Economía Lunes 16 de Junio de 2014
Por Pablo Wende.-
Por: Pablo Wende
El discurso del desendeudamiento quedó definitivamente atrás. No sólo el Gobierno colocó más de u$s 5.000 millones en bonos para compensar a Repsol por la compra de YPF y asumió fuertes compromisos con el Club de París. Hay otra deuda que crece en forma silenciosa, pero persistente: los títulos emitidos por el Banco Central, es decir las Lebac y Nobac. El stock de estos papeles ya roza los $ 200.000 millones y el panorama es por demás complejo: no sólo los vencimientos de corto plazo se multiplican, sino que además la perspectiva es que seguirá creciendo la cantidad de títulos que colocará la autoridad monetaria, ante la gran emisión de pesos que tendrá lugar en los próximos meses, especialmente en el último trimestre.
De acuerdo con las cifras divulgadas por la entidad que preside Juan Carlos Fábrega, el stock de Lebac suma $ 173.300 millones, mientras que las Nobac suman otros $ 16.400 millones. Pero a ese monto hay que sumar 940 millones en Lebac en dólares, lo que equivale a unos $ 7.600 millones (aunque se captan y se devuelven en dólares billete). En total, suma algo más de $ 197.000 millones. Esta cifra supera en un 84% los $ 107.000 millones que había emitidos hace 12 meses.
En lo que va del año, la cantidad de títulos emitidos por el Central supera los $ 60.000 millones, lo que explica la fuerte retracción que muestra la base monetaria en lo que va del año, por $ 12.600 millones. En términos interanuales, el aumento de la cantidad de dinero apenas se ubica en un 16,5%, menos de la mitad de la inflación acumulada en los últimos doce meses. Esta retracción monetaria provocó, por otra parte, un impacto negativo en el consumo y en el nivel de actividad.
Se estima que el BCRA deberá emitir alrededor de $ 100.000 millones adicionales para cubrir las necesidades del Tesoro en el último trimestre. Salvo que el Gobierno consiga financiamiento internacional, no quedarán muchas alternativas que cubrir el déficit fiscal con emisión de pesos, que luego tendrán que ser absorbidos con nuevas emisiones de deuda del propio Central. Pero además de la emisión de nueva deuda, la tasa de interés (que ronda el 27% mensual) comienza a ser una carga más pesada para el Central. En un año, si el stock se mantiene en estos niveles y el rendimiento no baja, implicaría una cifra cercana a los $ 50.000 millones anuales.
El BCRA tendrá que salir a refinanciar los vencimientos que se avecinan en los próximos meses, que suman montos millonarios. El panorama fue detallado por la consultora Quantum Finanzas, que dirige Daniel Marx, en su último informe:
•junio y julio, el vencimiento de Letras suma $ 56.000 millones. Y en agosto son otros $ 32.000 millones.
•implica, explicó la consultora, que en los próximos 75 días vence prácticamente la mitad del stock de Lebac emitido.
•hecho de que la mayor parte de la deuda se haya colocado a 90 días provoca que buena parte del stock colocado especialmente a partir de enero venza en estos meses.
•cronograma de vencimientos, además de la expansión de pesos que se avecina, le quita margen de maniobra al Central para bajar las tasas. Habrá que ver cuál es el colchón de liquidez que tienen los bancos para seguir suscribiendo títulos, ya que en caso de tener menos comodidad podrían incluso pedir tasas más altas.
La política que siga el BCRA en torno a la futura colocación de títulos es relevante no sólo por sus implicancias macroeconómicas (impacto en la inflación y en el dólar), sino también porque ahora la tasa de las Lebac a 90 días es tomada como «referencia» para las nuevas regulaciones impuestas por la autoridad monetaria. A partir de ahora, la tasa que cobran los préstamos personales y prendarios estará en relación con aquella. Por lo tanto, una reducción por parte del Central significaría un abaratamiento del crédito. Y un incremento del Central tendría el impacto contrario, es decir encarecería el costo de financiamiento para el público.