Orlando Ferreres
1 ¿Cuál será el impacto de la decisión sobre YPF?
Aún son inciertas las consecuencias que esta medida puede generar, porque la magnitud del hecho no sólo impacta en los actores del sector. Además, es una medida de una profunda sensibilidad social dado que se ponen en juego cuestiones de «soberanía» y «nacionalismo», que cuenta con la aprobación de la mayoría de la población y fue sancionada sin dificultades en el Congreso Nacional, no sólo por contar con mayoría oficialista, sino gracias al apoyo de buena parte del arco opositor. Sin embargo, por el momento se desconoce el impacto que tendrá la medida en cuanto al incremento de la exploración y la producción de petróleo y gas natural. La pérdida del autoabastecimiento energético por la reducción de la producción en un contexto de demanda creciente ha deteriorado las cuentas externas y fiscales, y esto es lo que se debe solucionar. Sin embargo, sin la suficiente inversión que se requiere en el sector (en torno a los u$s 6.000 a 10.000 millones por año), es muy difícil que se logre el autoabastecimiento energético sólo por el cambio de manos de la compañía.
Adicionalmente, a pesar de la buena aceptación que tuvo la medida en la población, los mercados reaccionaron negativamente, encareciéndose el costo del financiamiento no sólo para las empresas del sector.
En síntesis, este tipo de medidas siempre va a generar voces a favor y en contra, pero para hacer un análisis completo hay que esperar a ver el impacto que más allá de los simbolismos tiene en la economía argentina. La decisión se tomó como una vía de solución a la crisis energética, por lo que por el momento cabe esperar a ver cómo se materializa o no dicha solución.
2 ¿Cómo evalúa la situación fiscal?
La situación fiscal es uno de los principales desafíos que enfrenta la actual gestión, tanto a nivel nacional como provincial. El sector público no financiero terminó 2011 evidenciando un superávit primario de $ 4.920 millones, el menor desde 2003 e insuficiente para cubrir el pago de intereses. Por lo tanto, el año cerró con un déficit fiscal superior a los $ 30.000 millones.
En este contexto, 2012 se perfila como un año muy comprometido en el plano fiscal. Así, a pesar del comienzo de la aplicación de la «sintonía fina», esperamos para 2012 un déficit primario en torno a los $ 11.000 millones y un déficit fiscal algo superior a los $ 50.000 millones.
De todas formas, dada la reforma de la Carta Orgánica del BCRA, el financiamiento de dicho déficit parece estar garantizado. No sólo se podrán utilizar reservas internacionales hasta donde el directorio del BCRA determine, sino que se amplió el límite de utilización de adelantos transitorios del 10% de los recursos fiscales al 20% de éstos. Sin embargo, esto no sólo es una solución de corto plazo (las reservas internacionales no son infinitas), sino que además se enfrenta el pago de deuda mediante mecanismos inflacionarios.
3 ¿Cuánto margen tiene el BCRA para mantener control sobre el mercado cambiario?
Las reservas internacionales, aun descontando algunos pasivos como son los préstamos de otros bancos centrales y el BIS por u$s 5.000 millones y los DEG del FMI, se encuentran en un nivel elevado. Esto le da la capacidad al BCRA para enfrentar una corrida o fuertes presiones en el mercado cambiario.
Sin embargo, en los últimos años se observó, por un lado, una expansión de los pasivos monetarios del BCRA (base monetaria y encajes en moneda extranjera) para la compra de divisas y luego para financiar la brecha fiscal. Por otra parte, también aumentó la esterilización vía pases, redescuentos y especialmente Lebac y Nobac para cumplir con las metas del programa monetario. En consecuencia, la brecha entre el tipo de cambio oficial ($ 4,40 en marzo) y aquel que surge del cociente entre los pasivos del BCRA y las reservas ($ 7,36) aumentó. Por lo tanto, si bien la lógica no es lineal, esta divergencia teórica no debería pasarse por alto y constituye una alarma para la política cambiaria.
4 ¿Cuáles son las principales amenazas para la economía local?
El año pasado se terminó el «modelo» tal como se lo conocía: superávit gemelos, tipo de cambio competitivo y acumulación de reservas internacionales. En la visión de un economista o agente económico entendido, los pilares del «modelo» desde hace unos años que se vienen desgastando. Sin embargo, para el ciudadano común, «Doña Rosa», recién a fines de 2011 y comienzos de 2012 los desequilibrios macroeconómicos comenzaron a dañar el modelo. Desde su punto de vista, el «modelo» está basado en el crecimiento económico, y más precisamente, en el incremento en el consumo. El problema actual es que los desequilibrios macroeconómicos plantean desafíos para seguir manteniendo los principales activos frente a la gente, crecimiento y consumo, sin agravar los primeros.
5 Su balance de la gestión Moreno sobre el sector externo.
La crisis energética antes mencionada generó un fuerte incremento de las importaciones de combustibles y energía que dañaron el superávit comercial. Las importaciones de combustibles aumentaron el 110% en 2011, y el déficit del sector fue de u$s 3.000 millones. Esto, junto con un saldo negativo en servicios reales y financieros (por los intereses de deuda y dividendos enviados al exterior), deterioró el superávit de cuenta corriente, que fue de tan sólo u$s 17 millones en 2011.
Por ello, con el fin de que esto no se agrave en 2012, se intensificaron las restricciones en las importaciones, con el fin de cuidar el superávit de cuenta corriente. Esto permitió frenar con la tendencia al alza que evidenciaron las compras externas en 2011 y en el primer trimestre de 2012 se importó el mismo monto que en el primer trimestre de 2011. Así, con exportaciones que aumentaron en el trimestre un 8% anual, el superávit comercial aumentó un 89% anual.
Si nos quedáramos sólo con el análisis sobre el objetivo de incrementar el superávit comercial, la gestión puede catalogarse como exitosa. Sin embargo, las restricciones a las importaciones generan otros efectos en la economía. Por ejemplo, la inversión, en base al IBIM-OJF, se redujo un 5,3% anual en términos de volumen físico, producto de la caída del 21% anual en las importaciones de bienes de capital, condicionando el crecimiento económico de la Argentina. Además, dado que no todos los bienes se producen en el país, no sólo se limita la importación de insumos industriales, sino también de consumo, afectando el día a día de muchos ciudadanos.
1 ¿Cuál será el impacto de la decisión sobre YPF?
Aún son inciertas las consecuencias que esta medida puede generar, porque la magnitud del hecho no sólo impacta en los actores del sector. Además, es una medida de una profunda sensibilidad social dado que se ponen en juego cuestiones de «soberanía» y «nacionalismo», que cuenta con la aprobación de la mayoría de la población y fue sancionada sin dificultades en el Congreso Nacional, no sólo por contar con mayoría oficialista, sino gracias al apoyo de buena parte del arco opositor. Sin embargo, por el momento se desconoce el impacto que tendrá la medida en cuanto al incremento de la exploración y la producción de petróleo y gas natural. La pérdida del autoabastecimiento energético por la reducción de la producción en un contexto de demanda creciente ha deteriorado las cuentas externas y fiscales, y esto es lo que se debe solucionar. Sin embargo, sin la suficiente inversión que se requiere en el sector (en torno a los u$s 6.000 a 10.000 millones por año), es muy difícil que se logre el autoabastecimiento energético sólo por el cambio de manos de la compañía.
Adicionalmente, a pesar de la buena aceptación que tuvo la medida en la población, los mercados reaccionaron negativamente, encareciéndose el costo del financiamiento no sólo para las empresas del sector.
En síntesis, este tipo de medidas siempre va a generar voces a favor y en contra, pero para hacer un análisis completo hay que esperar a ver el impacto que más allá de los simbolismos tiene en la economía argentina. La decisión se tomó como una vía de solución a la crisis energética, por lo que por el momento cabe esperar a ver cómo se materializa o no dicha solución.
2 ¿Cómo evalúa la situación fiscal?
La situación fiscal es uno de los principales desafíos que enfrenta la actual gestión, tanto a nivel nacional como provincial. El sector público no financiero terminó 2011 evidenciando un superávit primario de $ 4.920 millones, el menor desde 2003 e insuficiente para cubrir el pago de intereses. Por lo tanto, el año cerró con un déficit fiscal superior a los $ 30.000 millones.
En este contexto, 2012 se perfila como un año muy comprometido en el plano fiscal. Así, a pesar del comienzo de la aplicación de la «sintonía fina», esperamos para 2012 un déficit primario en torno a los $ 11.000 millones y un déficit fiscal algo superior a los $ 50.000 millones.
De todas formas, dada la reforma de la Carta Orgánica del BCRA, el financiamiento de dicho déficit parece estar garantizado. No sólo se podrán utilizar reservas internacionales hasta donde el directorio del BCRA determine, sino que se amplió el límite de utilización de adelantos transitorios del 10% de los recursos fiscales al 20% de éstos. Sin embargo, esto no sólo es una solución de corto plazo (las reservas internacionales no son infinitas), sino que además se enfrenta el pago de deuda mediante mecanismos inflacionarios.
3 ¿Cuánto margen tiene el BCRA para mantener control sobre el mercado cambiario?
Las reservas internacionales, aun descontando algunos pasivos como son los préstamos de otros bancos centrales y el BIS por u$s 5.000 millones y los DEG del FMI, se encuentran en un nivel elevado. Esto le da la capacidad al BCRA para enfrentar una corrida o fuertes presiones en el mercado cambiario.
Sin embargo, en los últimos años se observó, por un lado, una expansión de los pasivos monetarios del BCRA (base monetaria y encajes en moneda extranjera) para la compra de divisas y luego para financiar la brecha fiscal. Por otra parte, también aumentó la esterilización vía pases, redescuentos y especialmente Lebac y Nobac para cumplir con las metas del programa monetario. En consecuencia, la brecha entre el tipo de cambio oficial ($ 4,40 en marzo) y aquel que surge del cociente entre los pasivos del BCRA y las reservas ($ 7,36) aumentó. Por lo tanto, si bien la lógica no es lineal, esta divergencia teórica no debería pasarse por alto y constituye una alarma para la política cambiaria.
4 ¿Cuáles son las principales amenazas para la economía local?
El año pasado se terminó el «modelo» tal como se lo conocía: superávit gemelos, tipo de cambio competitivo y acumulación de reservas internacionales. En la visión de un economista o agente económico entendido, los pilares del «modelo» desde hace unos años que se vienen desgastando. Sin embargo, para el ciudadano común, «Doña Rosa», recién a fines de 2011 y comienzos de 2012 los desequilibrios macroeconómicos comenzaron a dañar el modelo. Desde su punto de vista, el «modelo» está basado en el crecimiento económico, y más precisamente, en el incremento en el consumo. El problema actual es que los desequilibrios macroeconómicos plantean desafíos para seguir manteniendo los principales activos frente a la gente, crecimiento y consumo, sin agravar los primeros.
5 Su balance de la gestión Moreno sobre el sector externo.
La crisis energética antes mencionada generó un fuerte incremento de las importaciones de combustibles y energía que dañaron el superávit comercial. Las importaciones de combustibles aumentaron el 110% en 2011, y el déficit del sector fue de u$s 3.000 millones. Esto, junto con un saldo negativo en servicios reales y financieros (por los intereses de deuda y dividendos enviados al exterior), deterioró el superávit de cuenta corriente, que fue de tan sólo u$s 17 millones en 2011.
Por ello, con el fin de que esto no se agrave en 2012, se intensificaron las restricciones en las importaciones, con el fin de cuidar el superávit de cuenta corriente. Esto permitió frenar con la tendencia al alza que evidenciaron las compras externas en 2011 y en el primer trimestre de 2012 se importó el mismo monto que en el primer trimestre de 2011. Así, con exportaciones que aumentaron en el trimestre un 8% anual, el superávit comercial aumentó un 89% anual.
Si nos quedáramos sólo con el análisis sobre el objetivo de incrementar el superávit comercial, la gestión puede catalogarse como exitosa. Sin embargo, las restricciones a las importaciones generan otros efectos en la economía. Por ejemplo, la inversión, en base al IBIM-OJF, se redujo un 5,3% anual en términos de volumen físico, producto de la caída del 21% anual en las importaciones de bienes de capital, condicionando el crecimiento económico de la Argentina. Además, dado que no todos los bienes se producen en el país, no sólo se limita la importación de insumos industriales, sino también de consumo, afectando el día a día de muchos ciudadanos.