Axel Kicillof, Secretario de política económica.
En el juego de la silla del cerrado poder kirchnerista, el virtual viceministro de Economía y ex subgerente de Aerolíneas Argentinas, Axel Kicillof , se ganó ayer otro importante lugar a expensas de varias áreas del Gobierno.
Se trata de una fuerte reestructuración del organigrama del Palacio de Hacienda, dispuesto por el decreto 87/2012, publicado ayer en el Boletín Oficial y firmado por el vicepresidente en ejercicio de la presidencia, Amado Boudou; el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina.
El artículo tercero de esa norma dispone el traspaso del área de la que dependen los directores del Estado que participan en la conducción de las empresas privadas, como es el caso de Kicillof en Siderar, o de su predecesor y actual diputado, Roberto Feletti, en el banco Macro, entre otros.
En total, el Estado tiene participación en unas 40 firmas, coordinados por la Dirección de Gestión Empresaria, que dependerá de la Subsecretaría de Coordinación Económica y Mejora de la Competitividad que maneja Augusto Costa. Este economista integraba, junto con los otros subsecretarios del área, el Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda), que lideraba Kicillof.
El Cenda era, hasta el inicio de la gestión de Kicillof en Economía, uno de los centros de estudio ligados al oficialismo que cuestionaban en forma abierta las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y publicaba un promedio de inflación sobre la base de siete provincias; éste se ubicó arriba del 20% en 2011, frente al 9,5% del IPC metropolitano.
La dirección que pierde el secretario de Finanzas, Adrián Cosentino, dependía de la Subsecretaría de Servicios Financieros. Su función era, según Economía, coordinar «las políticas y acciones en las cuestiones administrativas que hacen al ejercicio de los derechos societarios de las participaciones accionarias o de capital de empresas, donde el Estado Nacional sea socio minoritario y/o estén en proceso total de privatización».
Pero Economía tenía pocas empresas a su cargo, a diferencia del Ministerio de Planificación, que maneja Julio De Vido, y la Administración Nacional de la Seguridad Social, a cargo de Diego Bossio.
Esa dirección debe «instruir a los representantes del Estado nacional en las citadas empresas», por lo que en los pasillos del Palacio de Hacienda no descartan un recambio entre varios directores del Estado para ocupar más lugares con dirigentes de La Cámpora .
De este modo, se consolidan tres «islas» independientes del ministro Lorenzino: Moreno y su control absoluto sobre el comercio exterior e interior; Juan Carlos Pezoa, en Hacienda, y Kicillof, en Política Económica y Planificación del Desarrollo.
LA NUEVA ETAPA
Nuevas funciones: el economista coordinará el trabajo de los representantes del Estado en los directorios de empresas privadas.
Pérdidas: con este cambio, pierden poder los ministros De Vido y Lorenzino y jefe de la Anses, Bossio, que coordinaban a 40 empresas..
En el juego de la silla del cerrado poder kirchnerista, el virtual viceministro de Economía y ex subgerente de Aerolíneas Argentinas, Axel Kicillof , se ganó ayer otro importante lugar a expensas de varias áreas del Gobierno.
Se trata de una fuerte reestructuración del organigrama del Palacio de Hacienda, dispuesto por el decreto 87/2012, publicado ayer en el Boletín Oficial y firmado por el vicepresidente en ejercicio de la presidencia, Amado Boudou; el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina.
El artículo tercero de esa norma dispone el traspaso del área de la que dependen los directores del Estado que participan en la conducción de las empresas privadas, como es el caso de Kicillof en Siderar, o de su predecesor y actual diputado, Roberto Feletti, en el banco Macro, entre otros.
En total, el Estado tiene participación en unas 40 firmas, coordinados por la Dirección de Gestión Empresaria, que dependerá de la Subsecretaría de Coordinación Económica y Mejora de la Competitividad que maneja Augusto Costa. Este economista integraba, junto con los otros subsecretarios del área, el Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda), que lideraba Kicillof.
El Cenda era, hasta el inicio de la gestión de Kicillof en Economía, uno de los centros de estudio ligados al oficialismo que cuestionaban en forma abierta las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y publicaba un promedio de inflación sobre la base de siete provincias; éste se ubicó arriba del 20% en 2011, frente al 9,5% del IPC metropolitano.
La dirección que pierde el secretario de Finanzas, Adrián Cosentino, dependía de la Subsecretaría de Servicios Financieros. Su función era, según Economía, coordinar «las políticas y acciones en las cuestiones administrativas que hacen al ejercicio de los derechos societarios de las participaciones accionarias o de capital de empresas, donde el Estado Nacional sea socio minoritario y/o estén en proceso total de privatización».
Pero Economía tenía pocas empresas a su cargo, a diferencia del Ministerio de Planificación, que maneja Julio De Vido, y la Administración Nacional de la Seguridad Social, a cargo de Diego Bossio.
Esa dirección debe «instruir a los representantes del Estado nacional en las citadas empresas», por lo que en los pasillos del Palacio de Hacienda no descartan un recambio entre varios directores del Estado para ocupar más lugares con dirigentes de La Cámpora .
De este modo, se consolidan tres «islas» independientes del ministro Lorenzino: Moreno y su control absoluto sobre el comercio exterior e interior; Juan Carlos Pezoa, en Hacienda, y Kicillof, en Política Económica y Planificación del Desarrollo.
LA NUEVA ETAPA
Nuevas funciones: el economista coordinará el trabajo de los representantes del Estado en los directorios de empresas privadas.
Pérdidas: con este cambio, pierden poder los ministros De Vido y Lorenzino y jefe de la Anses, Bossio, que coordinaban a 40 empresas..
