Golpeada por crecientes peleas internas, no logra capitalizar el mal momento del gobierno
CARACAS.- Cuando el gobierno chavista vive su peor momento en 15 años, la oposición de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), más que aumentar su capital político, se encuentra librada a una pelea interna de tal calibre que hasta la Iglesia se atreve a criticar sus actitudes.
Un aliado tradicional como es monseñor Diego Padrón, secretario de la Conferencia Episcopal, reconvino esta semana el fuerte disenso entre la dirigencia opositora, cuyas disputas estarían contribuyendo a resquebrajar aún más la sociedad.
La MUD se parece a una de esas bolsas de boxeo a las que todo el que pasa agrieta golpe a golpe. Los puñetazos proceden de todos lados, pero los que más duelen son los que vienen desde adentro, desde el sector más radical de la oposición a Nicolás Maduro. «La división de la oposición luce muy probable hoy», destacó el analista Gustavo Rojas.
Unos opinan que la división definitiva está muy cerca. Otros creen que la sangre no llegará al río. Pero todos saben que la propuesta de promover un cambio institucional mediante una Asamblea Nacional Constituyente, defendida por Leopoldo López, el líder encarcelado del partido Voluntad Popular (VP), y la ex diputada María Corina Machado, divide más que nunca a las fuerzas antichavistas.
Son dos estrategias antagónicas con líderes muy claros: el ex candidato Henrique Capriles y Leopoldo López. El primero contaría con la simpatía del 24% de los encuestados, frente al 23% de López, encerrado en la prisión de Ramo Verde desde hace cinco meses. Los datos pertenecen a Hinterlaces, empresa vinculada al chavismo, que en su informe agrega que «la pelea por el liderazgo opositor apenas comienza».
El sector más radical, una vez descartada la renuncia voluntaria de Maduro -reclamada en el clímax de las protestas-, sostiene que la única vía para la salida del presidente es la Asamblea Constituyente, un dificultoso mecanismo constitucional.
Para el sector moderado -que encabezan Capriles y Ramón Aveledo, secretario ejecutivo de la MUD-, hay que seguir trabajando, acompañando las protestas.
«[Maduro] está allí gracias al control institucional y eso sólo se derrota con una gran fuerza popular. Pero esa gran fuerza popular no se decreta, hay que construirla, una mayoría que tenga fuerza», subrayó Capriles, que llamó «a meterse a los barrios» para buscar el apoyo de la gente. El ex candidato presidencial apuesta por la renovación de los poderes públicos, como la del Consejo Nacional Electoral (CNE), cuya discusión se encuentra hoy en el Parlamento.
Capriles niega que su apuesta sea esperar hasta las elecciones presidenciales de 2019, una acusación que se repite en las redes sociales, junto a «blando» o «chavista de la oposición». Es más, no desdeña la posibilidad de un referéndum revocatorio contra Maduro a mitad de mandato, aunque la primera fecha de su agenda electoral sean las elecciones parlamentarias de 2015.
Una desafortunada declaración de Ramón José Medina, número dos de la MUD, hizo que un sector exigiera su renuncia. Ante la pregunta en una entrevista sobre la táctica prevista para sacar a López de la cárcel, contestó que fue el propio dirigente quien se entregó al gobierno.
¿Es viable la Asamblea Constituyente? Para la mayoría de los analistas se trata de un laberinto casi imposible. «La Asamblea no existe para solucionar problemas cotidianos ni para cambiar gobiernos; sirve, básicamente, para dictar una nueva Constitución», aclaró José Ignacio Hernández, uno de los juristas más prestigiosos del país.
Listas negras
El primer paso, conseguir 4,5 millones de firmas, es casi un milagro. Nadie olvida cómo los firmantes para un referéndum revocatorio contra Hugo Chávez, en 2004, fueron incluidos en listas negras tan difundidas que se vendían incluso en la calle. Gran parte de esos firmantes sufren acoso laboral y persecución política hasta el día de hoy.
De obtener las firmas, se procedería a convocar una votación para saber si el país está de acuerdo con redactar una nueva Carta Magna. Y de ser positivo el resultado, habría que convocar otras elecciones para votar a los constituyentes, que una vez elegidos deberían redactar la Constitución. La cual debería luego ser ratificada por la gente.
«Eso nos permitirá cambiar todo este sistema corrupto y dictatorial», insistió el opositor Freddy Guevara, rebosante de optimismo.
Pedido de Carrió a la OEA
La diputada nacional Elisa Carrió (Frente Amplio UNEN) expresó su «preocupación por la violación de los derechos humanos» en Venezuela, en un comunicado que envió al secretario general OEA. José Miguel Insulza.
Carrió instó a la comunidad internacional a que trate el caso de Venezuela y «encuentre los mecanismos idóneos -a través del diálogo diplomático- para restablecer el orden democrático y el respeto a los derechos humanos». Según la diputada, «desde hace varios años el gobierno venezolano viene desarrollando actitudes antidemocrática que atentan contra las garantías constitucionales de sus habitantes».
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CARACAS.- Cuando el gobierno chavista vive su peor momento en 15 años, la oposición de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), más que aumentar su capital político, se encuentra librada a una pelea interna de tal calibre que hasta la Iglesia se atreve a criticar sus actitudes.
Un aliado tradicional como es monseñor Diego Padrón, secretario de la Conferencia Episcopal, reconvino esta semana el fuerte disenso entre la dirigencia opositora, cuyas disputas estarían contribuyendo a resquebrajar aún más la sociedad.
La MUD se parece a una de esas bolsas de boxeo a las que todo el que pasa agrieta golpe a golpe. Los puñetazos proceden de todos lados, pero los que más duelen son los que vienen desde adentro, desde el sector más radical de la oposición a Nicolás Maduro. «La división de la oposición luce muy probable hoy», destacó el analista Gustavo Rojas.
Unos opinan que la división definitiva está muy cerca. Otros creen que la sangre no llegará al río. Pero todos saben que la propuesta de promover un cambio institucional mediante una Asamblea Nacional Constituyente, defendida por Leopoldo López, el líder encarcelado del partido Voluntad Popular (VP), y la ex diputada María Corina Machado, divide más que nunca a las fuerzas antichavistas.
Son dos estrategias antagónicas con líderes muy claros: el ex candidato Henrique Capriles y Leopoldo López. El primero contaría con la simpatía del 24% de los encuestados, frente al 23% de López, encerrado en la prisión de Ramo Verde desde hace cinco meses. Los datos pertenecen a Hinterlaces, empresa vinculada al chavismo, que en su informe agrega que «la pelea por el liderazgo opositor apenas comienza».
El sector más radical, una vez descartada la renuncia voluntaria de Maduro -reclamada en el clímax de las protestas-, sostiene que la única vía para la salida del presidente es la Asamblea Constituyente, un dificultoso mecanismo constitucional.
Para el sector moderado -que encabezan Capriles y Ramón Aveledo, secretario ejecutivo de la MUD-, hay que seguir trabajando, acompañando las protestas.
«[Maduro] está allí gracias al control institucional y eso sólo se derrota con una gran fuerza popular. Pero esa gran fuerza popular no se decreta, hay que construirla, una mayoría que tenga fuerza», subrayó Capriles, que llamó «a meterse a los barrios» para buscar el apoyo de la gente. El ex candidato presidencial apuesta por la renovación de los poderes públicos, como la del Consejo Nacional Electoral (CNE), cuya discusión se encuentra hoy en el Parlamento.
Capriles niega que su apuesta sea esperar hasta las elecciones presidenciales de 2019, una acusación que se repite en las redes sociales, junto a «blando» o «chavista de la oposición». Es más, no desdeña la posibilidad de un referéndum revocatorio contra Maduro a mitad de mandato, aunque la primera fecha de su agenda electoral sean las elecciones parlamentarias de 2015.
Una desafortunada declaración de Ramón José Medina, número dos de la MUD, hizo que un sector exigiera su renuncia. Ante la pregunta en una entrevista sobre la táctica prevista para sacar a López de la cárcel, contestó que fue el propio dirigente quien se entregó al gobierno.
¿Es viable la Asamblea Constituyente? Para la mayoría de los analistas se trata de un laberinto casi imposible. «La Asamblea no existe para solucionar problemas cotidianos ni para cambiar gobiernos; sirve, básicamente, para dictar una nueva Constitución», aclaró José Ignacio Hernández, uno de los juristas más prestigiosos del país.
Listas negras
El primer paso, conseguir 4,5 millones de firmas, es casi un milagro. Nadie olvida cómo los firmantes para un referéndum revocatorio contra Hugo Chávez, en 2004, fueron incluidos en listas negras tan difundidas que se vendían incluso en la calle. Gran parte de esos firmantes sufren acoso laboral y persecución política hasta el día de hoy.
De obtener las firmas, se procedería a convocar una votación para saber si el país está de acuerdo con redactar una nueva Carta Magna. Y de ser positivo el resultado, habría que convocar otras elecciones para votar a los constituyentes, que una vez elegidos deberían redactar la Constitución. La cual debería luego ser ratificada por la gente.
«Eso nos permitirá cambiar todo este sistema corrupto y dictatorial», insistió el opositor Freddy Guevara, rebosante de optimismo.
Pedido de Carrió a la OEA
La diputada nacional Elisa Carrió (Frente Amplio UNEN) expresó su «preocupación por la violación de los derechos humanos» en Venezuela, en un comunicado que envió al secretario general OEA. José Miguel Insulza.
Carrió instó a la comunidad internacional a que trate el caso de Venezuela y «encuentre los mecanismos idóneos -a través del diálogo diplomático- para restablecer el orden democrático y el respeto a los derechos humanos». Según la diputada, «desde hace varios años el gobierno venezolano viene desarrollando actitudes antidemocrática que atentan contra las garantías constitucionales de sus habitantes».
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