El Premio Nobel de Economía explicó que el Presidente tiene el desafío de reducir la inflación y evitación una recesión pero «sin deshacer lo que se ha logrado». También, alertó sobre la reducción en el poder adquisitivo de los trabajadores.
A un mes de la asunción de Mauricio Macri como Presidente, el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz reflexiona sobre la situación económica de Argentina y cuáles podrían ser las consecuencias de las políticas adoptadas por el nuevo mandatario.
«Macri heredó una economía delicada. Si no es cuidadoso, Argentina podrá enfrentar una crisis en la balanza de pagos, debido a las deterioradas condiciones externas y la mala gestión macroeconómica desde el 2011», subraya el especialista en un artículo realizado para el medio Project Syndicate, junto al economista Martín Guzman.
Sin embargo, destaca que hay aspectos «deseables» y que el escenario es mucho mejor al que se enfrentó Néstor Kirchner cuando llegó a la Casa Rosada en el 2003 «luego de una década de experimentos con las políticas del Consenso de Washington». Asimismo, recordó que el país estaba afectado por el desempleo, la pobreza, el crecimiento de la deuda externa, la desindustrialización y profundos problemas de educación.
No obstante, agrega que luego del default y la devaluación Argentina experimentó un «espectacular recuperación» y explica que: «En una economía restringida por la demanda, el gobierno de Kirchner aplicó políticas que desembocaron en la reducción del desempleo, la pobreza y la desigualdad. Una reestructuración de la deuda contribuyó a la sostenibilidad de la sustentabilidad macroeconómica».
El reconocido economista explica que durante la gestión de Cristina Fernández, la jefa de Estado logró navegar la crisis global financiera con «relativo éxito», pero después del 2011, en vez de diseñar macro y micro políticas para favorecer el constante crecimiento en la oferta y la demanda, la mayoría de «las políticas fomentaron el sostenimiento de la demanda agregada en un contexto que ya no era puramente keynesiano». En ese sentido, analiza que el liderazgo de la ex Presidenta produjo mejoras significativas en la vida de muchos, una distribución más igualitaria del ingreso, una economía cerca del pleno empleo, y una proporción mucho menor deuda-PIB, pero «la erosión en el balance externo ahora amenaza con revertir parte de ese progreso». Es por eso que sostiene que «la tarea de Macri es hacer frente a los desequilibrios externos y fiscales y reducir la inflación, sin deshacer lo que se ha logrado», pero observa «un marcado aumento de la desigualdad» como una de las amenazas a la vista. También, advierte que «si los mayores precios de los productos nacionales previamente sujetos a impuestos a la exportación y los precios de importación , como resultado de la devaluación, se transmiten a los consumidores, los salarios reales caerán, y es probable que los trabajadores exijan aumentos salariales mayores, empujando hacia arriba la inflación». Joseph Stiglitz alerta que «las políticas económicas de Macri parecen depender de varios supuestos controvertidos acerca de cómo la devaluación afectará a los precios al consumidor y de cómo la inversión responde a políticas más orientadas al mercado». Luego, concluye que: «El gobierno tendrá que reaccionar rápido, intervenir para evitar los posibles efectos recesivos o el aumento de la desigualdad y la pobreza, o de lo contrario el proceso de desarrollo inclusivo se verá seriamente perjudicado».
A un mes de la asunción de Mauricio Macri como Presidente, el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz reflexiona sobre la situación económica de Argentina y cuáles podrían ser las consecuencias de las políticas adoptadas por el nuevo mandatario.
«Macri heredó una economía delicada. Si no es cuidadoso, Argentina podrá enfrentar una crisis en la balanza de pagos, debido a las deterioradas condiciones externas y la mala gestión macroeconómica desde el 2011», subraya el especialista en un artículo realizado para el medio Project Syndicate, junto al economista Martín Guzman.
Sin embargo, destaca que hay aspectos «deseables» y que el escenario es mucho mejor al que se enfrentó Néstor Kirchner cuando llegó a la Casa Rosada en el 2003 «luego de una década de experimentos con las políticas del Consenso de Washington». Asimismo, recordó que el país estaba afectado por el desempleo, la pobreza, el crecimiento de la deuda externa, la desindustrialización y profundos problemas de educación.
No obstante, agrega que luego del default y la devaluación Argentina experimentó un «espectacular recuperación» y explica que: «En una economía restringida por la demanda, el gobierno de Kirchner aplicó políticas que desembocaron en la reducción del desempleo, la pobreza y la desigualdad. Una reestructuración de la deuda contribuyó a la sostenibilidad de la sustentabilidad macroeconómica».
El reconocido economista explica que durante la gestión de Cristina Fernández, la jefa de Estado logró navegar la crisis global financiera con «relativo éxito», pero después del 2011, en vez de diseñar macro y micro políticas para favorecer el constante crecimiento en la oferta y la demanda, la mayoría de «las políticas fomentaron el sostenimiento de la demanda agregada en un contexto que ya no era puramente keynesiano». En ese sentido, analiza que el liderazgo de la ex Presidenta produjo mejoras significativas en la vida de muchos, una distribución más igualitaria del ingreso, una economía cerca del pleno empleo, y una proporción mucho menor deuda-PIB, pero «la erosión en el balance externo ahora amenaza con revertir parte de ese progreso». Es por eso que sostiene que «la tarea de Macri es hacer frente a los desequilibrios externos y fiscales y reducir la inflación, sin deshacer lo que se ha logrado», pero observa «un marcado aumento de la desigualdad» como una de las amenazas a la vista. También, advierte que «si los mayores precios de los productos nacionales previamente sujetos a impuestos a la exportación y los precios de importación , como resultado de la devaluación, se transmiten a los consumidores, los salarios reales caerán, y es probable que los trabajadores exijan aumentos salariales mayores, empujando hacia arriba la inflación». Joseph Stiglitz alerta que «las políticas económicas de Macri parecen depender de varios supuestos controvertidos acerca de cómo la devaluación afectará a los precios al consumidor y de cómo la inversión responde a políticas más orientadas al mercado». Luego, concluye que: «El gobierno tendrá que reaccionar rápido, intervenir para evitar los posibles efectos recesivos o el aumento de la desigualdad y la pobreza, o de lo contrario el proceso de desarrollo inclusivo se verá seriamente perjudicado».