Al gobierno kirchnerista siempre se le endilgó subestimar los números presupuestarios para luego poder gastar el dinero que sobrara sin control. Pero en el caso del proyecto de Presupuesto 2012 el equipo económico sobreestimó por primera vez un dato clave : el precio de la soja. Sucede que calculó los ingresos fiscales del año próximo con un precio promedio del poroto de 484 dólares por tonelada, pero ayer la oleaginosa cerró apenas por arriba de los 412 dólares, en su valor más bajo de los últimos trece meses.
El bajón de la cotización internacional del principal producto argentino de exportación ha sido escalofriante: desde el pico de 539 dólares por tonelada que se registró el 31 de agosto, la soja ya perdió casi una cuarta parte de su valor. Ayer en Chicago cerró con una baja de 2,6%, a 412,46 dólares. Hay que retroceder hasta octubre de 2010 para encontrar una cotización más baja.
En momentos en que comenzaba esta fuerte caída (que también alcanza al trigo, el maíz y el resto de los granos producidos por el país), el Poder Ejecutivo enviaba al Congreso su proyecto de Presupuesto. Según señaló el viceministro de Economía, Roberto Feletti, el 6 de octubre, la ley de leyes se diseñó tomando un precio promedio para la soja de 484 dólares. Es decir, casi 70 dólares por arriba de la cotización actual.
El error de cálculo ha sido por lo menos grosero. Y es que la diferencia entre ese proyectado y el valor real del cultivo equivale, en una cosecha estimada de al menos 50 millones de toneladas, a 3.500 millones de dólares , o unos 15.000 millones de pesos.
Pero no fueron los funcionarios los únicos sorprendidos por el bajón de la soja y los demás rubros agrícolas, que al principio de la crisis financiera mundial habían mostrado más resistencia que otros commodities . “Yo arranqué la crisis siendo bastante optimista. Pero desde entonces la situación solo ha ido empeorando. Estados Unidos crece menos de lo esperado, que ya era poco; Europa posiblemente ingrese en una recesión; Brasil crece a mitad de máquina. Todos los factores que antes nos jugaban a favor se han dado vuelta”, reconoció ayer el economista jefe de la Bolsa de Cereales, Ramiro Costa. El experto añadió que los stocks globales de soja, sin embargo, siguen siendo bajos. Pero aclaró: “ Yo no me animo a decir que hemos tocado el piso , y el que se anime a decirlo es un arriesgado”.
En rigor, la soja no tiene todavía un mal precio si se compara su valor actual con los promedios históricos. Y hasta octubre de 2010 valía menos que ahora. El fuerte bajón de su cotización, no obstante, ha encendido luces amarillas en todos los tableros de monitoreo de la economía. La razón no solo es la fuerte corrección de los ingresos esperados (al menos 20% menos) sino que el gasto público ha venido creciendo a tasas cercanas al 40% anual. Por eso el Ejecutivo extrañaría tanto esos 70 dólares de menos por tonelada que no calculó.
Los ingresos que provienen de la soja, además, resultan claves para la salud del mercado cambiario. Las exportaciones del grano aportaron este año US$ 6.500 millones, cerca del 75% de las divisas generados por el sector agrícola.
El bajón de la cotización internacional del principal producto argentino de exportación ha sido escalofriante: desde el pico de 539 dólares por tonelada que se registró el 31 de agosto, la soja ya perdió casi una cuarta parte de su valor. Ayer en Chicago cerró con una baja de 2,6%, a 412,46 dólares. Hay que retroceder hasta octubre de 2010 para encontrar una cotización más baja.
En momentos en que comenzaba esta fuerte caída (que también alcanza al trigo, el maíz y el resto de los granos producidos por el país), el Poder Ejecutivo enviaba al Congreso su proyecto de Presupuesto. Según señaló el viceministro de Economía, Roberto Feletti, el 6 de octubre, la ley de leyes se diseñó tomando un precio promedio para la soja de 484 dólares. Es decir, casi 70 dólares por arriba de la cotización actual.
El error de cálculo ha sido por lo menos grosero. Y es que la diferencia entre ese proyectado y el valor real del cultivo equivale, en una cosecha estimada de al menos 50 millones de toneladas, a 3.500 millones de dólares , o unos 15.000 millones de pesos.
Pero no fueron los funcionarios los únicos sorprendidos por el bajón de la soja y los demás rubros agrícolas, que al principio de la crisis financiera mundial habían mostrado más resistencia que otros commodities . “Yo arranqué la crisis siendo bastante optimista. Pero desde entonces la situación solo ha ido empeorando. Estados Unidos crece menos de lo esperado, que ya era poco; Europa posiblemente ingrese en una recesión; Brasil crece a mitad de máquina. Todos los factores que antes nos jugaban a favor se han dado vuelta”, reconoció ayer el economista jefe de la Bolsa de Cereales, Ramiro Costa. El experto añadió que los stocks globales de soja, sin embargo, siguen siendo bajos. Pero aclaró: “ Yo no me animo a decir que hemos tocado el piso , y el que se anime a decirlo es un arriesgado”.
En rigor, la soja no tiene todavía un mal precio si se compara su valor actual con los promedios históricos. Y hasta octubre de 2010 valía menos que ahora. El fuerte bajón de su cotización, no obstante, ha encendido luces amarillas en todos los tableros de monitoreo de la economía. La razón no solo es la fuerte corrección de los ingresos esperados (al menos 20% menos) sino que el gasto público ha venido creciendo a tasas cercanas al 40% anual. Por eso el Ejecutivo extrañaría tanto esos 70 dólares de menos por tonelada que no calculó.
Los ingresos que provienen de la soja, además, resultan claves para la salud del mercado cambiario. Las exportaciones del grano aportaron este año US$ 6.500 millones, cerca del 75% de las divisas generados por el sector agrícola.