ECONOMIA › JOHN CHRISTENSEN, DIRECTOR DE TJN, ENTIDAD ESPECIALIZADA EN EL ESTUDIO Y SEGUIMIENTO DE LAS GUARIDAS FISCALES
“Si un argentino abre una sociedad en las Bahamas, lo más probable es que lo haga para evadir impuestos”, respondió el especialista durante la entrevista exclusiva con Página/12. Conductas empresarias y el atractivo del ocultamiento.
Por Tomás Lukin
Con un extenso equipo de contadores, abogados, investigadores y economistas alrededor del mundo, Tax Justice Network (TJN) es la principal ONG dedicada a investigar el accionar abusivo de las guaridas fiscales. “Si un argentino abre una sociedad en las Bahamas, lo más probable es que lo haga para evadir el pago de impuestos”, indicó el director de la organización, John Christensen, a Página/12. El economista que se desempeñó en la multinacional de servicios Deloitte y asesoró durante once años a las autoridades de Jersey, una pequeña isla ubicada en el canal de la Mancha que forma parte de la red de paraísos fiscales británicos, consideró que “cualquier político o personalidad pública necesita ser transparente sobre sus asuntos, y Mauricio Macri debe explicar públicamente cuál es su participación en la compañía radicada en las Bahamas y demostrar que es legítima”.
La isla de Jersey donde nació Christensen ocupa el puesto 16 entre más de 100 jurisdicciones ordenadas de acuerdo al secreto financiero que ofrecen a las multinacionales en la búsqueda de maniobras de evasión fiscal e individuos ricos ávidos de ocultar sus fortunas. Las Bahamas, el archipiélago caribeño donde la familia Macri radicó la empresa Fleg Trading Ltd, con la ayuda de los especialistas de Mossack Fonseca, están en el puesto 25.
A diferencia de las binarias “listas negras”, el indicador elaborado por TJN ofrece un abordaje integral del mundo offshore utilizado por la familia Macri: analiza las regulaciones, leyes y tratados de las diferentes jurisdicciones para elaborar el índice de secretismo que, luego, es ponderado de acuerdo al tamaño de la guarida y su relevancia para los mercados financieros globales. Con esos parámetros, Suiza, Hong Kong, Estados Unidos, Singapur e Islas Caimán encabezan el ranking.
–¿Cuáles son los principales atractivos de esa guarida fiscal caribeña? –preguntó Página/12 a Christensen.
–Las Bahamas es una de las jurisdicciones con mayor grado de secretismo en el planeta. Esas islas obtuvieron un resultado sorprendentemente pobre, de 79 sobre 100, en el índice FSI que se difundió en noviembre. El modelo de negocios de las Bahamas está basado en la venta de secretismo financiero y legal que facilita una enorme variedad de crímenes de guante blanco. No sólo canalizan maniobras de evasión fiscal sino también otro tipo de operaciones vinculadas al abuso de información privilegiada en el sector privado, la malversación, la corrupción o el fraude.
–¿Por qué un argentino abriría una sociedad en Bahamas para realizar una inversión en Brasil?
–Casi con seguridad para evadir el pago de impuestos en Argentina y Brasil. Es algo que los expertos denominan doble no-imposición. La mayoría de las familias ricas y grandes empresas que crean estructuras offshore lo hacen para evadir y eludir el pago de impuestos sobre las ganancias de capital, a la herencia, a los ingresos y otros tributos como sellos y a las propiedades. Les gusta utilizar nombres sofisticados como “administración patrimonial” (wealth management, en inglés), pero al final del día se suele reducir a la evasión fiscal.
–El presidente Mauricio Macri figura como director de una compañía offshore en ese territorio británico de ultramar creada por Mossak Fonseca que, según afirmó el gobierno argentino, se mantuvo inutilizada durante diez años.
–No he seguido la historia en detalle, pero cualquier político o personalidad pública necesita ser transparente sobre sus asuntos. Y Macri debe explicar públicamente cuál es su participación con la compañía radicada en Bahamas y demostrar si es legítima.
–¿Es factible que una empresa se mantenga abierta por una década sin registrar ninguna operación?
–En la mayoría de los casos, los directivos de las empresas no las mantienen inactivas durante una década, por lo que deberíamos tomar con escepticismo esas afirmaciones. Lo más probable es que una compañía de ese tipo sea utilizada para administrar activos offshore por motivos de evasión fiscal.
–¿Cuál sería una respuesta apropiada para un jefe de Estado?
–La transparencia y la integridad. Utilizar compañías offshore secretas carece de ambas cualidades.
La firma Mossack Fonseca es un actor relevante a escala mundial y la filtración de 11,5 millones de documentos revelados a través del Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación permiten identificar algunas de las extendidas prácticas abusivas más difundidas. Sin embargo, la dimensión de los paraísos fiscales es mucho mayor. “Los flujos financieros ilícitos y la evasión impositiva que afectan los procesos de desarrollo de muchos países alrededor del mundo son el resultado de una enorme falla en la arquitectura financiera global”, advirtió Christensen durante una entrevista realizada con este diario en noviembre. “A pesar de algunos avances observados a lo largo de los últimos años, los paraísos fiscales continúan bloqueando los cambios necesarios para hacer públicos los registros de información sobre los fideicomisos y compañías offshore. Nada de eso sería posible sin la complicidad de Estados Unidos e Inglaterra”, señaló entonces el directivo de TJN.
–Los Panama Papers no son la primera filtración de datos vinculados al uso abusivo de las guaridas fiscales. La lista de clientes del HSBC Private Bank de Ginebra y los llamados Luxleaks son dos casos recientes, ¿cómo espera que reacciones los distintos gobiernos y foros internacionales?
–El G-20 ha prometido que promoverá mayores niveles de transparencia y, específicamente, transparencia en la estructura de propiedad de las compañías off- shore. A la fecha, los países miembros no han cumplido completamente con sus promesas. Pero, a la luz de los Panamá Papers, no pueden demorarse más.
“Una personalidad pública necesita ser transparente en sus asuntos. El uso de empresas offshore carece de esa cualidad.” Christensen
“Si un argentino abre una sociedad en las Bahamas, lo más probable es que lo haga para evadir impuestos”, respondió el especialista durante la entrevista exclusiva con Página/12. Conductas empresarias y el atractivo del ocultamiento.
Por Tomás Lukin
Con un extenso equipo de contadores, abogados, investigadores y economistas alrededor del mundo, Tax Justice Network (TJN) es la principal ONG dedicada a investigar el accionar abusivo de las guaridas fiscales. “Si un argentino abre una sociedad en las Bahamas, lo más probable es que lo haga para evadir el pago de impuestos”, indicó el director de la organización, John Christensen, a Página/12. El economista que se desempeñó en la multinacional de servicios Deloitte y asesoró durante once años a las autoridades de Jersey, una pequeña isla ubicada en el canal de la Mancha que forma parte de la red de paraísos fiscales británicos, consideró que “cualquier político o personalidad pública necesita ser transparente sobre sus asuntos, y Mauricio Macri debe explicar públicamente cuál es su participación en la compañía radicada en las Bahamas y demostrar que es legítima”.
La isla de Jersey donde nació Christensen ocupa el puesto 16 entre más de 100 jurisdicciones ordenadas de acuerdo al secreto financiero que ofrecen a las multinacionales en la búsqueda de maniobras de evasión fiscal e individuos ricos ávidos de ocultar sus fortunas. Las Bahamas, el archipiélago caribeño donde la familia Macri radicó la empresa Fleg Trading Ltd, con la ayuda de los especialistas de Mossack Fonseca, están en el puesto 25.
A diferencia de las binarias “listas negras”, el indicador elaborado por TJN ofrece un abordaje integral del mundo offshore utilizado por la familia Macri: analiza las regulaciones, leyes y tratados de las diferentes jurisdicciones para elaborar el índice de secretismo que, luego, es ponderado de acuerdo al tamaño de la guarida y su relevancia para los mercados financieros globales. Con esos parámetros, Suiza, Hong Kong, Estados Unidos, Singapur e Islas Caimán encabezan el ranking.
–¿Cuáles son los principales atractivos de esa guarida fiscal caribeña? –preguntó Página/12 a Christensen.
–Las Bahamas es una de las jurisdicciones con mayor grado de secretismo en el planeta. Esas islas obtuvieron un resultado sorprendentemente pobre, de 79 sobre 100, en el índice FSI que se difundió en noviembre. El modelo de negocios de las Bahamas está basado en la venta de secretismo financiero y legal que facilita una enorme variedad de crímenes de guante blanco. No sólo canalizan maniobras de evasión fiscal sino también otro tipo de operaciones vinculadas al abuso de información privilegiada en el sector privado, la malversación, la corrupción o el fraude.
–¿Por qué un argentino abriría una sociedad en Bahamas para realizar una inversión en Brasil?
–Casi con seguridad para evadir el pago de impuestos en Argentina y Brasil. Es algo que los expertos denominan doble no-imposición. La mayoría de las familias ricas y grandes empresas que crean estructuras offshore lo hacen para evadir y eludir el pago de impuestos sobre las ganancias de capital, a la herencia, a los ingresos y otros tributos como sellos y a las propiedades. Les gusta utilizar nombres sofisticados como “administración patrimonial” (wealth management, en inglés), pero al final del día se suele reducir a la evasión fiscal.
–El presidente Mauricio Macri figura como director de una compañía offshore en ese territorio británico de ultramar creada por Mossak Fonseca que, según afirmó el gobierno argentino, se mantuvo inutilizada durante diez años.
–No he seguido la historia en detalle, pero cualquier político o personalidad pública necesita ser transparente sobre sus asuntos. Y Macri debe explicar públicamente cuál es su participación con la compañía radicada en Bahamas y demostrar si es legítima.
–¿Es factible que una empresa se mantenga abierta por una década sin registrar ninguna operación?
–En la mayoría de los casos, los directivos de las empresas no las mantienen inactivas durante una década, por lo que deberíamos tomar con escepticismo esas afirmaciones. Lo más probable es que una compañía de ese tipo sea utilizada para administrar activos offshore por motivos de evasión fiscal.
–¿Cuál sería una respuesta apropiada para un jefe de Estado?
–La transparencia y la integridad. Utilizar compañías offshore secretas carece de ambas cualidades.
La firma Mossack Fonseca es un actor relevante a escala mundial y la filtración de 11,5 millones de documentos revelados a través del Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación permiten identificar algunas de las extendidas prácticas abusivas más difundidas. Sin embargo, la dimensión de los paraísos fiscales es mucho mayor. “Los flujos financieros ilícitos y la evasión impositiva que afectan los procesos de desarrollo de muchos países alrededor del mundo son el resultado de una enorme falla en la arquitectura financiera global”, advirtió Christensen durante una entrevista realizada con este diario en noviembre. “A pesar de algunos avances observados a lo largo de los últimos años, los paraísos fiscales continúan bloqueando los cambios necesarios para hacer públicos los registros de información sobre los fideicomisos y compañías offshore. Nada de eso sería posible sin la complicidad de Estados Unidos e Inglaterra”, señaló entonces el directivo de TJN.
–Los Panama Papers no son la primera filtración de datos vinculados al uso abusivo de las guaridas fiscales. La lista de clientes del HSBC Private Bank de Ginebra y los llamados Luxleaks son dos casos recientes, ¿cómo espera que reacciones los distintos gobiernos y foros internacionales?
–El G-20 ha prometido que promoverá mayores niveles de transparencia y, específicamente, transparencia en la estructura de propiedad de las compañías off- shore. A la fecha, los países miembros no han cumplido completamente con sus promesas. Pero, a la luz de los Panamá Papers, no pueden demorarse más.
“Una personalidad pública necesita ser transparente en sus asuntos. El uso de empresas offshore carece de esa cualidad.” Christensen