Hay una nueva clase media en la Argentina y ya se nota en el paisaje urbano, desde la renovación del parque automotor al continuo crecimiento de la construcción de edificios de departamentos.Los grandes centros de compras , hasta hace poco exclusivos de la clase media-media y alta, se expanden ahora al segundo y tercer cordón de Buenos Aires y a ciudades del interior que no necesariamente son capitales de provincia.
Lo que ocurre es que está creciendo el segmento de la clase media típica, con ingresos promedio de $6.500 pesos. En los últimos 10 años, esa porción de la clase media pasó de ser el 23% de la población al 30%, señala un experto citado en la nota de tapa de esta edición (páginas 8-9).
Este nuevo sector está adquiriendo no solo los hábitos de consumo de los barrios más acomodados, sino también los de ahorro. Y la moneda en la que ahorran los argentinos, cuando pueden, es el dólar.
No por casualidad, y sin que medie algún acontecimiento especial, el Banco Central se vió forzado la semana pasada a vender otros 500 millones de dólares al contado para mantener el valor de la divisa. En septiembre, el valor del dólar subió apenas medio centavo . Fue el mes con menor depreciación del peso en lo que va de 2011, observa un informe de Puente Hnos.
No parece ser el mejor momento para congelar el tipo de cambio, en especial porque en las últimas semanas varios países de la región, con Brasil a la cabeza, se esfuerzan por devaluar sus monedas. Además, resulta al menos contradictorio que las autoridades se muestren partidarias de cuidar cada dólar de las reservas, pero al mismo tiempo se esfuercen por mantenerlo barato (ver página 17).
Fuera de la región, el escenario luce realmente peligroso. Europa se prepara para entrar en recesión en el trimestre que está comenzando. En septiembre, el petróleo se derrumbó 10%; la soja, un 18%. En el tercer trimestre, el índice DAX de acciones alemanas se desplomó 25% y el Standard & Poors 500 de EE.UU., un 11%. El título de la columna de Paul Krugman (página 5) es elocuente: “El viaje de la eurozona hacia la muerte”.
En comparación, la economía argentina seguirá vital y creciendo en 2012, aunque a menor ritmo. Lo que sí promete estrecharse mucho más es el superávit comercial , que se ubicaría en menos de US$5.000 millones el año que viene, el menor resultado positivo desde la salida de la convertibilidad, según la consultora Finsoport.
Los dólares son necesarios para pagar las importaciones y las deudas. Ya también para abastecer la demanda de ahorro de cada vez más argentinos.
Lo que ocurre es que está creciendo el segmento de la clase media típica, con ingresos promedio de $6.500 pesos. En los últimos 10 años, esa porción de la clase media pasó de ser el 23% de la población al 30%, señala un experto citado en la nota de tapa de esta edición (páginas 8-9).
Este nuevo sector está adquiriendo no solo los hábitos de consumo de los barrios más acomodados, sino también los de ahorro. Y la moneda en la que ahorran los argentinos, cuando pueden, es el dólar.
No por casualidad, y sin que medie algún acontecimiento especial, el Banco Central se vió forzado la semana pasada a vender otros 500 millones de dólares al contado para mantener el valor de la divisa. En septiembre, el valor del dólar subió apenas medio centavo . Fue el mes con menor depreciación del peso en lo que va de 2011, observa un informe de Puente Hnos.
No parece ser el mejor momento para congelar el tipo de cambio, en especial porque en las últimas semanas varios países de la región, con Brasil a la cabeza, se esfuerzan por devaluar sus monedas. Además, resulta al menos contradictorio que las autoridades se muestren partidarias de cuidar cada dólar de las reservas, pero al mismo tiempo se esfuercen por mantenerlo barato (ver página 17).
Fuera de la región, el escenario luce realmente peligroso. Europa se prepara para entrar en recesión en el trimestre que está comenzando. En septiembre, el petróleo se derrumbó 10%; la soja, un 18%. En el tercer trimestre, el índice DAX de acciones alemanas se desplomó 25% y el Standard & Poors 500 de EE.UU., un 11%. El título de la columna de Paul Krugman (página 5) es elocuente: “El viaje de la eurozona hacia la muerte”.
En comparación, la economía argentina seguirá vital y creciendo en 2012, aunque a menor ritmo. Lo que sí promete estrecharse mucho más es el superávit comercial , que se ubicaría en menos de US$5.000 millones el año que viene, el menor resultado positivo desde la salida de la convertibilidad, según la consultora Finsoport.
Los dólares son necesarios para pagar las importaciones y las deudas. Ya también para abastecer la demanda de ahorro de cada vez más argentinos.