Como ya adelantó elEconomista, Gas Natural ha logrado hacerse con el ‘megacontrato’ para abastecer de gas natural licuado a Argentina. La compañía catalana suministrará un total de 24 buques a la planta de regasificación de Escobar, lo que supone un contrato valorado en cerca de 1.200 millones de euros.
La gasista, que dirige Rafael Villaseca, presentó la semana pasada la oferta más baja para el suministro de estos cargamentos a un precio que ronda los 15,5 dólares (11,6 euros) por millón de btu (British Termal Unit) y ha logrado hacerse con este super contrato que supone, al mismo tiempo, abrir una brecha en el seno de la alianza con Repsol: Stream LNG.
Gas Natural (GAS.MC) prevé realizar las entregas a Argentina con tres buques que forman parte de esta joint venture -SCF Polar, SCF Artic y Norman Lady- y con uno que se contratará a Teekay. Tras este acuerdo, comienzan a surgir las primeras dudas sobre el futuro de la alianza entre la petrolera y la gasista para el negocio de GNL.
Repsol y Gas Natural han mantenido a lo largo de este año serias divergencias a cuenta del suministro a Argentina. Por un lado, la petrolera se queja de que su participada (que dispone del 31,2%) siga suministrando al país austral, mientras que ellos suspendieron el envío de buques el pasado mes de mayo, justo después de la expropiación de YPF en Argentina.
En aquel momento, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, incluso llegó a insinuar que la expropiación de YPF se producía en parte porque la petrolera no había aceptado las irregularidades existentes en algunas contrataciones de buques de GNL.
Repsol espera vender a lo largo del próximo mes de enero las plantas de regasificación de Perú, Trinidad y Tobago y Canadá, lo que supone la ruptura de una parte importante de la alianza, por lo que se abre la duda sobre si la petrolera y la gasista seguirán adelante con su acuerdo en estas nuevas circunstancias o si el nuevo socio -al que le venda Repsol (REP.MC) sus activos- será compatible con la gasista.
Repsol ofreció a Gas Natural participar en el proceso de compra de este negocio, pero el bajo precio que ofreció la compañía gasista añadió una mayor tensión a la relación ya compleja entre ambas empresas. Entretanto, la compañía gasista ha podido operar con libertad durante el 2012 ya que, pese a la oposición de la petrolera, Gas Natural ha podido realizar los envíos de 24 buques metaneros que tenían pactados con el Gobierno de Kirchner.
Condiciones del contrato
Argentina, a través de las gestiones realizadas por YPF y Enarsa, sólo ha recibido ofertas para 70 de los 83 buques que pretendía contratar, lo que mantiene la puerta abierta a nuevas ofertas y a un posterior aumento de los envíos que pudiera realizar Gas Natural.
Estos suministros resultan además muy rentables a la compañía ya que los precios que se pagan son en general muy elevados y por encima de la media del mercado.
Curiosamente, YPF ha actuado en esta venta como intermediario y Enarsa será la que tendrá que pagar la compra, en lo que supone una guerra de poder dentro del Ejecutivo de Kirchner entre el viceministro de Economía, Axel Kicillof, y el ministro de Planificación, Julio de Vido, por el control del sector energético.
Gas Natural no quiso ayer hacer declaraciones sobre este contrato, que las autoridades argentinas siguen aún sin anunciar públicamente, aunque las adjudicaciones se realizaron el pasado viernes, tal y como adelantó elEconomista. En esta ocasión, la gasista ha acudido a la puja sin contar con los servicios de la consultora del exministro de Menem, Roberto Dromi, siguiendo así las condiciones impuestas en el consejo de administración del pasado 30 de noviembre. Según explicaron fuentes conocedoras, Dromi tiene contrato con Gas Natural Fenosa hasta este próximo 31 de diciembre, ya que se renuevan cada año.
La compañía, con oficinas en Madrid, ha trabajado los últimos tres años para la gasista, así como para otras muchas grandes empresas españolas como Telefónica, Dragados, Ferrovial o la propia Repsol.
Eludir la confrontación
El consejo de administración de Gas Natural analizó el abastecimiento a Argentina en la reunión del pasado 30 de noviembre y se conjuró en la celebrada el viernes pasado para que no se conociera su contenido, aunque fuentes consultadas por este diario aseguran que se produjo con una mayor tranquilidad. Lo cierto es que ninguna de las dos partes quiere un enfrentamiento directo con la otra, pero el malestar es patente. La gasista no quiere renunciar a un suculento negocio en un momento en el que la reforma energética en España está estrangulando los márgenes.
La compañía tiene previsto presentar su plan estratégico el próximo mes de enero en que se fijará una estrategia más restrictiva con planes de inversión más ajustados y enfocado a la eficiencia financiera. Repsol nunca ha especificado qué activos de gas natural licuado ha puesto a la venta aunque se sabe que en la operación se incluían contratos de suministro desde Trinidad & Tobago a Bilbao, así como tres plantas de licuefacción, valoradas en cerca de 6.000 millones.
PUBLICIDAD
La gasista, que dirige Rafael Villaseca, presentó la semana pasada la oferta más baja para el suministro de estos cargamentos a un precio que ronda los 15,5 dólares (11,6 euros) por millón de btu (British Termal Unit) y ha logrado hacerse con este super contrato que supone, al mismo tiempo, abrir una brecha en el seno de la alianza con Repsol: Stream LNG.
Gas Natural (GAS.MC) prevé realizar las entregas a Argentina con tres buques que forman parte de esta joint venture -SCF Polar, SCF Artic y Norman Lady- y con uno que se contratará a Teekay. Tras este acuerdo, comienzan a surgir las primeras dudas sobre el futuro de la alianza entre la petrolera y la gasista para el negocio de GNL.
Repsol y Gas Natural han mantenido a lo largo de este año serias divergencias a cuenta del suministro a Argentina. Por un lado, la petrolera se queja de que su participada (que dispone del 31,2%) siga suministrando al país austral, mientras que ellos suspendieron el envío de buques el pasado mes de mayo, justo después de la expropiación de YPF en Argentina.
En aquel momento, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, incluso llegó a insinuar que la expropiación de YPF se producía en parte porque la petrolera no había aceptado las irregularidades existentes en algunas contrataciones de buques de GNL.
Repsol espera vender a lo largo del próximo mes de enero las plantas de regasificación de Perú, Trinidad y Tobago y Canadá, lo que supone la ruptura de una parte importante de la alianza, por lo que se abre la duda sobre si la petrolera y la gasista seguirán adelante con su acuerdo en estas nuevas circunstancias o si el nuevo socio -al que le venda Repsol (REP.MC) sus activos- será compatible con la gasista.
Repsol ofreció a Gas Natural participar en el proceso de compra de este negocio, pero el bajo precio que ofreció la compañía gasista añadió una mayor tensión a la relación ya compleja entre ambas empresas. Entretanto, la compañía gasista ha podido operar con libertad durante el 2012 ya que, pese a la oposición de la petrolera, Gas Natural ha podido realizar los envíos de 24 buques metaneros que tenían pactados con el Gobierno de Kirchner.
Condiciones del contrato
Argentina, a través de las gestiones realizadas por YPF y Enarsa, sólo ha recibido ofertas para 70 de los 83 buques que pretendía contratar, lo que mantiene la puerta abierta a nuevas ofertas y a un posterior aumento de los envíos que pudiera realizar Gas Natural.
Estos suministros resultan además muy rentables a la compañía ya que los precios que se pagan son en general muy elevados y por encima de la media del mercado.
Curiosamente, YPF ha actuado en esta venta como intermediario y Enarsa será la que tendrá que pagar la compra, en lo que supone una guerra de poder dentro del Ejecutivo de Kirchner entre el viceministro de Economía, Axel Kicillof, y el ministro de Planificación, Julio de Vido, por el control del sector energético.
Gas Natural no quiso ayer hacer declaraciones sobre este contrato, que las autoridades argentinas siguen aún sin anunciar públicamente, aunque las adjudicaciones se realizaron el pasado viernes, tal y como adelantó elEconomista. En esta ocasión, la gasista ha acudido a la puja sin contar con los servicios de la consultora del exministro de Menem, Roberto Dromi, siguiendo así las condiciones impuestas en el consejo de administración del pasado 30 de noviembre. Según explicaron fuentes conocedoras, Dromi tiene contrato con Gas Natural Fenosa hasta este próximo 31 de diciembre, ya que se renuevan cada año.
La compañía, con oficinas en Madrid, ha trabajado los últimos tres años para la gasista, así como para otras muchas grandes empresas españolas como Telefónica, Dragados, Ferrovial o la propia Repsol.
Eludir la confrontación
El consejo de administración de Gas Natural analizó el abastecimiento a Argentina en la reunión del pasado 30 de noviembre y se conjuró en la celebrada el viernes pasado para que no se conociera su contenido, aunque fuentes consultadas por este diario aseguran que se produjo con una mayor tranquilidad. Lo cierto es que ninguna de las dos partes quiere un enfrentamiento directo con la otra, pero el malestar es patente. La gasista no quiere renunciar a un suculento negocio en un momento en el que la reforma energética en España está estrangulando los márgenes.
La compañía tiene previsto presentar su plan estratégico el próximo mes de enero en que se fijará una estrategia más restrictiva con planes de inversión más ajustados y enfocado a la eficiencia financiera. Repsol nunca ha especificado qué activos de gas natural licuado ha puesto a la venta aunque se sabe que en la operación se incluían contratos de suministro desde Trinidad & Tobago a Bilbao, así como tres plantas de licuefacción, valoradas en cerca de 6.000 millones.
PUBLICIDAD