EL PAÍS ASIÁTICO ATRAVIESA SU QUINTA RECESIÓN EN 15 AÑOS
MICHIYO NAKAMOTO
Shinzo Abe, el próximo primer ministro japonés, pidió al presidente del Banco de Japón (BoJ, su sigla en inglés) establecer una meta de inflación de 2%, lo que presenta un dilema para el duro banco central a medida que se acerca una reunión de política monetaria que durará dos días.
Abe, quien llevó al Partido Liberal Democrático (PLD) a una arrolladora victoria el domingo en las elecciones generales al hacer un llamado a un relajamiento monetario ilimitado y una política económica reflacionaria, hizo la solicitud directamente a Masaaki Shirakawa, el gobernador del BoJ, quien ha establecido una meta de inflación de 1% y ha estado reticente a relajar más agresivamente.
La renovada presión del próximo gobierno pone a Shirakawa en un aprieto porque Abe ha amenazado con desafiar la independencia del BoJ a menos que coopere.
Le dije (a Shirakawa) que quería una meta de inflación de 2%… Y forjar una política acorde con el BoJ para alcanzar ese objetivo, comentó Abe a periodistas.
El intercambio ocurrió ayer durante una reunión con Shirakawa, después de la victoria de los liberal-demócratas. Como líder del PLD, Abe se transformará en el nuevo primer ministro de Japón cuando se convoque a una sesión especial el 26 de diciembre.
Si el BoJ está de acuerdo, sería la primera vez que un pacto de este tipo se logre entre el gobierno y el banco central en Japón, y sería un brusco cambio de política de parte del BoJ, que en el pasado se ha resistido a formar un acuerdo de política con una meta de inflación obligatoria.
Abe también quiere reinstalar el Consejo sobre política fiscal y económica, un cuerpo que establece la política liderado por el primer ministro, el que sería la torre de control para la política macroeconómica.
Su punto de vista de que una política expansionista más agresiva desde el banco central es fundamental para que la economía reflote contrasta con la postura del BoJ de que Japón ya posee condiciones financieras extremadamente flexibles, dijo Shirakawa en un discurso en noviembre.
El Boj ha dicho que busca elevar los precios al consumidor en el mediano a largo plazo en hasta 2%, pero de momento su meta de inflación será 1%. Abe dijo el lunes que la victoria del PLD reflejó el apoyo público a su iniciativa para más relajamiento de política monetaria y dejó claro que él consideraría modificar el acta del BoJ, que le da autonomía con respecto al control monetario y de divisas, si es necesario.
Sin embargo, los analistas no esperan que el BoJ tome medidas enérgicas en la reunión de política monetaria que comienza el miércoles.
Por un lado, las muestras de presión pública de Abe sobre el banco hace que sea difícil que la entidad adopte una política monetaria más agresiva sin que parezca que cede ante las demandas del gobierno, dice Hiromichi Shirakawa, economista jefe de Credit Suisse en Tokio.
Por otro lado, dado que hace solo unos días desde que el PLD ganó las elecciones, ellos no tienen tiempo suficiente para llegar a medidas audaces, añadió, sugiriendo que cualquier movimiento importante que se de en materia monetaria, lo más probable es que se haga en la reunión del Boj de enero.
Japón ha entrado a su quinta recesión en quince años. La economía se ha contraído en tres de los últimos cuatro años.
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MICHIYO NAKAMOTO
Shinzo Abe, el próximo primer ministro japonés, pidió al presidente del Banco de Japón (BoJ, su sigla en inglés) establecer una meta de inflación de 2%, lo que presenta un dilema para el duro banco central a medida que se acerca una reunión de política monetaria que durará dos días.
Abe, quien llevó al Partido Liberal Democrático (PLD) a una arrolladora victoria el domingo en las elecciones generales al hacer un llamado a un relajamiento monetario ilimitado y una política económica reflacionaria, hizo la solicitud directamente a Masaaki Shirakawa, el gobernador del BoJ, quien ha establecido una meta de inflación de 1% y ha estado reticente a relajar más agresivamente.
La renovada presión del próximo gobierno pone a Shirakawa en un aprieto porque Abe ha amenazado con desafiar la independencia del BoJ a menos que coopere.
Le dije (a Shirakawa) que quería una meta de inflación de 2%… Y forjar una política acorde con el BoJ para alcanzar ese objetivo, comentó Abe a periodistas.
El intercambio ocurrió ayer durante una reunión con Shirakawa, después de la victoria de los liberal-demócratas. Como líder del PLD, Abe se transformará en el nuevo primer ministro de Japón cuando se convoque a una sesión especial el 26 de diciembre.
Si el BoJ está de acuerdo, sería la primera vez que un pacto de este tipo se logre entre el gobierno y el banco central en Japón, y sería un brusco cambio de política de parte del BoJ, que en el pasado se ha resistido a formar un acuerdo de política con una meta de inflación obligatoria.
Abe también quiere reinstalar el Consejo sobre política fiscal y económica, un cuerpo que establece la política liderado por el primer ministro, el que sería la torre de control para la política macroeconómica.
Su punto de vista de que una política expansionista más agresiva desde el banco central es fundamental para que la economía reflote contrasta con la postura del BoJ de que Japón ya posee condiciones financieras extremadamente flexibles, dijo Shirakawa en un discurso en noviembre.
El Boj ha dicho que busca elevar los precios al consumidor en el mediano a largo plazo en hasta 2%, pero de momento su meta de inflación será 1%. Abe dijo el lunes que la victoria del PLD reflejó el apoyo público a su iniciativa para más relajamiento de política monetaria y dejó claro que él consideraría modificar el acta del BoJ, que le da autonomía con respecto al control monetario y de divisas, si es necesario.
Sin embargo, los analistas no esperan que el BoJ tome medidas enérgicas en la reunión de política monetaria que comienza el miércoles.
Por un lado, las muestras de presión pública de Abe sobre el banco hace que sea difícil que la entidad adopte una política monetaria más agresiva sin que parezca que cede ante las demandas del gobierno, dice Hiromichi Shirakawa, economista jefe de Credit Suisse en Tokio.
Por otro lado, dado que hace solo unos días desde que el PLD ganó las elecciones, ellos no tienen tiempo suficiente para llegar a medidas audaces, añadió, sugiriendo que cualquier movimiento importante que se de en materia monetaria, lo más probable es que se haga en la reunión del Boj de enero.
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