Después la desaceleración, la industria y el campo abren el último trimestre en franca recuperación. Por qué el cepo cambiario juega a favor. La dependencia de Brasil y la soja.
Por Jairo Straccia
06/10/12 – 06:29
ALIVIO. La gestión de Axel Kicillof, economista de referencia de CFK, tendrá un final de año de buenas noticias macro.
Que lo peor de la crisis ya pasó. Que Brasil entra en fase de recuperación y arrastrará a la Argentina. Que la soja, aún con altibajos, sigue jugando a favor. Y hasta que hay “efectos paradojales” del cepo cambiario que compelirán a la gente a consumir y a las empresas a invertir ante la imposibilidad de hacerse de dólares. Como sea, entre buena parte de los analistas económicos hay una certeza: con octubre acaba de empezar el mejor trimestre del año en términos macroeconómicos.
El festejo, de todas maneras, no pasa de moderado. “El trimestre pasado había sido un punto de inflexión luego del impacto de la desaceleración internacional, y ahora el país se encamina a una recuperación”, apunta Ricardo Delgado, de la consultora Analytica en diálogo con este diario. Son días de análisis y proyecciones en el mundo de las consultoras de economistas, en la mira tanto por históricos errores de pronóstico como por medidas del Gobierno que apuntan a que no midan la inflación que desmiente a la oficial.
Lo cierto, es que por un lado, los niveles de producción que se habían frenado en el primer semestre, volvieron de a poco al crecimiento entre julio y septiembre y ahora tienden a despegar. “En 2012 la primera mitad fue de estancamiento y ahora se espera una recuperación”, indicó Jorge Colina, de la consultora Idesa. En el Estudio Ferreres, el economista Fausto Spotorno calcula que en los últimos tres meses habrá un salto del 2,7% respecto del mismo período del año pasado, pero que así y todo no alcanzará para salvar un año condenado, según sus números, a un 0,1% de expansión marginal.
Con todo, el cierre de este año, se encamina a ser la plataforma para un muy buen primer trimestre de 2013, un año en que los vaticinios más optimistas hasta hablan de un crecimiento del 5% del Producto Bruto Interno con un buen superávit comercial y menos necesidades de dólares, según un relevamiento por más de 15 firmas (ver aparte).
Paradoja. En esta parte del año, la economía se beneficiará de “la paradoja del cepo”. Tras afectar las expectativas en forma negativa en un comienzo, y congelar el mercado inmobiliario, en el último trimestre del año la restricción al acceso de dólares operará de forma positiva sobre los actores económicos, advierte Delgado.
Como se vino viendo hasta ahora, con tal de no quedarse con los pesos, los consumidores seguirán consumiendo. La novedad, según Analytica, es que empresas de diversos rubros, desde automotrices, hasta insumos para el agro, cuentan con excedentes que no pueden dolarizar: “Se están desempolvando viejos proyectos de inversión que ahora son más atractivos”, dice el economista.
En este punto, incluso pueden empezar a funcionar más los créditos de tasas blandas que promueve el Gobierno, tanto el Bicentenario, como los que el Banco Central está forzando a colocar a los bancos desde que emitió la circular 5319 por el que las entidades tienen que prestar hasta el 5% de los depósitos.
Es música para los oídos del oficialismo, que en boca de Roberto Feletti, días atrás expresó: “Hace falta otra acumulación de dólares que son extraídos de ganancias en la Argentina; lo que se pide a esos sectores es que conviertan ese ahorro en inversión”. “Hay que desdolarizar la economía”, insistió ayer Mercedes Marcó del Pont en el seminario del Cemop, think tank ligado a las Madres de Plaza de Mayo.
Contagio. “Va a ver una mejora en agro e industria”, añade Spotorno, por otro lado. “En el último trimestre del año se va a dar la recuperación que se esperaba en el tercer trimestre del año; al menos se espera que se alcance un piso teniendo en cuenta que el segundo semestre no fue tan bueno como se esperaba”, indica Lorenzo Sigaut, economista jefe de Ecolatina.
En este punto, todos los pronósticos hablan de la influencia del repunte de Brasil. El principal socio del Mercosur lanzó meses atrás una batería de medidas para estimular el consumo y la inversión, y se espera que más temprano que tarde la Argentina se enganche a esa recuperación. El sector que primero sentirá el empuje será el automotriz, donde las terminales en especial las del centro del país dependen de la demanda brasileña.
Será fundamental, para poder seguir el ritmo de expansión que marca el país que preside Dilma Rousseff, que se mantengan fluidos los ingresos de insumos del exterior. En la Cámara de Importadores, en tanto, esperan “un poco más de actividad” en el último trimestre, aunque no “un salto fuerte”.
En el Gobierno, en tanto, tienen otra variable que por ahora cuentan entre las positivas: el precio de la soja. Más allá de la baja, producto de la mejora en el clima en Estados Unidos, consideran que hay condiciones estructurales para que el precio de la oleaginosa siga sosteniendo elevados niveles de recaudación.
Por Jairo Straccia
06/10/12 – 06:29
ALIVIO. La gestión de Axel Kicillof, economista de referencia de CFK, tendrá un final de año de buenas noticias macro.
Que lo peor de la crisis ya pasó. Que Brasil entra en fase de recuperación y arrastrará a la Argentina. Que la soja, aún con altibajos, sigue jugando a favor. Y hasta que hay “efectos paradojales” del cepo cambiario que compelirán a la gente a consumir y a las empresas a invertir ante la imposibilidad de hacerse de dólares. Como sea, entre buena parte de los analistas económicos hay una certeza: con octubre acaba de empezar el mejor trimestre del año en términos macroeconómicos.
El festejo, de todas maneras, no pasa de moderado. “El trimestre pasado había sido un punto de inflexión luego del impacto de la desaceleración internacional, y ahora el país se encamina a una recuperación”, apunta Ricardo Delgado, de la consultora Analytica en diálogo con este diario. Son días de análisis y proyecciones en el mundo de las consultoras de economistas, en la mira tanto por históricos errores de pronóstico como por medidas del Gobierno que apuntan a que no midan la inflación que desmiente a la oficial.
Lo cierto, es que por un lado, los niveles de producción que se habían frenado en el primer semestre, volvieron de a poco al crecimiento entre julio y septiembre y ahora tienden a despegar. “En 2012 la primera mitad fue de estancamiento y ahora se espera una recuperación”, indicó Jorge Colina, de la consultora Idesa. En el Estudio Ferreres, el economista Fausto Spotorno calcula que en los últimos tres meses habrá un salto del 2,7% respecto del mismo período del año pasado, pero que así y todo no alcanzará para salvar un año condenado, según sus números, a un 0,1% de expansión marginal.
Con todo, el cierre de este año, se encamina a ser la plataforma para un muy buen primer trimestre de 2013, un año en que los vaticinios más optimistas hasta hablan de un crecimiento del 5% del Producto Bruto Interno con un buen superávit comercial y menos necesidades de dólares, según un relevamiento por más de 15 firmas (ver aparte).
Paradoja. En esta parte del año, la economía se beneficiará de “la paradoja del cepo”. Tras afectar las expectativas en forma negativa en un comienzo, y congelar el mercado inmobiliario, en el último trimestre del año la restricción al acceso de dólares operará de forma positiva sobre los actores económicos, advierte Delgado.
Como se vino viendo hasta ahora, con tal de no quedarse con los pesos, los consumidores seguirán consumiendo. La novedad, según Analytica, es que empresas de diversos rubros, desde automotrices, hasta insumos para el agro, cuentan con excedentes que no pueden dolarizar: “Se están desempolvando viejos proyectos de inversión que ahora son más atractivos”, dice el economista.
En este punto, incluso pueden empezar a funcionar más los créditos de tasas blandas que promueve el Gobierno, tanto el Bicentenario, como los que el Banco Central está forzando a colocar a los bancos desde que emitió la circular 5319 por el que las entidades tienen que prestar hasta el 5% de los depósitos.
Es música para los oídos del oficialismo, que en boca de Roberto Feletti, días atrás expresó: “Hace falta otra acumulación de dólares que son extraídos de ganancias en la Argentina; lo que se pide a esos sectores es que conviertan ese ahorro en inversión”. “Hay que desdolarizar la economía”, insistió ayer Mercedes Marcó del Pont en el seminario del Cemop, think tank ligado a las Madres de Plaza de Mayo.
Contagio. “Va a ver una mejora en agro e industria”, añade Spotorno, por otro lado. “En el último trimestre del año se va a dar la recuperación que se esperaba en el tercer trimestre del año; al menos se espera que se alcance un piso teniendo en cuenta que el segundo semestre no fue tan bueno como se esperaba”, indica Lorenzo Sigaut, economista jefe de Ecolatina.
En este punto, todos los pronósticos hablan de la influencia del repunte de Brasil. El principal socio del Mercosur lanzó meses atrás una batería de medidas para estimular el consumo y la inversión, y se espera que más temprano que tarde la Argentina se enganche a esa recuperación. El sector que primero sentirá el empuje será el automotriz, donde las terminales en especial las del centro del país dependen de la demanda brasileña.
Será fundamental, para poder seguir el ritmo de expansión que marca el país que preside Dilma Rousseff, que se mantengan fluidos los ingresos de insumos del exterior. En la Cámara de Importadores, en tanto, esperan “un poco más de actividad” en el último trimestre, aunque no “un salto fuerte”.
En el Gobierno, en tanto, tienen otra variable que por ahora cuentan entre las positivas: el precio de la soja. Más allá de la baja, producto de la mejora en el clima en Estados Unidos, consideran que hay condiciones estructurales para que el precio de la oleaginosa siga sosteniendo elevados niveles de recaudación.