El gigante financiero Goldman Sachs puso a la venta las acciones que posee en el Grupo Clarín, según comunicó ayer de manera oficial el propio holding mediático a la Comisión Nacional de Valores (CNV) y la Bolsa de Comercio porteña. En total, Goldman Sachs busca desprenderse de 22.147.617 acciones clase “C” a un precio equivalente a U$S 3,4 por acción, razón por la cual –en principio–quien busque hacerse con esa participación deberá desembolsar unos U$S 75 millones.
No obstante, por medio de una cláusula contractual, los accionistas controlantes del Grupo Clarín –Héctor Magnetto, Ernestina Herrera de Noble, José Antonio Aranda y Lucio Pagliaro– tendrán durante un plazo de 28 días el derecho exclusivo a evaluar la oferta por el paquete accionario. Transcurrido ese período, el banco de inversión se encontrará habilitado para recibir propuestas de otros compradores.
Según la nota enviada a la CNV, los accionistas controlantes de Clarín “se encuentran analizando” la propuesta recibida.
Ya sea que los accionistas del Grupo Clarín lleven a cabo la recompra de la participación de Goldman Sachs o que esta sea vendida a un tercero, la operación financiera traerá aparejado cambios en la estructura accionionaria del principal grupo de medios del país. Goldman Sachs posee hoy el 9,1% del Grupo Clarín, en tanto que los socios controlantes poseen el 79,9 por ciento. El restante 19,9% corresponde al denominado “free float”, es decir, pequeñas cantidades de acciones que pertenecen a un variado grupo de inversores y cotizan en Bolsa.
“La oferta de Goldman Sachs equivale a una acción cotizada por encima de los $ 13, cuando la acción de Clarín hoy ronda los $ 10; no creo que los socios controlantes desembolsen U$S 75 para quedarse con esa participación”, analizó un directivo de la Bolsa de Comercio con muchos años de experiencia. “Además, se trata de una participación minoritaria; distinto sería el caso si se tratara de un porcentaje relevente, salvo que sea la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), por ejemplo, quien evalúe la compra. Ahí sí yo creo que Clarín compraría”, concluyó.
El 7 de febrero pasado, el Grupo Clarín comunicó a la Bolsa de Comercio las renuncias presentadas por dos titulares de Goldman en el directorio, Muneer Satter y David Castelblanco, ambos representantes de las acciones clase C. Ante un requerimiento de la Bolsa, tres días después, el Grupo Clarín informó en las notas recibidas por los directivos renunciantes “no se hace referencia a las razones por las cuales presentaron sus renuncias a los cargos de directores titulares de la sociedad por la clase C de acciones”.
Lo cierto es que la noticia sorprendió a los analistas y sociedades de Bolsa que operan en la city porteña. Entre las razones esbozadas para el eventual retiro de Goldman Sachs del negocio de Clarín se encuentra el enfrentamiento con el gobierno, que en un futuro no muy lejano podría redundar en la regulación del negocio de la televisión por cable, una actividad donde Cablevisión, del Grupo Clarín, mantiene una posición dominante.
Tal como Tiempo Argentino informó en forma exclusiva en su edición del lunes pasado, dos legisladores oficialistas buscarán en las próximas semanas reflotar un proyecto de ley presentado en mayo de 2011 que, en líneas generales, solicita que se establezcan las condiciones para saber cuáles son los costos reales del servicio y los niveles de ganancia de las compañías, para luego autorizar o no cambios en las tarifas que cobran las operadoras.
La iniciativa responde a los reclamos de diversas asociaciones de consumidores, ante los reiterados “tarifazos” impuestos por Cablevisión que hacen caso omiso de las normativas elaboradas por la secretaría de Comercio Interior.
“Tenemos la expectativa de que con la nueva conformación del Congreso, con menos influencia del Grupo A, empiece a tener tratamiento la regulación del cable”, aseguró el diputado del Frente para la Victoria Remo Carlotto.
Casi el 50% del mercado de cable pertenece a Cablevisión que, tras la controvertida fusión con Multicanal, dispone de manera monopólica del servicio en distintas localidades del interior del país y de la Ciudad de Buenos Aires.
“Yo creo que hay un componente político importante. Goldman Sachs está viendo que puede haber en el futuro algún tipo de problema de índole político que puede alterar la rentabilidad del Grupo Clarín”, indicó a este diario Rubén Pasquali, analista de Mayoral Bursátil. Tras la salida a Bolsa de Grupo Clarín en 2007, Goldman Sach posee el 9,11% del capital social a través de GS Unidos LLC, GS Private Equity Partners II, Direct Investment Fund LP, GS Capital Partners III y GS Private Equity Partners 1999 Direct Investment Fund, LP.
“Todavía no hay una lectura nítida. Esta claro que Goldman se quiere salir del negocio, pero también está claro que tiene problemas en varias partes del mundo, incluso tiene que hacer frente a multas impuestas por las autoridades de los Estados Unidos”, explicó Pasquali. Y agregó: “Es probable que los enfrentamientos con el gobierno, sumado a la regulación de la televisión por cable se traduzca en el futuro en una baja en el precio de las acciones, disminuya la rentabilidad y, ante escenario, el banco se anticipa y vende. La otra posibilidad es que ya tenga un comprador.” <
Antecedentes
Goldman Sachs entró en el negocio del Grupo Clarín en el año 1999, donde llegó a tener una participación del 18 por ciento.
La entidad financiera perdió el estatus de banco de inversión con el estallido de la crisis de 2008 en Wall Street, y debió ser rescatado por la Reserva Federal de ese país.
Entre las razones por la venta se encontraría la pelea de Clarín con el gobierno, y la futura discusión de un marco regulatorio para el negocio del cable.
Dos directores de Goldman renunciaron la semana pasada.
Entre la caída de Wall Street y Malvinas
Goldman Sachs desembarcó en la Argentina en el año 1999. Según el sitio web del Grupo Clarín, “el 27 de diciembre de 1999, el Grupo Clarín SA y Goldman Sachs suscribieron un acuerdo de asociación, por el cual Goldman realizó una inversión directa en el Grupo Clarín SA”.
El fondo de inversión –líder entre los especuladores de Wall Street y con un destacado papel en la explosión de la burbuja financiera de 2008- actuó como la puerta de entrada para que el multimedios conducido por Héctor Magnetto ingrese al mercado internacional de capitales, previo a la expansión de otros negocios locales como Internet y la televisión por cable.
A fines de 2010, y contrariando el histórico reclamo y lucha de la Argentina por la soberanía en las Islas Malvinas, el banco estadounidensen elaboró un documento donde aconsejaba a su extensa cartera de clientes invertir en la búsqueda de petróleo en las islas del Atlántico Sur. “Las Falklands continuarán siendo un foco importante en el mediano plazo para inversiones en hidrocarburos de empresas europeas”, aseguraba Goldman.
Conflicto con la ANSES
La ANSES, que posee el 9% de las acciones de Clarín, presentó una demanda contra el Grupo Clarín por la presunta violación a la Ley de Sociedades Comerciales, como respuesta a las impugnaciones que realizó el organismo durante la última asamblea de accionistas de la compañía que tuvo lugar el 28 de abril de 2010.
¿Cuáles son los argumentos legales? Durante aquella jornada, los accionistas mayoritarios del holding, Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble, estuvieron representados por dos fondos de inversión con domicilio en el extranjero, el HHM Grupo Clarín New York Trust y ELHN Grupo Clarín, respectivamente según sus iniciales. Tras los requerimientos, el Grupo Clarín hizo un reconocimiento expreso de que opera en el país por medio de sociedades que no se encuentran registradas bajo la ley nacional.Para los abogados del monopolio mediático es “innecesaria” dicha inscripción.
La Ley de Sociedades Comerciales (19.550) establece en su artículo 123 que las entidades extranjeras deben estar inscriptas en la Argentina a los efectos de participar en una sociedad local.
El negocio del cable
El manejo monopólico del negocio del cable y la ausencia de una legislación adecuada llevó a que Cablevisión maneje con discrecionalidad los aumentos en sus cuadros tarifarios a partir de un sistema bien definido. El año pasado, por ejemplo, impuso tres aumentos que oscilaron entre el 10 y 15% cada uno de ellos. En ningún caso la empresa informó a las autoridades las razones de dichos aumentos, y apeló a la denominada “justicia cautelar” para defender la presunta legalidad de su accionar.
En Argentina hay más de 6 millones de hogares clientes de la tv por cable. Casi el 50% del mercado es del Grupo Clarín, con usuarios de Cablevisión y los que heredó de la fusión con Multicanal. El 12% está en manos de Directv, un 8% es de Supercanal, un 7% de Telecentro y el 25 restante se divide entre cableros pymes.
La ausencia de un marco regulatorio específico genera un escenario de similares características al vigente hasta la sanción de la ley de prepagas, el año pasado, donde los actores de mayor peso cometen abusos frente a los usuarios.
No obstante, por medio de una cláusula contractual, los accionistas controlantes del Grupo Clarín –Héctor Magnetto, Ernestina Herrera de Noble, José Antonio Aranda y Lucio Pagliaro– tendrán durante un plazo de 28 días el derecho exclusivo a evaluar la oferta por el paquete accionario. Transcurrido ese período, el banco de inversión se encontrará habilitado para recibir propuestas de otros compradores.
Según la nota enviada a la CNV, los accionistas controlantes de Clarín “se encuentran analizando” la propuesta recibida.
Ya sea que los accionistas del Grupo Clarín lleven a cabo la recompra de la participación de Goldman Sachs o que esta sea vendida a un tercero, la operación financiera traerá aparejado cambios en la estructura accionionaria del principal grupo de medios del país. Goldman Sachs posee hoy el 9,1% del Grupo Clarín, en tanto que los socios controlantes poseen el 79,9 por ciento. El restante 19,9% corresponde al denominado “free float”, es decir, pequeñas cantidades de acciones que pertenecen a un variado grupo de inversores y cotizan en Bolsa.
“La oferta de Goldman Sachs equivale a una acción cotizada por encima de los $ 13, cuando la acción de Clarín hoy ronda los $ 10; no creo que los socios controlantes desembolsen U$S 75 para quedarse con esa participación”, analizó un directivo de la Bolsa de Comercio con muchos años de experiencia. “Además, se trata de una participación minoritaria; distinto sería el caso si se tratara de un porcentaje relevente, salvo que sea la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), por ejemplo, quien evalúe la compra. Ahí sí yo creo que Clarín compraría”, concluyó.
El 7 de febrero pasado, el Grupo Clarín comunicó a la Bolsa de Comercio las renuncias presentadas por dos titulares de Goldman en el directorio, Muneer Satter y David Castelblanco, ambos representantes de las acciones clase C. Ante un requerimiento de la Bolsa, tres días después, el Grupo Clarín informó en las notas recibidas por los directivos renunciantes “no se hace referencia a las razones por las cuales presentaron sus renuncias a los cargos de directores titulares de la sociedad por la clase C de acciones”.
Lo cierto es que la noticia sorprendió a los analistas y sociedades de Bolsa que operan en la city porteña. Entre las razones esbozadas para el eventual retiro de Goldman Sachs del negocio de Clarín se encuentra el enfrentamiento con el gobierno, que en un futuro no muy lejano podría redundar en la regulación del negocio de la televisión por cable, una actividad donde Cablevisión, del Grupo Clarín, mantiene una posición dominante.
Tal como Tiempo Argentino informó en forma exclusiva en su edición del lunes pasado, dos legisladores oficialistas buscarán en las próximas semanas reflotar un proyecto de ley presentado en mayo de 2011 que, en líneas generales, solicita que se establezcan las condiciones para saber cuáles son los costos reales del servicio y los niveles de ganancia de las compañías, para luego autorizar o no cambios en las tarifas que cobran las operadoras.
La iniciativa responde a los reclamos de diversas asociaciones de consumidores, ante los reiterados “tarifazos” impuestos por Cablevisión que hacen caso omiso de las normativas elaboradas por la secretaría de Comercio Interior.
“Tenemos la expectativa de que con la nueva conformación del Congreso, con menos influencia del Grupo A, empiece a tener tratamiento la regulación del cable”, aseguró el diputado del Frente para la Victoria Remo Carlotto.
Casi el 50% del mercado de cable pertenece a Cablevisión que, tras la controvertida fusión con Multicanal, dispone de manera monopólica del servicio en distintas localidades del interior del país y de la Ciudad de Buenos Aires.
“Yo creo que hay un componente político importante. Goldman Sachs está viendo que puede haber en el futuro algún tipo de problema de índole político que puede alterar la rentabilidad del Grupo Clarín”, indicó a este diario Rubén Pasquali, analista de Mayoral Bursátil. Tras la salida a Bolsa de Grupo Clarín en 2007, Goldman Sach posee el 9,11% del capital social a través de GS Unidos LLC, GS Private Equity Partners II, Direct Investment Fund LP, GS Capital Partners III y GS Private Equity Partners 1999 Direct Investment Fund, LP.
“Todavía no hay una lectura nítida. Esta claro que Goldman se quiere salir del negocio, pero también está claro que tiene problemas en varias partes del mundo, incluso tiene que hacer frente a multas impuestas por las autoridades de los Estados Unidos”, explicó Pasquali. Y agregó: “Es probable que los enfrentamientos con el gobierno, sumado a la regulación de la televisión por cable se traduzca en el futuro en una baja en el precio de las acciones, disminuya la rentabilidad y, ante escenario, el banco se anticipa y vende. La otra posibilidad es que ya tenga un comprador.” <
Antecedentes
Goldman Sachs entró en el negocio del Grupo Clarín en el año 1999, donde llegó a tener una participación del 18 por ciento.
La entidad financiera perdió el estatus de banco de inversión con el estallido de la crisis de 2008 en Wall Street, y debió ser rescatado por la Reserva Federal de ese país.
Entre las razones por la venta se encontraría la pelea de Clarín con el gobierno, y la futura discusión de un marco regulatorio para el negocio del cable.
Dos directores de Goldman renunciaron la semana pasada.
Entre la caída de Wall Street y Malvinas
Goldman Sachs desembarcó en la Argentina en el año 1999. Según el sitio web del Grupo Clarín, “el 27 de diciembre de 1999, el Grupo Clarín SA y Goldman Sachs suscribieron un acuerdo de asociación, por el cual Goldman realizó una inversión directa en el Grupo Clarín SA”.
El fondo de inversión –líder entre los especuladores de Wall Street y con un destacado papel en la explosión de la burbuja financiera de 2008- actuó como la puerta de entrada para que el multimedios conducido por Héctor Magnetto ingrese al mercado internacional de capitales, previo a la expansión de otros negocios locales como Internet y la televisión por cable.
A fines de 2010, y contrariando el histórico reclamo y lucha de la Argentina por la soberanía en las Islas Malvinas, el banco estadounidensen elaboró un documento donde aconsejaba a su extensa cartera de clientes invertir en la búsqueda de petróleo en las islas del Atlántico Sur. “Las Falklands continuarán siendo un foco importante en el mediano plazo para inversiones en hidrocarburos de empresas europeas”, aseguraba Goldman.
Conflicto con la ANSES
La ANSES, que posee el 9% de las acciones de Clarín, presentó una demanda contra el Grupo Clarín por la presunta violación a la Ley de Sociedades Comerciales, como respuesta a las impugnaciones que realizó el organismo durante la última asamblea de accionistas de la compañía que tuvo lugar el 28 de abril de 2010.
¿Cuáles son los argumentos legales? Durante aquella jornada, los accionistas mayoritarios del holding, Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble, estuvieron representados por dos fondos de inversión con domicilio en el extranjero, el HHM Grupo Clarín New York Trust y ELHN Grupo Clarín, respectivamente según sus iniciales. Tras los requerimientos, el Grupo Clarín hizo un reconocimiento expreso de que opera en el país por medio de sociedades que no se encuentran registradas bajo la ley nacional.Para los abogados del monopolio mediático es “innecesaria” dicha inscripción.
La Ley de Sociedades Comerciales (19.550) establece en su artículo 123 que las entidades extranjeras deben estar inscriptas en la Argentina a los efectos de participar en una sociedad local.
El negocio del cable
El manejo monopólico del negocio del cable y la ausencia de una legislación adecuada llevó a que Cablevisión maneje con discrecionalidad los aumentos en sus cuadros tarifarios a partir de un sistema bien definido. El año pasado, por ejemplo, impuso tres aumentos que oscilaron entre el 10 y 15% cada uno de ellos. En ningún caso la empresa informó a las autoridades las razones de dichos aumentos, y apeló a la denominada “justicia cautelar” para defender la presunta legalidad de su accionar.
En Argentina hay más de 6 millones de hogares clientes de la tv por cable. Casi el 50% del mercado es del Grupo Clarín, con usuarios de Cablevisión y los que heredó de la fusión con Multicanal. El 12% está en manos de Directv, un 8% es de Supercanal, un 7% de Telecentro y el 25 restante se divide entre cableros pymes.
La ausencia de un marco regulatorio específico genera un escenario de similares características al vigente hasta la sanción de la ley de prepagas, el año pasado, donde los actores de mayor peso cometen abusos frente a los usuarios.