La política está encontrando un límite en el bolsillo de la gente. Tras años de subir impuestos hasta llegar a una carga tributaria record, hoy los funcionarios chocan contra el rechazo social y tienen que buscar otras salidas. Es el caso del avance y marcha atrás que dio la gobernadora María Eugenia Vidal, que arrancó con el inmobiliario y termina con el juego. Pero atrás se esconden también un juego de mensajes cruzados en la propia interna del oficialismo, y hasta acuerdos entre distritos para achicar el impacto social.
El gobierno bonaerense anunció a fines de julio que haría un revalúo de todas las partidas del impuesto inmobiliario. Inmediatamente aclaró que el impacto no se sentiría en las boletas hasta fines del año próximo. Pero las necesidades son las necesidades.
“Tenemos un presupuesto de gastos que hay que cubrir, y debemos ver de dónde salen los fondos”, dicen en el entorno de Vidal. Concretamente, el presupuesto que presentarán mañana tendría gastos superiores a $ 400.000 millones para 2017, y el punto es ver cómo financiarlo. No habrá revalúo, pero buscarán cobrar más.
Ahí entra precisamente el alza de Ingresos Brutos al juego que dispuso la gobernadora y que se anunciaría mañana. La alícuota pasaría de 12 a 19 o 20 por ciento. Es una medida que difícilmente genere costos políticos a Vidal. Pero no será suficiente. Así que habrá un ajuste en las alícuotas del inmobiliario y patentes de entre 30 y 35%. Y ese número no es caprichoso: “Es el mismo porcentaje que aplicarán Nación y Ciudad, ya lo hemos hablado los tres gobiernos”, reconocen en La Plata. Buscan así que la generalización de la cifra termine costando menos en términos políticos.
Pero hay más en el fondo de la cuestión. “Los intendentes les pusieron el grito en el cielo por el tema revalúo, porque ellos serían los que tendrían que poner la cara frente a la gente”, dicen desde la oposición, al explicar ese redireccionamiento de la estrategia bonaerense. Y añaden un nivel más de lectura a los hechos. “En esta discusión por la suba de ingresos brutos parece haber un mensaje a la propia interna de Cambiemos”, señalan desde el massismo.
Mirá también: Vidal lanza un revalúo inmobiliario en la Provincia
Esto es: Vidal necesita recursos, y lo pone sobre la mesa anunciando subas de impuestos. “El destinatario del mensaje es Macri, al que en última instancia le están diciendo que abra la billetera si quiere evitar medidas que puedan ser impopulares”, analizan.
El gobierno bonaerense anunció a fines de julio que haría un revalúo de todas las partidas del impuesto inmobiliario. Inmediatamente aclaró que el impacto no se sentiría en las boletas hasta fines del año próximo. Pero las necesidades son las necesidades.
“Tenemos un presupuesto de gastos que hay que cubrir, y debemos ver de dónde salen los fondos”, dicen en el entorno de Vidal. Concretamente, el presupuesto que presentarán mañana tendría gastos superiores a $ 400.000 millones para 2017, y el punto es ver cómo financiarlo. No habrá revalúo, pero buscarán cobrar más.
Ahí entra precisamente el alza de Ingresos Brutos al juego que dispuso la gobernadora y que se anunciaría mañana. La alícuota pasaría de 12 a 19 o 20 por ciento. Es una medida que difícilmente genere costos políticos a Vidal. Pero no será suficiente. Así que habrá un ajuste en las alícuotas del inmobiliario y patentes de entre 30 y 35%. Y ese número no es caprichoso: “Es el mismo porcentaje que aplicarán Nación y Ciudad, ya lo hemos hablado los tres gobiernos”, reconocen en La Plata. Buscan así que la generalización de la cifra termine costando menos en términos políticos.
Pero hay más en el fondo de la cuestión. “Los intendentes les pusieron el grito en el cielo por el tema revalúo, porque ellos serían los que tendrían que poner la cara frente a la gente”, dicen desde la oposición, al explicar ese redireccionamiento de la estrategia bonaerense. Y añaden un nivel más de lectura a los hechos. “En esta discusión por la suba de ingresos brutos parece haber un mensaje a la propia interna de Cambiemos”, señalan desde el massismo.
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Esto es: Vidal necesita recursos, y lo pone sobre la mesa anunciando subas de impuestos. “El destinatario del mensaje es Macri, al que en última instancia le están diciendo que abra la billetera si quiere evitar medidas que puedan ser impopulares”, analizan.
