Fuerte caída de la producción industrial brasileña: 5,5%

Hay tres industrias donde el elevado endeudamiento de las clases medias brasileñas –o sus menores ingresos– repercuten en forma directa. Una es la de cosméticos; otra, la de productos de limpieza; y una tercera es la de zapatos. Cuando estos sectores registran bajas en la producción, como ha ocurrido en el primer semestre de este año, eso indica que a los ciudadanos ya no les queda margen ni para los pequeños lujos .
El último informe del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística sobre el Producto Bruto Industrial muestra la foto en números. Según este guarismo, hubo una caída de 5,5% en lo producido por las plantas fabriles de este país, entre junio último e igual mes del año pasado.
También reveló que ese mes tuvo, en particular, una pequeña mejora respecto de mayo: fue de 0,2%. Pero esa leve subida aparece después de tres caídas sucesivas (marzo, abril y mayo). Para el ministro de Hacienda Guido, Mantega, responsable directo por la marcha de la economía, ese apenas algo más que cero de crecimiento en junio indica un “viraje” del signo negativo que afecta a la producción brasileña.
“Vienen tiempos mejores” , dijo ayer en una conferencia de prensa, al llegar a la sede de su ministerio luego de un encuentro de dos horas con la presidenta Dilma Rousseff. Lo cierto es que el primer semestre pintó feo, con un retroceso acumulado de 3,8% entre enero y junio. “Es un punto de inflexión, después de tener un decrecimiento por varios meses consecutivos. Veo que de ahora en adelante habrá buenos resultados”. En línea con el funcionario, el titular del Banco Central, Alexandre Tombini, estimó ayer que “la economía empieza a recalentar”. El y su colega de Hacienda calculan que hasta fin de año habrá un crecimiento de 4%.
Economistas y empresarios son menos optimistas. Para la Confederación Nacional de la Industria, “se trata de un semestre perdido”.
La entidad evaluó que no se trata apenas de un fenómeno temporario que puede ser revertido con medidas de estímulo al consumo y a la producción. Precisamente, para la CNI “hay claras señales de agotamiento” de esa estrategia anti–cíclica. Hubo, entre las consultoras económicas, una “decepción” por el bajísimo nivel de crecimiento en junio. Esto revelaría, afirman, que “no hubo todavía una recuperación”. Y eso a pesar de la batería de estímulos que arbitró el gobierno de Dilma: se redujeron los impuestos sobre la línea blanca y sobre los autos; se facilitaron créditos a tasas bajas por parte del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES); y se eliminaron cargas sociales en 15 sectores industriales. Todo esto en un contexto de afloje monetario.
Nada de esto parece surtir gran efecto. Según Carlos Lessa, economista de izquierda que fue presidente del BNDES durante el primer gobierno de Lula da Silva, en Brasil no hay un proyecto económico de largo plazo. En su visión, la única estrategia expansiva de Dilma está relacionada con el sector petrolero. En un artículo publicado ayer, Lessa afirmó que Dilma “no está proponiendo un plan viable para los próximos años”. Dice que las empresas brasileñas ven en el endeudamiento familiar una amenaza creciente por la incapacidad de pago y no ven, del otro lado, una política capaz de “multiplicar empleos e ingresos”. Según el analista, Brasil es “extremadamente” vulnerable a las oscilaciones financieras . En cierto modo, su diagnóstico coincide con el esbozado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que subrayó en un documento reciente las debilidades del modelo brasileño. Según el Fondo, uno de los problemas de la economía de este país es que los ciudadanos tienen comprometido “en exceso” sus ingresos con el pago de las cuotas y de los intereses. De allí que un empeoramiento en el nivel de empleo puede llevar a una situación complicada. El gran problema brasileño son los intereses leoninos que los ciudadanos deben pagar por los créditos y que se miden en tasas que superan el 300 por ciento anual.
El Fondo, sin embargo, atenuó las críticas en ese dossier. El organismo financiero internacional sostuvo que “las incertidumbres se ven mitigadas por la sólida supervisión bancaria que realiza el gobierno y por los elevados niveles de protección a que son obligados los bancos en términos de capital y de liquidez”. La institución recomienda frenar la expansión del crédito, como herramienta para palanquear la economía.
De todos modos, la presidente Rousseff entiende que es preciso aumentar los instrumentos de incentivo. Lo piensa hacer, según señala la prensa brasileña, a través de obras públicas, por ejemplo, mediante la ampliación de la red ferroviaria por sistemas de concesión a privados.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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