Carlos Zannini
-«Tendrías que buscar una figura con otro perfil». En el lenguaje críptico, casi oscurantista, de Carlos Zannini, «El Chino», una sugerencia debe leerse como ultimátum. Anteayer, Daniel Scioli se llevó de Casa Rosada el planteo de rastraer una figura para vice que no sea Cristina Álvarez Rodríguez.
El gobernador pasó por Balcarce 50, escoltado por Alberto Pérez -el único de los «tres Albertos» que operaron en otros cierres K: no están ni Balestrini ni Fernández- se vio con la Presidente y charló con Zannini sobre el esquema de la provincia.
Aunque el gobernador jamás le levantó el brazo a su ministra de Infraestructura, la visibilidad que adquirió esta funcionaria la instaló como la preferida de Scioli para completar la fórmula. «Nunca le dije que sería», se despegó el bonaerense.
El relato se completaba con que Álvarez Rodríguez tenía buena relación con la Presidente. Se contaba, incluso, que en el pasado compartieron una gira en la que se exponían las pertenencias de Eva Perón, de quien la ministra es sobrina nieta.
Protegida
La Cristina provincial fue, además, una protegida de Balestrini que la propuso como diputada en 2005, la llevó como vice del PJ bonaerense y se la sugirió a Scioli para el gabinete. Pero ese CV, en apariencia, no es suficiente para la Casa Rosada que pidió otro perfil.
La referencia sugiere, en las interpretaciones, que se trate de un -o una- dirigente que exprese mayor empatía con el Gobierno nacional.
Ayer, voces interesadas, a partir de ese presunto veto a Álvarez Rodríguez, se enfocaban sobre la figura de Gabriel Mariotto. La ruleta puede volver a girar. Entre otros, todavía aparecen en el radar de posibles vices los ministros Julián Domínguez y Florencio Randazzo.
Flota, siempre, la versión de una «sorpresa». Ayer en La Plata preparaban el terreno para que aparezca un nombre que no figura, al menos con insistencia, entre las opciones. Se reinstala, además, la teoría del comisariato, que alguna vez recayó sobre Balestrini.
El secretario de Legal y Técnica es el embudo de todas las dudas pero reparte escasas certezas. Martín Sabbatella tuvo, ayer, la mala fortuna de toparse con una de ellas: Zannini le avisó que el Gobierno quiere una sola lista de diputados nacionales.
Hasta ahora, el candidato a gobernador bis, operaba sobre la hipótesis de que tendría su propia boleta de candidatos para el Congreso Nacional. Es, decía, lo que en su momento conversó con Kirchner. Así y todo, Zannini le dijo que su colectora será de gobernador para abajo.
Es decir: para tener el tramo de Cristina presidente, deberá ir colgado de la boleta de senadores y diputados del Frente para la Victoria, tira que habitarán dirigentes del PJ bonaerense que Sabbatella se ha cansado de castigar en público y en privado.
El diputado de Morón aceptó los términos y se quedó con una promesa del ministro. «Quedate tranquilo: la boleta de diputados la hace Cristina». Subyace la idea de que sus candidatos, Ariel Basteiro, Carlos Raimundi y Hugo Cañón, irían en esa tira.
Algo más: propiedad exclusiva de la lapicera presidencial, Sabbatella cree que la lista será «de calidad». Un eufemismo para decir que no estará poblada por, según su catálogo, indeseables. El PJ, a su vez, festejó la decisión porque supone un límite a los transversales.
Inscripción
Sin boleta propia, Sabbatella pierde autonomía. Integrado al FpV pasa a formar parte del dispositivo K aunque, a nivel provincial, se presente como gobernador y tenga, según anticipó, listas en las secciones y en la mayoría de los municipios. Zannini siguió, ayer, abocado al trámite de inscripción de la alianza que hoy deberá registrar ante la Justicia electoral. Miró papeles y revisó condiciones. Lo asistió un experto en el rubro: Jorge Landau, apoderado del PJ, y gestor de múltiples artificios electorales.
En ese filtro se cayeron algunos sellos: Kolina, por ejemplo, el partido de Alicia Kirchner, que gerenciaba Carlos Castagnetto, quedaba anoche fuera del FpV porque no cumplía los requisitos exigidos por la Justicia para tener la personería legal.
Colectoras
Anoche, además, analizaban qué y cuántos partidos quedarán afuera del Frente K, para ser usados como colectoras en los distritos. Se fueron anotando, en paralelo, las agrupaciones vecinales que usarán los intendentes no PJ para competir, como listas de adhesión.
Hay un pelotón de intendentes, encabezados por Ricardo Ivoskus (San Martín) y Enrique García (Vicente López), que no tienen el sello del PJ pero están alineados con la Casa Rosada, por lo que pretenden competir en las primarias del Frente para la Victoria.
De todos modos, la intención del Gobierno es que se mantengan, por separado, la oferta del PJ y la oferta transversal.
Como ayer contó este diario, la presencia de colectoras se perfila acotada: no sólo por la dificultad de las colectoras sino porque, además, habrá primarias en otros territorios: ayer se citaba el caso Berisso, «capital del peronismo», donde el alcalde Enrique Slezack será desafiado por Juan Micarelli
-«Tendrías que buscar una figura con otro perfil». En el lenguaje críptico, casi oscurantista, de Carlos Zannini, «El Chino», una sugerencia debe leerse como ultimátum. Anteayer, Daniel Scioli se llevó de Casa Rosada el planteo de rastraer una figura para vice que no sea Cristina Álvarez Rodríguez.
El gobernador pasó por Balcarce 50, escoltado por Alberto Pérez -el único de los «tres Albertos» que operaron en otros cierres K: no están ni Balestrini ni Fernández- se vio con la Presidente y charló con Zannini sobre el esquema de la provincia.
Aunque el gobernador jamás le levantó el brazo a su ministra de Infraestructura, la visibilidad que adquirió esta funcionaria la instaló como la preferida de Scioli para completar la fórmula. «Nunca le dije que sería», se despegó el bonaerense.
El relato se completaba con que Álvarez Rodríguez tenía buena relación con la Presidente. Se contaba, incluso, que en el pasado compartieron una gira en la que se exponían las pertenencias de Eva Perón, de quien la ministra es sobrina nieta.
Protegida
La Cristina provincial fue, además, una protegida de Balestrini que la propuso como diputada en 2005, la llevó como vice del PJ bonaerense y se la sugirió a Scioli para el gabinete. Pero ese CV, en apariencia, no es suficiente para la Casa Rosada que pidió otro perfil.
La referencia sugiere, en las interpretaciones, que se trate de un -o una- dirigente que exprese mayor empatía con el Gobierno nacional.
Ayer, voces interesadas, a partir de ese presunto veto a Álvarez Rodríguez, se enfocaban sobre la figura de Gabriel Mariotto. La ruleta puede volver a girar. Entre otros, todavía aparecen en el radar de posibles vices los ministros Julián Domínguez y Florencio Randazzo.
Flota, siempre, la versión de una «sorpresa». Ayer en La Plata preparaban el terreno para que aparezca un nombre que no figura, al menos con insistencia, entre las opciones. Se reinstala, además, la teoría del comisariato, que alguna vez recayó sobre Balestrini.
El secretario de Legal y Técnica es el embudo de todas las dudas pero reparte escasas certezas. Martín Sabbatella tuvo, ayer, la mala fortuna de toparse con una de ellas: Zannini le avisó que el Gobierno quiere una sola lista de diputados nacionales.
Hasta ahora, el candidato a gobernador bis, operaba sobre la hipótesis de que tendría su propia boleta de candidatos para el Congreso Nacional. Es, decía, lo que en su momento conversó con Kirchner. Así y todo, Zannini le dijo que su colectora será de gobernador para abajo.
Es decir: para tener el tramo de Cristina presidente, deberá ir colgado de la boleta de senadores y diputados del Frente para la Victoria, tira que habitarán dirigentes del PJ bonaerense que Sabbatella se ha cansado de castigar en público y en privado.
El diputado de Morón aceptó los términos y se quedó con una promesa del ministro. «Quedate tranquilo: la boleta de diputados la hace Cristina». Subyace la idea de que sus candidatos, Ariel Basteiro, Carlos Raimundi y Hugo Cañón, irían en esa tira.
Algo más: propiedad exclusiva de la lapicera presidencial, Sabbatella cree que la lista será «de calidad». Un eufemismo para decir que no estará poblada por, según su catálogo, indeseables. El PJ, a su vez, festejó la decisión porque supone un límite a los transversales.
Inscripción
Sin boleta propia, Sabbatella pierde autonomía. Integrado al FpV pasa a formar parte del dispositivo K aunque, a nivel provincial, se presente como gobernador y tenga, según anticipó, listas en las secciones y en la mayoría de los municipios. Zannini siguió, ayer, abocado al trámite de inscripción de la alianza que hoy deberá registrar ante la Justicia electoral. Miró papeles y revisó condiciones. Lo asistió un experto en el rubro: Jorge Landau, apoderado del PJ, y gestor de múltiples artificios electorales.
En ese filtro se cayeron algunos sellos: Kolina, por ejemplo, el partido de Alicia Kirchner, que gerenciaba Carlos Castagnetto, quedaba anoche fuera del FpV porque no cumplía los requisitos exigidos por la Justicia para tener la personería legal.
Colectoras
Anoche, además, analizaban qué y cuántos partidos quedarán afuera del Frente K, para ser usados como colectoras en los distritos. Se fueron anotando, en paralelo, las agrupaciones vecinales que usarán los intendentes no PJ para competir, como listas de adhesión.
Hay un pelotón de intendentes, encabezados por Ricardo Ivoskus (San Martín) y Enrique García (Vicente López), que no tienen el sello del PJ pero están alineados con la Casa Rosada, por lo que pretenden competir en las primarias del Frente para la Victoria.
De todos modos, la intención del Gobierno es que se mantengan, por separado, la oferta del PJ y la oferta transversal.
Como ayer contó este diario, la presencia de colectoras se perfila acotada: no sólo por la dificultad de las colectoras sino porque, además, habrá primarias en otros territorios: ayer se citaba el caso Berisso, «capital del peronismo», donde el alcalde Enrique Slezack será desafiado por Juan Micarelli