suerte de más de 200 mil afiliados. Es la fórmula consagrada para que un dirigente pueda perpetuarse. “¿Por qué si estamos en una república donde hasta el propio presidente es elegido de manera directa por los ciudadanos, en los sindicatos la mayoría no puede hacerlo de esa manera?”, se pregunta Moyano, quien abrió la discusión para democratizar los sindicatos “desde adentro”.
En el final, Santa Cruz.
Lo sucedido allí en la noche del viernes fue muy grave. Las dificultades de esta hora imponen la responsabilidad y la grandeza de la política con mayúsculas. ¿Las habrá?
Producción periodística: Santiago Serra