Hacia el #18F: recuerdos del futuro

La muerte del fiscal Alberto Nisman ha desatado las fuerzas de desacreditación globales contra Argentina, y como ya hemos posteado, la maquinaria político-mediática está en movimiento para la construcción del relato de un país sumido en la violencia y comandado por una dictadura que debe ser reprendida por el Mundo Civilizado.
El trabajo de manipulación de la llamada «opinión pública internacional» ya tiene un antecedente muy reciente: Venezuela, 2014, luego de que en las elecciones presidenciales de abril de 2013, los votantes dieran la espalda a los que intentaron hacer creer al mundo que en ese país había un gobierno dictatorial y represivo.
La estrategia, puesta en marcha desde el 12 de febrero de 2014 en Caracas, buscó colgarle al proyecto desestabilizador el sello de un movimiento estudiantil, eminentemente conformado por jóvenes de colegios privados, que sembraron de guarimbas (en Argentina, piquetes) el país y otras acciones de provocación, como la quema de hospitales y edificios públicos.
Durante esa jornada, se llevaron a cabo protestas violentas, convocadas y coordenadas por los líderes de la oposición venezolana Antonio Ledezma, María Corina Machado y Leopoldo López (luego encarcelado por estos sucesos).
Los opositores llevaron a cabo planificados actos vandálicos contra bienes públicos en medio de las manifestaciones, quema de basura, el bloqueo de calles y avenidas así como el enfrentamiento entre algunos sectores opositores -con manifestantes armados- y las fuerzas de seguridad del Estado, además del uso de bombas incendiarias y morteros.
Los ataques opositores se centraron en la sede del Ministerio Público, incendiaron patrullas de la policía judicial en Caracas; posteriormente, en el estado de Mérida atacaron la sede de Venetur (Hotel de propiedad estatal), edificios administrativos en Zulia y Caracas; los opositores también asediaron por seis días continuos a la televisión estatal Venezolana de Televisión (VTV); quemaron decenas de vehículos oficiales y públicos en varios puntos del país, interrumpieron el servicio eléctrico de varias ciudades, saquearon supermercados, y agredieron a personas identificadas por ellos como «chavistas».
El accionar violento de la oposición venezolana también incluyó agresiones contra el sistema de transporte, principalmente en la Gran Caracas, ocasionando destrozos a sistemas de transporte masivo (60 unidades dañadas) tales como el BusCaracas, BusGuarenas-Guatire, Metrobus, y el Metro de Caracas, teniendo como consecuencia la suspensión temporal de algunas rutas de estos tipos de transporte terrestre y el cierre de estaciones del Metro de Caracas para prevenir daños.
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Acerca de Napule

es Antonio Cicioni, politólogo y agnotólogo, hincha de Platense y adicto en recuperación a la pizza porteña.

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