En medio de una huelga de hambre que afecta a un gran número de presos (menos de 40, según el Pentágono; más de un centenar, según uno de los abogados defensores), Guantánamo se encuentra envuelto en una nueva polémica después de que los militares responsables de las comisiones militares reconocieran que los fiscales han tenido acceso a decenas de miles de correos electrónicos de los equipos de la defensa, según una información de hoy del diario The Washington Post.
La brecha en la confidencialidad de las comunicaciones entre los presos y sus abogados ha provocado que, por ejemplo, la próxima vista preparatoria del proceso contra el acusado de planear el ataque contra el destructor USS Cole en el año 2000 en Yemen haya sido aplazada dos meses. El inicio del juicio contra el cerebro de los atentados del 11-S y sus cuatro cómplices también se verá sin duda afectado y sufrirá un importante retraso. La próxima vista debía de ser el 22 de abril y no se producirá.
El abogado de uno de estos acusados, James Connell, se preguntaba si existe alguna, aunque sea mínima, seguridad para las comunicaciones de la defensa. “Esta nueva revelación es solo la última de una larga serie en la que se vigilan y controlan las salas de los procesos, se instalan sistemas de vigilancia ocultos o desaparecieran dosieres judiciales”.
La jefe militar de los equipos defensores, Karen Mayberry, pidió a los letrados tras conocerse la violación que dejen de utilizar los sistemas informáticos del Departamento de Defensa para transmitir información confidencial hasta que se les asegure que la privacidad está garantizada.
La jefe militar de los equipos defensores, Karen Mayberry, pidió a los letrados que dejen de utilizar los sistemas informáticos del Departamento de Defensa para transmitir información confidencial
A un sistema que está marcado desde su nacimiento por la falta de legitimidad se le suman además intrusiones gubernamentales, secretismo e invasión de la privacidad abogado-cliente. El pasado mes de febrero, un abogado militar descubrió que en los detectores de humo de las salas que los letrados usan para reunirse con sus clientes había micrófonos escondidos. Las autoridades de la isla dijeron entonces que estaban instalados mucho antes de que los abogados de los sospechosos de terrorismo comenzaran a usar esas instalaciones y fueron quitados.
También en febrero, el juez jefe de Guantánamo, James Pohl –a cargo del proceso de los acusados por el 11-S-, tuvo conocimiento de que el tribunal insonorizado construido en la base estaba conectado a un sistema que permitía a una agencia del gobierno sin especificar –se cree que es la CIA- cortar el audio del juicio que se transmite a la galería donde la prensa y otras personas lo siguen. Pohl solucionó la polémica decidiendo que sería él mismo quien apretara el botón que cortaba el sonido, aunque la defensa sigue creyendo que el sistema está manipulado para permitir al Gobierno controlar las conversaciones abogado-cliente.
Con este escenario de fondo, más de 20 organizaciones nacionales e internacionales -entre ellas Amnistía Internacional y la Asociación Americana de Libertades Civiles, ACLU) renovaron ayer su petición al presidente de EE UU, Barack Obama, para que cierre la prisión creada en 2002 ajena a los tribunales de justicia norteamericana, ya que creen que la situación que enfrentan los 166 presos todavía allí encerrados es grave y se puede definir como crisis. “Si alguna vez hubo un momento adecuado para cumplir la promesa que hizo hace más de cuatro años de cerrar la prisión, es ahora”.
También esta semana, el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, reclamó a la Casa Blanca y al Congreso de EE UU que ponga fin “al bloqueo político” que existe sobre Guantánamo. “Es un bloqueo insostenible”, dijo Maurer, que no entró en el detalle de cuántos reos están en huelga de hambre o cuáles son sus condiciones, ya que las comunicaciones del CICR con la Administración de EE UU son confidenciales.
El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, reclamó a la Casa Blanca y al Congreso de EEUU que ponga fin “al bloqueo político” que existe sobre Guantánamo
Maurer aseguró que durante la conversación con Obama comprobó que “el presidente sigue comprometido con el cierre de Guantánamo” como prometió. La orden del cierre de Guantánamo en el plazo de un año fue la primera que firmó Obama al llegar al Despacho Oval en el año 2009. Pero en el camino surgieron tantos obstáculos, que no solo transcurrió ese año sin resultados, sino que pasaron otros tres más y, seguramente pasarán los cuatro años restantes de esta presidencia, puesto que todo indica que la herencia envenenada que dejó George W. Bush quedará para el sucesor de Obama. La última prueba de ello es que Daniel Fried, quien estaba al frente de las gestiones para la repatriación de los presos, dejó su cargo a principios de febrero, sin que nadie le haya sustituido ni lo vaya a hacer.
Este último dato está en una de las causas que llevaron a los presos a comenzar la huelga de hambre el pasado 6 de febrero, la falta de perspectiva con la que viven, ya que 86 de los hombres detenidos tienen el visto desde hace más de tres años para ser transferidos a sus países o terceros.
La brecha en la confidencialidad de las comunicaciones entre los presos y sus abogados ha provocado que, por ejemplo, la próxima vista preparatoria del proceso contra el acusado de planear el ataque contra el destructor USS Cole en el año 2000 en Yemen haya sido aplazada dos meses. El inicio del juicio contra el cerebro de los atentados del 11-S y sus cuatro cómplices también se verá sin duda afectado y sufrirá un importante retraso. La próxima vista debía de ser el 22 de abril y no se producirá.
El abogado de uno de estos acusados, James Connell, se preguntaba si existe alguna, aunque sea mínima, seguridad para las comunicaciones de la defensa. “Esta nueva revelación es solo la última de una larga serie en la que se vigilan y controlan las salas de los procesos, se instalan sistemas de vigilancia ocultos o desaparecieran dosieres judiciales”.
La jefe militar de los equipos defensores, Karen Mayberry, pidió a los letrados tras conocerse la violación que dejen de utilizar los sistemas informáticos del Departamento de Defensa para transmitir información confidencial hasta que se les asegure que la privacidad está garantizada.
La jefe militar de los equipos defensores, Karen Mayberry, pidió a los letrados que dejen de utilizar los sistemas informáticos del Departamento de Defensa para transmitir información confidencial
A un sistema que está marcado desde su nacimiento por la falta de legitimidad se le suman además intrusiones gubernamentales, secretismo e invasión de la privacidad abogado-cliente. El pasado mes de febrero, un abogado militar descubrió que en los detectores de humo de las salas que los letrados usan para reunirse con sus clientes había micrófonos escondidos. Las autoridades de la isla dijeron entonces que estaban instalados mucho antes de que los abogados de los sospechosos de terrorismo comenzaran a usar esas instalaciones y fueron quitados.
También en febrero, el juez jefe de Guantánamo, James Pohl –a cargo del proceso de los acusados por el 11-S-, tuvo conocimiento de que el tribunal insonorizado construido en la base estaba conectado a un sistema que permitía a una agencia del gobierno sin especificar –se cree que es la CIA- cortar el audio del juicio que se transmite a la galería donde la prensa y otras personas lo siguen. Pohl solucionó la polémica decidiendo que sería él mismo quien apretara el botón que cortaba el sonido, aunque la defensa sigue creyendo que el sistema está manipulado para permitir al Gobierno controlar las conversaciones abogado-cliente.
Con este escenario de fondo, más de 20 organizaciones nacionales e internacionales -entre ellas Amnistía Internacional y la Asociación Americana de Libertades Civiles, ACLU) renovaron ayer su petición al presidente de EE UU, Barack Obama, para que cierre la prisión creada en 2002 ajena a los tribunales de justicia norteamericana, ya que creen que la situación que enfrentan los 166 presos todavía allí encerrados es grave y se puede definir como crisis. “Si alguna vez hubo un momento adecuado para cumplir la promesa que hizo hace más de cuatro años de cerrar la prisión, es ahora”.
También esta semana, el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, reclamó a la Casa Blanca y al Congreso de EE UU que ponga fin “al bloqueo político” que existe sobre Guantánamo. “Es un bloqueo insostenible”, dijo Maurer, que no entró en el detalle de cuántos reos están en huelga de hambre o cuáles son sus condiciones, ya que las comunicaciones del CICR con la Administración de EE UU son confidenciales.
El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, reclamó a la Casa Blanca y al Congreso de EEUU que ponga fin “al bloqueo político” que existe sobre Guantánamo
Maurer aseguró que durante la conversación con Obama comprobó que “el presidente sigue comprometido con el cierre de Guantánamo” como prometió. La orden del cierre de Guantánamo en el plazo de un año fue la primera que firmó Obama al llegar al Despacho Oval en el año 2009. Pero en el camino surgieron tantos obstáculos, que no solo transcurrió ese año sin resultados, sino que pasaron otros tres más y, seguramente pasarán los cuatro años restantes de esta presidencia, puesto que todo indica que la herencia envenenada que dejó George W. Bush quedará para el sucesor de Obama. La última prueba de ello es que Daniel Fried, quien estaba al frente de las gestiones para la repatriación de los presos, dejó su cargo a principios de febrero, sin que nadie le haya sustituido ni lo vaya a hacer.
Este último dato está en una de las causas que llevaron a los presos a comenzar la huelga de hambre el pasado 6 de febrero, la falta de perspectiva con la que viven, ya que 86 de los hombres detenidos tienen el visto desde hace más de tres años para ser transferidos a sus países o terceros.