Por Guido Magrini
Revertir adversidades en la vida que tocó en cuestión es la virtud de algunos. Ese es el caso de Pablo Martínez : “Arranqué en un instituto de menores, estuve en la calle, me metí en las drogas y terminé en la cárcel; pero hoy a través de la militancia pude reconstruir un montón de cosas” .
Así arranca la charla con “Crónica”. Y Martínez hoy es un HOMBRE de 32 años, que no quiso dejar de ser hermafrodita, pero que “a partir de la ley que sacó Cristina (Fernández de Kirchner) de Identidad de Género pude hacer el cambio financiado por el Estado en el Hospital Penna de Bahía Blanca” .
Ser hermafrodita (tener glándulas de ambos sexos) es una circunstancia. Lo difícil vino después cuando su familia biológica lo abandonó y tras vicisitudes y carencias estuvo preso por robo siete años y medio. Pagó su condena hace seis años y para él lo más importante está por venir.
-¿En qué consisten los proyectos que tenés hoy?
-Soy referente JP (Juventud Peronista) de la Agrupación Octubre de Bahía Blanca. A través de mi historia puedo trabajar en violencia de género, menores con derechos vulnerados, adicciones, menores en conflicto con la ley… Es algo muy productivo, la militancia me cambió la vida y con ella puedo lograr un montón de cosas.
-¿Te arrepentís de algo de tu pasado?
-No me arrepiento porque no maté a nadie y no hice nada perjudicial cometí un delito y lo pagué. Adentro empecé la reinserción con la base política identificado por el proyecto de este gobierno.
-La gran mayoría de los ex o actuales convictos estudian Derecho, ¿qué te movilizó a vos a seguir esa carrera?
-Elegí Derecho porque adentro no los tenés. Si bien estamos en democracia, la cárcel es un aparato represivo del Estado en el cual no te reinsertan. Y todo lo contrario, te reinserta a que seas delincuente. Hay algo detrás, que no está bien. Con la herramienta del Estado vamos a aportar a que eso cambie y no se reincida en los delitos.
-¿Puede llegar a haber una reinserción verdadera?
-Totalmente, se puede con compañeros como los que tengo en Octubre, que trabajamos embarrandonos los pies. Hay que cambiar todo el servicio penitenciario, que pasa a ser un preso más.
Se peleó con un periodista «discriminador»
Pablo Martínez vivió una situación poco agradable. En Bahía Blanca un periodista local, Rubén González , lo había invitado para hablar sobre su presente y sus progresos pero lo terminó discriminando cobardemente por su condición de “ex convicto” y lo trató de “ex mujer” . Se subió el video a YouTube y fue furor en visitas.
Pablo, más allá de ese percance expresó que “nunca me sentí discriminado, no me ha tocado pasar por eso. No considero haber nacido en un cuerpo equivocado, nací hermafrodita, ni transgenero, ni hetero ni nada, hermafrodita con todo lo que eso significa” . Al respecto, Martínez indicó que “no me voy a cambiar de sexo porque está decido y claro lo que soy pero sí me hice la mastectomía porque era importante” . Pablo tiene un hijo de 2 años, y lo que más lo enojó fue cuando ese periodista puso en duda su paternidad y le pidió que se hiciera un ADN: “Me discriminó. Con mi hijo no se puede meter. El es mi motor, mi cable a tierra, lo amo con toda mi alma y me motiva a hacer todo lo que hago” .
Revertir adversidades en la vida que tocó en cuestión es la virtud de algunos. Ese es el caso de Pablo Martínez : “Arranqué en un instituto de menores, estuve en la calle, me metí en las drogas y terminé en la cárcel; pero hoy a través de la militancia pude reconstruir un montón de cosas” .
Así arranca la charla con “Crónica”. Y Martínez hoy es un HOMBRE de 32 años, que no quiso dejar de ser hermafrodita, pero que “a partir de la ley que sacó Cristina (Fernández de Kirchner) de Identidad de Género pude hacer el cambio financiado por el Estado en el Hospital Penna de Bahía Blanca” .
Ser hermafrodita (tener glándulas de ambos sexos) es una circunstancia. Lo difícil vino después cuando su familia biológica lo abandonó y tras vicisitudes y carencias estuvo preso por robo siete años y medio. Pagó su condena hace seis años y para él lo más importante está por venir.
-¿En qué consisten los proyectos que tenés hoy?
-Soy referente JP (Juventud Peronista) de la Agrupación Octubre de Bahía Blanca. A través de mi historia puedo trabajar en violencia de género, menores con derechos vulnerados, adicciones, menores en conflicto con la ley… Es algo muy productivo, la militancia me cambió la vida y con ella puedo lograr un montón de cosas.
-¿Te arrepentís de algo de tu pasado?
-No me arrepiento porque no maté a nadie y no hice nada perjudicial cometí un delito y lo pagué. Adentro empecé la reinserción con la base política identificado por el proyecto de este gobierno.
-La gran mayoría de los ex o actuales convictos estudian Derecho, ¿qué te movilizó a vos a seguir esa carrera?
-Elegí Derecho porque adentro no los tenés. Si bien estamos en democracia, la cárcel es un aparato represivo del Estado en el cual no te reinsertan. Y todo lo contrario, te reinserta a que seas delincuente. Hay algo detrás, que no está bien. Con la herramienta del Estado vamos a aportar a que eso cambie y no se reincida en los delitos.
-¿Puede llegar a haber una reinserción verdadera?
-Totalmente, se puede con compañeros como los que tengo en Octubre, que trabajamos embarrandonos los pies. Hay que cambiar todo el servicio penitenciario, que pasa a ser un preso más.
Se peleó con un periodista «discriminador»
Pablo Martínez vivió una situación poco agradable. En Bahía Blanca un periodista local, Rubén González , lo había invitado para hablar sobre su presente y sus progresos pero lo terminó discriminando cobardemente por su condición de “ex convicto” y lo trató de “ex mujer” . Se subió el video a YouTube y fue furor en visitas.
Pablo, más allá de ese percance expresó que “nunca me sentí discriminado, no me ha tocado pasar por eso. No considero haber nacido en un cuerpo equivocado, nací hermafrodita, ni transgenero, ni hetero ni nada, hermafrodita con todo lo que eso significa” . Al respecto, Martínez indicó que “no me voy a cambiar de sexo porque está decido y claro lo que soy pero sí me hice la mastectomía porque era importante” . Pablo tiene un hijo de 2 años, y lo que más lo enojó fue cuando ese periodista puso en duda su paternidad y le pidió que se hiciera un ADN: “Me discriminó. Con mi hijo no se puede meter. El es mi motor, mi cable a tierra, lo amo con toda mi alma y me motiva a hacer todo lo que hago” .