El Banco Central (BCRA) volvió a esterilizar pesos en niveles récord. En su clásica subasta de Letras (Lebac) y Notas (Nobac) de los martes, ayer retiró de la economía doméstica unos $ 2.005 millones. Esta semana llamó a licitación por $ 1.000 millones y las propuestas de los bancos alcanzaron un nivel máximo de $ 4.494 millones demanda que no se registraba desde hace más de un año, de los cuales el ente decidió adjudicar $ 3.503 millones, cuando vencían $ 1.478 millones.
La cifra esterilizada se sumó a los $ 3.000 millones que la entidad que comanda Mercedes Marcó del Pont absorbió entre las dos últimas licitaciones (las primeras dos de 2012). De esta manera, la autoridad monetaria ya retiró todos los pesos emitidos por compras de dólares en el año en el mercado oficial de cambios. Desde que arrancó el 2012 a hoy, la mesa oficial compró cerca de u$s 1.000 millones, según datos del mercado. El monto equivale a unos $ 4.330 millones, calculados por el promedio del precio del tipo de cambio del mes de $ 4,33. En las tres primeras semanas del año, el Central retiró a través de colocación de sus bonos unos $ 5.000 millones.
Ésta es una buena noticia para el Gobierno ya que supone no seguir inyectando tantos pesos a una economía claramente recalentada y con una inflación que sigue preocupando en los albores del 20% anual (según estimaciones de privados). En 2012 los precios prometen dispararse, con aumentos de tarifas y salarial mediante y un propósito oficial de seguir expandiendo el crédito en niveles récord.
Durante el 2011 al BCRA le costó renovar vencimientos de su deuda (a través de la que regula la masas monetaria) y, de hecho, terminó inyectando dinero por esta vía (cerca de $ 15.000 millones, casi la mitad de la expansión monetaria), a contramano de lo que planteaba en su Programa Monetario previsto para ese año. La vuelta de tuerca se logró a raíz de un cóctel que hasta el momento beneficia las políticas y objetivos de Olivos, con perspectivas de cuentas fiscales más débiles. El corralito verde como suelen llamar en las mesas financieras a los controles cambiarios sumado a otras medidas como la traba a las importaciones, permite a Marcó del Pont, por un lado, sumar reservas a través de compras por el mercado cambiario. Y es que la mesa oficial se convirtió en la única que absorbe la oferta de dólares. Pero, por otra parte, a raíz de las restricciones, volvió a esterilizar, debido a un enorme colchón de pesos ociosos que existe en los bancos.
Hay que marcar que enero (como diciembre y febrero) es un mes salpicado por una estacionalidad que ensancha la liquidez del sistema. No obstante, en los bancos señalan fondos extra a raíz de la puesta en marcha de restricciones para las compras de divisas. Muchos inversores no encontraron en dónde colocar sus pesos y la mayoría o bien los dejó a la vista o bien constituyó una colocación a plazo. En las entidades financieras señalan como dato que los plazos fijos mayoristas (colocaciones superiores a $ 1 millón) avanzaron $ 3.728 millones hasta los $ 54.100 millones en diciembre. Se está evidenciando en las empresas o grandes inversores un flujo de fondos ocioso al no poder volcarse al dólar, dijeron ediciones atrás en un banco grande. Como ejemplo, contrastaron el crecimiento de este segmento con el de años anteriores. En diciembre de 2010, con la misma estacionalidad, los plazos fijos mayoristas apenas se habían movido, sólo unos $ 515 millones y en diciembre de 2009, incluso habían bajado ($ 1.505 millones).
Esto se evidencia también en l
a abultada avidez de los bancos por renovar Lebac, aún cuando las tasas están bajando. En rigor, en el sector están previendo al menos una estabilidad en el costo del dinero. Por eso, también creció el interés por bonos a tasa fija (Lebac), cuando hasta septiembre pasado, la mayoría de lo demandado iba a variable (Nobac). Pero la cautela sigue: casi todo va al plazo más corto de Lebac (133 días).
La cifra esterilizada se sumó a los $ 3.000 millones que la entidad que comanda Mercedes Marcó del Pont absorbió entre las dos últimas licitaciones (las primeras dos de 2012). De esta manera, la autoridad monetaria ya retiró todos los pesos emitidos por compras de dólares en el año en el mercado oficial de cambios. Desde que arrancó el 2012 a hoy, la mesa oficial compró cerca de u$s 1.000 millones, según datos del mercado. El monto equivale a unos $ 4.330 millones, calculados por el promedio del precio del tipo de cambio del mes de $ 4,33. En las tres primeras semanas del año, el Central retiró a través de colocación de sus bonos unos $ 5.000 millones.
Ésta es una buena noticia para el Gobierno ya que supone no seguir inyectando tantos pesos a una economía claramente recalentada y con una inflación que sigue preocupando en los albores del 20% anual (según estimaciones de privados). En 2012 los precios prometen dispararse, con aumentos de tarifas y salarial mediante y un propósito oficial de seguir expandiendo el crédito en niveles récord.
Durante el 2011 al BCRA le costó renovar vencimientos de su deuda (a través de la que regula la masas monetaria) y, de hecho, terminó inyectando dinero por esta vía (cerca de $ 15.000 millones, casi la mitad de la expansión monetaria), a contramano de lo que planteaba en su Programa Monetario previsto para ese año. La vuelta de tuerca se logró a raíz de un cóctel que hasta el momento beneficia las políticas y objetivos de Olivos, con perspectivas de cuentas fiscales más débiles. El corralito verde como suelen llamar en las mesas financieras a los controles cambiarios sumado a otras medidas como la traba a las importaciones, permite a Marcó del Pont, por un lado, sumar reservas a través de compras por el mercado cambiario. Y es que la mesa oficial se convirtió en la única que absorbe la oferta de dólares. Pero, por otra parte, a raíz de las restricciones, volvió a esterilizar, debido a un enorme colchón de pesos ociosos que existe en los bancos.
Hay que marcar que enero (como diciembre y febrero) es un mes salpicado por una estacionalidad que ensancha la liquidez del sistema. No obstante, en los bancos señalan fondos extra a raíz de la puesta en marcha de restricciones para las compras de divisas. Muchos inversores no encontraron en dónde colocar sus pesos y la mayoría o bien los dejó a la vista o bien constituyó una colocación a plazo. En las entidades financieras señalan como dato que los plazos fijos mayoristas (colocaciones superiores a $ 1 millón) avanzaron $ 3.728 millones hasta los $ 54.100 millones en diciembre. Se está evidenciando en las empresas o grandes inversores un flujo de fondos ocioso al no poder volcarse al dólar, dijeron ediciones atrás en un banco grande. Como ejemplo, contrastaron el crecimiento de este segmento con el de años anteriores. En diciembre de 2010, con la misma estacionalidad, los plazos fijos mayoristas apenas se habían movido, sólo unos $ 515 millones y en diciembre de 2009, incluso habían bajado ($ 1.505 millones).
Esto se evidencia también en l
a abultada avidez de los bancos por renovar Lebac, aún cuando las tasas están bajando. En rigor, en el sector están previendo al menos una estabilidad en el costo del dinero. Por eso, también creció el interés por bonos a tasa fija (Lebac), cuando hasta septiembre pasado, la mayoría de lo demandado iba a variable (Nobac). Pero la cautela sigue: casi todo va al plazo más corto de Lebac (133 días).