Graciela Ocaña no oculta sus ambiciones políticas. Mi sueño es gobernar la Ciudad de Buenos Aires, confiesa la diputada, y en esa dirección está conformando un espacio propio, Confianza Pública, para el 2015. En un reportaje con El Cronista, la hormiguita, apodo que fue lo único que se llevó del ARI de Elisa Carrió, destacó también como positivo en la oposición el acuerdo logrado en el Congreso para oponerse a una re- reelección presidencial y aseguró que lo Kirchner no tiene herederos.
¿Cómo analiza el año del Gobierno?
No le fue bien. El 54% de 2011 lo perdió, principalmente porque entendió mal el sentido de los votos, que era el apoyo a una gestión pero que necesitaba retoques. No la votaron para ir por todo y con todo. Y los argentinos advirtieron los problemas económicos que señalamos en la campaña, la falta de gestión en transporte, energía, inflación; y especialmente, la poca sensibilidad que la Presidenta mostró en la tragedia de Once, en la que ni siquiera pudo acompañar el dolor de los familiares cuando muchos de la que la votaron la acompañaron a ella ante sus dificultades.
Creó el ministerio de Transporte…
No se borran 9 años de mala gestión creando ministerios.
¿Las restricciones al dólar las considera, como dice el Gobierno, una barreras defensiva ante la crisis?
El cepo cambiario existe por las dificultades que hay en el tema energético. Y agravado por la poca credibilidad del Gobierno. Si algo sobra hoy en el mundo son inversores y dólares: las tasas de interés están por el piso y la Argentina no puede captarlas, como sí lo hacen países vecinos, por falta de políticas y la falta de seguridad jurídica. Por ejemplo, YPF. Más allá del debate de la medida de fondo, está el cómo se hizo. La Presidenta no llega a comprenderlo y nos muestra una mujer que está llevando adelante luchas que ella sola considera que pueden cambiar el país. Las batallas de los argentinos son la inflación, la seguridad, el transporte, la educación, la salud, la corrupción, pero ella cree que es terminar con el Grupo Clarín. Además es por una ley que atrasa, que no habla sobre las nuevas tecnologías. Esto demuestra que la Presidenta siempre piensa en el pasado.
¿La amenaza de la re-re es real?
El Gobierno no planteará una reforma constitucional para la re-reelección, sino para otras cosas, como democratizar la Justicia. Ella está a favor de la re-re, la avaló con Menem y en Santa Cruz.
El cristinismo plantea que sin re-re buscarán un heredero, como Lula Da Silva con Dilma en Brasil…
El problema es que los Kirchner no tienen herederos. Nunca los tuvieron. Basta ver qué le pasó a (el ex gobernador santacruceño Sergio) Acevedo, tuvo que renunciar. No hay un proyecto político, sino uno personalista.
¿Y el año de la oposición, fue mejor de cómo lo empezó?
Venía del subsuelo por los resultados electorales y la gran fragmentación. Pero fue mucho más positivo que años anteriores, ya que se pudo llevar adelante el acuerdo en el Congreso para oponerse a la reforma constitucional. La oposición dijo hasta acá.
¿Hace alguna autocrítica?
Tenemos que pensar en anteponer proyectos políticos al personalismo. La Presidenta no propone qué se puede hacer para vivir mejor pero tampoco nosotros. A veces nos quedamos en la crítica. La gente quiere escuchar lo qué se va a hacer, no lo que pasó porque eso lo vivió.
¿Va a ser candidata este año?
Estamos trabajando en un proyecto para 2015. Todavía tenemos que analizar la situación para consolidar este espacio sin visión sectaria, sin poner límites a nadie. Hablamos con todos: peronismo, radicalismo, sectores de la Coalición. Mi sueño es gobernar la Ciudad de Buenos Aires.
¿Cómo analiza el año del Gobierno?
No le fue bien. El 54% de 2011 lo perdió, principalmente porque entendió mal el sentido de los votos, que era el apoyo a una gestión pero que necesitaba retoques. No la votaron para ir por todo y con todo. Y los argentinos advirtieron los problemas económicos que señalamos en la campaña, la falta de gestión en transporte, energía, inflación; y especialmente, la poca sensibilidad que la Presidenta mostró en la tragedia de Once, en la que ni siquiera pudo acompañar el dolor de los familiares cuando muchos de la que la votaron la acompañaron a ella ante sus dificultades.
Creó el ministerio de Transporte…
No se borran 9 años de mala gestión creando ministerios.
¿Las restricciones al dólar las considera, como dice el Gobierno, una barreras defensiva ante la crisis?
El cepo cambiario existe por las dificultades que hay en el tema energético. Y agravado por la poca credibilidad del Gobierno. Si algo sobra hoy en el mundo son inversores y dólares: las tasas de interés están por el piso y la Argentina no puede captarlas, como sí lo hacen países vecinos, por falta de políticas y la falta de seguridad jurídica. Por ejemplo, YPF. Más allá del debate de la medida de fondo, está el cómo se hizo. La Presidenta no llega a comprenderlo y nos muestra una mujer que está llevando adelante luchas que ella sola considera que pueden cambiar el país. Las batallas de los argentinos son la inflación, la seguridad, el transporte, la educación, la salud, la corrupción, pero ella cree que es terminar con el Grupo Clarín. Además es por una ley que atrasa, que no habla sobre las nuevas tecnologías. Esto demuestra que la Presidenta siempre piensa en el pasado.
¿La amenaza de la re-re es real?
El Gobierno no planteará una reforma constitucional para la re-reelección, sino para otras cosas, como democratizar la Justicia. Ella está a favor de la re-re, la avaló con Menem y en Santa Cruz.
El cristinismo plantea que sin re-re buscarán un heredero, como Lula Da Silva con Dilma en Brasil…
El problema es que los Kirchner no tienen herederos. Nunca los tuvieron. Basta ver qué le pasó a (el ex gobernador santacruceño Sergio) Acevedo, tuvo que renunciar. No hay un proyecto político, sino uno personalista.
¿Y el año de la oposición, fue mejor de cómo lo empezó?
Venía del subsuelo por los resultados electorales y la gran fragmentación. Pero fue mucho más positivo que años anteriores, ya que se pudo llevar adelante el acuerdo en el Congreso para oponerse a la reforma constitucional. La oposición dijo hasta acá.
¿Hace alguna autocrítica?
Tenemos que pensar en anteponer proyectos políticos al personalismo. La Presidenta no propone qué se puede hacer para vivir mejor pero tampoco nosotros. A veces nos quedamos en la crítica. La gente quiere escuchar lo qué se va a hacer, no lo que pasó porque eso lo vivió.
¿Va a ser candidata este año?
Estamos trabajando en un proyecto para 2015. Todavía tenemos que analizar la situación para consolidar este espacio sin visión sectaria, sin poner límites a nadie. Hablamos con todos: peronismo, radicalismo, sectores de la Coalición. Mi sueño es gobernar la Ciudad de Buenos Aires.