Pero esa autocrítica tantas veces aludida nunca llega
No, no llega. El enemigo es muy poderoso, esto es cierto. Pero hubieron errores que incidieron, especialmente creo que el error sustancial fue el desencuentro de la presidenta con la clase trabajadora. Yo creo que más allá de los errores, o de las actitudes de Moyano que, teniendo toda la trayectoria que tenía, del MTA, de haber enfrentado a Menem, termina mal y ahora quiere reubicarse pero no es el camino que debía hacer, más allá de eso, creo que hubo errores de la parte nacional.
¿De la conducción?
De la conducción, sí. Creo que un poco incidió que se pensaba que se ganaba fácil, se percibió que había peligro en los últimos diez días y entonces los últimos diez días hubo una gran movilización pero tampoco Scioli era el hombre indicado para asegurar la profundización de esos procesos, porque estos procesos, a mi juicio, por la experiencia que uno tiene después de haber leído casos así, llega un punto que tienen que profundizarse. Yo me puse muy contento cuando [Héctor] Recalde propuso la distribución de las ganancias de las empresas a los trabajadores. Después cuando Cristina dijo que eso lo tenían que decidir los convenios y que eso no era por ley, no me gustó nada. Es decir, yo tengo por ella una consideración muy importante en cuanto a sus valores intelectuales, su capacidad que está lejísimo del resto de los políticos argentinos, pero creo que Néstor tenía lo que quizás ella no tuvo en su momento. Es decir, el aspecto político. Néstor lo hubiera agarrado a Moyano y le hubiera dicho “Negro, dejate de joder, te doy tres diputados más y te dejás de joder, porque vas a ir al abismo y nos vas a joder a nosotros también”. Y la prueba está en que en una provincia como Córdoba, que es una provincia agropecuaria pero que también tiene un importante sector industrial, se perdió por una abrumadora cantidad de votos. Por momentos daba la impresión, que habitualmente no se dice pero a mí me daba la impresión, de que Cristina consideraba que con La Cámpora era suficiente. Y yo le tengo un gran afecto a los chicos de La Cámpora y estos días estuve dando charlas y tienen muchas ganas pero necesitaban formación, necesitaban pasar de la militancia al cuadro político. Y eso lo descuidamos pensando que la cosa venía tan bien, y también en el resto de América Latina, que no se le dio la debida importancia. Y después vinieron los oportunistas de siempre, como el caso este de (José) López y de otros. Eso lo decía siempre Perón, el tipo que es un militante, un político y se encuentra con secretaria, auto, el restaurant, las tentaciones hacen que a veces se vaya aburguesando o burocratizando, y bueno, eso nos ha pasado con muchos, nos ha pasado hasta con dirigentes gremiales importantes también.