Miércoles, 4 de junio de 2014
Edición impresa
La esposa de Scioli defiende la gestión bonaerense, habla de los desafíos y responde -con sutileza- las críticas hacia el precandidato peronista.
Por Horacio Meilán – hmeilan@losandes.com.ar
Ocupa la presidencia de la Fundación BaPro desde hace 6 años y, si bien su tarea es social, en este último tiempo, y por la precandidatura de Scioli a la Presidencia, ha debido imprimirle un sesgo político. “Estoy más expuesta ahora”, dice. Por eso busca ser políticamente correcta, evita las preguntas complicadas y cuida al máximo cada palabra. Pero se apasiona cuando defiende la obra del gobernador de Buenos Aires y pide trasladar ese modelo al país.
-¿Se imagina nacionalizar la tarea social de la Fundación y viviendo en Olivos?
– Me encantaría que el programa continuara, más allá de que nuestra gestión termina, porque Daniel no puede ser reelecto en la provincia. A nivel nacional sería fantástico. Buenos Aires ha sido precursora en muchos temas. ¿Dónde vivir? Con Daniel.
-Pero esta tarea social tiene un cariz político…
-Es inevitable y no me molesta. Si hacer política es ayudar a la gente, estaré haciendo política. Si algo de nuestro trabajo colabora en el desafío de Daniel en su carrera, me encantaría que así fuera.
– Al decir “nuestra gestión” se supone que el proyecto es compartido entre ambos
– Digo nuestra cuando hablo de la Fundación. Yo simplemente acompaño a Daniel como su mujer. Lo acompañaría desde el lugar que él me pidiera.
– ¿Cómo ve la “ola naranja”?
– Creciendo. Veo a Daniel realmente preparado para asumir responsabilidades mayores, como la presidencia del país. Hay que dimensionar lo que es gobernar Buenos Aires y más en dos mandatos. No lo digo por cuestionar gestiones, pero la provincia es 1.500 veces más grande que la Capital y 2 mil veces más grande que Tigre. Se ha hecho un trabajo extraordinario en muchas áreas, como bajar 32% la mortalidad infantil, crear Unidades de Pronta Atención para descongestionar hospitales, ampliar el agua potable y las cloacas del 40% al 70%. Hay obras de envergadura. En el país estamos ante una segunda etapa y Daniel sería muy buen protagonista.
– Con su tarea en la Fundación ¿apuntala esa candidatura?
– Me encantaría transmitir lo que es y cómo es Daniel. Lo puedo decir como su mujer. Él es contenedor, protector, se hace cargo de los problemas, no se queja, hace política desde el consenso. Quizás no sea un gran orador pero muestra su forma de gobernar con hechos.
– Desde la Nación le están poniendo algunas trabas…
– En política uno se tiene que ganar el lugar. Es normal que en ciertos temas las personas piensen diferente. Hay que ser tolerante con las ideas del otro y defender las propias para proponerlas.
– Carta Abierta avisó que no quiere que él sea el candidato
– Ojalá en un futuro se sientan representados también por Daniel, como el resto de los argentinos.
– ¿Qué cambiaría del modelo actual?
– No corresponde que critique otras gestiones. De la única persona de la que me atrevo a hablar es de Scioli, con quien convivo hace 30 años. Algunas cosas que ha hecho Daniel las haría de otro modo. Él es de escucharme y también otras opiniones. Pero la decisión la toma él.
– ¿Qué cosas?
– Eso lo discuto con él, no públicamente.
– ¿Cómo está el país ahora?
– Veo que está bien. Para algunas cosas quizás tendría otras ideas. Creo que hay gran potencial. Yo vengo ahora de India. Entrar en relaciones con Brics dará muchas oportunidades. Claro que siempre hay demandas aún no solucionadas, que están en proyecto.
– ¿Cuáles son las demandas?
– Por ejemplo, en Seguridad. Igual yo me remito a la provincia. La emergencia que decretó Daniel le dio la posibilidad de actuar más rápidamente ante el delito y anticiparse, cosa que antes no podía hacer. Eso devino en 26 mil procedimientos y se pudo detener a muchos delincuentes. Aún no se ganó pero se empezó a ganar la batalla.
– ¿Qué le hace falta al país?
– Creo que le hace falta unión. Hay recurso natural y humano, falta sentirnos más argentinos. Cuando el Papa pide tolerancia, no sólo habla de decirla sino también de practicarla. Daniel siempre se ha hecho eco de eso, a pesar de que le hicieron el camino difícil.
– ¿Aceptaría un cargo en el gabinete de su marido?
– Nunca me lo pidió y jamás me lo pediría. En todo caso yo le pediría que me dejara seguir colaborando con la actividad social.
Edición impresa
La esposa de Scioli defiende la gestión bonaerense, habla de los desafíos y responde -con sutileza- las críticas hacia el precandidato peronista.
Por Horacio Meilán – hmeilan@losandes.com.ar
Ocupa la presidencia de la Fundación BaPro desde hace 6 años y, si bien su tarea es social, en este último tiempo, y por la precandidatura de Scioli a la Presidencia, ha debido imprimirle un sesgo político. “Estoy más expuesta ahora”, dice. Por eso busca ser políticamente correcta, evita las preguntas complicadas y cuida al máximo cada palabra. Pero se apasiona cuando defiende la obra del gobernador de Buenos Aires y pide trasladar ese modelo al país.
-¿Se imagina nacionalizar la tarea social de la Fundación y viviendo en Olivos?
– Me encantaría que el programa continuara, más allá de que nuestra gestión termina, porque Daniel no puede ser reelecto en la provincia. A nivel nacional sería fantástico. Buenos Aires ha sido precursora en muchos temas. ¿Dónde vivir? Con Daniel.
-Pero esta tarea social tiene un cariz político…
-Es inevitable y no me molesta. Si hacer política es ayudar a la gente, estaré haciendo política. Si algo de nuestro trabajo colabora en el desafío de Daniel en su carrera, me encantaría que así fuera.
– Al decir “nuestra gestión” se supone que el proyecto es compartido entre ambos
– Digo nuestra cuando hablo de la Fundación. Yo simplemente acompaño a Daniel como su mujer. Lo acompañaría desde el lugar que él me pidiera.
– ¿Cómo ve la “ola naranja”?
– Creciendo. Veo a Daniel realmente preparado para asumir responsabilidades mayores, como la presidencia del país. Hay que dimensionar lo que es gobernar Buenos Aires y más en dos mandatos. No lo digo por cuestionar gestiones, pero la provincia es 1.500 veces más grande que la Capital y 2 mil veces más grande que Tigre. Se ha hecho un trabajo extraordinario en muchas áreas, como bajar 32% la mortalidad infantil, crear Unidades de Pronta Atención para descongestionar hospitales, ampliar el agua potable y las cloacas del 40% al 70%. Hay obras de envergadura. En el país estamos ante una segunda etapa y Daniel sería muy buen protagonista.
– Con su tarea en la Fundación ¿apuntala esa candidatura?
– Me encantaría transmitir lo que es y cómo es Daniel. Lo puedo decir como su mujer. Él es contenedor, protector, se hace cargo de los problemas, no se queja, hace política desde el consenso. Quizás no sea un gran orador pero muestra su forma de gobernar con hechos.
– Desde la Nación le están poniendo algunas trabas…
– En política uno se tiene que ganar el lugar. Es normal que en ciertos temas las personas piensen diferente. Hay que ser tolerante con las ideas del otro y defender las propias para proponerlas.
– Carta Abierta avisó que no quiere que él sea el candidato
– Ojalá en un futuro se sientan representados también por Daniel, como el resto de los argentinos.
– ¿Qué cambiaría del modelo actual?
– No corresponde que critique otras gestiones. De la única persona de la que me atrevo a hablar es de Scioli, con quien convivo hace 30 años. Algunas cosas que ha hecho Daniel las haría de otro modo. Él es de escucharme y también otras opiniones. Pero la decisión la toma él.
– ¿Qué cosas?
– Eso lo discuto con él, no públicamente.
– ¿Cómo está el país ahora?
– Veo que está bien. Para algunas cosas quizás tendría otras ideas. Creo que hay gran potencial. Yo vengo ahora de India. Entrar en relaciones con Brics dará muchas oportunidades. Claro que siempre hay demandas aún no solucionadas, que están en proyecto.
– ¿Cuáles son las demandas?
– Por ejemplo, en Seguridad. Igual yo me remito a la provincia. La emergencia que decretó Daniel le dio la posibilidad de actuar más rápidamente ante el delito y anticiparse, cosa que antes no podía hacer. Eso devino en 26 mil procedimientos y se pudo detener a muchos delincuentes. Aún no se ganó pero se empezó a ganar la batalla.
– ¿Qué le hace falta al país?
– Creo que le hace falta unión. Hay recurso natural y humano, falta sentirnos más argentinos. Cuando el Papa pide tolerancia, no sólo habla de decirla sino también de practicarla. Daniel siempre se ha hecho eco de eso, a pesar de que le hicieron el camino difícil.
– ¿Aceptaría un cargo en el gabinete de su marido?
– Nunca me lo pidió y jamás me lo pediría. En todo caso yo le pediría que me dejara seguir colaborando con la actividad social.