28 de Diciembre de 2014
Desde el 1º de enero de 2015 la AFIP tendrá a su disposición la información hasta ahora oculta de firmas y personas físicas de Argentina
Quedará así al descubierto –entre otros casos– el detalle de las denuncias a Techint por giro de renta mundial a ese territorio europeo. También están radicadas en el ducado la ex Quilmes, Iron Mountain y Procter & Gamble.
Artilugio – El Grupo Techint, que tiene a su cargo el empresario ítalo-argentino Paolo Rocca, es uno de los que más utiliza Luxemburgo como vía de escape de divisas.
L as paradojas en los negocios económicos y financieros abundan. Y casi nunca son casualidad. Rodeado por Francia, Bélgica y Alemania, el ducado de Luxemburgo se erige –según el último informe del Banco Mundial–, como el país con mayor PBI per cápita del planeta. Pero Luxemburgo casi no tiene industria, ni turismo, y cuenta tan sólo con más de medio millón de habitantes. No sintió la crisis que aún golpea a sus vecinos cercanos, sino que utilizó ese envión para concentrar más riqueza. El ducado es además miembro fundador de la ONU, la Unesco, la Organización Mundial de la Salud y el Fondo Monetario. En el extremo opuesto a este perfil, el territorio exhibe su verdadera razón de ser: en las últimas semanas, una mega–filtración de información develó un listado de empresas y personas físicas que se radicaron en Luxemburgo para favorecerse a través de estructuras de evasión fiscal que son, en realidad, la principal fuente de ingresos de ese pequeño país. Dentro o fuera de esa nómina, hay compañías que operan en la Argentina y que, por una u otra razón, están siendo investigadas en el país. Aparecen además otras que se radicaron en ese paraíso recientemente, y algunas que salieron de allí por crisis financieras internas, tras haber pasado en ese país buena parte de su existencia como compañías. Entre esos nombres figuran Ternium y Tenaris, las siderúrgicas del Grupo Techint; la firma de software Globant; la multi servicios mendocina IMPSA; la multinacional de productos de limpieza Procter and Gamble y la cervecera Quilmes Industrial S.A. Asimismo, aparecen nombres propios de personas y empresas nacionales que utilizaron ese paraíso fiscal para derivar dólares de cuentas sin registrar en el banco HSBC. En el ducado está además radicada la firma de archivos Iron Mountain, que quedó en el ojo de la tormenta este año por un incendio presuntamente intencional de un galpón con documentación en el barrio porteño de Barracas. Desde hace largo tiempo, y con iguales características que el resto de los paraísos fiscales identificados por la OCDE, Luxemburgo es una plaza requerida porque cobra muy bajos impuestos y, lo más relevante, cuenta con estrictas leyes de secreto bancario que permiten enmascarar los verdaderos dueños de los fondos allí depositados. Pero, de cumplirse con los plazos políticos establecidos por ambas partes en octubre de este año, en pocos días, desde el jueves primero de enero de 2015, estará en marcha el acuerdo de información tributaria en Argentina y Luxemburgo, lo que levantará el secreto bancario de la misma forma que está por ocurrir con Suiza y ya sucedió con Francia. Estos convenios dejarán al descubierto detalles concretos de una operatoria de la cual hoy se conocen sólo cuestiones aisladas. Precisamente, la rúbrica de este acuerdo –más allá de la necesidad intrínseca del gobierno de hacerse de dólares– grafica el caudal de argentinos que depositaron en el ducado buena parte de sus ganancias. En paralelo, el fisco nacional buscó ponerse activo este año con el resto de los países «pantalla» y cerró convenios de datos bancarios con Islas Caimán, Jersey, Islas Curazao, Islas Vírgenes y Bahamas.
El caso de Techint es emblemático y el más práctico para entender por qué hay radicación de empresas nacionales en Luxemburgo. Las siderúrgicas del holding que conduce Paolo Rocca están siendo investigadas por manipulación de lo que se denomina como «renta mundial». Lo que ocurre en este caso es que el grupo envía todas las ganancias de sus firmas en todo el mundo a Luxemburgo, donde no tributa impuestos.
De esta manera, la siderúrgica eludía el pago de impuestos a nivel nacional. Hace unos días, el propio titular de AFIP, Ricardo Echegaray, confió que la información de esta manipulación de ganancias partió de un «insider», un ex empleado de Techint del cual se mantiene reservada su identidad. A principios del año 2011, en un comunicado enviado a la Bolsa de Comercio, la firma nacional confirmó la mudanza de su domicilio a dos paraísos fiscales: Caimán y Luxemburgo. La justificación de ese traslado fue «una reorganización en la cadena de control de la Sociedad, en virtud de las cual sus accionistas controlantes directos e indirectos se han re–domiciliado a Europa». En aquel momento, donde las filtraciones de secretos bancarios eran una excepción y no tenían difusión mediática, pasó por alto este dato y otros aún más ricos: por caso, que la empresa San Faustin N.V., sociedad controlante de Techint, también se mudó a Luxemburgo y Curazao, cambiando además de nombre a una S.A. Hoy, según los registros a los que accedió Tiempo, San Faustin S.A. está domiciliada en Avenue de la Porte-Neuve L-2227, en Luxemburgo. La internacionalización de Techint incluyó además, en 2011, el armado de una fundación privada bajo derecho holandés denominada Rocca & Partners Stichting Administratiekantoor Aandelen San Faustin.
Cabe destacar que, en 2012, el holding también fue denunciado por el Ministerio de Economía por mover la sociedad controlante de Siderar de Luxemburgo a España, con el único objetivo de sacar partido de un acuerdo fiscal con el Reino para evadir impuestos. El asunto «Luxemburgo», inclusive, roza a los Rocca desde otras latitudes: la firma es investigada en Brasil en el marco del «Petrolao», la mega causa de corrupción en Petrobras. Allí, Techint era contratista de la petrolera que, no casualmente, también tiene una parte de sus acciones radicadas en Luxemburgo. Hace pocos días, sucedió algo muy curioso con la empresa de infraestructura eólica y obras civiles IMPSA. La firma de la familia Pescarmona se hizo, por primera vez en su historia, enteramente mendocina. Hasta no hace demasiado tiempo, la compañía estaba radicada en Luxemburgo, bajo la nominación de Venti, una sociedad madre de IMPSA. La crisis de la compañía en el mundo, con enormes e inexplicables pasivos, empujó la decisión de dejar Europa para volver al país.
Uno de los más grandes jugadores del mercado de las bebidas no está al margen de la radicación en Luxemburgo. Quilmes Industrial (Quinsa) está radicada en el ducado y tiene acciones clase A y B cotizando en la Bolsa de ese país. Hoy, la firma está comprada casi en su totalidad por la brasileña Ambev, que embotella la cerveza del sur del Conurbano y otras bebidas no alcohólicas.
La empresa de software Globant que se creó como una pyme nacional de la actividad, ya radicó buena parte de su negocio en Luxemburgo. Con una facturación que en 2014 alcanzó los $167 millones, la compañía tiene domicilio legal en el ducado. Más del 95% de sus ventas se dirigen a Europa y Estados Unidos y allí provee, paradójicamente, a firmas como Google, Linkedin y Disney. Esta última empresa está dentro del listado de las firmas con acuerdos secretos de evasión en Luxemburgo, denunciada en el marco del escándalo Lux–Leaks (ver aparte).
Involucrada en un incendio presuntamente intencional en el que se perdieron, por caso, documentos del banco estadounidense JP Morgan, la empresa Iron Mountain es propiedad de otra firma que está radicada en Luxemburgo en un 99por ciento.
Además, la mudanza al ducado se realizó hace poco tiempo. ¿Desde dónde venían? Islas Caimán, otro paraíso fiscal.
El último caso es el denunciado por AFIP en el marco de las investigaciones de cuentas de argentinos sin registrar en Suiza. Entre las 4040 cuentas en HSBC hay buena cantidad de clientes que usaban Luxemburgo como destino para la fuga. Asimismo, la estadounidense Procter & Gamble, denunciada por AFIP por fraude en comercio exterior, también está radicada en Luxemburgo. «
La labor de las «big four»
Las operaciones de empresas argentinas y de otras partes del mundo en Luxemburgo también dejaron en claro, luego de las filtraciones del Lux Leaks, que la mayor parte de las grandes consultoras, calificadoras de riesgo y de asistencia financiera internacionales participaron como gestores o facilitadores de esas operaciones.
Conocidas como las «Big Four» o las «Cuatro Grandes», Pricewaterhouse, Ernest & Young, Deloitte y KPMG, creaban estructuras para la evasión de impuestos en el ducado.
En el caso por caso, se observa que PwC ayudó a Pepsi en el diseño de estrategias para reducir facturas fiscales. Asimismo, en los Estados Unidos, en 2005, las autoridades ya habían acusado a KPMG por ofrecer estructuras en paraísos fiscales con el objetivo de enmascarar pérdidas millonarias de dólares para sus clientes.
En la misma línea, en Dubai, Ernst & Young colaboró con la mayor empresa de refino de oro de Oriente Medio de oscuras prácticas que podrían violar los estándares internacionales para combatir el tráfico de «oro sangriento», que proviene de regiones donde la competencia por el metal provoca violentos conflictos, según varias organizaciones anticorrupción.
En la otra esquina, en Nueva York, Deloitte fue acusado de ayudar a un banco inglés a eludir las sanciones contra Irán. Estos detalles son utilizados por los distintos países como material probatorio de que las operaciones de lavado y evasión fiscal pueden ser la intención de una empresa pero siempre se dan con ayuda de gestores.