Rafael Gentili entró a la Legislatura en 2009. Fue parte de la lista de Proyecto Sur que encabezó Fernando «Pino» Solanas en su boleta para diputados y que obtuvo un sorprendente segundo lugar con el 24% de los votos. Después de tres años en el bloque, decidió romper y fundó, junto a Martín Becerra y a Gabriel Puricelli, Sumar I+D (Izquierda Democrática). «Fue un acto de liberación. Ahora podemos decir de cara a la sociedad lo que veníamos sosteniendo en Proyecto Sur con poco éxito. En ese aspecto sentimos que ya ganamos con la decisión», confiesa el diputado porteño, especialista en obra pública y uno de los pocos en atreverse a investigar la gestión del Grupo Roggio al frente de los subterráneos capitalinos. Empezar de cero tiene sus costos y Gentili lo sabe: para lograr un escaño porteño, deberá obtener alrededor de 50 mil votos. «Tenemos que enfrentarnos a un sistema electoral tramposo, estructurado en beneficio de las fuerzas grandes y perjuicio de las chicas. Una expresión de eso es la boleta de senadores y diputados pegada a la de legisladores porteños», explica. También remarcó que mientras en el terreno nacional se celebraron las primarias, en la Ciudad será la primera elección.
«Hay un problema de recursos: nosotros no tenemos acceso gratuito a la pauta de televisión, es una competencia muy desigual. Las fuerzas nacionales pueden hacer campaña por sus candidatos locales y eso desalienta el surgimiento de otras opciones, además de esconder en la opción local, cosas difícilmente sustentables si no estuvieran pegadas a las nacionales», aseguró.
Al igual que otros partidos, Sumar I+D ya realizó dos presentaciones judiciales: una para que las boletas de legisladores estén separadas de las de diputados y senadores, y otra para que todos las fuerzas locales puedan acceder a los espacios televisivos.
–¿Qué cosas eran «difíciles de sostener» para usted en Proyecto Sur?
–Me refiero a la vocación de gobernar la Ciudad y a la convicción de que nosotros éramos una fuerza local y debíamos priorizar la construcción de ese espacio local con vocación de gobernar la Ciudad y no de participar en el debate nacional por el hecho de participar. Entre los personalismos y las prácticas políticas hay una especie de desprecio por los asuntos de la Ciudad.
–¿A qué se refiere?
–Dedicarse a la Ciudad requiere tiempo, energía e inteligencia, y cuando vos ponés todo eso en los temas nacionales no te dedicás a la Ciudad y el resultado es que no ofrecés una propuesta de gobierno creíble en el orden local. Proyecto Sur despreció esa alternativa. No son alquimias electorales las que llevan a gobernar la Ciudad, sino un programa y la confluencia de fuerzas en torno a ese programa lo que te lleva a gobernar la Ciudad.
–¿Cuáles hubieran sido los aliados naturales para acordar ese programa?
–Apostamos a una convivencia Proyecto Sur-FAP y eso no se dio por las diferencias entre los líderes de esos espacios, pero claramente ese es el camino que hay que retomar después de octubre. Y para poder retomar ese camino hay que tener clara la importancia de qué está primero. Es obtuso pensar que la ciudadanía nos va a dar el voto de confianza si antes no demostramos que somos capaces de gobernar un distrito. Eso implica que nos saca de la carrera nacional por la presidencia en 2015, pero nos pone en la carrera por la Ciudad. Eso es lo que se desprecia, lo que no se comparte de los otros referentes en ese espacio. Peleamos hasta donde pudimos y ahora es la ciudadanía la que debe definir, valorar las posiciones y los trabajos legislativos que cada uno ha hecho en función de esas opciones políticas. En cuatro años desarrollamos un trabajo serio que no se quedó solamente en la crítica necesaria al PRO, sino que intentamos mostrar que se pueden hacer otras cosas. Denunciamos lo que nos parecía mal, pero mostramos protestas para gobernar la Ciudad.
–En la Legislatura la oposición tiene más legisladores que el PRO. ¿Por qué resultó tan complicado salirse de la agenda oficialista?
–En política la matemática no es tan exacta. En los hechos, si bien el PRO no tiene la mayoría del cuerpo, tiene la mayoría de las comisiones. Eso implica que maneja el funcionamiento de la Legislatura y qué cosas pasan al recinto. Los temas que no les interesan, no se tratan. Y al PRO le interesa más la confrontación con el gobierno nacional que otra cosa, porque cuando aparecen las leyes que tienen que ver con los negocios en la Ciudad, el kirchnerismo y el macrismo están de acuerdo.
–El gobierno porteño tomó deuda en los últimos años. ¿Estuvo bien invertido el dinero?
–La Ciudad se ha endeudado para cubrir gastos corrientes disfrazados de inversión pública o se usaron para obra pública menor. No veo una situación financiera complicada. El principal problema es en qué se gastan los cuantiosos recursos de la Ciudad, teniendo el privilegio de destinar a salarios solamente el 50% del Presupuesto. Si se toma la gran cantidad de recursos que dispuso la Ciudad y las pocas obras importantes que la mejoren significativamente, hay que pensar que el macrismo fue muy ineficiente en el gasto público.
–¿Qué balance hace de la gestión porteña del subte a nueve meses de su transferencia?
–Más allá de los vagones chinos en la línea A que ni siquiera fueron comprados por el gobierno de la Ciudad, cada día se viaja peor en el subterráneo. Se ve mucha improvisación, no se ven mejoras sino usos electoralistas del subte. Se inauguran estaciones en tiempo electoral sin planificar las cuestiones técnicas, tales como que no aumente la demora entre las frecuencias cuando el 23% del material rodante del subte esté fuera de servicio. Si esos coches estuvieran en funcionamiento, no habría esos problemas. No están en servicio porque a Metrovías y a los gobiernos que los controlan no les interesa.
–¿Qué haría falta para que el subte funcionara mejor?
–Ponerle zapatillas, pensarlo desde la necesidad del usuario y no desde la óptica de la empresa. «
propuestas en movilidad, vivienda y salud
En la propuesta de campaña de Sumar I+D figuran varios ejes que el espacio liderado por Rafael Gentili considera centrales para mejorar la gestión porteña y que esperan poder llevar al Parlamento.
En cuanto a la movilidad, Gentili propone «desarrollar el subte, e incorporar el tranvía, priorizándolo por sobre el Metrobus». Desde su punto de vista, «claramente las soluciones pasan por el desarrollo y mejora de los medios guiados, no tanto del colectivo». Otro tema es el de la vivienda. «Hacer efectivo el derecho a la vivienda, es una obligación del Estado garantizarlo», sostuvo el candidato. «La ganancias que obtiene todos los años el Banco Ciudad tienen que ser reinvertidas en tasas subsidiadas para créditos a la vivienda», reclamó. «Es necesario crear una oficina pública de alquileres que ponga en alquiler la totalidad de los bienes del Estado en el distrito, que además aquellos que tengan viviendas ociosas o en malas condiciones, poder incorporarlos al sistema a un precio más bajo que el del mercado actual», detalló.
En cuanto a educación, Sumar I+D se propone el «desarrollo de oferta pública en el nivel inicial y de la doble jornada en el nivel primario» porque «muchas familias deben recurrir a la educación privada ya que no tienen oferta en la pública ni de jardines maternales ni de escuelas de doble jornada. Si las dos cabezas de familia trabajan es bastante engorrosa la opción de mandar a tus hijos a una escuela pública».
Por último, en materia sanitaria, buscarán «extender el horario de atención de los hospitales hasta las 20hs». Gentili consideró que «los hospitales deberían empezar a atender pacientes de las obras sociales y prepagas. Eso generaría un ingreso adicional para los hospitales públicos y a las obras sociales bajar sus costos».
«Hay un problema de recursos: nosotros no tenemos acceso gratuito a la pauta de televisión, es una competencia muy desigual. Las fuerzas nacionales pueden hacer campaña por sus candidatos locales y eso desalienta el surgimiento de otras opciones, además de esconder en la opción local, cosas difícilmente sustentables si no estuvieran pegadas a las nacionales», aseguró.
Al igual que otros partidos, Sumar I+D ya realizó dos presentaciones judiciales: una para que las boletas de legisladores estén separadas de las de diputados y senadores, y otra para que todos las fuerzas locales puedan acceder a los espacios televisivos.
–¿Qué cosas eran «difíciles de sostener» para usted en Proyecto Sur?
–Me refiero a la vocación de gobernar la Ciudad y a la convicción de que nosotros éramos una fuerza local y debíamos priorizar la construcción de ese espacio local con vocación de gobernar la Ciudad y no de participar en el debate nacional por el hecho de participar. Entre los personalismos y las prácticas políticas hay una especie de desprecio por los asuntos de la Ciudad.
–¿A qué se refiere?
–Dedicarse a la Ciudad requiere tiempo, energía e inteligencia, y cuando vos ponés todo eso en los temas nacionales no te dedicás a la Ciudad y el resultado es que no ofrecés una propuesta de gobierno creíble en el orden local. Proyecto Sur despreció esa alternativa. No son alquimias electorales las que llevan a gobernar la Ciudad, sino un programa y la confluencia de fuerzas en torno a ese programa lo que te lleva a gobernar la Ciudad.
–¿Cuáles hubieran sido los aliados naturales para acordar ese programa?
–Apostamos a una convivencia Proyecto Sur-FAP y eso no se dio por las diferencias entre los líderes de esos espacios, pero claramente ese es el camino que hay que retomar después de octubre. Y para poder retomar ese camino hay que tener clara la importancia de qué está primero. Es obtuso pensar que la ciudadanía nos va a dar el voto de confianza si antes no demostramos que somos capaces de gobernar un distrito. Eso implica que nos saca de la carrera nacional por la presidencia en 2015, pero nos pone en la carrera por la Ciudad. Eso es lo que se desprecia, lo que no se comparte de los otros referentes en ese espacio. Peleamos hasta donde pudimos y ahora es la ciudadanía la que debe definir, valorar las posiciones y los trabajos legislativos que cada uno ha hecho en función de esas opciones políticas. En cuatro años desarrollamos un trabajo serio que no se quedó solamente en la crítica necesaria al PRO, sino que intentamos mostrar que se pueden hacer otras cosas. Denunciamos lo que nos parecía mal, pero mostramos protestas para gobernar la Ciudad.
–En la Legislatura la oposición tiene más legisladores que el PRO. ¿Por qué resultó tan complicado salirse de la agenda oficialista?
–En política la matemática no es tan exacta. En los hechos, si bien el PRO no tiene la mayoría del cuerpo, tiene la mayoría de las comisiones. Eso implica que maneja el funcionamiento de la Legislatura y qué cosas pasan al recinto. Los temas que no les interesan, no se tratan. Y al PRO le interesa más la confrontación con el gobierno nacional que otra cosa, porque cuando aparecen las leyes que tienen que ver con los negocios en la Ciudad, el kirchnerismo y el macrismo están de acuerdo.
–El gobierno porteño tomó deuda en los últimos años. ¿Estuvo bien invertido el dinero?
–La Ciudad se ha endeudado para cubrir gastos corrientes disfrazados de inversión pública o se usaron para obra pública menor. No veo una situación financiera complicada. El principal problema es en qué se gastan los cuantiosos recursos de la Ciudad, teniendo el privilegio de destinar a salarios solamente el 50% del Presupuesto. Si se toma la gran cantidad de recursos que dispuso la Ciudad y las pocas obras importantes que la mejoren significativamente, hay que pensar que el macrismo fue muy ineficiente en el gasto público.
–¿Qué balance hace de la gestión porteña del subte a nueve meses de su transferencia?
–Más allá de los vagones chinos en la línea A que ni siquiera fueron comprados por el gobierno de la Ciudad, cada día se viaja peor en el subterráneo. Se ve mucha improvisación, no se ven mejoras sino usos electoralistas del subte. Se inauguran estaciones en tiempo electoral sin planificar las cuestiones técnicas, tales como que no aumente la demora entre las frecuencias cuando el 23% del material rodante del subte esté fuera de servicio. Si esos coches estuvieran en funcionamiento, no habría esos problemas. No están en servicio porque a Metrovías y a los gobiernos que los controlan no les interesa.
–¿Qué haría falta para que el subte funcionara mejor?
–Ponerle zapatillas, pensarlo desde la necesidad del usuario y no desde la óptica de la empresa. «
propuestas en movilidad, vivienda y salud
En la propuesta de campaña de Sumar I+D figuran varios ejes que el espacio liderado por Rafael Gentili considera centrales para mejorar la gestión porteña y que esperan poder llevar al Parlamento.
En cuanto a la movilidad, Gentili propone «desarrollar el subte, e incorporar el tranvía, priorizándolo por sobre el Metrobus». Desde su punto de vista, «claramente las soluciones pasan por el desarrollo y mejora de los medios guiados, no tanto del colectivo». Otro tema es el de la vivienda. «Hacer efectivo el derecho a la vivienda, es una obligación del Estado garantizarlo», sostuvo el candidato. «La ganancias que obtiene todos los años el Banco Ciudad tienen que ser reinvertidas en tasas subsidiadas para créditos a la vivienda», reclamó. «Es necesario crear una oficina pública de alquileres que ponga en alquiler la totalidad de los bienes del Estado en el distrito, que además aquellos que tengan viviendas ociosas o en malas condiciones, poder incorporarlos al sistema a un precio más bajo que el del mercado actual», detalló.
En cuanto a educación, Sumar I+D se propone el «desarrollo de oferta pública en el nivel inicial y de la doble jornada en el nivel primario» porque «muchas familias deben recurrir a la educación privada ya que no tienen oferta en la pública ni de jardines maternales ni de escuelas de doble jornada. Si las dos cabezas de familia trabajan es bastante engorrosa la opción de mandar a tus hijos a una escuela pública».
Por último, en materia sanitaria, buscarán «extender el horario de atención de los hospitales hasta las 20hs». Gentili consideró que «los hospitales deberían empezar a atender pacientes de las obras sociales y prepagas. Eso generaría un ingreso adicional para los hospitales públicos y a las obras sociales bajar sus costos».