Hay dos certezas en la Argentina cuando se piensa en la sucesión presidencial de 2015. La primera es que no se pueden inventar candidatos a presidente en poco tiempo, salvo para una crisis institucional al estilo 2001. La segunda es que sólo tres dirigentes cuentan con las condiciones básicas de conocimiento, imagen y proyección para disputar con chances la pulseada por la Casa Rosada: Cristina Kirchner, Daniel Scioli y Mauricio Macri.
El hecho es que la Presidenta, no está habilitada para una segunda reelección. Es por eso que el kirchnerismo pondrá en marcha mañana el operativo político para convencer a la sociedad de la necesidad de reformar la Carta Magna, de modo que Cristina pueda disputar un tercer mandato. Ella no considera a Scioli su heredero político y ha descartado a Amado Boudou como eventual sucesor porque el escándalo Ciccone lo convirtió en un cadáver electoral.
La inflación, la incertidumbre cambiaria y el notorio enfriamiento de la economía han acelerado los tiempos de la Presidenta. Necesita que alguna iniciativa cambie el clima político y la expropiación de YPF o el plan de créditos hipotecarios parecen insuficientes para lograrlo. De aquí a las elecciones legislativas del año próximo, la re-reelección será el eje de todos los proyectos de Cristina y la madre de todas sus batallas.
