“Lento, insensible, no sabe lo que pasa en la calle”. Ese es Mauricio Macri según Gabriel Katopodis, intendente de San Martín, peronista post K y artífice del grupo Esmeralda que se apartó del vórtice Cristina. Hace una pausa. Se corrige: «Para subir tarifas, para gobernar por decreto, para endeudarse son rápidos”.
– ¿Vidal es distinta?
– No. Forma parte del Gobierno. La apoyamos si combate las mafias pero no cuando banca el tarifazo.
– ¿Lo está haciendo?
– Los grandes problemas de la Provincia aun no los encaró: se tarda años pero un día hay que empezar. Dar chalecos y pedir declaraciones juradas está bien, pero no es una política de seguridad.
Al diagnóstico, Katopodis suma que el PRO “se enamoró de su relato” de anuncios sin resultados. «No hay obras. Y si hay son en municipios amigos del gobierno», dice.
– ¿Discriminan entre oficialistas y opositores?
– Son más rápidos con sus amigos. Se suponía que eso lo iban a cambiar, pero no.
Cita otro caso. Macri tardó 300 días en enviar gendarmes al conurbano y 15 días en pasarle la policía, con fondos incluidos, al gobierno porteño.
Los modos y el medio tono sacerdotal dan una pista de donde arrancó: se formó en la militancia religiosa, un pibe de Belgrano metido en la villa 20 de Lugano con los curas de “La opción por los pobres”. Latía la memoria de Carlos Mugica. Cada 11 de mayo, «Kato» va a la misa que recuerda al cura.
Desde allá viene, inoxidable, la amistad con Guido Lorenzino, el ex diputado que juró como Defensor del Pueblo. Habitaron galaxias en colisión: uno con Scioli, el otro con Sergio Massa.
– ¿Se arrepiente de haber pasado por el Frente Renovador?
– No. Fue genuino e interpretó a sectores medios y medio bajos con los que el kirchnerismo no supo conectar.
– ¿Y eso fracasó?
– Después no nos dio el cuero para dar el salto nacional.
– Los intendentes hablan de renovación. Otra vez.
– Por adentro del peronismo, para construir una base bien amplia que no le hable solo a los convencidos.
En la villa 20 conoció a Nancy, su esposa, madre de sus hijos. De ahí peregrinó al Mercado Central a ver a Juan Pablo II. Ya era peronista y Renovador, estaba en la JUP de Derecho, iba a la Unidad Básica que Carlos «Chacho» Alvarez tenia en Palermo Viejo y miltaba con Antonio Cafiero. “En la villa -recuerda- todos decían que votaban a Menem”.
En el interludio de Menem a Kirchner se apartó del PJ: se fascinó con Octavio “Pilo” Bordón y el Frepaso. Volvió con Néstor Kirchner y tomó distancia con Cristina. Al primer cargo de peso llegó de la mano de Jorge Varela, “El Gordo”, fallecido ex ministro de Felipe Solá..
En 2011 ganó la intendencia de San Martin mientras La Cámpora y el Gobierno impulsaban al radical Daniel Ivoskus, hoy diputado de Cambiemos. Tuvo dos aliados en esa pelea: Sergio Massa que, nacido en San Martín, lo ayudó en la campaña y Florencio Randazzo, el único K que lo apoyó.
– ¿Cristina candidata?
– No tenemos ni necesitamos candidato aún. Las PASO van a ser el método. Algunos vemos a Randazzo, otros a Scioli, algunos al kirchnerismo.
– ¿No hay una mirada romántica sobre las PASO? Después terminan siendo sanguinarias.
– Es un método bueno, transparente y democrático.
Katopodis dice que la derrota de 2015 refleja que con el kirchnerismo solo no alcanza y que además de hablar a los propios hay que seducir a los no convencidos.
“Los errores del Gobierno le salen muy caro a la gente: la gente está angustiada y nerviosa. Estaba preocupada por la inflación y la seguridad, y ahora además tiene miedo a perder el laburo”, alerta.
– Todos conocemos alguien que perdió el laburo y eso es muy grave.
– La herencia, dicen en Gobierno.
– Ya no se puede hablar de herencia. Los problemas de este Gobierno son por decisiones que tomó éste Gobierno. En la elección se va a discutir la gestión de Macri, por eso el peronismo no puede ofrecer una propuesta que sea mirar para atrás.
– ¿Vidal es distinta?
– No. Forma parte del Gobierno. La apoyamos si combate las mafias pero no cuando banca el tarifazo.
– ¿Lo está haciendo?
– Los grandes problemas de la Provincia aun no los encaró: se tarda años pero un día hay que empezar. Dar chalecos y pedir declaraciones juradas está bien, pero no es una política de seguridad.
Al diagnóstico, Katopodis suma que el PRO “se enamoró de su relato” de anuncios sin resultados. «No hay obras. Y si hay son en municipios amigos del gobierno», dice.
– ¿Discriminan entre oficialistas y opositores?
– Son más rápidos con sus amigos. Se suponía que eso lo iban a cambiar, pero no.
Cita otro caso. Macri tardó 300 días en enviar gendarmes al conurbano y 15 días en pasarle la policía, con fondos incluidos, al gobierno porteño.
Los modos y el medio tono sacerdotal dan una pista de donde arrancó: se formó en la militancia religiosa, un pibe de Belgrano metido en la villa 20 de Lugano con los curas de “La opción por los pobres”. Latía la memoria de Carlos Mugica. Cada 11 de mayo, «Kato» va a la misa que recuerda al cura.
Desde allá viene, inoxidable, la amistad con Guido Lorenzino, el ex diputado que juró como Defensor del Pueblo. Habitaron galaxias en colisión: uno con Scioli, el otro con Sergio Massa.
– ¿Se arrepiente de haber pasado por el Frente Renovador?
– No. Fue genuino e interpretó a sectores medios y medio bajos con los que el kirchnerismo no supo conectar.
– ¿Y eso fracasó?
– Después no nos dio el cuero para dar el salto nacional.
– Los intendentes hablan de renovación. Otra vez.
– Por adentro del peronismo, para construir una base bien amplia que no le hable solo a los convencidos.
En la villa 20 conoció a Nancy, su esposa, madre de sus hijos. De ahí peregrinó al Mercado Central a ver a Juan Pablo II. Ya era peronista y Renovador, estaba en la JUP de Derecho, iba a la Unidad Básica que Carlos «Chacho» Alvarez tenia en Palermo Viejo y miltaba con Antonio Cafiero. “En la villa -recuerda- todos decían que votaban a Menem”.
En el interludio de Menem a Kirchner se apartó del PJ: se fascinó con Octavio “Pilo” Bordón y el Frepaso. Volvió con Néstor Kirchner y tomó distancia con Cristina. Al primer cargo de peso llegó de la mano de Jorge Varela, “El Gordo”, fallecido ex ministro de Felipe Solá..
En 2011 ganó la intendencia de San Martin mientras La Cámpora y el Gobierno impulsaban al radical Daniel Ivoskus, hoy diputado de Cambiemos. Tuvo dos aliados en esa pelea: Sergio Massa que, nacido en San Martín, lo ayudó en la campaña y Florencio Randazzo, el único K que lo apoyó.
– ¿Cristina candidata?
– No tenemos ni necesitamos candidato aún. Las PASO van a ser el método. Algunos vemos a Randazzo, otros a Scioli, algunos al kirchnerismo.
– ¿No hay una mirada romántica sobre las PASO? Después terminan siendo sanguinarias.
– Es un método bueno, transparente y democrático.
Katopodis dice que la derrota de 2015 refleja que con el kirchnerismo solo no alcanza y que además de hablar a los propios hay que seducir a los no convencidos.
“Los errores del Gobierno le salen muy caro a la gente: la gente está angustiada y nerviosa. Estaba preocupada por la inflación y la seguridad, y ahora además tiene miedo a perder el laburo”, alerta.
– Todos conocemos alguien que perdió el laburo y eso es muy grave.
– La herencia, dicen en Gobierno.
– Ya no se puede hablar de herencia. Los problemas de este Gobierno son por decisiones que tomó éste Gobierno. En la elección se va a discutir la gestión de Macri, por eso el peronismo no puede ofrecer una propuesta que sea mirar para atrás.