“Excelentes”. Con solo tres horas de sueño después de una maratónica sesión de 21 horas en el Club de París, el ministro de economía Axel Kicillof describió monosilábicamente las negociaciones que terminaron con un acuerdo por la deuda de US$ 9.700 millones a las seis de la mañana del jueves, en el dia de la Ascensión en Francia. Kicillof partió a Buenos Aires al mediodía, después de recibir las felicitaciones de Cristina Kirchner.
Una larga noche de negociaciones interminables, llamadas telefónicas a los 18 países acreedores, consultas, que dejaron insomne a la híper dinámica Clotilde L’ Angevin, secretaria general del Club de París y el pulso en esta maratón. Fue ella la intermediaria entre la Argentina y sus acreedores, bajo la mirada circunspecta de Ramón Fernández, el presidente del Club y director del tesoro francés. El ministro argentino expuso inicialmente y se largó la negociación.
Eran las seis de la mañana, en un día feriado en París, cuando el esperado mail con el acuerdo llegó a la casilla de esta corresponsal. Una larga noche en vela fue la estrategia utilizada por estos funcionarios jóvenes del Ministerio de Economía argentino, encabezados por un ministro de 42 años, que agotó a los delegados de los países acreedores, con un inesperado cambio de hábito de vida. Los británicos, japoneses, americanos, holandeses, que tienen la regimentaria costumbre de comer a las 18 y dormir temprano, se enfrentaron a una maratón de 21 horas, que los dejo insomnes, cansados y sin energía. Kicillof y su equipo de “Futbol 5 “ se habían ido a la cama a las 3 del día anterior, tras 18 horas de vuelo, para dar los últimos toques.
Los adormilados delegados de Austria, Bélgica,Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Japón, Holanda, España, Suecia, Suiza, Gran Bretaña y EE.UU. Israel también firmó.
Hubo observadores de Australia, Noruega, Rusia, el Banco Mundial, el BID, la comisión europea y el UNCTAD, que no participaron en las negociaciones. El mecanismo no fue bilateral: L’ Angevin centralizaba las propuestas, redactaba, recomponía, transmitía, retransmitía. Hasta que al final se firmó en la sala Bloch Lane de Bercy, sede del ministerio francés. La consolidación de los valores de la deuda fue el tema mas complejo.
“Se logró el objetivo” dijo una fuente argentina. “Asumir los compromisos sin comprometer el programa económico. Misión cumplida”. No hubo grandes celebraciones. A las siete y cuarto de la mañana, la mayor conquista era una almohada.
Una larga noche de negociaciones interminables, llamadas telefónicas a los 18 países acreedores, consultas, que dejaron insomne a la híper dinámica Clotilde L’ Angevin, secretaria general del Club de París y el pulso en esta maratón. Fue ella la intermediaria entre la Argentina y sus acreedores, bajo la mirada circunspecta de Ramón Fernández, el presidente del Club y director del tesoro francés. El ministro argentino expuso inicialmente y se largó la negociación.
Eran las seis de la mañana, en un día feriado en París, cuando el esperado mail con el acuerdo llegó a la casilla de esta corresponsal. Una larga noche en vela fue la estrategia utilizada por estos funcionarios jóvenes del Ministerio de Economía argentino, encabezados por un ministro de 42 años, que agotó a los delegados de los países acreedores, con un inesperado cambio de hábito de vida. Los británicos, japoneses, americanos, holandeses, que tienen la regimentaria costumbre de comer a las 18 y dormir temprano, se enfrentaron a una maratón de 21 horas, que los dejo insomnes, cansados y sin energía. Kicillof y su equipo de “Futbol 5 “ se habían ido a la cama a las 3 del día anterior, tras 18 horas de vuelo, para dar los últimos toques.
Los adormilados delegados de Austria, Bélgica,Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Japón, Holanda, España, Suecia, Suiza, Gran Bretaña y EE.UU. Israel también firmó.
Hubo observadores de Australia, Noruega, Rusia, el Banco Mundial, el BID, la comisión europea y el UNCTAD, que no participaron en las negociaciones. El mecanismo no fue bilateral: L’ Angevin centralizaba las propuestas, redactaba, recomponía, transmitía, retransmitía. Hasta que al final se firmó en la sala Bloch Lane de Bercy, sede del ministerio francés. La consolidación de los valores de la deuda fue el tema mas complejo.
“Se logró el objetivo” dijo una fuente argentina. “Asumir los compromisos sin comprometer el programa económico. Misión cumplida”. No hubo grandes celebraciones. A las siete y cuarto de la mañana, la mayor conquista era una almohada.
Qué nivel el periodismo argentino. Qué divinos que son.
– ‘Excelente’ es un monosílabo.
– Y el acuerdo se logró porque los argentinos ‘los cansaron’ y ‘los agotaron’…
La única cosa que falta pa’completar es un video de Kicillof donde diga ‘me quiero ir’ (y en la edición le hayan cortado ‘a dormir’).
Ja ja…
No, si de esta… otra que las inversiones en YPF del dolape procesado…
Pero e’ta e’… mundial:
«La recurrente estigmatización del FMI es un sello del modelo kirchnerista. Claro que detrás de los supuestos gestos de soberanía, nadie en el Gobierno está dispuesto a admitir cuánto dinero y cuántos puestos de trabajo le han costado al país los años de aislamiento del mundo…»
Molto vivace
¿Cómo sale de esta la biblia mitrista? Para Daiote o Davidenko emong aders of cors ja ja….
Sile:
Siendo yo aludido, me remito a mis comments del otro artículo:
http://artepolitica.com/lecturas/un-acuerdo-facil-kicillof-acepto-todas-las-condiciones/#comments
No vayas a faltar al agasajo que se hará (¿en La Rosada?) cuando llegue la primera misión del FMI (para lo cual falta aún un tiempito, pero todo llega).
En el mismo ‘Grupo’ dicen:
a) que todo era muy fácil porque Argentina hizo un ajuste ortodoxo igual o ‘mejor’ que los del FMI, y
b) que NO era fácil, hubo que agotarlos y tenerlos muertos de sueño para que firmaran…
Esperemos muchos más espumarajos de rabia en las fauces, en los próximos días. En los medios y en AP.
Sin contar con cómo van a sufrir de 2015 a 2019 and beyond.
Y me faltó la frutilla del postre: la invitación al BRICS.
Argentina es un actor de relevancia en la alimentación mundial.
Y ahora en riqueza de shale oil.
No me sorprendería que lleguemos a formar del BRICS, o sea, el BRICSA.
¡Gracias, Néstor!
¡Gracias Néstor!
No veo por qué enojarse: les ganamos por cansancio.
A confesión de partes, relevo de pruebas.
Kicilliof, el Maradona de las finanzas.
Otra virtud para nuestro acervo nacional.
«Larga noche en vela».
Minga, seguro que la pasaron aquí:
http://www.lido.fr/ES/
¡Aguanten los viáticos!