La última Conferencia Regional sobre Envejecimiento realizada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) reveló que en Latinoamérica seis de cada diez mayores no cobran una pensión. Frente a esto, se revaloriza el estado actual del sistema jubilatorio argentino, que según el último relevamiento de la ANSES cubre el 95,1% del universo de personas en condiciones de recibir una jubilación.
El diario español El País publicó el informe de la CEPAL en su edición del 21 de mayo e intentó imprimirle una mirada crítica especialmente con la Argentina sin tener en cuenta que se encuentra a la cabeza de los sistemas previsionales de la región. “Jorge, un jubilado de Buenos Aires, cobra, al igual que el 85% de sus pares, la pensión mínima de 318 euros, y por eso trabaja como taxista”, planteó el autor de la nota, escrita desde Buenos Aires con una clara mala intención, olvidando destacar que el haber mínimo de los jubilados argentinos está entre los mejores de Latinoamérica y, al mismo tiempo, el país presenta un porcentaje de cobertura cercano a la totalidad del universo, incluso por encima del promedio de los países desarrollados.
CONTRASTES. El documento de la CEPAL Envejecimiento, solidaridad y protección social: la hora de avanzar hacia la igualdad, que analiza las perspectivas futuras del envejecimiento poblacional y su inclusión en la agenda pública, plantea que el promedio simple de los países de la región en 2009 evidenció que apenas cuatro de cada diez latinoamericanos de 65 años y más, un 40%, recibía jubilaciones o pensiones, incluso en un contexto en que se registraron aumentos considerables de la proporción de población cubierta. Muy lejos se encuentra el promedio exhibido por los países desarrollados, donde el 75% de la población recibe algún tipo de pensión.
Además, el organismo internacional subrayó que una parte importante de la población de 60 años y más no recibe ingresos propios, siendo este dato más evidente en las mujeres que en los hombres. El 11% de los hombres y el 25 de las mujeres de edad avanzada que residen en áreas urbanas se encuentran totalmente desprotegidos. “Especialmente preocupante es lo que ocurre en el Ecuador, El Salvador, México y Paraguay, donde más de 2 de cada 10 personas de edad avanzada no cuentan con ningún tipo de ingreso”, subraya la CEPAL. El organismo agrega que “también llama la atención la elevada disparidad de género que se observa incluso en países donde la cobertura de jubilaciones y pensiones es relativamente alta, como el Brasil, Chile, Costa Rica o Uruguay”.
En este contexto regional, Argentina tiene una posición privilegiada. A partir del Plan de Inclusión Previsional, aplicado desde los inicios del gobierno kirchnerista, se sumaron al sistema 2.516.230 personas, lo que llevó la cobertura al 95,1% del universo de la tercera edad. Muchos carecían de años de aportes formales producto de las políticas flexibilizadoras del neoliberalismo de los noventa, pero gracias a la iniciativa oficial pudieron acceder a una prestación previsional.
Según datos de la ANSES, el gasto previsional (jubilaciones y pensiones del Sistema Integrado Previsional Argentino) fue en el 2011 de $122.008,54 millones de pesos (6,6% del PBI), mientras que el total del gasto de seguridad social a cargo del organismo estatal alcanzó los 187.120 millones de pesos (10% del PBI).
La Argentina también se destaca a la hora de ser comparada con los países mejor ubicados de la región. Mientras que Chile, Brasil y Uruguay oscilan entre el 88 y 89% de cobertura previsional, Argentina está por encima del 95%.
Además, el haber jubilatorio mínimo local es de U$S 389,1, mientras que en Brasil es de U$S 355,5, en Chile de U$S 246,3 y en Uruguay de U$S 229,4. Esta brecha aumenta a la hora de comparar las cifras mediante la llamada “Paridad de poder adquisitivo” (medida utilizada para estimar el poder de compra de la moneda local equivalente a lo que podría ser adquirido en EE UU con un dólar). Con este último método Argentina pasa a U$S 635,4, Brasil a U$S 326, Chile a U$S 285,1 y Uruguay a U$S 241,9.
El haber medio argentino registró un incremento en dólares del 314% desde el 2003, y de los 5.718.704 beneficiarios argentinos, el 74,8% percibe el haber mínimo.
APORTE. La fortaleza del sistema jubilatorio es un aporte fundamental al avance de la economía, sobre todo en época de crisis a nivel mundial. “A pesar de los problemas que enfrenta el sistema de seguridad social en la región, su contribución es indiscutible porque constituye un estabilizador económico, social y político”, destaca la CEPAL en su informe. El organismo plantea que tal afirmación quedó demostrada durante la reciente crisis económica mundial, cuando los países con mayor cobertura de seguridad social, encabezados por Argentina, exhibieron menores brechas de bienestar que aquellos con coberturas de pensiones y jubilaciones menos abarcativas.<
El diario español El País publicó el informe de la CEPAL en su edición del 21 de mayo e intentó imprimirle una mirada crítica especialmente con la Argentina sin tener en cuenta que se encuentra a la cabeza de los sistemas previsionales de la región. “Jorge, un jubilado de Buenos Aires, cobra, al igual que el 85% de sus pares, la pensión mínima de 318 euros, y por eso trabaja como taxista”, planteó el autor de la nota, escrita desde Buenos Aires con una clara mala intención, olvidando destacar que el haber mínimo de los jubilados argentinos está entre los mejores de Latinoamérica y, al mismo tiempo, el país presenta un porcentaje de cobertura cercano a la totalidad del universo, incluso por encima del promedio de los países desarrollados.
CONTRASTES. El documento de la CEPAL Envejecimiento, solidaridad y protección social: la hora de avanzar hacia la igualdad, que analiza las perspectivas futuras del envejecimiento poblacional y su inclusión en la agenda pública, plantea que el promedio simple de los países de la región en 2009 evidenció que apenas cuatro de cada diez latinoamericanos de 65 años y más, un 40%, recibía jubilaciones o pensiones, incluso en un contexto en que se registraron aumentos considerables de la proporción de población cubierta. Muy lejos se encuentra el promedio exhibido por los países desarrollados, donde el 75% de la población recibe algún tipo de pensión.
Además, el organismo internacional subrayó que una parte importante de la población de 60 años y más no recibe ingresos propios, siendo este dato más evidente en las mujeres que en los hombres. El 11% de los hombres y el 25 de las mujeres de edad avanzada que residen en áreas urbanas se encuentran totalmente desprotegidos. “Especialmente preocupante es lo que ocurre en el Ecuador, El Salvador, México y Paraguay, donde más de 2 de cada 10 personas de edad avanzada no cuentan con ningún tipo de ingreso”, subraya la CEPAL. El organismo agrega que “también llama la atención la elevada disparidad de género que se observa incluso en países donde la cobertura de jubilaciones y pensiones es relativamente alta, como el Brasil, Chile, Costa Rica o Uruguay”.
En este contexto regional, Argentina tiene una posición privilegiada. A partir del Plan de Inclusión Previsional, aplicado desde los inicios del gobierno kirchnerista, se sumaron al sistema 2.516.230 personas, lo que llevó la cobertura al 95,1% del universo de la tercera edad. Muchos carecían de años de aportes formales producto de las políticas flexibilizadoras del neoliberalismo de los noventa, pero gracias a la iniciativa oficial pudieron acceder a una prestación previsional.
Según datos de la ANSES, el gasto previsional (jubilaciones y pensiones del Sistema Integrado Previsional Argentino) fue en el 2011 de $122.008,54 millones de pesos (6,6% del PBI), mientras que el total del gasto de seguridad social a cargo del organismo estatal alcanzó los 187.120 millones de pesos (10% del PBI).
La Argentina también se destaca a la hora de ser comparada con los países mejor ubicados de la región. Mientras que Chile, Brasil y Uruguay oscilan entre el 88 y 89% de cobertura previsional, Argentina está por encima del 95%.
Además, el haber jubilatorio mínimo local es de U$S 389,1, mientras que en Brasil es de U$S 355,5, en Chile de U$S 246,3 y en Uruguay de U$S 229,4. Esta brecha aumenta a la hora de comparar las cifras mediante la llamada “Paridad de poder adquisitivo” (medida utilizada para estimar el poder de compra de la moneda local equivalente a lo que podría ser adquirido en EE UU con un dólar). Con este último método Argentina pasa a U$S 635,4, Brasil a U$S 326, Chile a U$S 285,1 y Uruguay a U$S 241,9.
El haber medio argentino registró un incremento en dólares del 314% desde el 2003, y de los 5.718.704 beneficiarios argentinos, el 74,8% percibe el haber mínimo.
APORTE. La fortaleza del sistema jubilatorio es un aporte fundamental al avance de la economía, sobre todo en época de crisis a nivel mundial. “A pesar de los problemas que enfrenta el sistema de seguridad social en la región, su contribución es indiscutible porque constituye un estabilizador económico, social y político”, destaca la CEPAL en su informe. El organismo plantea que tal afirmación quedó demostrada durante la reciente crisis económica mundial, cuando los países con mayor cobertura de seguridad social, encabezados por Argentina, exhibieron menores brechas de bienestar que aquellos con coberturas de pensiones y jubilaciones menos abarcativas.<