El portuario pronostica un paro general en el corto plazo; es uno de los candidatos a integrar el triunvirato que comandaría a la CGT
Foto: LA NACION / Archivo
La entrevista tuvo lugar en la sede del Sindicato de Dragado y Balizamiento, en el barrio porteño de Constitución.
¿Cómo describiría la actividad que lleva adelante su gremio?
Nosotros somos la Vialidad del río y de los accesos del mar. Colocamos los semáforos y garantizamos el ancho y la profundidad de la avenida, que está debajo del agua.
¿Cuántas dragas operativas cree que necesitaría Argentina y cuántas hay?
La podemos dividir en dos grandes vectores: uno, el estatal, que está abandonado hace 12 años. Y si antes estaba mal, ahora está peor. El país necesita por lo menos media docena de embarcaciones de mediano y gran porte.
¿Y cuántas dragas propiedad del estado hay en funcionamiento?
Ninguna. Corrijo: hay una sola que está en el río Uruguay operando al 60% de su capacidad. Después, todo lo demás está parado.
El kirchnerismo había arreglado la adquisición de once dragas a China mediante compra directa por 423 millones de dólares. ¿Es correcto?
Es correcto. Ese convenio está firmado y es una preocupación que hemos trasladado al ministro Dietrich, Todavía no contestaron.
¿Cuál es la preocupación?
La preocupación es que compren el equipamiento, porque no tenemos. Esas dragas no se compraron.
¿Por qué?
El equipamiento no se compró porque esto es la administración central, éste es el drama que tiene nuestra repartición. Licitaciones, toda la burocracia para comprar un ancla que necesitás mañana, no dentro de seis meses. Pero lo de las dragas lo paró el ministro Kicillof.
¿Cómo es eso?
Él sostenía que eso no era necesario porque la mayor parte de la vía navegable estaba concesionada y atendida, pero el río Uruguay, el canal de acceso al puerto de Buenos Aires, Mar del Plata y un montón de lugares, todavía están afuera de la concesión. También es probable que haya sido un pase de factura a nuestra organización por nuestra posición política frente al kirchnerismo. No te olvides que nos quisieron echar de la Isla Demarchi.
¿No compraron las dragas como castigo a la posición política del gremio?
Nosotros terminamos el ciclo kirchnerista con 300 trabajadores menos.
Usted dijo que son la «Vialidad del agua». ¿Hubo sobreprecios como en la Vialidad de tierra?
Que yo sepa, no vi. Porque de verdad ahí no hay nada, desde la última dictadura militar que no se compra un clavo.
¿Por qué cree que está tan desatendido su sector?
Dos aspectos. Primero, una ignorancia del tema. Cuando hablamos de dragado, el secreto es cuánto es el volumen a extraer de barro y está debajo del agua. Y eso no lo ve nadie. Si vos en la radiografía que está debajo del agua no sabes cuántos millones de metros cúbicos hay que sacar, es muy probable que te estén cobrando algo que en realidad no es.
¿Podría cobrar de más la draga privada que trabaja bajo una concesión?
La draga privada te dice «hay 200 mil metros cúbicos, te voy a cobrar por eso». Vos tenés la obligación de contratar a alguien que mida si efectivamente hay 200 mil metros cúbicos o si te están cobrando de más.
Yo creo que hay que controlar. Pasamos de lo monopólico del Estado, que era hasta el 95, a una cosa que hoy está dominada por el sector privado, sin estaciones intermedias. Esto se lo expliqué a todos los gobiernos, pero en casi 20 años no se ha tomado ninguna medida. La vía fluvial es la vía por excelencia para bajar costos, cuidar el medio ambiente y darle competitividad a las economías regionales.
¿En qué quedó el proyecto de transformar la Isla Demarchi en un polo audiovisual?
Una fantasía y un capricho de una mujer que -según palabras de ella- tenía sueños de faraón o de arquitecta egipcia. Eso está abandonado.
El 22 de agosto se unifica la CGT con un triunvirato. ¿Usted será uno de los tres?
Las experiencias con triunviratos no han sido muy alentadoras, pero yo pienso que en esta ocasión, donde venimos de desencuentros tan fuertes, donde ha habido una intromisión del poder político, lo nuclear es la unidad. El Consejo Directivo decidió que yo sea uno de los tres. Los otros serían Daer, por el sector alineado a Caló, y Carlos Acuña, de Estaciones de Servicio, por la CGT Azul y Blanca. Tengo buena relación con los dos, no hay demasiadas contradicciones.
¿Cuánto durará el triunvirato de la CGT?
Yo creo que va a ser una transición corta, no más de un año.
¿Y después qué viene?
Después en el Consejo Directivo seguramente se designará la cabeza y quedará el adjunto y el gremial como corresponde, adentro del estatuto.
De los tres, saldrá uno…
Sí, de adentro de esos tres va a quedar uno.
¿Y cómo se ve en esa final?
Vamos a ver lo que pasa en la transición. Todo el mundo tiene sus aspiraciones, es natural. Los compañeros que acompañan seguramente tendrán su propia ambición.
¿Cuán combativa imagina a la CGT que viene?
La CGT que nazca no puede apartarse del documento que se leyó el 29 de abril frente al monumento del trabajo, cuestionando el problema del desempleo, el sistema tributario, que reclamaba un aumento de emergencia a los jubilados.
¿Pero va a ser una CGT «rápida» para el paro general?
Al tener la génesis en ese documento, la CGT no puede escapar al horizonte de conflicto que tenemos por delante.
¿Hay un horizonte de conflicto?
Hay un horizonte de conflicto habida cuenta de los indicadores sociales para este segundo semestre que arrancó y porque los mismos funcionarios ahora están diciendo que las expectativas se trasladan para el año que viene. La CGT va a tener que ponerse al frente de esos reclamos. Lo que más irritación genera es un cuadro tarifario salvaje, desprolijo, inquietante porque nadie sabe bien lo que le están cobrando, a lo que se suman declaraciones de los ministros que en lugar de buscar una armonía entorpecen.
¿Hay una idea de un paro en relación con esto?
Nunca se descartó un paro. Se está conversando eso.
¿Un paro general?
Un paro general, sí. Esto seguramente va a surgir con mayor fuerza después del 22. Ahora, un paro solo no resuelve nada. La CGT se tiene que dar una estrategia de acumulación de poder y de influencia y de ofrecer una alternativa.
Un paro general a un gobierno no peronista a esta altura tiene un peso simbólico enorme.
Sí, pero un paro general en medio de una estanflación, al mismo tiempo que tiene un peso simbólico, también genera agravamiento de la situación.
¿Y entonces?
Por eso estoy diciendo que el paro tiene que formar parte de una estrategia. Si hacemos un paro y nada más, eso no tiene más allá de la simbología ninguna trascendencia.
¿En la reunión que tuvieron la semana pasada todas las centrales se habló de redactar un documento que plantee la reapertura de paritarias?
Lógicamente hay preocupación por la inflación. Se habló, pero no se redactó nada.
¿Qué se sabe del acuerdo con el gobierno por el cual les devolverían fondos retenidos a las obras sociales, por 29 mil millones de pesos?
Yo no tengo obra social, así que no soy el que más interiorizado estoy, pero es bienvenida esa plata, que es nuestra.
Lo que se dice es que a cambio, el gobierno quiere que los sindicatos acompañen una reforma de salud que incluiría la compensación que obras sociales sindicales van a hacer al estado por atención de sus afiliados en los hospitales públicos.
Escuché sobre esa reforma, pero no soy el que más conoce el tema por lo que te dije antes…
¿Pero qué les escuchó decir a Barrionuevo, Moyano y otros sobre esta reforma de salud?
No escuché ninguna voz en contra.
¿Quien puede ser un líder del peronismo?
No, yo no veo todavía nada. Hay una fuerza en ebullición. Obviamente, para mí, no puede ser nunca el Frente Ciudadano de Cristina Fernández
¿Por qué?
Porque ha conducido al peronismo a una derrota. Ella es la tributaria de la derrota del peronismo en el país. La gran tributaria. Esto lo veo desde lo político y desde lo profesional: ¿Sabés qué pasa si a mí se me hunde el barco? ¿Quién va a la prefectura, al seguro y lo demás? El capitán.
Cristina dice que el «partido judicial» le quiere hundir el barco.
La justicia está actuando. Yo no vi ningún submarino por ahí.
Hablemos del Caballo Suárez, titular de SOMU, Sindicato de Obreros Marítimos Unidos. ¿Qué piensa de él?
Todos saben que yo con Suárez no tenía una buena relación, pero hay que separar: nosotros queremos que el SOMU institución, que no es Suárez, se normalice, porque no puede ser que un gremio en democracia esté intervenido. Lo segundo: Suárez tiene que ejercer su defensa ajustada a derecho en los Tribunales porque si es que incurrió en delitos, es porque del otro lado también había actores económicos que jugaban a ese juego. Hay funcionarios que jugaban a ese juego.
Uno podría pensar: Ahora Schmid hace una defensa corporativa. Le licúa la responsabilidad al Caballo Suárez diciendo que tiene que haber funcionarios y empresarios cómplices. Es lo que dijo el kirchnerismo cuando aparecieron los bolsos de López
A mí me parece que es un enfoque integral. Hay responsabilidad, por supuesto. La primera responsabilidad es la del capitán.
¿Qué opina del desempeño del Caballo Suárez?
Era un hombre que se supo ganar muchos enemigos.
¿Cómo se los ganaba?
Se los ganaba por el estilo de conducción que tenía, un estilo bastante autoritario, si se quiere. Pero a mí no me consta -porque no hablaría bien de mí, y esto es corporativo, me hago cargo- que el tipo andaba con bolsos de dinero.
La acusación es que formó una asociación ilícita para pedirle dinero a los buques gasíferos para dejarlos operar.
Ahí hay una puja al interior de su conducción. Que lo juzguen los del SOMU, yo soy de Dragado.
Pero eso no sería lo más grave. Hubo gente próxima a él que dijo que mandó a desaparecer tres personas y a matar a una amante.
Sí, lo escuche ayer. No lo sé, porque es una acusación muy grave.
En aquel viaje a Angola, en 2012, Cristina dijo que era su sindicalista preferido. ¿Por qué lo era?
Cuando hablamos de la autonomía estoy hablando de eso. Hizo un marcado seguidismo del gobierno. Eso es lo que no se puede hacer.
Por último: cada vez que se empiezan a alinear las centrales y a hablar de paros frente a un gobierno no peronista, aparece el recuerdo de lo que vivió Alfonsín. ¿Hay alguna autocrítica que deba hacer el sindicalismo al respecto?
Yo siempre trato de contextualizar: Alfonsín cuando llegó al gobierno erró su contrincante, igual que este gobierno: en economía el orden de los factores altera el producto.
¿A qué se refiere?
Si el gobierno hubiera dado primero el aumento a los jubilados, la devolución del IVA y otras medidas y después en un segundo término hubiera hecho lo que hizo brutalmente en los primeros meses, yo te aseguro que atravesaba el año sin ningún sacudón. Lo hizo al revés.
Dejamos acá
Historia clínica
Nombre: Juan Carlos Schmid.
Edad: 64.
Ocupación: Capitán fluvial. Secretario General del Sindicato de Dragado y Balizamiento y Sec. General del la Confederación de Trabajadores del Transporte. Candidato a integrar el triunvirato en la unificación de la CGT. Muy cercano a Moyano.
Observaciones: para modernizar el perfil de líder sindical le da mucha importancia a comunicar a través de redes sociales.
Foto: LA NACION / Archivo
La entrevista tuvo lugar en la sede del Sindicato de Dragado y Balizamiento, en el barrio porteño de Constitución.
¿Cómo describiría la actividad que lleva adelante su gremio?
Nosotros somos la Vialidad del río y de los accesos del mar. Colocamos los semáforos y garantizamos el ancho y la profundidad de la avenida, que está debajo del agua.
¿Cuántas dragas operativas cree que necesitaría Argentina y cuántas hay?
La podemos dividir en dos grandes vectores: uno, el estatal, que está abandonado hace 12 años. Y si antes estaba mal, ahora está peor. El país necesita por lo menos media docena de embarcaciones de mediano y gran porte.
¿Y cuántas dragas propiedad del estado hay en funcionamiento?
Ninguna. Corrijo: hay una sola que está en el río Uruguay operando al 60% de su capacidad. Después, todo lo demás está parado.
El kirchnerismo había arreglado la adquisición de once dragas a China mediante compra directa por 423 millones de dólares. ¿Es correcto?
Es correcto. Ese convenio está firmado y es una preocupación que hemos trasladado al ministro Dietrich, Todavía no contestaron.
¿Cuál es la preocupación?
La preocupación es que compren el equipamiento, porque no tenemos. Esas dragas no se compraron.
¿Por qué?
El equipamiento no se compró porque esto es la administración central, éste es el drama que tiene nuestra repartición. Licitaciones, toda la burocracia para comprar un ancla que necesitás mañana, no dentro de seis meses. Pero lo de las dragas lo paró el ministro Kicillof.
¿Cómo es eso?
Él sostenía que eso no era necesario porque la mayor parte de la vía navegable estaba concesionada y atendida, pero el río Uruguay, el canal de acceso al puerto de Buenos Aires, Mar del Plata y un montón de lugares, todavía están afuera de la concesión. También es probable que haya sido un pase de factura a nuestra organización por nuestra posición política frente al kirchnerismo. No te olvides que nos quisieron echar de la Isla Demarchi.
¿No compraron las dragas como castigo a la posición política del gremio?
Nosotros terminamos el ciclo kirchnerista con 300 trabajadores menos.
Usted dijo que son la «Vialidad del agua». ¿Hubo sobreprecios como en la Vialidad de tierra?
Que yo sepa, no vi. Porque de verdad ahí no hay nada, desde la última dictadura militar que no se compra un clavo.
¿Por qué cree que está tan desatendido su sector?
Dos aspectos. Primero, una ignorancia del tema. Cuando hablamos de dragado, el secreto es cuánto es el volumen a extraer de barro y está debajo del agua. Y eso no lo ve nadie. Si vos en la radiografía que está debajo del agua no sabes cuántos millones de metros cúbicos hay que sacar, es muy probable que te estén cobrando algo que en realidad no es.
¿Podría cobrar de más la draga privada que trabaja bajo una concesión?
La draga privada te dice «hay 200 mil metros cúbicos, te voy a cobrar por eso». Vos tenés la obligación de contratar a alguien que mida si efectivamente hay 200 mil metros cúbicos o si te están cobrando de más.
Yo creo que hay que controlar. Pasamos de lo monopólico del Estado, que era hasta el 95, a una cosa que hoy está dominada por el sector privado, sin estaciones intermedias. Esto se lo expliqué a todos los gobiernos, pero en casi 20 años no se ha tomado ninguna medida. La vía fluvial es la vía por excelencia para bajar costos, cuidar el medio ambiente y darle competitividad a las economías regionales.
¿En qué quedó el proyecto de transformar la Isla Demarchi en un polo audiovisual?
Una fantasía y un capricho de una mujer que -según palabras de ella- tenía sueños de faraón o de arquitecta egipcia. Eso está abandonado.
El 22 de agosto se unifica la CGT con un triunvirato. ¿Usted será uno de los tres?
Las experiencias con triunviratos no han sido muy alentadoras, pero yo pienso que en esta ocasión, donde venimos de desencuentros tan fuertes, donde ha habido una intromisión del poder político, lo nuclear es la unidad. El Consejo Directivo decidió que yo sea uno de los tres. Los otros serían Daer, por el sector alineado a Caló, y Carlos Acuña, de Estaciones de Servicio, por la CGT Azul y Blanca. Tengo buena relación con los dos, no hay demasiadas contradicciones.
¿Cuánto durará el triunvirato de la CGT?
Yo creo que va a ser una transición corta, no más de un año.
¿Y después qué viene?
Después en el Consejo Directivo seguramente se designará la cabeza y quedará el adjunto y el gremial como corresponde, adentro del estatuto.
De los tres, saldrá uno…
Sí, de adentro de esos tres va a quedar uno.
¿Y cómo se ve en esa final?
Vamos a ver lo que pasa en la transición. Todo el mundo tiene sus aspiraciones, es natural. Los compañeros que acompañan seguramente tendrán su propia ambición.
¿Cuán combativa imagina a la CGT que viene?
La CGT que nazca no puede apartarse del documento que se leyó el 29 de abril frente al monumento del trabajo, cuestionando el problema del desempleo, el sistema tributario, que reclamaba un aumento de emergencia a los jubilados.
¿Pero va a ser una CGT «rápida» para el paro general?
Al tener la génesis en ese documento, la CGT no puede escapar al horizonte de conflicto que tenemos por delante.
¿Hay un horizonte de conflicto?
Hay un horizonte de conflicto habida cuenta de los indicadores sociales para este segundo semestre que arrancó y porque los mismos funcionarios ahora están diciendo que las expectativas se trasladan para el año que viene. La CGT va a tener que ponerse al frente de esos reclamos. Lo que más irritación genera es un cuadro tarifario salvaje, desprolijo, inquietante porque nadie sabe bien lo que le están cobrando, a lo que se suman declaraciones de los ministros que en lugar de buscar una armonía entorpecen.
¿Hay una idea de un paro en relación con esto?
Nunca se descartó un paro. Se está conversando eso.
¿Un paro general?
Un paro general, sí. Esto seguramente va a surgir con mayor fuerza después del 22. Ahora, un paro solo no resuelve nada. La CGT se tiene que dar una estrategia de acumulación de poder y de influencia y de ofrecer una alternativa.
Un paro general a un gobierno no peronista a esta altura tiene un peso simbólico enorme.
Sí, pero un paro general en medio de una estanflación, al mismo tiempo que tiene un peso simbólico, también genera agravamiento de la situación.
¿Y entonces?
Por eso estoy diciendo que el paro tiene que formar parte de una estrategia. Si hacemos un paro y nada más, eso no tiene más allá de la simbología ninguna trascendencia.
¿En la reunión que tuvieron la semana pasada todas las centrales se habló de redactar un documento que plantee la reapertura de paritarias?
Lógicamente hay preocupación por la inflación. Se habló, pero no se redactó nada.
¿Qué se sabe del acuerdo con el gobierno por el cual les devolverían fondos retenidos a las obras sociales, por 29 mil millones de pesos?
Yo no tengo obra social, así que no soy el que más interiorizado estoy, pero es bienvenida esa plata, que es nuestra.
Lo que se dice es que a cambio, el gobierno quiere que los sindicatos acompañen una reforma de salud que incluiría la compensación que obras sociales sindicales van a hacer al estado por atención de sus afiliados en los hospitales públicos.
Escuché sobre esa reforma, pero no soy el que más conoce el tema por lo que te dije antes…
¿Pero qué les escuchó decir a Barrionuevo, Moyano y otros sobre esta reforma de salud?
No escuché ninguna voz en contra.
¿Quien puede ser un líder del peronismo?
No, yo no veo todavía nada. Hay una fuerza en ebullición. Obviamente, para mí, no puede ser nunca el Frente Ciudadano de Cristina Fernández
¿Por qué?
Porque ha conducido al peronismo a una derrota. Ella es la tributaria de la derrota del peronismo en el país. La gran tributaria. Esto lo veo desde lo político y desde lo profesional: ¿Sabés qué pasa si a mí se me hunde el barco? ¿Quién va a la prefectura, al seguro y lo demás? El capitán.
Cristina dice que el «partido judicial» le quiere hundir el barco.
La justicia está actuando. Yo no vi ningún submarino por ahí.
Hablemos del Caballo Suárez, titular de SOMU, Sindicato de Obreros Marítimos Unidos. ¿Qué piensa de él?
Todos saben que yo con Suárez no tenía una buena relación, pero hay que separar: nosotros queremos que el SOMU institución, que no es Suárez, se normalice, porque no puede ser que un gremio en democracia esté intervenido. Lo segundo: Suárez tiene que ejercer su defensa ajustada a derecho en los Tribunales porque si es que incurrió en delitos, es porque del otro lado también había actores económicos que jugaban a ese juego. Hay funcionarios que jugaban a ese juego.
Uno podría pensar: Ahora Schmid hace una defensa corporativa. Le licúa la responsabilidad al Caballo Suárez diciendo que tiene que haber funcionarios y empresarios cómplices. Es lo que dijo el kirchnerismo cuando aparecieron los bolsos de López
A mí me parece que es un enfoque integral. Hay responsabilidad, por supuesto. La primera responsabilidad es la del capitán.
¿Qué opina del desempeño del Caballo Suárez?
Era un hombre que se supo ganar muchos enemigos.
¿Cómo se los ganaba?
Se los ganaba por el estilo de conducción que tenía, un estilo bastante autoritario, si se quiere. Pero a mí no me consta -porque no hablaría bien de mí, y esto es corporativo, me hago cargo- que el tipo andaba con bolsos de dinero.
La acusación es que formó una asociación ilícita para pedirle dinero a los buques gasíferos para dejarlos operar.
Ahí hay una puja al interior de su conducción. Que lo juzguen los del SOMU, yo soy de Dragado.
Pero eso no sería lo más grave. Hubo gente próxima a él que dijo que mandó a desaparecer tres personas y a matar a una amante.
Sí, lo escuche ayer. No lo sé, porque es una acusación muy grave.
En aquel viaje a Angola, en 2012, Cristina dijo que era su sindicalista preferido. ¿Por qué lo era?
Cuando hablamos de la autonomía estoy hablando de eso. Hizo un marcado seguidismo del gobierno. Eso es lo que no se puede hacer.
Por último: cada vez que se empiezan a alinear las centrales y a hablar de paros frente a un gobierno no peronista, aparece el recuerdo de lo que vivió Alfonsín. ¿Hay alguna autocrítica que deba hacer el sindicalismo al respecto?
Yo siempre trato de contextualizar: Alfonsín cuando llegó al gobierno erró su contrincante, igual que este gobierno: en economía el orden de los factores altera el producto.
¿A qué se refiere?
Si el gobierno hubiera dado primero el aumento a los jubilados, la devolución del IVA y otras medidas y después en un segundo término hubiera hecho lo que hizo brutalmente en los primeros meses, yo te aseguro que atravesaba el año sin ningún sacudón. Lo hizo al revés.
Dejamos acá
Historia clínica
Nombre: Juan Carlos Schmid.
Edad: 64.
Ocupación: Capitán fluvial. Secretario General del Sindicato de Dragado y Balizamiento y Sec. General del la Confederación de Trabajadores del Transporte. Candidato a integrar el triunvirato en la unificación de la CGT. Muy cercano a Moyano.
Observaciones: para modernizar el perfil de líder sindical le da mucha importancia a comunicar a través de redes sociales.