El titular del Grupo Banco Provincia afirma que la crisis que vive Buenos Aires es fruto de una “tormenta perfecta”. Considera que Daniel Scioli es un buen administrador y que está absolutamente alineado con el gobierno nacional. “Por lo menos pudimos pagar los sueldos”, dice.
Por Magdalena Ruiz Guiñazú
14/07/12 – 09:26
Angustia. «Nos cuesta digerir no haber cumplido con el pago del medio aguinaldo de los empleados en tiempo y forma.»
Santiago Montoya cobró notoriedad cuando, algunos años atrás, como titular de ARBA (Agencia de Recaudación de Buenos Aires) logró detectar falsos terrenos baldíos que escondían suntuosas mansiones y autos de marca deudores de todas sus boletas de patente. La popularidad de Montoya llegó al punto de que los automovilistas lo saludaban desde las colectoras al divisar la acción que desarrollaba en los más recoletos countries.
Hoy Montoya es presidente del Grupo Banco Provincia, director ejecutivo del Plan de Regionalización de la Provincia de Buenos Aires y conocido en la prensa por la claridad de sus conceptos. Algo, diríamos, particularmente importante en una semana tan difícil, en la que la presidenta de la Nación (haciendo uso de la cadena oficial) no ha sido particularmente amable con el primer mandatario de Buenos Aires.
Acudimos entonces a la experiencia de Montoya.
—¿Cómo es el contribuyente de la provincia de Buenos Aires?
—Yo diría que es un ciudadano como de cualquier otra parte del mundo pero la realidad es que, durante muchos años, hubo en la Argentina, y particularmente en la provincia de Buenos Aires, una discusión acerca de si somos genéticamente evasores o si verdaderamente se trata de reglas de juego y de la acción del Estado. Y yo creo que desde fines de 2001 hasta 2009, cuando a mí me tocó cumplir esa tarea, quedó demostrado que el contribuyente de la provincia de Buenos Aires, frente a una acción del Fisco, responde con absoluta responsabilidad. Tan es así que protagonizó un aumento de la recaudación en la Provincia de entre ocho y nueve veces más de lo que se recaudaba en 2001 sin que la inflación haya sido pareja a ese aumento. Y esto demuestra el tipo de compromiso del contribuyente de la Provincia cuando ve que los sistemas facilitan el cumplimiento de las obligaciones. El Fisco, por supuesto, tiene que estar ahí para corregir los desvíos de los que no cumplen, y lo que sí considero un rasgo especial (dada la experiencia de otros países a la que hemos accedido) es que los bonaerenses son muy sensibles a la injusticia. Es decir que, si ellos ven que otro contribuyente que claramente puede pagar no cumple, tampoco estarán propensos a cumplir con sus propias obligaciones. Es la demanda de justicia que tiene la gente. Un rasgo que, por un lado, hace muy noble al ciudadano pero se manifiesta en forma negativa si el que cobra impuestos no lo hace correctamente. A nadie le gusta que le tomen el pelo. Y lo celebro.
—Bueno, en esta semana candente, cuando la plata que se pide no llega y la Suprema Corte de Justicia de la Provincia decreta que el medio aguinaldo debe pagarse en una cuota, el ciudadano no puede menos que preguntarse: ¿pero de dónde va a salir esa plata?
—Empezamos entonces por el tema tributario, y yo necesito sacarme el nudo que tengo en la garganta. A quienes formamos parte del gobierno peronista nos cuesta mucho digerir esto de no haber cumplido con el pago del medio aguinaldo de los trabajadores públicos en tiempo y forma. Le repito que creo que es el gran nudo en la garganta que atormenta y desvela a Scioli y que nos tiene comprometidos a todos en buscar, lo más rápido posible, una buena solución. Pero quiero tomarme de las palabras del propio Scioli y de Alberto Pérez, jefe de Gabinete, con respecto a este tema del no envío de fondos: nosotros recibimos un envío de fondos y, afortunadamente, por lo menos pudimos cumplir con los sueldos.
—¿Usted se refiere a los mil millones que les hizo llegar el gobierno nacional?
—Sí, es un envío del gobierno nacional que nos ha permitido hacerlo. Por supuesto que queríamos cumplir con las dos cosas, que son un derecho indiscutible de los trabajadores públicos. Y no somos de los que nos estamos quejando por no haber recibido la plata del aguinaldo. Pero sí somos de los que reconocemos que éste es un año mucho más difícil, y que el envío de los mil millones ya tiene que haber sido un esfuerzo importante. Porque fíjese que el superávit fiscal todavía sigue siendo superávit. Y ésta es una buena noticia pese a lo que está ocurriendo y cómo está impactando en las finanzas nacionales. Pero es mucho más chico que el año pasado y, por lo tanto, enviar mil millones este año es probable que haya sido como enviar 2.500 o tres mil el año pasado. Este año es bastante más difícil reunir mil millones para disponer de ellos. Y esto mismo ha ocurrido en la provincia de Buenos Aires: es decir, nos podemos preguntar cómo hemos llegado a este punto, pero lo que vemos es que hay una situación muy parecida a aquello de “la tormenta perfecta”. Fíjese usted: en noviembre del año pasado había una previsión presupuestaria con suficiente tiempo como para que los instrumentos financieros previstos se pudieran concretar. De repente, en ocho meses, los mercados internacionales completamente cerrados y los mercados financieros locales. Fíjese usted que, con lo previsto en aquel presupuesto, hubiera sido muy fácil garantizar el medio aguinaldo, el otro medio que falta y los sueldos durante todo el año. Esto hace un año que está previsto, y el hecho de que no hayamos podido cumplirlo en la forma deseada no tiene nada que ver con ningún conflicto político.
—Perdón, pero ¿quiere decir que usted adjudica a un hecho internacional la realidad de no haber podido pagar el medio aguinaldo?
—No. Yo estoy diciendo que hubo una situación de “tormenta perfecta” donde impactan la situación internacional y el mercado financiero. Es cierto que la Argentina se mantiene con un crecimiento de su economía, pero en este gráfico, que está confeccionado con datos oficiales del Indec, vemos claramente que la actividad económica ya en abril significa que tenemos crecimiento pero que recaudamos menos. No estamos en crecimiento negativo. Han sido altísimas las tasas para un año como éste. Por ejemplo, el gobierno chino ha informado que China, este año, crece menos, y eso que es el área del mundo con mayor crecimiento. Lo cual quiere decir que estas tasas muestran que hay una estacionalidad a lo largo de los meses. En años anteriores también ocurre. Pero, por lo que nosotros podemos ver aquí (y hablamos del aguinaldo), ¿cómo no vamos a tener un impacto en la recaudación propia de la Provincia así como en la recaudación nacional y en la de las demás provincias? Porque fíjese que son 12 las provincias que tienen situaciones parecidas a ésta y, por lo tanto, cuando repasamos la situación vemos mercados internacionales cerrados y recaudación fiscal que sigue aumentando, pero menos. También observamos que en la Provincia ocurre lo mismo. El superávit fiscal sigue existiendo pero es más chico.
—Y las trabas a nuestras exportaciones.
Montoya se mueve ligeramente molesto:
—Sí, bueno. Veníamos hablando del tema de los automóviles. Menos mal que tenemos un mercado interno fuerte, porque si no fuera por eso la situación de Brasil impacta fuertemente en la absorción de los automóviles que Argentina exporta. La industria automotriz representa un 15% de actividad económica, pero la metal-mecánica que está enganchada con la automotriz tiene un 10% más. Y estamos hablando de una situación de la Argentina en la que la provincia de Buenos Aires no tiene nada que ver y donde, indudablemente, se resienten la actividad económica y la recaudación fiscal. Es decir, la verdad es que yo creo que acá no ha habido una mala praxis de nadie ante una situación que, si la calificamos de “tormenta perfecta”, es posible que… Mire, yo digo que hemos enfrentado una “tormenta perfecta” en este caso porque es importante recordar que la crisis de 2008/2009, que fue considerable, más profunda que la de ahora, no alcanzó a impactarnos en gran medida. Salimos rápido y, en cierta medida, esto muestra que somos capaces de atravesar crisis importantes sin que se resientan las prestaciones básicas de la Provincia.
También podemos decir que, en 2009, tuvimos una crisis aun más grave que ésta pero no enfrentamos una “tormenta perfecta”.
—Pero volvamos al “aquí y ahora”, Montoya.
—Yo creo que no hemos llegado a esta situación por las malas intenciones políticas de nadie ni tampoco por una mala praxis, una mala gestión del gobierno provincial. Yo creo que hemos llegado a esta situación con un gobierno provincial que ha sido capaz de superar sin dificultades la crisis de 2009 y que hoy enfrenta una crisis (también importante pero quizás menos profunda que la de 2009) en una situación, insisto, de “tormenta perfecta” que cierra prácticamente todas las fuentes alternativas, y esto no ocurre sólo en la provincia de Buenos Aires sino que, recuerde usted, hay 12 provincias soportando dificultades con desdoblamientos de sueldos ya en meses anteriores. Es decir que aquí se produce una determinada situación porque se trata de la provincia de Buenos Aires y porque se ha amplificado todo este folklore político de la discusión… “Que si me quiere…”. “Que si no me quiere…”. Es la historia de deshojar la margarita. Pero mientras tanto nosotros tenemos 12 provincias (de las cuales en 11 no es Scioli quien gobierna) con problemas y, por otro lado, nos faltan las soluciones concretas para los empleados públicos.
—Pero volvamos a una pregunta anterior, Montoya. Cuando la Suprema Corte de la Provincia decide que hay que pagar el medio aguinaldo al contado, ¿cuáles son los fondos con que se cuenta para hacerlo?
—Bueno, es lo mismo que el fallo judicial que ordena pagar. El fallo judicial dice “está en el presupuesto”. Esto lo he pasado muchas veces en la provincia. No hay que olvidarse que los magistrados miran, muchas veces, las normas que han sido sancionadas. Y en este caso la norma que ha sido sancionada es la Ley de Presupuesto. Esta Ley contiene una estimación de ingresos y de gastos. Los gastos son más ciertos porque son sueldos. Y en cuanto a los ingresos, hay que ir a recaudarlos todos los días durante todo el año.
—Quiere decir que esa plata no está.
—Bueno, la plata es la plata que se prevé que va a ingresar. Y cuando esto es así se calcula, por ejemplo, en septiembre u octubre del año para una expectativa que debe concretarse en diciembre o en enero del año próximo. Cuando se calculan estas cosas que también le pasan a Estados Unidos y a países desarrollados, uno no puede calcular con absoluta precisión tales situaciones. Y esto es lo que ha ocurrido ahora.
—Hablando de buscar la plata, algunos dicen que la primera alternativa analizada es que el Banco Central compraría parte del equivalente a unos seis mil millones de Bogar (bonos de garantía que tiene el Banco de la Provincia de Buenos Aires). ¿Es posible? Se lo pregunto porque en el Ministerio de Economía dicen que el Banco Central sólo está autorizado a comprar bonos con el objetivo de regular la oferta de dinero.
—Estas son las cuestiones que se están discutiendo en este momento. Son temas terriblemente complejos, por lo cual todavía no se puede encontrar una solución. No hay que olvidarse de que, en definitiva, monetizar cualquier instrumento financiero es convertirlo en el dinero con el cual nosotros podríamos pagar los aguinaldos (que no los podemos pagar). Con todas estas tertulias políticas los tenemos que pagar con dinero pero, de todas maneras, requiere que alguien lo ponga allí, ¿no es cierto? Y lo que estamos diciendo es que es un año bastante difícil en cuanto a la disponibilidad. Esta es una de las alternativas que se están analizando, así como la posibilidad de que fuera otro recurso financiero o alguna medida recaudatoria extraordinaria. Pero lo que queda claro es que nosotros deberíamos dejar de lado las cosas que se están diciendo todos los días y atenernos exclusivamente a lo que plantea la Presidenta y a lo que plantea Daniel Scioli en relación con este tema. Es decir, la Presidenta manifestó: “Nosotros vamos a seguir asistiendo a las provincias para que salgan adelante”, y el sábado pasado Scioli, en la conferencia de prensa, manifestó una vez más (sabemos que él es incondicional) su alineamiento con la política y la vocación de trabajar en conjunto con el gobierno nacional. Se sigue trabajando en conjunto para buscar una solución, y lo que hay que entender es que esto no es algo sencillo ni para la provincia de Buenos Aires ni para el resto de las provincias argentinas ni tampoco para la Nación. Tampoco para los países vecinos. Ni para Europa. España acaba de hacer una de las cosas más difíciles para una nación orgullosa como es nuestra Madre Patria. Me refiero al hecho de ceder soberanía en materia de política económica al Banco Central Europeo a cambio de un salvataje para sus bancos. Esto es gravísimo, y nosotros tenemos que entender que no ayudamos en nada a pagar los aguinaldos a los estatales especulando con la mala o la buena intención política de nadie.
—¿Se podría, por ejemplo, distraer el monto necesario del 15% que recibe el Anses de la Coparticipación Federal de Impuestos?
—Aquí entramos en una conversación más de fondo. El problema que tenemos todos los peronistas (y que nos anuda la garganta y nos angustia no poder pagar el aguinaldo) y que nos bloquea y nos dificulta las cosas no debe quitarnos la capacidad de análisis porque, de lo contrario, estamos defraudando a la gente. Cuando uno ocupa un puesto de dirigente es, precisamente, porque no debe perder la capacidad de análisis en medio del problema. ¿Cuál es la situación, entonces? La pregunta es, ¿por qué llegamos a esta situación por “una tormenta perfecta”? La realidad es que, lo han dicho tanto la Presidenta como Scioli, pero yo también debo plantearlo desde la óptica con que lo vemos con mi equipo, con la gente que trabajamos dentro del gobierno de Daniel Scioli.
Nosotros sabemos que existe una situación estructural muy delicada para la provincia de Buenos Aires en materia de finanzas públicas. Usted ha puesto el dedo en la llaga con respecto a los 15 puntos, a si debemos seguir con el IVA, y yo creo que la conversación es muy amplia. ¿Cómo es la ecuación fiscal de la provincia de Buenos Aires respecto del resto de las provincias y el gobierno federal? Esta es una cuestión mucho más importante y que trasciende el tema de si Scioli es un administrador bueno o malo. Yo creo que administra correctamente la Provincia, pero el tema básico es: ¿cuál es la relación entre la Provincia y la Nación desde el punto de vista fiscal? La Provincia genera alrededor del 38% de los recursos fiscales y recibe aproximadamente la mitad en materia de coparticipación. La discusión que se plantea es si a la provincia de Buenos Aires le alcanza con eso. Y si no le alcanza, ¿cuáles son las soluciones? Ha vuelto a la discusión pública lo que usted ha mencionado, pero otros están recordando que este problema estructural se instaló cuando la provincia de Buenos Aires en la época del gobernador Armendáriz tenía aquellos seis puntos y medio de coparticipación, y algunos piensan que esto quedaba resuelto con el fondo del Conurbano. Después, cuando se le puso el tope, la provincia de Buenos Aires perdió esa compensación. Pero siempre estamos discutiendo cómo hacer para que Buenos Aires recupere más puntos de coparticipación. Esta es una discusión muy compleja y le quiero decir que, si no conseguimos echar un poco de luz sobre ese tema, dentro de cuarenta o cincuenta años estaremos hablando nuevamente de lo mismo.
Por Magdalena Ruiz Guiñazú
14/07/12 – 09:26
Angustia. «Nos cuesta digerir no haber cumplido con el pago del medio aguinaldo de los empleados en tiempo y forma.»
Santiago Montoya cobró notoriedad cuando, algunos años atrás, como titular de ARBA (Agencia de Recaudación de Buenos Aires) logró detectar falsos terrenos baldíos que escondían suntuosas mansiones y autos de marca deudores de todas sus boletas de patente. La popularidad de Montoya llegó al punto de que los automovilistas lo saludaban desde las colectoras al divisar la acción que desarrollaba en los más recoletos countries.
Hoy Montoya es presidente del Grupo Banco Provincia, director ejecutivo del Plan de Regionalización de la Provincia de Buenos Aires y conocido en la prensa por la claridad de sus conceptos. Algo, diríamos, particularmente importante en una semana tan difícil, en la que la presidenta de la Nación (haciendo uso de la cadena oficial) no ha sido particularmente amable con el primer mandatario de Buenos Aires.
Acudimos entonces a la experiencia de Montoya.
—¿Cómo es el contribuyente de la provincia de Buenos Aires?
—Yo diría que es un ciudadano como de cualquier otra parte del mundo pero la realidad es que, durante muchos años, hubo en la Argentina, y particularmente en la provincia de Buenos Aires, una discusión acerca de si somos genéticamente evasores o si verdaderamente se trata de reglas de juego y de la acción del Estado. Y yo creo que desde fines de 2001 hasta 2009, cuando a mí me tocó cumplir esa tarea, quedó demostrado que el contribuyente de la provincia de Buenos Aires, frente a una acción del Fisco, responde con absoluta responsabilidad. Tan es así que protagonizó un aumento de la recaudación en la Provincia de entre ocho y nueve veces más de lo que se recaudaba en 2001 sin que la inflación haya sido pareja a ese aumento. Y esto demuestra el tipo de compromiso del contribuyente de la Provincia cuando ve que los sistemas facilitan el cumplimiento de las obligaciones. El Fisco, por supuesto, tiene que estar ahí para corregir los desvíos de los que no cumplen, y lo que sí considero un rasgo especial (dada la experiencia de otros países a la que hemos accedido) es que los bonaerenses son muy sensibles a la injusticia. Es decir que, si ellos ven que otro contribuyente que claramente puede pagar no cumple, tampoco estarán propensos a cumplir con sus propias obligaciones. Es la demanda de justicia que tiene la gente. Un rasgo que, por un lado, hace muy noble al ciudadano pero se manifiesta en forma negativa si el que cobra impuestos no lo hace correctamente. A nadie le gusta que le tomen el pelo. Y lo celebro.
—Bueno, en esta semana candente, cuando la plata que se pide no llega y la Suprema Corte de Justicia de la Provincia decreta que el medio aguinaldo debe pagarse en una cuota, el ciudadano no puede menos que preguntarse: ¿pero de dónde va a salir esa plata?
—Empezamos entonces por el tema tributario, y yo necesito sacarme el nudo que tengo en la garganta. A quienes formamos parte del gobierno peronista nos cuesta mucho digerir esto de no haber cumplido con el pago del medio aguinaldo de los trabajadores públicos en tiempo y forma. Le repito que creo que es el gran nudo en la garganta que atormenta y desvela a Scioli y que nos tiene comprometidos a todos en buscar, lo más rápido posible, una buena solución. Pero quiero tomarme de las palabras del propio Scioli y de Alberto Pérez, jefe de Gabinete, con respecto a este tema del no envío de fondos: nosotros recibimos un envío de fondos y, afortunadamente, por lo menos pudimos cumplir con los sueldos.
—¿Usted se refiere a los mil millones que les hizo llegar el gobierno nacional?
—Sí, es un envío del gobierno nacional que nos ha permitido hacerlo. Por supuesto que queríamos cumplir con las dos cosas, que son un derecho indiscutible de los trabajadores públicos. Y no somos de los que nos estamos quejando por no haber recibido la plata del aguinaldo. Pero sí somos de los que reconocemos que éste es un año mucho más difícil, y que el envío de los mil millones ya tiene que haber sido un esfuerzo importante. Porque fíjese que el superávit fiscal todavía sigue siendo superávit. Y ésta es una buena noticia pese a lo que está ocurriendo y cómo está impactando en las finanzas nacionales. Pero es mucho más chico que el año pasado y, por lo tanto, enviar mil millones este año es probable que haya sido como enviar 2.500 o tres mil el año pasado. Este año es bastante más difícil reunir mil millones para disponer de ellos. Y esto mismo ha ocurrido en la provincia de Buenos Aires: es decir, nos podemos preguntar cómo hemos llegado a este punto, pero lo que vemos es que hay una situación muy parecida a aquello de “la tormenta perfecta”. Fíjese usted: en noviembre del año pasado había una previsión presupuestaria con suficiente tiempo como para que los instrumentos financieros previstos se pudieran concretar. De repente, en ocho meses, los mercados internacionales completamente cerrados y los mercados financieros locales. Fíjese usted que, con lo previsto en aquel presupuesto, hubiera sido muy fácil garantizar el medio aguinaldo, el otro medio que falta y los sueldos durante todo el año. Esto hace un año que está previsto, y el hecho de que no hayamos podido cumplirlo en la forma deseada no tiene nada que ver con ningún conflicto político.
—Perdón, pero ¿quiere decir que usted adjudica a un hecho internacional la realidad de no haber podido pagar el medio aguinaldo?
—No. Yo estoy diciendo que hubo una situación de “tormenta perfecta” donde impactan la situación internacional y el mercado financiero. Es cierto que la Argentina se mantiene con un crecimiento de su economía, pero en este gráfico, que está confeccionado con datos oficiales del Indec, vemos claramente que la actividad económica ya en abril significa que tenemos crecimiento pero que recaudamos menos. No estamos en crecimiento negativo. Han sido altísimas las tasas para un año como éste. Por ejemplo, el gobierno chino ha informado que China, este año, crece menos, y eso que es el área del mundo con mayor crecimiento. Lo cual quiere decir que estas tasas muestran que hay una estacionalidad a lo largo de los meses. En años anteriores también ocurre. Pero, por lo que nosotros podemos ver aquí (y hablamos del aguinaldo), ¿cómo no vamos a tener un impacto en la recaudación propia de la Provincia así como en la recaudación nacional y en la de las demás provincias? Porque fíjese que son 12 las provincias que tienen situaciones parecidas a ésta y, por lo tanto, cuando repasamos la situación vemos mercados internacionales cerrados y recaudación fiscal que sigue aumentando, pero menos. También observamos que en la Provincia ocurre lo mismo. El superávit fiscal sigue existiendo pero es más chico.
—Y las trabas a nuestras exportaciones.
Montoya se mueve ligeramente molesto:
—Sí, bueno. Veníamos hablando del tema de los automóviles. Menos mal que tenemos un mercado interno fuerte, porque si no fuera por eso la situación de Brasil impacta fuertemente en la absorción de los automóviles que Argentina exporta. La industria automotriz representa un 15% de actividad económica, pero la metal-mecánica que está enganchada con la automotriz tiene un 10% más. Y estamos hablando de una situación de la Argentina en la que la provincia de Buenos Aires no tiene nada que ver y donde, indudablemente, se resienten la actividad económica y la recaudación fiscal. Es decir, la verdad es que yo creo que acá no ha habido una mala praxis de nadie ante una situación que, si la calificamos de “tormenta perfecta”, es posible que… Mire, yo digo que hemos enfrentado una “tormenta perfecta” en este caso porque es importante recordar que la crisis de 2008/2009, que fue considerable, más profunda que la de ahora, no alcanzó a impactarnos en gran medida. Salimos rápido y, en cierta medida, esto muestra que somos capaces de atravesar crisis importantes sin que se resientan las prestaciones básicas de la Provincia.
También podemos decir que, en 2009, tuvimos una crisis aun más grave que ésta pero no enfrentamos una “tormenta perfecta”.
—Pero volvamos al “aquí y ahora”, Montoya.
—Yo creo que no hemos llegado a esta situación por las malas intenciones políticas de nadie ni tampoco por una mala praxis, una mala gestión del gobierno provincial. Yo creo que hemos llegado a esta situación con un gobierno provincial que ha sido capaz de superar sin dificultades la crisis de 2009 y que hoy enfrenta una crisis (también importante pero quizás menos profunda que la de 2009) en una situación, insisto, de “tormenta perfecta” que cierra prácticamente todas las fuentes alternativas, y esto no ocurre sólo en la provincia de Buenos Aires sino que, recuerde usted, hay 12 provincias soportando dificultades con desdoblamientos de sueldos ya en meses anteriores. Es decir que aquí se produce una determinada situación porque se trata de la provincia de Buenos Aires y porque se ha amplificado todo este folklore político de la discusión… “Que si me quiere…”. “Que si no me quiere…”. Es la historia de deshojar la margarita. Pero mientras tanto nosotros tenemos 12 provincias (de las cuales en 11 no es Scioli quien gobierna) con problemas y, por otro lado, nos faltan las soluciones concretas para los empleados públicos.
—Pero volvamos a una pregunta anterior, Montoya. Cuando la Suprema Corte de la Provincia decide que hay que pagar el medio aguinaldo al contado, ¿cuáles son los fondos con que se cuenta para hacerlo?
—Bueno, es lo mismo que el fallo judicial que ordena pagar. El fallo judicial dice “está en el presupuesto”. Esto lo he pasado muchas veces en la provincia. No hay que olvidarse que los magistrados miran, muchas veces, las normas que han sido sancionadas. Y en este caso la norma que ha sido sancionada es la Ley de Presupuesto. Esta Ley contiene una estimación de ingresos y de gastos. Los gastos son más ciertos porque son sueldos. Y en cuanto a los ingresos, hay que ir a recaudarlos todos los días durante todo el año.
—Quiere decir que esa plata no está.
—Bueno, la plata es la plata que se prevé que va a ingresar. Y cuando esto es así se calcula, por ejemplo, en septiembre u octubre del año para una expectativa que debe concretarse en diciembre o en enero del año próximo. Cuando se calculan estas cosas que también le pasan a Estados Unidos y a países desarrollados, uno no puede calcular con absoluta precisión tales situaciones. Y esto es lo que ha ocurrido ahora.
—Hablando de buscar la plata, algunos dicen que la primera alternativa analizada es que el Banco Central compraría parte del equivalente a unos seis mil millones de Bogar (bonos de garantía que tiene el Banco de la Provincia de Buenos Aires). ¿Es posible? Se lo pregunto porque en el Ministerio de Economía dicen que el Banco Central sólo está autorizado a comprar bonos con el objetivo de regular la oferta de dinero.
—Estas son las cuestiones que se están discutiendo en este momento. Son temas terriblemente complejos, por lo cual todavía no se puede encontrar una solución. No hay que olvidarse de que, en definitiva, monetizar cualquier instrumento financiero es convertirlo en el dinero con el cual nosotros podríamos pagar los aguinaldos (que no los podemos pagar). Con todas estas tertulias políticas los tenemos que pagar con dinero pero, de todas maneras, requiere que alguien lo ponga allí, ¿no es cierto? Y lo que estamos diciendo es que es un año bastante difícil en cuanto a la disponibilidad. Esta es una de las alternativas que se están analizando, así como la posibilidad de que fuera otro recurso financiero o alguna medida recaudatoria extraordinaria. Pero lo que queda claro es que nosotros deberíamos dejar de lado las cosas que se están diciendo todos los días y atenernos exclusivamente a lo que plantea la Presidenta y a lo que plantea Daniel Scioli en relación con este tema. Es decir, la Presidenta manifestó: “Nosotros vamos a seguir asistiendo a las provincias para que salgan adelante”, y el sábado pasado Scioli, en la conferencia de prensa, manifestó una vez más (sabemos que él es incondicional) su alineamiento con la política y la vocación de trabajar en conjunto con el gobierno nacional. Se sigue trabajando en conjunto para buscar una solución, y lo que hay que entender es que esto no es algo sencillo ni para la provincia de Buenos Aires ni para el resto de las provincias argentinas ni tampoco para la Nación. Tampoco para los países vecinos. Ni para Europa. España acaba de hacer una de las cosas más difíciles para una nación orgullosa como es nuestra Madre Patria. Me refiero al hecho de ceder soberanía en materia de política económica al Banco Central Europeo a cambio de un salvataje para sus bancos. Esto es gravísimo, y nosotros tenemos que entender que no ayudamos en nada a pagar los aguinaldos a los estatales especulando con la mala o la buena intención política de nadie.
—¿Se podría, por ejemplo, distraer el monto necesario del 15% que recibe el Anses de la Coparticipación Federal de Impuestos?
—Aquí entramos en una conversación más de fondo. El problema que tenemos todos los peronistas (y que nos anuda la garganta y nos angustia no poder pagar el aguinaldo) y que nos bloquea y nos dificulta las cosas no debe quitarnos la capacidad de análisis porque, de lo contrario, estamos defraudando a la gente. Cuando uno ocupa un puesto de dirigente es, precisamente, porque no debe perder la capacidad de análisis en medio del problema. ¿Cuál es la situación, entonces? La pregunta es, ¿por qué llegamos a esta situación por “una tormenta perfecta”? La realidad es que, lo han dicho tanto la Presidenta como Scioli, pero yo también debo plantearlo desde la óptica con que lo vemos con mi equipo, con la gente que trabajamos dentro del gobierno de Daniel Scioli.
Nosotros sabemos que existe una situación estructural muy delicada para la provincia de Buenos Aires en materia de finanzas públicas. Usted ha puesto el dedo en la llaga con respecto a los 15 puntos, a si debemos seguir con el IVA, y yo creo que la conversación es muy amplia. ¿Cómo es la ecuación fiscal de la provincia de Buenos Aires respecto del resto de las provincias y el gobierno federal? Esta es una cuestión mucho más importante y que trasciende el tema de si Scioli es un administrador bueno o malo. Yo creo que administra correctamente la Provincia, pero el tema básico es: ¿cuál es la relación entre la Provincia y la Nación desde el punto de vista fiscal? La Provincia genera alrededor del 38% de los recursos fiscales y recibe aproximadamente la mitad en materia de coparticipación. La discusión que se plantea es si a la provincia de Buenos Aires le alcanza con eso. Y si no le alcanza, ¿cuáles son las soluciones? Ha vuelto a la discusión pública lo que usted ha mencionado, pero otros están recordando que este problema estructural se instaló cuando la provincia de Buenos Aires en la época del gobernador Armendáriz tenía aquellos seis puntos y medio de coparticipación, y algunos piensan que esto quedaba resuelto con el fondo del Conurbano. Después, cuando se le puso el tope, la provincia de Buenos Aires perdió esa compensación. Pero siempre estamos discutiendo cómo hacer para que Buenos Aires recupere más puntos de coparticipación. Esta es una discusión muy compleja y le quiero decir que, si no conseguimos echar un poco de luz sobre ese tema, dentro de cuarenta o cincuenta años estaremos hablando nuevamente de lo mismo.
el antikirnerismo de algunos medios los lleva a defender a quien representa la derecha del modelo en la provincia.
Perfil no es «Prensa Obrera» precisamente. Se ve que los recortes en la provincia todavía no llegó a los sobres.