Esta coalición estaba integrada por la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista, el Partido Demócrata Progresista e incluso el Partido Comunista. En abril de 1945, con la Declaración de Avellaneda, inspirada por Moisés Lebensohn, la UCR se radicalizó e impidió que el Partido Demócrata Nacional pudiera integrar la Unión Democrática. Los conservadores entonces concurrieron a las elecciones sin candidato a presidente, presentando candidatos a gobernador y a legisladores nacionales. Ganaron en la provincia de Corrientes y realizaron muy buenas elecciones en Córdoba, Mendoza, San Luis, Entre Ríos y Salta, con más de 350.000 votos. La inclusión del Partido Comunista en la Unión Democrática motivó que la Iglesia y muchos católicos votaran al Partido Laborista. Pero lo más significativo fue que los votos moderados del Partido Demócrata Nacional y sus aliados hubieran hecho triunfar a la Unión Democrática. Con ellos, Perón no habría ganado esa elección.
La Argentina, luego de tres gobiernos kirchneristas, presenta una república donde no existe la seguridad jurídica, donde la Justicia, salvo excepciones, castiga a quien no pertenece o defiende al oficialismo y otorga impunidad a sus adeptos. La falta de seguridad nos abruma con una sumatoria de delitos aberrantes. La inflación, los subsidios, el problema energético y el narcotráfico agobian al ciudadano. La corrupción institucional permanece impune.
Cuando falta más de un año para las elecciones presidenciales de 2015, han comenzado a perfilarse claramente sus candidatos. El peronismo, dividido, tiene dos posibles nombres, Sergio Massa y Daniel Scioli. La oposición antikirchnerista se encuentra con dos candidatos posibles: el que saldrá del Frente Amplio Unen y el natural candidato de Pro, Mauricio Macri. Elisa Carrió, en un gesto pragmático no común en ella, propuso a la agrupación que integra un acercamiento con Macri. Su propuesta fue aceptada por algunos y vetada por otros. Si el Frente Amplio Unen fuera en soledad y Macri en la misma forma, es factible que ninguna de las dos fuerzas llegue al ballottage. Si, por el contrario, ambas fuerzas fueran juntas a las PASO, es muy probable que puedan lograr un triunfo sobre el Frente para la Victoria o el Frente Renovador.
La sabiduría de los integrantes del Frente Amplio UNEN en aceptar el ingreso de la fuerza centrista que representa Macri evitaría cometer el mismo error que en 1946 indujo a los radicales a no permitir el ingreso del Partido Demócrata Nacional a la coalición de entonces.
El autor es presidente de la Convención del Partido Demócrata y fue diputado nacional.
La Argentina, luego de tres gobiernos kirchneristas, presenta una república donde no existe la seguridad jurídica, donde la Justicia, salvo excepciones, castiga a quien no pertenece o defiende al oficialismo y otorga impunidad a sus adeptos. La falta de seguridad nos abruma con una sumatoria de delitos aberrantes. La inflación, los subsidios, el problema energético y el narcotráfico agobian al ciudadano. La corrupción institucional permanece impune.
Cuando falta más de un año para las elecciones presidenciales de 2015, han comenzado a perfilarse claramente sus candidatos. El peronismo, dividido, tiene dos posibles nombres, Sergio Massa y Daniel Scioli. La oposición antikirchnerista se encuentra con dos candidatos posibles: el que saldrá del Frente Amplio Unen y el natural candidato de Pro, Mauricio Macri. Elisa Carrió, en un gesto pragmático no común en ella, propuso a la agrupación que integra un acercamiento con Macri. Su propuesta fue aceptada por algunos y vetada por otros. Si el Frente Amplio Unen fuera en soledad y Macri en la misma forma, es factible que ninguna de las dos fuerzas llegue al ballottage. Si, por el contrario, ambas fuerzas fueran juntas a las PASO, es muy probable que puedan lograr un triunfo sobre el Frente para la Victoria o el Frente Renovador.
La sabiduría de los integrantes del Frente Amplio UNEN en aceptar el ingreso de la fuerza centrista que representa Macri evitaría cometer el mismo error que en 1946 indujo a los radicales a no permitir el ingreso del Partido Demócrata Nacional a la coalición de entonces.
El autor es presidente de la Convención del Partido Demócrata y fue diputado nacional.
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si todo esto ocurre:
«La Argentina, luego de tres gobiernos kirchneristas, presenta una república donde no existe la seguridad jurídica, donde la Justicia, salvo excepciones, castiga a quien no pertenece o defiende al oficialismo y otorga impunidad a sus adeptos. La falta de seguridad nos abruma con una sumatoria de delitos aberrantes. La inflación, los subsidios, el problema energético y el narcotráfico agobian al ciudadano. La corrupción institucional permanece impune».
la oposición gana de taquito, no se requiere tan genial estratega y analista como Iriarte, ni demasiada ingeniería electoral, ni tanto odio disfrazado, ni se requiere de jueces amigos que te evitan pagar las cargas patronales, o 4 años para la vigencia de la ley de medios, ni el ocultamiento de la corrupción no oficialista, ni carlos Fayt con 95 años, etc etc.
salvo que todo esto que se vende y comercializa en las empresas de noticias no sea tan así.