La difícil situación de Brasil conspira contra las perspectivas de una reactivación en el segundo semestre del año en la Argentina, como la que prevé el Gobierno.
Así lo indicaron varios economistas a LA NACION, que advirtieron que la suma de la incertidumbre política y la recesión económica en el principal socio comercial de la Argentina es una de las mayores complicaciones para la gestión de Mauricio Macri.
De hecho, una fuente del equipo económico indicó que la crisis brasileña es el principal desafío que el Gobierno tiene por delante.
Desde Brasilia, el director de Abeceb, Dante Sica, dijo que «hay dos vías por las que la situación de Brasil afecta a la Argentina: caen las exportaciones nacionales, algo que ya se siente en las automotrices, y aumentarán las importaciones para reemplazar la caída en el nivel de actividad en Brasil».
Lo positivo, aclaró, es que «aumentarán las inversiones brasileñas en la Argentina en busca de mayor rentabilidad y también desde terceros mercados, por la expectativa favorable que generó el cambio de gobierno», con el inicio de la gestión presidencial de Mauricio Macri.
El director de la consultora DNI, Marcelo Elizondo, señaló que «los industriales de la Argentina sufrirán más de lo previsto, sobre todo las automotrices, plásticos y metalmecánica».
«La balanza comercial se verá afectada por la crisis. Aun con las declaraciones juradas anticipadas de importación, el año pasado el déficit de la Argentina con Brasil fue de 3000 millones de dólares y posiblemente este año aumente», pronosticó Elizondo.
Marcos Buscaglia, socio de Alberdi Partners y ex economista del Bank of America para la región, dijo que «en el corto plazo Brasil no va a ayudar, porque la industria argentina está cara en términos de costos laborales, pero esta situación no se va a mantener, porque hay un gran potencial si cambia el gobierno, ya que Dilma no tiene margen para mejorar».
«Ya se esperaba que este año fuera un año perdido para Brasil, pero un nuevo gobierno, con credibilidad, puede dar vuelta el panorama, tal como lo anticipan las mejoras en el sector financiero, tanto en la Bolsa como en el mercado cambiario», afirmó.
Marina Dal Poggetto, directora del estudio Bein, indicó que «Brasil claramente no ayuda a la Argentina: cayó fuerte la exportación de autos; pero la reactivación local dependerá más del éxito de la entrada de capitales para ver si mejora el nivel de actividad».
El estudio Bein prevé que la Argentina presente este año una caída del 2,4% en el PBI y una inflación del 36%.
Por su parte, el consultor en comercio exterior Raúl Ochoa también señaló que «Brasil no puede ser tomado como uno de los mercados que le vaya a dar impulso a la Argentina. Posiblemente para el segundo semestre la situación política allí esté resuelta y en ese caso podría comenzar a repuntar la situación económica de ese país». Mientras tanto, sugirió, la Argentina debe buscar mercados alternativos, además de «finalizar el acuerdo con la Unión Europea y avanzar con la Alianza del Pacífico».
Además, los economistas consideran que la situación comercial bilateral tenderá a deteriorarse por la normalización que comenzaron a experimentar las importaciones en la Argentina a partir de la eliminación de las DJAI a fines del año pasado, como consecuencia de un fallo negativo de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Tal como informó ayer LA NACION, la crisis brasileña ya provocó en la industria automotriz argentina eliminación de turnos, suspensiones rotativas y retiros voluntarios.
Así lo indicaron varios economistas a LA NACION, que advirtieron que la suma de la incertidumbre política y la recesión económica en el principal socio comercial de la Argentina es una de las mayores complicaciones para la gestión de Mauricio Macri.
De hecho, una fuente del equipo económico indicó que la crisis brasileña es el principal desafío que el Gobierno tiene por delante.
Desde Brasilia, el director de Abeceb, Dante Sica, dijo que «hay dos vías por las que la situación de Brasil afecta a la Argentina: caen las exportaciones nacionales, algo que ya se siente en las automotrices, y aumentarán las importaciones para reemplazar la caída en el nivel de actividad en Brasil».
Lo positivo, aclaró, es que «aumentarán las inversiones brasileñas en la Argentina en busca de mayor rentabilidad y también desde terceros mercados, por la expectativa favorable que generó el cambio de gobierno», con el inicio de la gestión presidencial de Mauricio Macri.
El director de la consultora DNI, Marcelo Elizondo, señaló que «los industriales de la Argentina sufrirán más de lo previsto, sobre todo las automotrices, plásticos y metalmecánica».
«La balanza comercial se verá afectada por la crisis. Aun con las declaraciones juradas anticipadas de importación, el año pasado el déficit de la Argentina con Brasil fue de 3000 millones de dólares y posiblemente este año aumente», pronosticó Elizondo.
Marcos Buscaglia, socio de Alberdi Partners y ex economista del Bank of America para la región, dijo que «en el corto plazo Brasil no va a ayudar, porque la industria argentina está cara en términos de costos laborales, pero esta situación no se va a mantener, porque hay un gran potencial si cambia el gobierno, ya que Dilma no tiene margen para mejorar».
«Ya se esperaba que este año fuera un año perdido para Brasil, pero un nuevo gobierno, con credibilidad, puede dar vuelta el panorama, tal como lo anticipan las mejoras en el sector financiero, tanto en la Bolsa como en el mercado cambiario», afirmó.
Marina Dal Poggetto, directora del estudio Bein, indicó que «Brasil claramente no ayuda a la Argentina: cayó fuerte la exportación de autos; pero la reactivación local dependerá más del éxito de la entrada de capitales para ver si mejora el nivel de actividad».
El estudio Bein prevé que la Argentina presente este año una caída del 2,4% en el PBI y una inflación del 36%.
Por su parte, el consultor en comercio exterior Raúl Ochoa también señaló que «Brasil no puede ser tomado como uno de los mercados que le vaya a dar impulso a la Argentina. Posiblemente para el segundo semestre la situación política allí esté resuelta y en ese caso podría comenzar a repuntar la situación económica de ese país». Mientras tanto, sugirió, la Argentina debe buscar mercados alternativos, además de «finalizar el acuerdo con la Unión Europea y avanzar con la Alianza del Pacífico».
Además, los economistas consideran que la situación comercial bilateral tenderá a deteriorarse por la normalización que comenzaron a experimentar las importaciones en la Argentina a partir de la eliminación de las DJAI a fines del año pasado, como consecuencia de un fallo negativo de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Tal como informó ayer LA NACION, la crisis brasileña ya provocó en la industria automotriz argentina eliminación de turnos, suspensiones rotativas y retiros voluntarios.