Por Ricardo Kirschbaum
La batalla cultural que se libra diariamente en la redacción de Clarín no es distinta a la que tiene lugar en otras redacciones de los más importantes diarios del mundo. Ese combate se expande a otras áreas de las compañías editoras que buscan respuestas adecuadas a los constantes y acuciantes interrogantes y desafíos que el tsunami digital plantea en todo el universo de la información. Si hay una palabra clave en todo este proceso esta es innovación. Las empresas periodísticas que no innovan, experimentan, ensayan, y se aferran a las fórmulas que han usado hasta aquí como única tabla de salvación, todos los días dan paso hacia un ocaso inevitable. No es posible vivir en un mundo cada vez más digital sólo con herramientas y soportes periodísticos de otro tiempo y de otra época.
Por eso, la batalla cultural obliga a repensar modelos periodísticos y publicitarios, aun los más exitosos, para intentar ganarla. El primer paso es apostar a la innovación de la organización y del modo de producir noticias. En 2008, en pleno conflicto entre el Gobierno y el campo, la división on line de Clarín (que funcionaba separada de la redacción de papel) comenzó a trabajar en la redacción principal del diario. Luego incorporamos un estudio de televisión para Internet para desarrollar otras habilidades y ofrecer nuevos formatos.
El crujido entre una cultura modelada durante casi 70 años trabajando para un diario de papel y el nuevo mundo todavía se escucha, pero ahora suena como un trueno por la convergencia total. Los periodistas de la redacción de Clarín producen para todos los soportes: papel, on line, móviles, radio y televisión por Internet. Una unidad digital integrada por periodistas, programadores, marketing y comercial, con el asesoramiento de especialistas de peso internacional, trabaja con la idea de que antiguas fronteras que dividían los departamentos han perdido vigencia y que la integración es cada vez más el único camino posible para recorrer.
Ya se puede navegar en la nueva versión digital de Clarín y sus productos, que está en el período final de ajustes, y en muy poco tiempo ofreceremos las plataformas de móviles y de web televisión.
Y también lanzaremos un rediseño del diario Clarín y de la revista Viva en papel porque estamos convencidos de que los periódicos de calidad tienen una larga vida y seguirán teniendo la consideración de la sociedad. La respuesta de nuestros lectores y de los usuarios de nuestra versión on line lo atestiguan cotidianamente. Esto explica, también, que en muy poco tiempo de desarrollo ya se hayan superado los 300 mil adherentes a 3 6 5, el club de suscriptores.
Estamos entrando a una nueva y apasionante etapa de innovación, apostamos a un periodismo de calidad, incrementando sus estándares, de entretenimiento y servicios, conservando nuestra independencia editorial y viviendo ya el futuro.
La batalla cultural que se libra diariamente en la redacción de Clarín no es distinta a la que tiene lugar en otras redacciones de los más importantes diarios del mundo. Ese combate se expande a otras áreas de las compañías editoras que buscan respuestas adecuadas a los constantes y acuciantes interrogantes y desafíos que el tsunami digital plantea en todo el universo de la información. Si hay una palabra clave en todo este proceso esta es innovación. Las empresas periodísticas que no innovan, experimentan, ensayan, y se aferran a las fórmulas que han usado hasta aquí como única tabla de salvación, todos los días dan paso hacia un ocaso inevitable. No es posible vivir en un mundo cada vez más digital sólo con herramientas y soportes periodísticos de otro tiempo y de otra época.
Por eso, la batalla cultural obliga a repensar modelos periodísticos y publicitarios, aun los más exitosos, para intentar ganarla. El primer paso es apostar a la innovación de la organización y del modo de producir noticias. En 2008, en pleno conflicto entre el Gobierno y el campo, la división on line de Clarín (que funcionaba separada de la redacción de papel) comenzó a trabajar en la redacción principal del diario. Luego incorporamos un estudio de televisión para Internet para desarrollar otras habilidades y ofrecer nuevos formatos.
El crujido entre una cultura modelada durante casi 70 años trabajando para un diario de papel y el nuevo mundo todavía se escucha, pero ahora suena como un trueno por la convergencia total. Los periodistas de la redacción de Clarín producen para todos los soportes: papel, on line, móviles, radio y televisión por Internet. Una unidad digital integrada por periodistas, programadores, marketing y comercial, con el asesoramiento de especialistas de peso internacional, trabaja con la idea de que antiguas fronteras que dividían los departamentos han perdido vigencia y que la integración es cada vez más el único camino posible para recorrer.
Ya se puede navegar en la nueva versión digital de Clarín y sus productos, que está en el período final de ajustes, y en muy poco tiempo ofreceremos las plataformas de móviles y de web televisión.
Y también lanzaremos un rediseño del diario Clarín y de la revista Viva en papel porque estamos convencidos de que los periódicos de calidad tienen una larga vida y seguirán teniendo la consideración de la sociedad. La respuesta de nuestros lectores y de los usuarios de nuestra versión on line lo atestiguan cotidianamente. Esto explica, también, que en muy poco tiempo de desarrollo ya se hayan superado los 300 mil adherentes a 3 6 5, el club de suscriptores.
Estamos entrando a una nueva y apasionante etapa de innovación, apostamos a un periodismo de calidad, incrementando sus estándares, de entretenimiento y servicios, conservando nuestra independencia editorial y viviendo ya el futuro.