Axel Kicillof fue el expositor central ayer del primer y único día de debate que tendrá el proyecto de Presupuesto nacional 2013 en el Senado, ya que dentro de una semana la Comisión de Presupuesto y Hacienda emitirá el dictamen. Parecía que esa reunión iba a replicar la presentación del funcionario cuando hizo su defensa del proyecto de presupuesto en Diputados, pero finalmente se escucharon ayer nuevas definiciones. Por lo pronto, Kicillof dio algunas pistas claras sobre la profundización de la política del Gobierno con relación al dólar y la continuidad de reformas mucho más allá en el tiempo, lo que para muchos presentes representó una discreta alusión a la reelección.
Para el viceministro los dólares disponibles en el país deben aplicarse, obviamente siempre bajo control estatal, a la producción: «Cuando se inicia una vigorosa reindustrialización, las importaciones crecen muy fuerte. Lo que se le va a acabar a la economía -no al Gobierno- son los dólares que necesitan para la maquinaria», dijo y avanzó más: «¿Cómo las divisas que necesito para hacer torres de petróleo se van a gastar en que los sectores más pudientes puedan comprar bienes de lujo?».
Siguiendo esa línea de confirmar la política cambiaria el viceministro sostuvo: «El riesgo es que por el aumento de las importaciones se acaben los dólares» para consumo particular.
En medio de comentarios y preguntas de la oposición, Kicillof recordó que el desarrollismo de Arturo Frondizi propuso «cuidar las divisas para que se dirijan a las importaciones fundamentales y así mantener el proceso de industrialización», y agregó que el riesgo es «que los dólares se malgasten en productos de consumo suntuoso».
Para el secretario, «la convertibilidad era la que generaba un verdadero cepo cambiario porque regalaba dólares» y porque «el Estado estaba obligado a endeudarse para cambiar un peso por un dólar».
Junto al secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, y al de Finanzas, Adrián Cosentino, explicó otro dato que impactó en los senadores: reconoció que en 2013 el gasto público no tendrá que ser fuertemente expansivo: «Para el año que viene pensamos desacelerar el aumento del producto bruto porque creemos que la economía privada va a reaccionar de manera positiva ante el alivio de las condiciones mundiales desfavorables», dijo Kicillof.
Habló entonces de la «recuperación de la economía mundial, en particular del Brasil, que es nuestro prindestino de exportaciones» y razonó: «Si a eso le sumamos una muy buena cosecha probablemente tengamos un 2013 aliviado. Y por eso, iremos ese año hacia una desaceleración del gasto, porque estimamos que la economía privada va a reaccionar en forma positiva».
El funcionario explicó luego: «Prevemos un 3,4% de crecimiento del PBI para fines de este año y para 2013 un crecimiento mayor, que va a alcanzar 4,4 puntos».
Pezoa fue el encargado de explicar las metas de recaudación: explicó que los ingresos por tributos y seguridad social serán de $ 822 mil millones y específicamente por Impuesto a las Ganancias estarán en $ 161 mil millones.
Cosentino, finalmente, insistió con que «la evolución de la deuda, tomada por tipo de moneda y tipo de tenedor, ha mejorado durante todo el período» y opinó que «2013 no depara novedades».
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Para el viceministro los dólares disponibles en el país deben aplicarse, obviamente siempre bajo control estatal, a la producción: «Cuando se inicia una vigorosa reindustrialización, las importaciones crecen muy fuerte. Lo que se le va a acabar a la economía -no al Gobierno- son los dólares que necesitan para la maquinaria», dijo y avanzó más: «¿Cómo las divisas que necesito para hacer torres de petróleo se van a gastar en que los sectores más pudientes puedan comprar bienes de lujo?».
Siguiendo esa línea de confirmar la política cambiaria el viceministro sostuvo: «El riesgo es que por el aumento de las importaciones se acaben los dólares» para consumo particular.
En medio de comentarios y preguntas de la oposición, Kicillof recordó que el desarrollismo de Arturo Frondizi propuso «cuidar las divisas para que se dirijan a las importaciones fundamentales y así mantener el proceso de industrialización», y agregó que el riesgo es «que los dólares se malgasten en productos de consumo suntuoso».
Para el secretario, «la convertibilidad era la que generaba un verdadero cepo cambiario porque regalaba dólares» y porque «el Estado estaba obligado a endeudarse para cambiar un peso por un dólar».
Junto al secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, y al de Finanzas, Adrián Cosentino, explicó otro dato que impactó en los senadores: reconoció que en 2013 el gasto público no tendrá que ser fuertemente expansivo: «Para el año que viene pensamos desacelerar el aumento del producto bruto porque creemos que la economía privada va a reaccionar de manera positiva ante el alivio de las condiciones mundiales desfavorables», dijo Kicillof.
Habló entonces de la «recuperación de la economía mundial, en particular del Brasil, que es nuestro prindestino de exportaciones» y razonó: «Si a eso le sumamos una muy buena cosecha probablemente tengamos un 2013 aliviado. Y por eso, iremos ese año hacia una desaceleración del gasto, porque estimamos que la economía privada va a reaccionar en forma positiva».
El funcionario explicó luego: «Prevemos un 3,4% de crecimiento del PBI para fines de este año y para 2013 un crecimiento mayor, que va a alcanzar 4,4 puntos».
Pezoa fue el encargado de explicar las metas de recaudación: explicó que los ingresos por tributos y seguridad social serán de $ 822 mil millones y específicamente por Impuesto a las Ganancias estarán en $ 161 mil millones.
Cosentino, finalmente, insistió con que «la evolución de la deuda, tomada por tipo de moneda y tipo de tenedor, ha mejorado durante todo el período» y opinó que «2013 no depara novedades».
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Queda entonces confirmado: los jugosos sueldos de los numerosos directores de la «nueva» YPF se pagan en dólares. Bien por los muchachos.
No, seguro que a Galluccio se le pagan los $31 mil que gana la Presi.
Si querés por ese precio, tengo un muy buen funcionario público cuyo nombre es Guillermo. Del petrólio sólo conoce el olor, pero es tobara.
No es para tanto. Yo de envidioso que nunca pude ver un dólar y cuando quise comprar veinte, para los nietos, la AFIP no lo autorizó.
Primero tenés que declararle que tenés PESOS para comprarlos. Pero capaz que te «olvidaste» de hacerlo :)
No lo tome para el lado de la chacota, Eduardo. Recuerde que Dólar=Democracia.
Yo tendría mis dudas, por aquí los que se quedan con los dólares no son precisamente demócratas.
Tiene razón, habitualmente son republicanos.
¡Ese es mi pollo! (Kicillof)
Me pasó a mí: Desde que acepté el patriótico desafío de no comprar más trencitos para mis nietos, imagino chorros de petróleo brotando de nuestra Patagonia.
Ojala fueran solo de la Patagonia, los «chorros» brotan en todos lados.