Hugo Moyano
El Gobierno de Cristina de Kirchner convocará esta semana al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil; llamado que este año tendrá dos novedades. Por primera vez desde 2005, cuando se reabrieron las negociaciones, el Ejecutivo estará más cerca de la posición de los empresarios que de la CGT. Además, y también por primera vez, la central que maneja Hugo Moyano y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) presentarán una demanda de aumento de los sueldos básicos conjunta; muy lejana además a lo que está dispuesto a conceder el Gobierno.
«Antes de fin de mes», aclaró ayer el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, en cuanto al llamado a participar del Consejo del Salario, y del que participan las principales cámaras empresariales y las dos centrales sindicales. Dentro de los primeros se incluye a la Mesa de Enlace, lo que transforma al Consejo en el único organismo público donde los representantes del campo (hoy en plena interna) se sientan a debatir con el Gobierno nacional. En el caso de los sindicatos, el Gobierno resolverá si invita a la CTA rebelde de Pablo Micheli, ya que para el oficialismo la única central avalada es la de Hugo Yasky. Obviamente, en los planes oficiales, no figura el llamado a la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo.
El salario mínimo que deben cobrar todos los trabajadores de la Argentina en la actualidad asciende a $ 1.840 y, según fuentes oficiales, el Gobierno lo subiría hasta los $ 2.400 de manera gradual hasta fin de año, repitiendo la fórmula aplicada en 2010. El porcentaje se acerca al 25% que había avalado desde la UIA antes de las elecciones primarias del 14 de agosto. Sin mediar negociaciones, el Ejecutivo piensa que este año, el incremento no debe ir mucho más allá, ya que sería el momento de aplacar los ánimos alcistas en medio de amenazas internacionales de recesión en los principales mercados del mundo. El Gobierno intentará dar señales a los empresarios de fortalecer tranquilidad y prudencia, a cambio del compromiso de sostener las fuentes de trabajo si el exterior complica el panorama económico local.
La idea no gusta en la CGT. Hugo Moyano ratificó el reclamo del 40% de aumento, lo que implicaría un nuevo salario mínimo de $ 2.600. Además, el camionero exige que el alza se concrete de una sola vez, sin gradualismos. Si se cumpliera el reclamo moyanista, algunos sectores deberían volver a negociar sus salarios mínimos, ya que esos $ 2.600 superan el sueldo de convenio ya negociado. Sería el caso, por ejemplo, de ciertos trabajadores agropecuarios, textiles y empleados domésticos, entre otros.
Para Moyano, los argumentos oficiales no son justificativo. Además, para reforzar su posición en el Consejo, adelantó que presentará una posición conjunta con la CTA encabezada por Hugo Yasky. «Propondremos un mínimo de $ 2.600, es decir, 83 pesos por día», confirmó el camionero, adelantando que Yasky y su CTA «está también de acuerdo con esa cifra». Bramó además, en declaraciones radiales, una chicana contra los empresarios con una clásica pregunta sobre si «ellos podrían vivir con 83 pesos por día». Para Moyano, la cifra «es razonable y posibilitará recuperar el poder adquisitivo de los salarios».
Ante sus íntimos, y tal como adelantó este diario, Moyano amenazó con que si el oficialismo insiste con el incremento salarial de $ 2.400, no firmaría el acta acuerdo y el Gobierno debería reglamentar el nuevo salario mínimo «por decreto». Si esto sucediera, sería el primer desacople concreto entre el Gobierno y Moyano después de las elecciones del 14 de agosto.
El Gobierno de Cristina de Kirchner convocará esta semana al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil; llamado que este año tendrá dos novedades. Por primera vez desde 2005, cuando se reabrieron las negociaciones, el Ejecutivo estará más cerca de la posición de los empresarios que de la CGT. Además, y también por primera vez, la central que maneja Hugo Moyano y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) presentarán una demanda de aumento de los sueldos básicos conjunta; muy lejana además a lo que está dispuesto a conceder el Gobierno.
«Antes de fin de mes», aclaró ayer el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, en cuanto al llamado a participar del Consejo del Salario, y del que participan las principales cámaras empresariales y las dos centrales sindicales. Dentro de los primeros se incluye a la Mesa de Enlace, lo que transforma al Consejo en el único organismo público donde los representantes del campo (hoy en plena interna) se sientan a debatir con el Gobierno nacional. En el caso de los sindicatos, el Gobierno resolverá si invita a la CTA rebelde de Pablo Micheli, ya que para el oficialismo la única central avalada es la de Hugo Yasky. Obviamente, en los planes oficiales, no figura el llamado a la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo.
El salario mínimo que deben cobrar todos los trabajadores de la Argentina en la actualidad asciende a $ 1.840 y, según fuentes oficiales, el Gobierno lo subiría hasta los $ 2.400 de manera gradual hasta fin de año, repitiendo la fórmula aplicada en 2010. El porcentaje se acerca al 25% que había avalado desde la UIA antes de las elecciones primarias del 14 de agosto. Sin mediar negociaciones, el Ejecutivo piensa que este año, el incremento no debe ir mucho más allá, ya que sería el momento de aplacar los ánimos alcistas en medio de amenazas internacionales de recesión en los principales mercados del mundo. El Gobierno intentará dar señales a los empresarios de fortalecer tranquilidad y prudencia, a cambio del compromiso de sostener las fuentes de trabajo si el exterior complica el panorama económico local.
La idea no gusta en la CGT. Hugo Moyano ratificó el reclamo del 40% de aumento, lo que implicaría un nuevo salario mínimo de $ 2.600. Además, el camionero exige que el alza se concrete de una sola vez, sin gradualismos. Si se cumpliera el reclamo moyanista, algunos sectores deberían volver a negociar sus salarios mínimos, ya que esos $ 2.600 superan el sueldo de convenio ya negociado. Sería el caso, por ejemplo, de ciertos trabajadores agropecuarios, textiles y empleados domésticos, entre otros.
Para Moyano, los argumentos oficiales no son justificativo. Además, para reforzar su posición en el Consejo, adelantó que presentará una posición conjunta con la CTA encabezada por Hugo Yasky. «Propondremos un mínimo de $ 2.600, es decir, 83 pesos por día», confirmó el camionero, adelantando que Yasky y su CTA «está también de acuerdo con esa cifra». Bramó además, en declaraciones radiales, una chicana contra los empresarios con una clásica pregunta sobre si «ellos podrían vivir con 83 pesos por día». Para Moyano, la cifra «es razonable y posibilitará recuperar el poder adquisitivo de los salarios».
Ante sus íntimos, y tal como adelantó este diario, Moyano amenazó con que si el oficialismo insiste con el incremento salarial de $ 2.400, no firmaría el acta acuerdo y el Gobierno debería reglamentar el nuevo salario mínimo «por decreto». Si esto sucediera, sería el primer desacople concreto entre el Gobierno y Moyano después de las elecciones del 14 de agosto.