Ahora que el Gobierno intenta desalentar la compra de dólares, vale la pena recordar una denuncia que hizo Martín Redrado contra Néstor Kirchner y la Presidenta en julio pasado, y que pasó inadvertida en medio del luto por la muerte del ex presidente y el año electoral.
Redrado acusó a Kirchner de haberlo presionado para obtener beneficios extra de la compra de dos millones de dólares que hizo el ex presidente en octubre de 2008. El ex presidente del Banco Central aseguró, durante dos entrevistas realizadas para el libro El y Ella, que «Kirchner quería llevar el dólar de 3,20 a 3,50 [pesos] para sacar ventaja en su compra de dos millones de dólares».
Redrado reveló que Kirchner, a pesar de no tener ningún cargo formal, lo «llamaba a cada rato» para que dejara subir el precio del dólar y así acompañar «el crecimiento del real», la moneda brasileña.
Kirchner compró un total de 1.990.999,80 dólares los días 9, 15 y 23 de octubre de 2008, después de la estatización de las AFJP y la crisis financiera de las hipotecas de los Estados Unidos. La noticia de la transacción monetaria se transformó en un escándalo no bien se dio a conocer, el primer día hábil de febrero de 2010. Dos diputados nacionales presentaron una denuncia penal contra Kirchner y la Presidenta por enriquecimiento ilícito y uso de información reservada para beneficio propio. La denuncia cayó, por sorteo, en el fiscal Gerardo Di Masi y el juez federal Claudio Bonadio. Los diputados todavía no se habían enterado de las presiones relatadas por Redrado, pero igual acusaron a Kirchner de haber adquirido los dólares en el momento justo, a sabiendas de que la divisa norteamericana aumentaría su cotización. Lo denunciaron de haber conseguido información privilegiada. Datos que sólo podría haber obtenido como el esposo de la Presidenta. O por su cercanía con el presidente del Banco Central.
El 8 de julio de 2010, en una decisión por lo menos apresurada, De Masi desestimó la denuncia por la compra de los famosos dos millones de dólares sin tomar una sola declaración testimonial. Ni siquiera a quien podía suministrar información de primera mano, el presidente del Banco Central, Martín Redrado. El juez, por su parte, hizo suya la opinión del fiscal. Si lo hubieran convocado, Redrado habría declarado algo parecido a lo que me dijo frente al grabador, en septiembre y octubre del año pasado.
El ex presidente del Central afirmó que Kirchner lo empezó a llamar el 8 de octubre de 2008, y que a partir de ese día las presiones fueron creciendo, hasta hacerse insoportables. Los argumentos de Kirchner eran, en apariencia, económicos. «Martín, tenemos que seguir al real porque perdemos competitividad», sostiene Redrado que argumentaba el ex presidente. «El dólar estaba a 3,25 (pesos) y ellos lo querían llevar a 3,50. Mi argumento más fuerte era que si, en ese momento, lo dejábamos subir, además de ir a buscarlo a 6 pesos, íbamos a desfinanciar el Banco Central e íbamos a provocar inestabilidad no sólo económica y financiera. También institucional», recordó.
Redrado confesó que su peor día como presidente del Central no fue cuando se tuvo que ir después de haberse negado a utilizar las reservas para pagar intereses de la deuda externa, sino el 31 de octubre de 2008, cuando se produjo la más fuerte corrida contra el dólar desde 2003 y la autoridad monetaria debió desembolsar 525 millones de dólares en un solo día para evitar que la cotización se disparara.
Lo hizo sin consultar, y a pesar de que Kirchner lo venía llamando desde muy temprano y cada cinco minutos. Recién a las cuatro de la tarde, después de frenar la corrida, Redrado le devolvió la llamada a un ex presidente fuera de sí. Era viernes. Kirchner lo citó con urgencia en la quinta de Olivos. Cuando Redrado llegó, el esposo de la Presidenta lo aguardaba, de pie, en la puerta de la zona denominada Jefatura. Estaba a punto de empezar a jugar al fútbol con sus incondicionales. Vestía la camiseta de Racing y unas calzas negras muy ajustadas. Ni siquiera lo saludó. Enseguida le gritó: «Pero ¿vos te volviste loco? ¿Cómo se te ocurre vender 525 millones de dólares?». El funcionario lo tranquilizó. Le aseguró que a partir de ese momento no habría más corridas en el mercado de cambios.
Pero ¿en qué se basa Redrado para afirmar que Kirchner y la Presidenta pretendían sacar ventaja de la compra de los dos millones de dólares? Lo responde él mismo: «Kirchner no necesitaba comprar dos millones de dólares para adquirir las acciones de la empresa Hotesur, dueña del Hotel Alto Calafate, porque ya los tenía. Tenía una cuenta de cuatro millones de dólares. Además, él compró los dos millones en la época en que me llamaba todos los días para que subiera el precio del dólar y lo llevara a 3,50. Yo creo que quiso sacar una pequeña ventajita con la compra».
¿A cuánto ascendió el beneficio o la diferencia que habría obtenido el ex presidente con la transacción? A no más de 120.000 pesos de entonces, si se calcula el tiempo de cambio de aquellos días.
¿Es poco o mucho? Depende de la perspectiva. Para un docente es inalcanzable. Para la familia Kirchner, que declara un patrimonio de 70 millones de pesos, no parece una enormidad. Pero ¿importa el monto de la diferencia o lo que importa es la conducta del funcionario? Para obtener el sobreseimiento de Cristina Fernández por el presunto delito de haber creado una consultora denominada El Chapel mientras ejercía como presidenta, la abogada defensora, su sobrina Romina Mercado, adujo que la empresa nunca se había puesto en funcionamiento. Pero el fiscal, Federico Delgado, al pedir que no se cerrara la causa, argumentó que no importa tanto no haber consumado el delito como la lógica que se utilizó para montarlo.
Delgado presentó un ejemplo concreto. «Viene un inversor a la Argentina con cientos de millones de dólares y necesita contratar una consultora. ¿Cuál tendrá más posibilidades de ser elegida, la más seria del mercado o El Chapel?» Por supuesto, la causa no llegó a ninguna parte, igual que la denuncia de Redrado. Son, para el relato oficial, pequeñeces. Tonterías. Denuncismo puro. Cositas de gorilas. Igual que la inflación real. Lo importante es el modelo, nacional y popular. Por algo fue convalidado con casi el 54% de los votos. En este contexto victorioso, la compra de dólares de la familia Kirchner, la pequeña ventaja obtenida y su asombroso crecimiento patrimonial no tienen ninguna importancia.
© La Nacion.
Redrado acusó a Kirchner de haberlo presionado para obtener beneficios extra de la compra de dos millones de dólares que hizo el ex presidente en octubre de 2008. El ex presidente del Banco Central aseguró, durante dos entrevistas realizadas para el libro El y Ella, que «Kirchner quería llevar el dólar de 3,20 a 3,50 [pesos] para sacar ventaja en su compra de dos millones de dólares».
Redrado reveló que Kirchner, a pesar de no tener ningún cargo formal, lo «llamaba a cada rato» para que dejara subir el precio del dólar y así acompañar «el crecimiento del real», la moneda brasileña.
Kirchner compró un total de 1.990.999,80 dólares los días 9, 15 y 23 de octubre de 2008, después de la estatización de las AFJP y la crisis financiera de las hipotecas de los Estados Unidos. La noticia de la transacción monetaria se transformó en un escándalo no bien se dio a conocer, el primer día hábil de febrero de 2010. Dos diputados nacionales presentaron una denuncia penal contra Kirchner y la Presidenta por enriquecimiento ilícito y uso de información reservada para beneficio propio. La denuncia cayó, por sorteo, en el fiscal Gerardo Di Masi y el juez federal Claudio Bonadio. Los diputados todavía no se habían enterado de las presiones relatadas por Redrado, pero igual acusaron a Kirchner de haber adquirido los dólares en el momento justo, a sabiendas de que la divisa norteamericana aumentaría su cotización. Lo denunciaron de haber conseguido información privilegiada. Datos que sólo podría haber obtenido como el esposo de la Presidenta. O por su cercanía con el presidente del Banco Central.
El 8 de julio de 2010, en una decisión por lo menos apresurada, De Masi desestimó la denuncia por la compra de los famosos dos millones de dólares sin tomar una sola declaración testimonial. Ni siquiera a quien podía suministrar información de primera mano, el presidente del Banco Central, Martín Redrado. El juez, por su parte, hizo suya la opinión del fiscal. Si lo hubieran convocado, Redrado habría declarado algo parecido a lo que me dijo frente al grabador, en septiembre y octubre del año pasado.
El ex presidente del Central afirmó que Kirchner lo empezó a llamar el 8 de octubre de 2008, y que a partir de ese día las presiones fueron creciendo, hasta hacerse insoportables. Los argumentos de Kirchner eran, en apariencia, económicos. «Martín, tenemos que seguir al real porque perdemos competitividad», sostiene Redrado que argumentaba el ex presidente. «El dólar estaba a 3,25 (pesos) y ellos lo querían llevar a 3,50. Mi argumento más fuerte era que si, en ese momento, lo dejábamos subir, además de ir a buscarlo a 6 pesos, íbamos a desfinanciar el Banco Central e íbamos a provocar inestabilidad no sólo económica y financiera. También institucional», recordó.
Redrado confesó que su peor día como presidente del Central no fue cuando se tuvo que ir después de haberse negado a utilizar las reservas para pagar intereses de la deuda externa, sino el 31 de octubre de 2008, cuando se produjo la más fuerte corrida contra el dólar desde 2003 y la autoridad monetaria debió desembolsar 525 millones de dólares en un solo día para evitar que la cotización se disparara.
Lo hizo sin consultar, y a pesar de que Kirchner lo venía llamando desde muy temprano y cada cinco minutos. Recién a las cuatro de la tarde, después de frenar la corrida, Redrado le devolvió la llamada a un ex presidente fuera de sí. Era viernes. Kirchner lo citó con urgencia en la quinta de Olivos. Cuando Redrado llegó, el esposo de la Presidenta lo aguardaba, de pie, en la puerta de la zona denominada Jefatura. Estaba a punto de empezar a jugar al fútbol con sus incondicionales. Vestía la camiseta de Racing y unas calzas negras muy ajustadas. Ni siquiera lo saludó. Enseguida le gritó: «Pero ¿vos te volviste loco? ¿Cómo se te ocurre vender 525 millones de dólares?». El funcionario lo tranquilizó. Le aseguró que a partir de ese momento no habría más corridas en el mercado de cambios.
Pero ¿en qué se basa Redrado para afirmar que Kirchner y la Presidenta pretendían sacar ventaja de la compra de los dos millones de dólares? Lo responde él mismo: «Kirchner no necesitaba comprar dos millones de dólares para adquirir las acciones de la empresa Hotesur, dueña del Hotel Alto Calafate, porque ya los tenía. Tenía una cuenta de cuatro millones de dólares. Además, él compró los dos millones en la época en que me llamaba todos los días para que subiera el precio del dólar y lo llevara a 3,50. Yo creo que quiso sacar una pequeña ventajita con la compra».
¿A cuánto ascendió el beneficio o la diferencia que habría obtenido el ex presidente con la transacción? A no más de 120.000 pesos de entonces, si se calcula el tiempo de cambio de aquellos días.
¿Es poco o mucho? Depende de la perspectiva. Para un docente es inalcanzable. Para la familia Kirchner, que declara un patrimonio de 70 millones de pesos, no parece una enormidad. Pero ¿importa el monto de la diferencia o lo que importa es la conducta del funcionario? Para obtener el sobreseimiento de Cristina Fernández por el presunto delito de haber creado una consultora denominada El Chapel mientras ejercía como presidenta, la abogada defensora, su sobrina Romina Mercado, adujo que la empresa nunca se había puesto en funcionamiento. Pero el fiscal, Federico Delgado, al pedir que no se cerrara la causa, argumentó que no importa tanto no haber consumado el delito como la lógica que se utilizó para montarlo.
Delgado presentó un ejemplo concreto. «Viene un inversor a la Argentina con cientos de millones de dólares y necesita contratar una consultora. ¿Cuál tendrá más posibilidades de ser elegida, la más seria del mercado o El Chapel?» Por supuesto, la causa no llegó a ninguna parte, igual que la denuncia de Redrado. Son, para el relato oficial, pequeñeces. Tonterías. Denuncismo puro. Cositas de gorilas. Igual que la inflación real. Lo importante es el modelo, nacional y popular. Por algo fue convalidado con casi el 54% de los votos. En este contexto victorioso, la compra de dólares de la familia Kirchner, la pequeña ventaja obtenida y su asombroso crecimiento patrimonial no tienen ninguna importancia.
© La Nacion.
no entiendo bien si queria comprar , porque le convenia que suba el dolar? para despues vender mas caro?
además, Kirchner dijo que era por la competitividad, no hay datos que lo contradigan mas que la declaración posterior de un opositor.
Sinceramente,no veo el sentido de incluir columnas como esta en las lecturas. En primer lugar Majul insiste en utilizar el espacio que le dan para hacer autobombo de sus libros (Si yo fuese el director de La Nación ya le hubiera dado una patada en el tujes hace rato).Luego hace una denuncia basada en dichos cuya veracidad es imposible de certificar,provenientes de una fuente por lo menos dudosa sino interesada y en la que el denunciado no tiene,obviamente,ninguna posibilidad de replicar o defenderse.Me parece que debe haber mejores exponentes del pensamiento opositor que este ¿periodista?
ponete a laburar, majul!!!!
Basta, Majul.
Sí, en realidad basta de insistir con los pecadillos del Néstor. El artículo 59, inc. 1º del Código Penal es terminante: «La acción penal se extinguirá: 1)por la muerte del imputado.»