EL PAIS › AUSENTISMO, ENTREGAS EN BLANCO Y ESCUELAS TOMADAS EN EL ARRANQUE DEL OPERATIVO APRENDER
El rechazo de alumnos, padres y gremios docentes se hizo sentir con fuerza en las escuelas. UTE evaluó que en la ciudad faltó casi la mitad de los estudiantes. De todos modos, el gobierno nacional consideró que hubo “alta participación”. Hoy, la segunda jornada.
“Queremos evaluar a Bullrich para saber si es apto para el cargo que ocupa”. Con frases como esta en lugar de respuestas, muchos estudiantes mostraron su rechazo a las evaluaciones del Operativo Aprender, que arrancó ayer en las escuelas de todo el país. También hubo escuelas tomadas, cuestionarios rotos o tachados, hojas en blanco, ausentismo dispar y marchas de protesta. Así comenzó la primera etapa de las pruebas implementadas por el Ministerio de Educación que entre ayer y hoy evalúan a 1.400.000 alumnos de escuelas públicas y privadas, para “radiografiar” el estado de la educación. A los rechazos se sumaron la Ctera, UTE, Ademys y Sadop. La cartera educativa evaluó que “un alto porcentaje de alumnos” participan de la evaluación. Los gremios porteños informaron que solo en la Ciudad de Buenos Aires el presentismo no alcanzó el cincuenta por ciento.
Alejandro Demichelis, secretario de Prensa de Ctera, afirmó a Página/12 que “tenemos la sensación de que hay una intencionalidad de ajuste detrás de estas pruebas, de llevar el sistema educativo a la privatización después de desprestigiar la educación pública”, y aseveró que “esta es una evaluación con resultado cantado. Ya lo dijo el ministro (Esteban) Bullrich, para ellos la ecuación no sirve más”.
Sólo los estudiantes de 6º grado de primaria y los del último año de secundaria debieron concurrir por la mañana a las aulas para ser evaluados (en Lengua y Matemática), en el horario correspondiente, en más de 39.000 escuelas país. También, en algunos colegios, se evaluó una muestra de estudiantes de 3° grado de primaria y de 2° o 3° de secundaria (según la estructura de nivel de cada provincia).
Sin embargo, el titular de UTE y secretario Gremial de Ctera, Eduardo López contó a este diario que “notamos mucho ausentismo en las escuelas, así como también el apoyo de la comunidad educativa en el rechazo a estas evaluaciones”, y remarcó que “en las escuelas primarias muchos chicos no fueron porque sus padres no los mandaron”; en cambio, “en las escuelas secundarias fue la movilización estudiantil la que hizo sentir su rechazo”. De esta manera, resaltó la modalidad de ausentismo como la forma “de rechazo mas frecuente en las primarias, donde los chicos son más chicos”.
En ese mismo sentido apuntó Matías Legorburo, docente en dos escuelas primarias, quien aseguró que “la participación fue mediana en una, y en la otra solo fueron tres alumnos”.
Además del ausentismo, los rechazos tomaron otras formas, como la que relató a este diario Iván Sznaidr, presidente del centro de estudiantes del Instituto Superior Juan B. Justo. “Nosotros decidimos no faltar a clases y romper las evaluaciones para que no se puedan contabilizar de ninguna forma, y demostrar que no estamos de acuerdo con estas pruebas que, además, dicen que son anónimas, pero no lo son porque tienen un número de orden asociado a cada alumno”, contó el estudiante.
En el colegio secundario Mariano Acosta, con cuatro divisiones de quinto años a la mañana, tres a la tarde y un segundo también de la mañana (prueba piloto), los alumnos le dieron otra vuelta de tuerca al rechazo. Clara, del Centro de estudiantes, contó que “en asamblea discutimos sobre las pruebas, nos posicionamos en contra y decidimos no aparecer como colegio dentro de este ranking que van a armar”, y para eso explicó que “tachamos todas las respuestas y cortamos el código de barra que tiene impreso”.
También “escribimos en algunas de las hojas por qué estamos en desacuerdo”, y graficó: “El presupuesto invertido en las pruebas debería haber ido a la educación pública que está abandonadísima”.
Desde los gremios docentes, los nucleados en Ademys se concentraron en Acoyte y Rivadavia, en el barrio de Caballito, en rechazo a la implementación de la evaluación. “Entendemos que ésta es una prueba estandarizada que no refleja de manera alguna el aprendizaje en el aula. Se toma la misma evaluación en todo el país y se deja de lado el contexto social, sea grupal o individual”, sostuvo el secretario general del gremio, Jorge Adaro.
Suteba también se expresó en contra. Silvia Almasan, secretaria de cultura del gremio de docente bonaerenses, dijo que “no estamos de acuerdo con el Operativo, son prescripciones de los organismos de crédito internacional que no cuantifica cómo construyen, cómo reflexionan y razonan nuestros estudiantes”.
En La Plata, un grupo de estudiantes se manifestó por la mañana con consignas y sentadas en rechazo al Operativo. “No se puede evaluar la educación pública de una forma estandarizada sin tener en cuenta la particularidad de cada alumno o cada colegio, no es lo mismo un colegio agrotécnico que un colegio técnico o un colegio en situación de encierro”, dijo Sofía, una alumna de la Escuela Normal 1 de esa ciudad.
Demichelis explicó que “el rechazo también tiene que ver con las preguntas personalizadas que deben contestar los alumnos (cuestionario de contexto de las pruebas), algunas estigmatizantes: si está embarazada, si la familia cobra asignación universal, si tienen algún familiar indígena. Y que no le vemos el sentido para evaluar el sistema educativo”. Y agregó que “también hay preguntas sobre cómo enseñan los maestros y profesores, si te escuchan cuando enseña, si se enojan, son preguntas policíacas planteadas sin diálogo ni consenso”.
Desde el gobierno, le respondieron a los gremios: “Nunca pensé que todavía haya gremios que vean la evaluación como una amenaza; es al revés, la evaluación es para disminuir la amenaza de que nuestros chicos se sigan recibiendo y sigan sin poder acceder a un buen trabajo”, expresó el presidente Mauricio Macri. Y defendió la evaluación Aprender a través de su cuenta oficial de Twitter: “Una evaluación que nos va a permitir medir la calidad educativa”.
Por otro lado, la secretaria de Evaluación Educativa, Elena Duro, aseguró que “el país necesita garantizar un contenido mínimo de aprendizajes comunes, todos los países implementan estas pruebas estandarizadas”. La funcionaria señaló que “tenemos que poder dialogar para avanzar, no para ir para atrás” y estimó que “los gremios van a terminar entendiendo cuando hagamos un trabajo con la información de devolución, como nos hemos comprometido”.
Hoy será el turno de las evaluaciones de Ciencias Naturales y Ciencias Sociales, en una jornada que promete ser tan conflictiva como la de ayer, según anunciaron docentes y estudiantes.
El rechazo de alumnos, padres y gremios docentes se hizo sentir con fuerza en las escuelas. UTE evaluó que en la ciudad faltó casi la mitad de los estudiantes. De todos modos, el gobierno nacional consideró que hubo “alta participación”. Hoy, la segunda jornada.
“Queremos evaluar a Bullrich para saber si es apto para el cargo que ocupa”. Con frases como esta en lugar de respuestas, muchos estudiantes mostraron su rechazo a las evaluaciones del Operativo Aprender, que arrancó ayer en las escuelas de todo el país. También hubo escuelas tomadas, cuestionarios rotos o tachados, hojas en blanco, ausentismo dispar y marchas de protesta. Así comenzó la primera etapa de las pruebas implementadas por el Ministerio de Educación que entre ayer y hoy evalúan a 1.400.000 alumnos de escuelas públicas y privadas, para “radiografiar” el estado de la educación. A los rechazos se sumaron la Ctera, UTE, Ademys y Sadop. La cartera educativa evaluó que “un alto porcentaje de alumnos” participan de la evaluación. Los gremios porteños informaron que solo en la Ciudad de Buenos Aires el presentismo no alcanzó el cincuenta por ciento.
Alejandro Demichelis, secretario de Prensa de Ctera, afirmó a Página/12 que “tenemos la sensación de que hay una intencionalidad de ajuste detrás de estas pruebas, de llevar el sistema educativo a la privatización después de desprestigiar la educación pública”, y aseveró que “esta es una evaluación con resultado cantado. Ya lo dijo el ministro (Esteban) Bullrich, para ellos la ecuación no sirve más”.
Sólo los estudiantes de 6º grado de primaria y los del último año de secundaria debieron concurrir por la mañana a las aulas para ser evaluados (en Lengua y Matemática), en el horario correspondiente, en más de 39.000 escuelas país. También, en algunos colegios, se evaluó una muestra de estudiantes de 3° grado de primaria y de 2° o 3° de secundaria (según la estructura de nivel de cada provincia).
Sin embargo, el titular de UTE y secretario Gremial de Ctera, Eduardo López contó a este diario que “notamos mucho ausentismo en las escuelas, así como también el apoyo de la comunidad educativa en el rechazo a estas evaluaciones”, y remarcó que “en las escuelas primarias muchos chicos no fueron porque sus padres no los mandaron”; en cambio, “en las escuelas secundarias fue la movilización estudiantil la que hizo sentir su rechazo”. De esta manera, resaltó la modalidad de ausentismo como la forma “de rechazo mas frecuente en las primarias, donde los chicos son más chicos”.
En ese mismo sentido apuntó Matías Legorburo, docente en dos escuelas primarias, quien aseguró que “la participación fue mediana en una, y en la otra solo fueron tres alumnos”.
Además del ausentismo, los rechazos tomaron otras formas, como la que relató a este diario Iván Sznaidr, presidente del centro de estudiantes del Instituto Superior Juan B. Justo. “Nosotros decidimos no faltar a clases y romper las evaluaciones para que no se puedan contabilizar de ninguna forma, y demostrar que no estamos de acuerdo con estas pruebas que, además, dicen que son anónimas, pero no lo son porque tienen un número de orden asociado a cada alumno”, contó el estudiante.
En el colegio secundario Mariano Acosta, con cuatro divisiones de quinto años a la mañana, tres a la tarde y un segundo también de la mañana (prueba piloto), los alumnos le dieron otra vuelta de tuerca al rechazo. Clara, del Centro de estudiantes, contó que “en asamblea discutimos sobre las pruebas, nos posicionamos en contra y decidimos no aparecer como colegio dentro de este ranking que van a armar”, y para eso explicó que “tachamos todas las respuestas y cortamos el código de barra que tiene impreso”.
También “escribimos en algunas de las hojas por qué estamos en desacuerdo”, y graficó: “El presupuesto invertido en las pruebas debería haber ido a la educación pública que está abandonadísima”.
Desde los gremios docentes, los nucleados en Ademys se concentraron en Acoyte y Rivadavia, en el barrio de Caballito, en rechazo a la implementación de la evaluación. “Entendemos que ésta es una prueba estandarizada que no refleja de manera alguna el aprendizaje en el aula. Se toma la misma evaluación en todo el país y se deja de lado el contexto social, sea grupal o individual”, sostuvo el secretario general del gremio, Jorge Adaro.
Suteba también se expresó en contra. Silvia Almasan, secretaria de cultura del gremio de docente bonaerenses, dijo que “no estamos de acuerdo con el Operativo, son prescripciones de los organismos de crédito internacional que no cuantifica cómo construyen, cómo reflexionan y razonan nuestros estudiantes”.
En La Plata, un grupo de estudiantes se manifestó por la mañana con consignas y sentadas en rechazo al Operativo. “No se puede evaluar la educación pública de una forma estandarizada sin tener en cuenta la particularidad de cada alumno o cada colegio, no es lo mismo un colegio agrotécnico que un colegio técnico o un colegio en situación de encierro”, dijo Sofía, una alumna de la Escuela Normal 1 de esa ciudad.
Demichelis explicó que “el rechazo también tiene que ver con las preguntas personalizadas que deben contestar los alumnos (cuestionario de contexto de las pruebas), algunas estigmatizantes: si está embarazada, si la familia cobra asignación universal, si tienen algún familiar indígena. Y que no le vemos el sentido para evaluar el sistema educativo”. Y agregó que “también hay preguntas sobre cómo enseñan los maestros y profesores, si te escuchan cuando enseña, si se enojan, son preguntas policíacas planteadas sin diálogo ni consenso”.
Desde el gobierno, le respondieron a los gremios: “Nunca pensé que todavía haya gremios que vean la evaluación como una amenaza; es al revés, la evaluación es para disminuir la amenaza de que nuestros chicos se sigan recibiendo y sigan sin poder acceder a un buen trabajo”, expresó el presidente Mauricio Macri. Y defendió la evaluación Aprender a través de su cuenta oficial de Twitter: “Una evaluación que nos va a permitir medir la calidad educativa”.
Por otro lado, la secretaria de Evaluación Educativa, Elena Duro, aseguró que “el país necesita garantizar un contenido mínimo de aprendizajes comunes, todos los países implementan estas pruebas estandarizadas”. La funcionaria señaló que “tenemos que poder dialogar para avanzar, no para ir para atrás” y estimó que “los gremios van a terminar entendiendo cuando hagamos un trabajo con la información de devolución, como nos hemos comprometido”.
Hoy será el turno de las evaluaciones de Ciencias Naturales y Ciencias Sociales, en una jornada que promete ser tan conflictiva como la de ayer, según anunciaron docentes y estudiantes.