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La negociación encarada en paralelo por entidades financieras del país para tratar de arribar a un acuerdo con los fondos buitre también tuvieron respuesta desfavorable. Argentina, así, entraría en un inminente default.
Por Alejandro Bercovich
Las negociaciones entre los fondos buitre y la delegación de la Asociación de Bancos de Capital Nacional (ADEBA) que voló sorpresivamente a Nueva York el martes por la noche para intentar comprarles el juicio contra Argentina terminaron abruptamente ayer por la tarde, en medio del discurso del ministro de Economía, Axel Kicillof. Los enviados de la cámara que conduce Jorge Brito (Banco Macro), encabezados por el expresidente de la cámara de AFJPs, Sebastián Palla, embarcaron anoche de regreso a Buenos Aires con las manos vacías, tras dos reuniones con el fondo NML en las cuales habían empezado incluso a discutir el monto de la transacción. Según relató a BAE Negocios uno de los participantes, las tratativas naufragaron debido a que los buitres exigían dinero en efectivo como condición sine qua non. De todos modos, quedó abierta la posibilidad de que tomen la posta bancos extranjeros con sede en el país e incluso la gran banca de inversión de Wall Street.
“Estábamos negociando hasta que empezó a hablar el ministro y ahí cambió completamente la situación. Los fondos dieron por terminado el debate porque él dijo que no se podía ofrecer nada más que a quienes entraron al canje y nosotros nos levantamos y nos fuimos”, dijo la fuente consultada. En su conferencia de prensa en el consulado argentino en la Gran Manzana, Kicillof había restado relevancia a esas tratativas. “Los banqueros argentinos no se presentaron a la reunión. Si había esa negociación en marcha, hoy no ocurrió”, aseguró.
En realidad las negociaciones sí tuvieron lugar, en estricta reserva, e incluso hubo dos reuniones consecutivas en la sede del fondo NML, sobre la calle 57, a dos cuadras del Central Park. El dueño del Macro, Jorge Brito, monitoreó las tratativas desde la City porteña, y se mostró muy contrariado ante sus íntimos cuando su desenlace fue negativo. Lo que las obturó, más que las declaraciones del ministro, fue la intransigencia de los buitres ante la perspectiva de que los banqueros de ADEBA pagaran por el juicio en bonos y no en efectivo.
Brito había recibido llamados durante todo el día de empresarios y banqueros interesados en participar en la movida para evitar el default. Debió devolverlas al caer la noche, frustrado por la negativa de la contraparte. Las negociaciones habían llegado incluso a la letra chica: según las fuentes, se llegó a hablar de u$s 1.600 millones entre capital e intereses a cambio de todos los bonos impagos en poder de NML (de Paul Singer), Blue Angel, Aurelius y los demás fondos buitre que lograron la sentencia a su favor del juez Thomas Griesa.
La negociación encarada en paralelo por entidades financieras del país para tratar de arribar a un acuerdo con los fondos buitre también tuvieron respuesta desfavorable. Argentina, así, entraría en un inminente default.
Por Alejandro Bercovich
Las negociaciones entre los fondos buitre y la delegación de la Asociación de Bancos de Capital Nacional (ADEBA) que voló sorpresivamente a Nueva York el martes por la noche para intentar comprarles el juicio contra Argentina terminaron abruptamente ayer por la tarde, en medio del discurso del ministro de Economía, Axel Kicillof. Los enviados de la cámara que conduce Jorge Brito (Banco Macro), encabezados por el expresidente de la cámara de AFJPs, Sebastián Palla, embarcaron anoche de regreso a Buenos Aires con las manos vacías, tras dos reuniones con el fondo NML en las cuales habían empezado incluso a discutir el monto de la transacción. Según relató a BAE Negocios uno de los participantes, las tratativas naufragaron debido a que los buitres exigían dinero en efectivo como condición sine qua non. De todos modos, quedó abierta la posibilidad de que tomen la posta bancos extranjeros con sede en el país e incluso la gran banca de inversión de Wall Street.
“Estábamos negociando hasta que empezó a hablar el ministro y ahí cambió completamente la situación. Los fondos dieron por terminado el debate porque él dijo que no se podía ofrecer nada más que a quienes entraron al canje y nosotros nos levantamos y nos fuimos”, dijo la fuente consultada. En su conferencia de prensa en el consulado argentino en la Gran Manzana, Kicillof había restado relevancia a esas tratativas. “Los banqueros argentinos no se presentaron a la reunión. Si había esa negociación en marcha, hoy no ocurrió”, aseguró.
En realidad las negociaciones sí tuvieron lugar, en estricta reserva, e incluso hubo dos reuniones consecutivas en la sede del fondo NML, sobre la calle 57, a dos cuadras del Central Park. El dueño del Macro, Jorge Brito, monitoreó las tratativas desde la City porteña, y se mostró muy contrariado ante sus íntimos cuando su desenlace fue negativo. Lo que las obturó, más que las declaraciones del ministro, fue la intransigencia de los buitres ante la perspectiva de que los banqueros de ADEBA pagaran por el juicio en bonos y no en efectivo.
Brito había recibido llamados durante todo el día de empresarios y banqueros interesados en participar en la movida para evitar el default. Debió devolverlas al caer la noche, frustrado por la negativa de la contraparte. Las negociaciones habían llegado incluso a la letra chica: según las fuentes, se llegó a hablar de u$s 1.600 millones entre capital e intereses a cambio de todos los bonos impagos en poder de NML (de Paul Singer), Blue Angel, Aurelius y los demás fondos buitre que lograron la sentencia a su favor del juez Thomas Griesa.