El productor rural Federico Holzmann dijo a LA NACION que tras el acto de protesta del martes pasado en Durazno recibió miles de mensajes de apoyo, así como pedidos de que asuma un liderazgo en este movimiento. Además afirmó que están dispuestos a tomar medidas drásticas si el gobierno de Tabaré Vázquez no atiende sus reclamos, aunque subrayó que no quieren llegar a ese extremo. Durante la entrevista con la nacion, el productor dijo que está sorprendido de que haya gente que lo quiera tomar como un prócer. En 2015 el productor y contratista de Paysandú comenzó a llamar a productores amigos y armó un grupo de WhastApp que llamó «Contratistas del Norte», preocupado por la intención de las autoridades de imponer un régimen de monitoreo para los equipos de pulverización y fumigación. Más tarde, los contactos se reunieron personalmente y, con el tiempo, fueron creciendo hasta el movimiento de esta semana.
¿Cómo fue el día después del acto? ¿Qué impactos recibió?
Primero la satisfacción de convocar toda esa gente, lo que reconforta mucho y demuestra lo que es el productor rural. Me impactó la reacción de voceros del gobierno que no hablaron de los reclamos sino de la cantidad de gente, que les pareció poca. Lo nuestro fue genuino, pero lo quisieron empañar.
¿Recogió apoyos posteriores?
Me sorprendió que en mi teléfono había más de 8000 mensajes, que nunca sentí que iban a estar.
¿Mensajes de texto? Pero, ¿dice 8000 en sentido figurado o la cantidad está por esa cifra?
Están, sí, toda esa cantidad. ¡En el WhatsApp! De veras y eso es lo que alienta a seguir y agradecer por lo que habíamos hecho. Te tratan de caudillo, como si fuera un prócer, entonces sentimos que estamos lejos de eso, que hay una distancia, pero refleja la frustración y decepción de la gente con el sistema político.
¿Esto le da impulso?
Es que un productor de pueblo, que nunca tuvo prensa, ni salió en televisión, que lo desconocen pero que sale y habla y tenga ese impacto, bueno, uno se pregunta: ¿Qué pasó acá?
¿La gente esperaba que apareciera alguien entonces?
Tienen esa necesidad, de encontrar alguien que no tenga color político, como un salvador y decir «vamos con él».
¿Le reclaman liderazgo?
Sí, sin duda. No tengo Facebook, pero mis amigos me pasaron publicaciones de ahí, que ¡pah! Es lindo recibir esos halagos, pero nunca pensé que podía pasar: escapó a todo, porque uno lucha por lo que cree que es justo pero no para sentirse ídolo.
¿Y usted asume esa responsabilidad?
Sí, eso es así con la responsabilidad. Y uno se replantea muchas cosas. Me pregunto si los productores están para continuar, y veo que sí.
¿Lo siente como que fue casi de casualidad?
Acá no es casualidad porque uno buscó ser referente de la gente, convocamos, y ahora, paso a paso esto genera otra responsabilidad. Ya no es hablarle a la gente sino al poder político.
¿Cómo le impacta este nuevo rol en la vida familiar? ¿Lo apoyan o le reclaman más presencia?
Y sí, estos días no ha parado el teléfono, pero mis padres están emocionados y tienen confianza en mí. Saben que acá es muy claro y sabemos de dónde venimos.
¿Y le dan consejos?
Ellos no me aportan más consejos, me los dieron en la niñez, la adolescencia y la juventud. Pero ahora lo que me dicen es: «Cuídate de quien se arrima».
¿Y quiénes se arriman? ¿Lo han ido a buscar políticos?
No, vos sabés que no, políticos por suerte ni me han llamado.
El «basta» de la proclama, ¿es un basta a qué?
Al atropello de los impuestos, a las cargas brutales que hacen que toda nuestra energía termine en una recaudación; parte de la familia que perdí es parte de eso.
¿Cómo se compone la familia ?
Soy separado, tengo dos hijas.
¿Y cree que los problemas del campo incidieron en su separación?
Y sí. Uno vive corriendo para pagar cuentas, descuida todo; y entonces te dicen «tenés que ser empleado, no tener gente de atrás». Y sí, la verdad que sí, me pasó eso.
¿Cómo siguen ahora?
Hay que demostrar que estamos juntos, seguir lo que estamos trazando, dispuestos a que si llega el momento y hay que tomar medidas drásticas, habrá que hacerlo. Pero no le sirve eso al gobierno. Le podemos causar problemas, pero justamente es lo que no queremos, así que deben darnos algo y eso es aire para seguir trabajando.
Por: Nelson Fernández
¿Cómo fue el día después del acto? ¿Qué impactos recibió?
Primero la satisfacción de convocar toda esa gente, lo que reconforta mucho y demuestra lo que es el productor rural. Me impactó la reacción de voceros del gobierno que no hablaron de los reclamos sino de la cantidad de gente, que les pareció poca. Lo nuestro fue genuino, pero lo quisieron empañar.
¿Recogió apoyos posteriores?
Me sorprendió que en mi teléfono había más de 8000 mensajes, que nunca sentí que iban a estar.
¿Mensajes de texto? Pero, ¿dice 8000 en sentido figurado o la cantidad está por esa cifra?
Están, sí, toda esa cantidad. ¡En el WhatsApp! De veras y eso es lo que alienta a seguir y agradecer por lo que habíamos hecho. Te tratan de caudillo, como si fuera un prócer, entonces sentimos que estamos lejos de eso, que hay una distancia, pero refleja la frustración y decepción de la gente con el sistema político.
¿Esto le da impulso?
Es que un productor de pueblo, que nunca tuvo prensa, ni salió en televisión, que lo desconocen pero que sale y habla y tenga ese impacto, bueno, uno se pregunta: ¿Qué pasó acá?
¿La gente esperaba que apareciera alguien entonces?
Tienen esa necesidad, de encontrar alguien que no tenga color político, como un salvador y decir «vamos con él».
¿Le reclaman liderazgo?
Sí, sin duda. No tengo Facebook, pero mis amigos me pasaron publicaciones de ahí, que ¡pah! Es lindo recibir esos halagos, pero nunca pensé que podía pasar: escapó a todo, porque uno lucha por lo que cree que es justo pero no para sentirse ídolo.
¿Y usted asume esa responsabilidad?
Sí, eso es así con la responsabilidad. Y uno se replantea muchas cosas. Me pregunto si los productores están para continuar, y veo que sí.
¿Lo siente como que fue casi de casualidad?
Acá no es casualidad porque uno buscó ser referente de la gente, convocamos, y ahora, paso a paso esto genera otra responsabilidad. Ya no es hablarle a la gente sino al poder político.
¿Cómo le impacta este nuevo rol en la vida familiar? ¿Lo apoyan o le reclaman más presencia?
Y sí, estos días no ha parado el teléfono, pero mis padres están emocionados y tienen confianza en mí. Saben que acá es muy claro y sabemos de dónde venimos.
¿Y le dan consejos?
Ellos no me aportan más consejos, me los dieron en la niñez, la adolescencia y la juventud. Pero ahora lo que me dicen es: «Cuídate de quien se arrima».
¿Y quiénes se arriman? ¿Lo han ido a buscar políticos?
No, vos sabés que no, políticos por suerte ni me han llamado.
El «basta» de la proclama, ¿es un basta a qué?
Al atropello de los impuestos, a las cargas brutales que hacen que toda nuestra energía termine en una recaudación; parte de la familia que perdí es parte de eso.
¿Cómo se compone la familia ?
Soy separado, tengo dos hijas.
¿Y cree que los problemas del campo incidieron en su separación?
Y sí. Uno vive corriendo para pagar cuentas, descuida todo; y entonces te dicen «tenés que ser empleado, no tener gente de atrás». Y sí, la verdad que sí, me pasó eso.
¿Cómo siguen ahora?
Hay que demostrar que estamos juntos, seguir lo que estamos trazando, dispuestos a que si llega el momento y hay que tomar medidas drásticas, habrá que hacerlo. Pero no le sirve eso al gobierno. Le podemos causar problemas, pero justamente es lo que no queremos, así que deben darnos algo y eso es aire para seguir trabajando.
Por: Nelson Fernández