El periodista Jorge Lanata protagonizó una extensa entrevista con Andy Kusnetzoff y su coequiper Cayetano en el programa Perros de la calle en la FM Metro 95.1. Con un buen ambiente y humor, Lanata se explayó sobre los temas que lo volvieron el centro de las polémicas en los últimos meses.
«Cumplí 50, no tengo que explicar más nada. Si vos pensás que yo apoyo la dictadura, sinceramente, matate. Yo no voy a explicar mi vida, mirá lo que hice y pensá como una persona», arrancó el periodista.
6.7.8: «Yo no me puedo poner a responderle a 6.7.8. Primero porque la mitad de 6.7.8 laburó conmigo. Sandra Russo, yo la llevé a Página/12, igual que Norita Veiras, Galende era productor mío en Rock & Pop. Hay tres o cuatro más también. Son chicos de segunda, tercera o cuarta línea que laburan bien y hoy están conduciendo. No hacen un programa periodístico, hacen propaganda, hablan de lo que ellos creen que son los hechos. La mitad de los tipos que están ahí están por plata, afanando guita del Estado. Gvirtz está ahí afanando y me importa un carajo que me haga un juicio. Florencia Peña mostraba el orto en lo de Francella y ahora bajó de la Sierra Maestra».
La dictadura: «Cuando yo digo ‘me tienen harto con la dictadura’, la frase es: ‘Me tienen harto con la excusa de la dictadura’, están afanando como nunca antes se afanó en la Argentina. Me están tirando los muertos encima y yo conozco a los muertos más que ellos. Porque cuando nadie decía una mierda de Clarín, yo era el único boludo que se paraba a hablar de Papel Prensa. Eso no quita que no pueda ver la campaña que están haciendo contra Clarín, y lo tengo que ver aunque sea Clarín el objetivo. Yo no puedo permitir que el Gobierno invente un conflicto gremial en Clarín, haga un piquete en la puerta y que el diario deje de salir.
Clarín y el Gobierno: «Si hay un enfrentamiento entre el gobierno y cualquier medio de comunicación, el fuerte es el gobierno porque puede manejar la ley con discreción, sea Clarín o sea quien sea. Es obvio eso, es aclarar una boludez. Clarín es un monopolio y hay que desarmarlo. Siempre dije que cuando asumía un tipo en el Comfer lo primero que hacía era ir a negociar con Clarín, pero eso no es tener más poder que un Gobierno. Yo salí a apoyar la Ley de Medios, aunque es perfectible y tiene un montón de errores. Y el gobierno me usó con eso. Pero si cierra Clarín, si impiden la salida de cualquier diario, está mal, porque después venimos nosotros».
Derechos Humanos: «El poder fue cooptando los organismos de Derechos Humanos a través de plata. Menem inventó el subsidio a los desaparecidos. En su momento, yo y Hebe de Bonafini estuvimos en contra de eso. Si a mí me matan a un familiar, no quiero plata, quiero justicia. Quiero que el mismo Estado que lo mató me diga donde está y me permita enterrarlo y velarlo. Menem con inteligencia garpó y fue generando ambiente a favor. Creo que el laburo de los Derechos Humanos tiene que ver con los Derechos Humanos y no con construir viviendas sociales que nadie sabe bien cómo gastan la guita. Compran coches blindados. ¿Para qué los quieren? Pregúntenle a Schoklender. ¿Qué me vienen a hablar de la patria socialista cuando tu tesorera, Felisa Miceli, es una chorra?»
Madres, Abuelas y Sabato: Yo no tengo problema con las Abuelas. Estela de Carlotto salió a hablar de mí. Yo he apoyado la lucha de las Abuelas, ¿qué tengo que explicarles? No me importa. A mí me parece mal que en los actos del gobierno estén las Abuelas y las Madres, son organismos que no tienen que estar partidizados. Los Derechos Humanos no son de nadie. Se murió Sábato y el gobierno no dijo una palabra. No era un boludo cualquiera, Sabato, y le reescribieron el prólogo del Nunca Más, un documento histórico, es como reescribir el prólogo de la Constitución.
Víctor Hugo Morales: «Cambió de opinión en un año y medio. Yo creo que tiene un problema psicológico con Clarín, es como sí Clarín fuera un tipo y lo hubiera violado en la infancia, tiene un rollo mal que lo obnubila y le impide pensar en otra cosa. ¿Qué pasó con Víctor Hugo? Lo operó el gobierno muy bien, de una manera muy inteligente. Le empezaron a hablar, a ver, a explicar y él les creyó. Y me parece bien. Pero en un punto la defensa de Víctor Hugo del Gobierno me parece demasiado irracional.
«Cumplí 50, no tengo que explicar más nada. Si vos pensás que yo apoyo la dictadura, sinceramente, matate. Yo no voy a explicar mi vida, mirá lo que hice y pensá como una persona», arrancó el periodista.
6.7.8: «Yo no me puedo poner a responderle a 6.7.8. Primero porque la mitad de 6.7.8 laburó conmigo. Sandra Russo, yo la llevé a Página/12, igual que Norita Veiras, Galende era productor mío en Rock & Pop. Hay tres o cuatro más también. Son chicos de segunda, tercera o cuarta línea que laburan bien y hoy están conduciendo. No hacen un programa periodístico, hacen propaganda, hablan de lo que ellos creen que son los hechos. La mitad de los tipos que están ahí están por plata, afanando guita del Estado. Gvirtz está ahí afanando y me importa un carajo que me haga un juicio. Florencia Peña mostraba el orto en lo de Francella y ahora bajó de la Sierra Maestra».
La dictadura: «Cuando yo digo ‘me tienen harto con la dictadura’, la frase es: ‘Me tienen harto con la excusa de la dictadura’, están afanando como nunca antes se afanó en la Argentina. Me están tirando los muertos encima y yo conozco a los muertos más que ellos. Porque cuando nadie decía una mierda de Clarín, yo era el único boludo que se paraba a hablar de Papel Prensa. Eso no quita que no pueda ver la campaña que están haciendo contra Clarín, y lo tengo que ver aunque sea Clarín el objetivo. Yo no puedo permitir que el Gobierno invente un conflicto gremial en Clarín, haga un piquete en la puerta y que el diario deje de salir.
Clarín y el Gobierno: «Si hay un enfrentamiento entre el gobierno y cualquier medio de comunicación, el fuerte es el gobierno porque puede manejar la ley con discreción, sea Clarín o sea quien sea. Es obvio eso, es aclarar una boludez. Clarín es un monopolio y hay que desarmarlo. Siempre dije que cuando asumía un tipo en el Comfer lo primero que hacía era ir a negociar con Clarín, pero eso no es tener más poder que un Gobierno. Yo salí a apoyar la Ley de Medios, aunque es perfectible y tiene un montón de errores. Y el gobierno me usó con eso. Pero si cierra Clarín, si impiden la salida de cualquier diario, está mal, porque después venimos nosotros».
Derechos Humanos: «El poder fue cooptando los organismos de Derechos Humanos a través de plata. Menem inventó el subsidio a los desaparecidos. En su momento, yo y Hebe de Bonafini estuvimos en contra de eso. Si a mí me matan a un familiar, no quiero plata, quiero justicia. Quiero que el mismo Estado que lo mató me diga donde está y me permita enterrarlo y velarlo. Menem con inteligencia garpó y fue generando ambiente a favor. Creo que el laburo de los Derechos Humanos tiene que ver con los Derechos Humanos y no con construir viviendas sociales que nadie sabe bien cómo gastan la guita. Compran coches blindados. ¿Para qué los quieren? Pregúntenle a Schoklender. ¿Qué me vienen a hablar de la patria socialista cuando tu tesorera, Felisa Miceli, es una chorra?»
Madres, Abuelas y Sabato: Yo no tengo problema con las Abuelas. Estela de Carlotto salió a hablar de mí. Yo he apoyado la lucha de las Abuelas, ¿qué tengo que explicarles? No me importa. A mí me parece mal que en los actos del gobierno estén las Abuelas y las Madres, son organismos que no tienen que estar partidizados. Los Derechos Humanos no son de nadie. Se murió Sábato y el gobierno no dijo una palabra. No era un boludo cualquiera, Sabato, y le reescribieron el prólogo del Nunca Más, un documento histórico, es como reescribir el prólogo de la Constitución.
Víctor Hugo Morales: «Cambió de opinión en un año y medio. Yo creo que tiene un problema psicológico con Clarín, es como sí Clarín fuera un tipo y lo hubiera violado en la infancia, tiene un rollo mal que lo obnubila y le impide pensar en otra cosa. ¿Qué pasó con Víctor Hugo? Lo operó el gobierno muy bien, de una manera muy inteligente. Le empezaron a hablar, a ver, a explicar y él les creyó. Y me parece bien. Pero en un punto la defensa de Víctor Hugo del Gobierno me parece demasiado irracional.