El tope salarial para no quedar alcanzado por Ganancias debería ser de $ 20.300 para los trabajadores solteros y de $ 24.600 para los casados con 2 hijos. Esos valores surgen de actualizar por la evolución de los salarios formales del Ministerio de Trabajo los valores que regían en 1999, antes que el entonces ministro José Luis Machinea aumentara la presión de este impuesto sobre los trabajadores. Y la mayoría de los que superaran ese tope pagarían una tasa del 6% sobre el excedente.
Sin embargo, como el mínimo no imponible se actualizó sólo parcialmente y las escalas siguen congeladas en los niveles de hace 14 años, el impuesto alcanza a los sueldos a partir de $ 15.000, pero con mínimos no imponibles más bajos, en una suerte de vuelta a la “tablita de Machinea”. Los que ganan entre $ 15.000 a $ 25.000 mensuales, pagan Ganancias sobre el excedente de $ 9.020 y los que cobran más de $ 25.000, tributan sobre el excedente de $ 7.516 mensuales. Así la mayoría de los alcanzados por Ganancias –más de un millón de trabajadores -paga tasas de entre el 27 y 35% (máxima).
En el caso de los autónomos –más de medio millón- el mínimo no imponible es más bajo y en proporción, pagan más.Esta diferencia cobra relevancia ante los reclamos de gremios como bancarios y petroleros. Incluso la CGT oficialista, que pidió reunirse con Cristina para hablar del tema.
El especialista César Litvin le dijo a Clarín que a partir de 2002, “los mínimos no imponibles crecieron mucho menos que el índice salarial. Eso trajo y trae como consecuencia que el Estado se queda con una porción significativa de los aumentos salariales y las recomposiciones salariales no llegan plenamente al bolsillo del trabajador”.
Litvin agregó que “el efecto se repotencia por el atraso en la actualización de la tabla progresiva del impuesto, congelada desde el año 2000, que hace que un trabajador con un ingreso imponible de $ 10.000 o más ya pague con la tasa máxima del 35%”.
Si esa tabla o escalas se hubiera actualizado, los trabajadores y autónomos alcanzados por Ganancias pagarían el 9%, o el 6% si se anulara la suba de alícuotas que dispuso Machinea en 2000. Actualmente la mayoría paga entre el 27 y 35%.“Con el atraso de los mínimos y el congelamiento de la tabla de alícuotas el Gobierno está manipulando el impuesto a las Ganancias, que solo debe gravar las ganancias. En un trabajador, desde el punto de visa tributario, la ganancia se produce luego de descontar los gastos esenciales de subsistencia digna que, además, han aumentado por la baja calidad de los servicios públicos, infraestructura, salud, educación, seguridad, transporte. En otros países los mínimos representan importes adecuados y aumentan para las personas mayores de 60 años por los mayores gastos de salud”, concluyó Litvin.
Así mientras los asalariados o jubilados pagan Ganancias a partir de niveles bajísimos, la renta financiera está exenta. Con la actualización del mínimo y de las escalas, el Gobierno no resignaría ingresos sino mantendría la recaudación real sin la distorsión que genera la inflación en perjuicio de trabajadores, jubilados y empleados.
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