De largo aliento, sin ruta definida y con obstáculos. El Dakar regala una analogía con el peronismo. “El PJ es más difícil que el Dakar”, se ríe Juan Manuel Urtubey y juega con la metáfora de la competencia que cruzó Salta. “En el Dakar hay un punto de origen y uno de llegada, en el peronismo hay varios puntos de origen y el punto de llegada es incierto. Pero en esa carrera estamos todos”, dice el gobernador salteño que estuvo en Punta del Este y acompañará a Davos a Mauricio Macri.
– ¿“Unidad” es la palabra fetiche del peronismo?.
– Es un planteo antiguo. Yo quiero saber unidad con quien. La principal debe ser con la sociedad y el peronismo está a kilómetros de distancia del ciudadano y no representa a los argentinos.
– ¿No es contradictorio hablar de unidad y decir este sí, aquél no?
– El problema es pensar que la unidad de los dirigentes resuelve el problema de la distancia con la gente. Es la unidad de la oligarquía del poder, la unidad a toda costa desnuda que lo único que busca es la conquista del poder. Debemos plantearnos qué somos y qué queremos ser. El ciudadano necesita una voz que lo exprese. Históricamente fue el peronismo; ya no.
– ¿No ve unidad con Cristina?
– Definitivamente no. La sociedad evoluciona y el peronismo no puede ser una fuerza conservadora que propone volver al pasado. Los pueblos no vuelven atrás. El kirchnerismo es una etapa superada que solo sostiene visibilidad porque le es útil al gobierno.
– En 2017, el kirchnerismo fue un jugador electoral importante, hasta en Salta. ¿No es suicida sacar de la cancha a un sector político con ese volumen?
– Con posiciones conservadoras, garantizás la derrota. Más o menos digna pero derrota. El peronismo debe lanzarse hacia el futuro, no al pasado. Y el kirchnerismo es el pasado.
– ¿Y una PASO grande donde compitan varios?
– No lo imagino. Habrá que ver más adelante pero el peronismo debe pensar en una construcción superadora, no en administrar retazos del pasado. Hay sectores que quieren sostener su prestigio oponiéndose a que un gobierno elegido por la gente pueda gobernar, El peronismo debe ser constructivo y demostrar que puede hacer las cosas mejor. Nuestro valor no puede ser solo oponernos a Macri sino mostrar que podemos bajar la inflación, resolver el déficit fiscal y hacer crecer la economía mientras hoy es más negocio lo financiero que lo productivo.
– ¿Qué puntaje le pone a la gestión de Macri?.
– No puedo calificar pero avanzamos en aspectos como reinsertarnos en el mundo y darle más salud a la política monetaria. El gobierno fomentó la grieta que le fue funcional políticamente pero cuando alguien quiere invertir en Argentina dice ojo, pueden volver los que estaban antes.
– Habló de problemas con la microeconomía. ¿Se puede ordenar?
– Soy optimista. Por primera vez en años tenemos metas de mediano plazo como el Consenso Fiscal que aborda un problema estructural como el déficit fiscal que data de hace 40 o 50 años. Es un avance homologar impuestos provinciales.
– Incluyó la reforma previsional que tuvo mucha resistencia. ¿Viene más tensión social?
– Hay que trabajar en más consenso para evitar que eso pase. La mayor responsabilidad es del gobierno pero nosotros debemos ayudar.
– Pichetto prácticamente lo lanzó como candidato presidencial…
– No voy a mirar para otro lado pero sinceramente no creo que sea el momento para ese planteo. Primero debemos repensar qué queremos ser y después vemos quien es el candidato más idóneo. Como en el Dakar, si hay un camino barroso o con desierto, se debe buscar al que se maneje mejor en cada escenario.
– ¿No contempla un diálogo con Cristina pero sí con gobernadores, Massa o Randazzo?
– Con todos los que quieran ser parte de un proyecto colectivo, de apertura, democrático, y de transparencia. La política usa reglas de la física: los espacios vacíos se llenan. Más que discutir a quien sacar, discutamos a quien poner. Hay que construir un nuevo peronismo, una nueva vía. Reciclar las viejas prácticas no puede dar buen resultado.
– ¿El peronismo puede llegar a 2019 con un candidato competitivo y poner un presidente?
– Si nosotros, y no hablo solo de peronismo sino de fuerzas que podamos confluir, podemos proponerle al argentino una representación genuina y superadora somos competitivos. Tenemos que decir: este gobierno hizo cosas bien y cosas mal, pero nosotros podemos hacerlo mejor.
– Parece tener más coincidencias con el gobierno que con el kirchnerismo. ¿No es un costo?
– El hiperpolitizado cree que la forma de tener prestigio es con una oposición virulenta pero la sociedad argentina valora la voluntad de colaboración. Me lo dicen en la calle. No soy parte del gobierno, no soy ni seré del PRO, pero el ciudadano argentino quiere que dejemos de pelear.
– ¿Hay una idea de predestino entre los peronistas: de que sí o sí van a volver?
– Es la mirada del peronismo eterno. No estoy seguro que sea así y soy profundamente peronista. ¿Dónde está escrito que tenemos garantizada nuestra permanencia? El mundo cambió de manera brutal ¿qué nos hace pensar que la gente se va a seguir atado a dirigentes con un estilo de representación que ya no existe? Es antinatural.
– Lo van a leer los peronistas y le va a dar escozor..
– Perón, en el 40, tuvo la virtud de hablarle a la gente y no al sistema. Hoy, 70 años después, el peronismo le habla al poder, a la política, al empresario pero no al ciudadano. Sino le hablamos al ciudadano estamos fritos.
– Si el radicalismo se licuó…
– Nosotros creemos que estamos blindados a todo. Hemos sido más ágiles y pragmáticos que los radicales pero debemos saber leer lo que pasa.
– ¿Por qué se produjo ese fenómeno con el PJ?
– El problema fue pretender que el peronismo era una mera representación clasista. El peronismo fue el mejor representante del ciudadano argentino, no de un solo sector. Eso lo sabía Perón y la historia muestra que la Argentina creció como fue una representación vertical.
– ¿En qué expresión se encapsulo?
– Claramente en una lucha de clases, que profundizó las diferencias en la argentina. El peronismo le otorgó voz a los que no tenía voz pero si nosotros nos quedamos en ese lugar, y no acompañamos a un ciudadano que cambió, el peronismo queda como una especie de expresión conservadora.
– Algunos interpretan el “megadecreto” de Macri como una movida para enfriar la actividad del Congreso…
– Todavía no tuve oportunidad de leerlo en detalle. Uno puede utilizar todas las herramientas que constitucionalmente le asisten. Llegado el caso, hay mecanismos de validación o no del DNU en el Congreso.
-¿ Hasta cuando vale el argumento de la herencia. Los problemas de hoy no son resultados de las decisiones?
– En política funciona y la gente ya le dio mucho tiempo al gobierno, Habrá que ver cuanto más.
– ¿“Unidad” es la palabra fetiche del peronismo?.
– Es un planteo antiguo. Yo quiero saber unidad con quien. La principal debe ser con la sociedad y el peronismo está a kilómetros de distancia del ciudadano y no representa a los argentinos.
– ¿No es contradictorio hablar de unidad y decir este sí, aquél no?
– El problema es pensar que la unidad de los dirigentes resuelve el problema de la distancia con la gente. Es la unidad de la oligarquía del poder, la unidad a toda costa desnuda que lo único que busca es la conquista del poder. Debemos plantearnos qué somos y qué queremos ser. El ciudadano necesita una voz que lo exprese. Históricamente fue el peronismo; ya no.
– ¿No ve unidad con Cristina?
– Definitivamente no. La sociedad evoluciona y el peronismo no puede ser una fuerza conservadora que propone volver al pasado. Los pueblos no vuelven atrás. El kirchnerismo es una etapa superada que solo sostiene visibilidad porque le es útil al gobierno.
– En 2017, el kirchnerismo fue un jugador electoral importante, hasta en Salta. ¿No es suicida sacar de la cancha a un sector político con ese volumen?
– Con posiciones conservadoras, garantizás la derrota. Más o menos digna pero derrota. El peronismo debe lanzarse hacia el futuro, no al pasado. Y el kirchnerismo es el pasado.
– ¿Y una PASO grande donde compitan varios?
– No lo imagino. Habrá que ver más adelante pero el peronismo debe pensar en una construcción superadora, no en administrar retazos del pasado. Hay sectores que quieren sostener su prestigio oponiéndose a que un gobierno elegido por la gente pueda gobernar, El peronismo debe ser constructivo y demostrar que puede hacer las cosas mejor. Nuestro valor no puede ser solo oponernos a Macri sino mostrar que podemos bajar la inflación, resolver el déficit fiscal y hacer crecer la economía mientras hoy es más negocio lo financiero que lo productivo.
– ¿Qué puntaje le pone a la gestión de Macri?.
– No puedo calificar pero avanzamos en aspectos como reinsertarnos en el mundo y darle más salud a la política monetaria. El gobierno fomentó la grieta que le fue funcional políticamente pero cuando alguien quiere invertir en Argentina dice ojo, pueden volver los que estaban antes.
– Habló de problemas con la microeconomía. ¿Se puede ordenar?
– Soy optimista. Por primera vez en años tenemos metas de mediano plazo como el Consenso Fiscal que aborda un problema estructural como el déficit fiscal que data de hace 40 o 50 años. Es un avance homologar impuestos provinciales.
– Incluyó la reforma previsional que tuvo mucha resistencia. ¿Viene más tensión social?
– Hay que trabajar en más consenso para evitar que eso pase. La mayor responsabilidad es del gobierno pero nosotros debemos ayudar.
– Pichetto prácticamente lo lanzó como candidato presidencial…
– No voy a mirar para otro lado pero sinceramente no creo que sea el momento para ese planteo. Primero debemos repensar qué queremos ser y después vemos quien es el candidato más idóneo. Como en el Dakar, si hay un camino barroso o con desierto, se debe buscar al que se maneje mejor en cada escenario.
– ¿No contempla un diálogo con Cristina pero sí con gobernadores, Massa o Randazzo?
– Con todos los que quieran ser parte de un proyecto colectivo, de apertura, democrático, y de transparencia. La política usa reglas de la física: los espacios vacíos se llenan. Más que discutir a quien sacar, discutamos a quien poner. Hay que construir un nuevo peronismo, una nueva vía. Reciclar las viejas prácticas no puede dar buen resultado.
– ¿El peronismo puede llegar a 2019 con un candidato competitivo y poner un presidente?
– Si nosotros, y no hablo solo de peronismo sino de fuerzas que podamos confluir, podemos proponerle al argentino una representación genuina y superadora somos competitivos. Tenemos que decir: este gobierno hizo cosas bien y cosas mal, pero nosotros podemos hacerlo mejor.
– Parece tener más coincidencias con el gobierno que con el kirchnerismo. ¿No es un costo?
– El hiperpolitizado cree que la forma de tener prestigio es con una oposición virulenta pero la sociedad argentina valora la voluntad de colaboración. Me lo dicen en la calle. No soy parte del gobierno, no soy ni seré del PRO, pero el ciudadano argentino quiere que dejemos de pelear.
– ¿Hay una idea de predestino entre los peronistas: de que sí o sí van a volver?
– Es la mirada del peronismo eterno. No estoy seguro que sea así y soy profundamente peronista. ¿Dónde está escrito que tenemos garantizada nuestra permanencia? El mundo cambió de manera brutal ¿qué nos hace pensar que la gente se va a seguir atado a dirigentes con un estilo de representación que ya no existe? Es antinatural.
– Lo van a leer los peronistas y le va a dar escozor..
– Perón, en el 40, tuvo la virtud de hablarle a la gente y no al sistema. Hoy, 70 años después, el peronismo le habla al poder, a la política, al empresario pero no al ciudadano. Sino le hablamos al ciudadano estamos fritos.
– Si el radicalismo se licuó…
– Nosotros creemos que estamos blindados a todo. Hemos sido más ágiles y pragmáticos que los radicales pero debemos saber leer lo que pasa.
– ¿Por qué se produjo ese fenómeno con el PJ?
– El problema fue pretender que el peronismo era una mera representación clasista. El peronismo fue el mejor representante del ciudadano argentino, no de un solo sector. Eso lo sabía Perón y la historia muestra que la Argentina creció como fue una representación vertical.
– ¿En qué expresión se encapsulo?
– Claramente en una lucha de clases, que profundizó las diferencias en la argentina. El peronismo le otorgó voz a los que no tenía voz pero si nosotros nos quedamos en ese lugar, y no acompañamos a un ciudadano que cambió, el peronismo queda como una especie de expresión conservadora.
– Algunos interpretan el “megadecreto” de Macri como una movida para enfriar la actividad del Congreso…
– Todavía no tuve oportunidad de leerlo en detalle. Uno puede utilizar todas las herramientas que constitucionalmente le asisten. Llegado el caso, hay mecanismos de validación o no del DNU en el Congreso.
-¿ Hasta cuando vale el argumento de la herencia. Los problemas de hoy no son resultados de las decisiones?
– En política funciona y la gente ya le dio mucho tiempo al gobierno, Habrá que ver cuanto más.