La firma rionegrina Invap comenzará a fabricar drones militares de diseño propio con un presupuesto de 2.095 millones de pesos que formarán parte del sistema nacional de defensa, para tareas de vigilancia en zonas de frontera y los límites del Mar Argentino, entre otras. Y también pensando en una eventual exportación de la tecnología.
Según informó ayer el Boletín oficial, el contrato para el desarrollo de los Vehículos Aéreos No Tripulados (VANT) concidos popularmente como drones, fue firmado entre el ministerio de Defensa y la empresa estatal con sede central en Bariloche, dedicada al diseño y construcción de sistemas tecnológicos complejos.
El subgerente General del Invap, Hugo Albani, explicó que «esta iniciativa tiene un valor muy grande, es un proyecto de seis años y con una capacidad de derrame muy grande, en definitiva es mucho trabajo para proveedores nacionales que es dónde Invap centra siempre su capacidad de hacer cosas, utilizando la capacidad instalada que el país tiene».
El objetivo es que Invap sea responsable del diseño y desarrollo de VANT de Clase II (hasta 50 kilos de carga útil, 12 horas de autonomía y hasta 150 kilómetros de alcance) y de Clase III (hasta 250 kilos de carga útil, 20 horas de autonomía y hasta 1.200 kilómetros de alcance), además del desarrollo del paquete de tecnologías habilitantes para el diseño de un blanco aéreo de alta velocidad.
El acuerdo prevé que el desarrollo de estos drones incluya todos los sistemas necesarios para su operación y mantenimiento, y un plazo de trabajo de tres años para la clase II y seis para la clase III.
Invap tendrá a su disposición un presupuesto de 2.095 millones de pesos para crear el Sistema Aéreo Robótico Argentino (SARA), que integrará desarrollos tecnológicos de Fabricaciones Militares, el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (Citedef), la Fábrica Argentina de Aviones «Brigadier San Martín» (Fadea) y el Instituto Universitario Aeronáutico de Córdoba, además de incluir como proveedoras a varias empresas tecnológicas nacionales.
El acuerdo detalla que los VANT Clase II utilizarán un motor a pistón de desarrollo nacional, mientras que los de Clase III serán bimotores y utilizarán una motorización turbohélice; ambos serán construidos utilizando materiales compuestos. Los drones de la Clase II cumplirán con tareas de vigilancia en zonas de frontera e incorporarán una plataforma de sensores electroópticos ya desarrollados por Invap para la Armada. En tanto, los VANT de la Clase III añaden la posibilidad de operar más allá del alcance de su estación de control terrena, a través de enlaces satelitales o utilizando otros vehículos de la misma clase como retransmisores. Además, cargarán radares de apertura sintética de desarrollo local, que le permitirán cumplir con sus tareas primarias en la vigilancia de los límites del Mar Argentino y como complemento de los radares 3D que se están fabricando en el país, monitoreando los «conos de sombra» producidos por la propia curvatura de la tierra.
Respecto del desarrollo del paquete de tecnologías habilitantes para el diseño de un blanco aéreo de alta velocidad (BAAV), destinado al entrenamiento de las Fuerzas Armadas, el contrato establece el requerimiento de un motor que alcance los 900 kilómetros por hora, sea reutilizable al menos en 20 ocasiones y esté acondicionado para operar en ambientes navales.
El BAAV además deberá poder ser programado y reprogramado en vuelo, y tener la capacidad de retornar al punto de origen o abortar su vuelo en caso de perder comunicación o sufrir alguna falla en el sistema de control.
(Télam/ Redacción Central)