El ministro Soria y el rey Juan Carlos compartieron ayer un acto, junto con el presidente de Airbus Military, Domingo Ureña. Foto: Reuters
MADRID.- La rápida y enérgica intervención del gobierno de España en favor de los intereses de una de las empresas más importantes de ese país puso paños fríos a un discurso de Cristina Kirchner que pudo haber significado el principio del fin para la participación de Repsol en YPF.
Así lo entendieron ayer en esta ciudad en el sector empresarial y en los mercados, donde, incluso horas antes de que la Presidenta hablara en el Congreso, ya se percibía una fuerte sensación de alivio. Y el responsable de que los ánimos se distendieran en las oficinas centrales que Repsol posee en el madrileño Paseo de la Castellana fue el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, que viajó anteayer con carácter urgente a Buenos Aires para reunirse con funcionarios de la Casa Rosada y frenar, a través de intensas gestiones, cualquier avance del Gobierno para reestatizar o intervenir la «joya estratégica» de la industria petrolera española.
Según confiaron a LA NACION en esta ciudad fuentes del sector energético que siguen de cerca las negociaciones, «lo que más tranquilizó a la empresa», presidida por Antonio Brufau, «no fue» la ausencia de menciones de un cambio de rumbo en el control y la administración de YPF en el discurso presidencial, sino la difusión de las declaraciones del ministro Soria, en las que dijo que «no temía» una nacionalización de la compañía hispano-argentina. En concreto, el alto funcionario del gobierno de Mariano Rajoy, que permaneció 12 horas en la Argentina y regresó el martes a España, manifestó ayer, cerca de la hora de apertura de los mercados, su confianza en «poder limar las diferencias» entre el directorio de Repsol y el gobierno argentino .
Grupos de trabajo
En su breve estada en el país, Soria logró acercar posiciones con el Ministerio de Planificación Federal y llegó a un acuerdo con esa cartera para crear dos grupos técnicos de trabajo, uno a cada lado del océano Atlántico, con el propósito de recomponer las relaciones entre la petrolera y la administración kirchnerista.
«Ha habido [siempre] unas relaciones extraordinarias entre YPF, Repsol y el gobierno de la Argentina», dijo el ministro español, aunque luego reconoció la aparición de «algunas diferencias» que precipitaron las gestiones del gobierno de Rajoy, con el fin de evitar el total deterioro de ese vínculo. Y el grado de preocupación fue tan alto que, incluso, el diario español El País mencionó ayer la existencia de una llamada del rey Juan Carlos I a la Presidenta para disuadirla, supuestamente, de llevar adelante cualquier avance intervencionista.
Este cuadro de tensión lo completó esta semana la llegada a la Argentina, por tercera vez en el año, de Brufau, que por ese viaje de urgencia se vio impedido de asistir a la presentación de resultados globales de la empresa.
En la Argentina, los ministerios de Planificación Federal y de Economía buscaron anoche desmentir que la situación de YPF forme parte de la agenda bilateral con España. En un comunicado conjunto, los ministros Julio De Vido y Hernán Lorenzino negaron «la existencia o integración de ningún grupo técnico de trabajo conjunto con el gobierno español sobre temas relativos a la firma Repsol YPF».
No obstante, las oficinas de prensa de los ministros se vieron obligadas a reconocer la existencia de la reunión con el ministro español, de la que hasta ahora no habían informado. «Durante la audiencia realizada el martes en Buenos Aires por pedido expreso de los funcionarios del gobierno de España, se intercambió información general respecto de la situación y la evolución del sector energético», afirmaron.
En cambio, en España, Soria dio ayer claras señales de que el discurso de la Presidenta no incluiría anuncios altisonantes sobre la temida intervención del Estado en la administración de YPF, de la que Repsol tiene el 57,4% del paquete accionario . «YPF es una empresa sumamente importante y estratégica para España», afirmó el ministro de Rajoy, quien así ratificó el interés y la intención de Repsol de mantener el control de su filial argentina, que hoy es la mayor inversión industrial hecha por una empresa española fuera de sus límites territoriales.
Este fuerte respaldo a Brufau tuvo sus consecuencias inmediatas en el índice bursátil de Madrid (IBEX), donde los títulos de Repsol consiguieron rebotar un 2,78% a la hora de cierre de las operaciones, que coincidió con el momento en que la Presidenta promediaba su extenso discurso de apertura de sesiones ordinarias en el Congreso Nacional.
No obstante, los medios españoles destacaron las críticas que Cristina Kirchner hizo a Repsol durante su mensaje, al acusar a la empresa de reducir la producción de petróleo y favorecer el alza de las importaciones de combustible.
Cronología
Denuncian sobreprecios
El Gobierno denunció que YPF y otras cuatro petroleras se cartelizaron para cobrar sobreprecios en el gasoil a granel.
Advertencia presidencial
La Presidenta recordó a las petroleras que «el subsuelo es de los argentinos y está concesionado».
Versiones de estatización
Según el diario Página/12, «la bandera de la renacionalización de YPF vuelve a asomarse».
Seguidilla de medidas
El Gobierno no dejó a YPF comprar dólares para importar, le suspendió las operaciones de comercio exterior y le anuló una reunión de directorio; las provincias amenazaron con quitarle concesiones..
MADRID.- La rápida y enérgica intervención del gobierno de España en favor de los intereses de una de las empresas más importantes de ese país puso paños fríos a un discurso de Cristina Kirchner que pudo haber significado el principio del fin para la participación de Repsol en YPF.
Así lo entendieron ayer en esta ciudad en el sector empresarial y en los mercados, donde, incluso horas antes de que la Presidenta hablara en el Congreso, ya se percibía una fuerte sensación de alivio. Y el responsable de que los ánimos se distendieran en las oficinas centrales que Repsol posee en el madrileño Paseo de la Castellana fue el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, que viajó anteayer con carácter urgente a Buenos Aires para reunirse con funcionarios de la Casa Rosada y frenar, a través de intensas gestiones, cualquier avance del Gobierno para reestatizar o intervenir la «joya estratégica» de la industria petrolera española.
Según confiaron a LA NACION en esta ciudad fuentes del sector energético que siguen de cerca las negociaciones, «lo que más tranquilizó a la empresa», presidida por Antonio Brufau, «no fue» la ausencia de menciones de un cambio de rumbo en el control y la administración de YPF en el discurso presidencial, sino la difusión de las declaraciones del ministro Soria, en las que dijo que «no temía» una nacionalización de la compañía hispano-argentina. En concreto, el alto funcionario del gobierno de Mariano Rajoy, que permaneció 12 horas en la Argentina y regresó el martes a España, manifestó ayer, cerca de la hora de apertura de los mercados, su confianza en «poder limar las diferencias» entre el directorio de Repsol y el gobierno argentino .
Grupos de trabajo
En su breve estada en el país, Soria logró acercar posiciones con el Ministerio de Planificación Federal y llegó a un acuerdo con esa cartera para crear dos grupos técnicos de trabajo, uno a cada lado del océano Atlántico, con el propósito de recomponer las relaciones entre la petrolera y la administración kirchnerista.
«Ha habido [siempre] unas relaciones extraordinarias entre YPF, Repsol y el gobierno de la Argentina», dijo el ministro español, aunque luego reconoció la aparición de «algunas diferencias» que precipitaron las gestiones del gobierno de Rajoy, con el fin de evitar el total deterioro de ese vínculo. Y el grado de preocupación fue tan alto que, incluso, el diario español El País mencionó ayer la existencia de una llamada del rey Juan Carlos I a la Presidenta para disuadirla, supuestamente, de llevar adelante cualquier avance intervencionista.
Este cuadro de tensión lo completó esta semana la llegada a la Argentina, por tercera vez en el año, de Brufau, que por ese viaje de urgencia se vio impedido de asistir a la presentación de resultados globales de la empresa.
En la Argentina, los ministerios de Planificación Federal y de Economía buscaron anoche desmentir que la situación de YPF forme parte de la agenda bilateral con España. En un comunicado conjunto, los ministros Julio De Vido y Hernán Lorenzino negaron «la existencia o integración de ningún grupo técnico de trabajo conjunto con el gobierno español sobre temas relativos a la firma Repsol YPF».
No obstante, las oficinas de prensa de los ministros se vieron obligadas a reconocer la existencia de la reunión con el ministro español, de la que hasta ahora no habían informado. «Durante la audiencia realizada el martes en Buenos Aires por pedido expreso de los funcionarios del gobierno de España, se intercambió información general respecto de la situación y la evolución del sector energético», afirmaron.
En cambio, en España, Soria dio ayer claras señales de que el discurso de la Presidenta no incluiría anuncios altisonantes sobre la temida intervención del Estado en la administración de YPF, de la que Repsol tiene el 57,4% del paquete accionario . «YPF es una empresa sumamente importante y estratégica para España», afirmó el ministro de Rajoy, quien así ratificó el interés y la intención de Repsol de mantener el control de su filial argentina, que hoy es la mayor inversión industrial hecha por una empresa española fuera de sus límites territoriales.
Este fuerte respaldo a Brufau tuvo sus consecuencias inmediatas en el índice bursátil de Madrid (IBEX), donde los títulos de Repsol consiguieron rebotar un 2,78% a la hora de cierre de las operaciones, que coincidió con el momento en que la Presidenta promediaba su extenso discurso de apertura de sesiones ordinarias en el Congreso Nacional.
No obstante, los medios españoles destacaron las críticas que Cristina Kirchner hizo a Repsol durante su mensaje, al acusar a la empresa de reducir la producción de petróleo y favorecer el alza de las importaciones de combustible.
Cronología
Denuncian sobreprecios
El Gobierno denunció que YPF y otras cuatro petroleras se cartelizaron para cobrar sobreprecios en el gasoil a granel.
Advertencia presidencial
La Presidenta recordó a las petroleras que «el subsuelo es de los argentinos y está concesionado».
Versiones de estatización
Según el diario Página/12, «la bandera de la renacionalización de YPF vuelve a asomarse».
Seguidilla de medidas
El Gobierno no dejó a YPF comprar dólares para importar, le suspendió las operaciones de comercio exterior y le anuló una reunión de directorio; las provincias amenazaron con quitarle concesiones..