Por Enrique Pfaab
RIVADAVIA – No hay caso, para un radical no hay nada peor que otro radical, por más que haya muchos buenos intencionados que intentan “encontrar consenso” o “acercar posturas” y hasta “limar asperezas”. Cuando los radicales se encierran a debatir hacia donde apuntar, seguro que van hacia el enfrentamiento interno, el más enconado y ríspido. Ayer en Rivadavia se celebró el Congreso Ordinario de la UCR que debería haberse efectuado hace casi 6 meses atrás. Querían llegar a un acuerdo para fijar postura sobre la pretendida reforma constitucional del oficialismo provincial, entre otros puntos. Pero apenas comenzó el congreso ardió Troya. Fue en el Cine Ducal, de la ciudad de Rivadavia, en donde se congregaron unos 400 radicales.
La conducción de la UCR había elaborado un “borrador” de un documento en donde se proponía rechazar cualquier intento de reforma y se iba a debatir sobre él, pero no fue así. El texto se aprobó tal cual estaba redactado y la discusión y el debate solo sirvieron para reabrir viejas heridas, infectadas ya por la falta de decisión de curarlas. “Que no nos bajen las cosas hechas, porque no nos gustan. Si fuera así nos hubiéramos hecho peronistas”, disparó el intendente de la Capital, Víctor Fayad, quien volvió a marcar fuertes diferencias con la dirigencia de su partido cuando le tocó hacer uso de la palabra, con la que causó un incómodo sarpullido a muchos de sus correligionarios.
En ese mismo sentido Fernando Armagnague dijo que el documento finalmente aprobado se trató como “un secreto impuesto” y pidió que “el radicalismo se comprometa a ser una oposición constructiva sin caras extrañas, porque si uno le da pan al perro ajeno se termina quedando sin el pan y sin el perro”.
La legisladora nacional Laura Montero dijo que había elaborado un documento de 60 hojas sobre la reforma interna del partido y los cambios hacia afuera, pero debió guardarse las ganas de leerlo y solo confiar en que alguien lo salve del polvo de la estantería. Por eso prefirió hacer algunas definiciones constantes y sonantes: “Nos estamos enfrentando a un gobierno que escribe discursos con la derecha y dicta decretos, firma leyes y toma acciones por izquierda”, afirmó. Después llamó a la UCR a “volver a los orígenes y ser un partido social demócrata desarrollista que se apegue a las normas y a la Constitución”. Pero también aprovechó para “agradecer a los que organizaron el cacerolazo, que han puesto en valor otro método de comunicación, que es el 2.0 e Internet, porque creo que no vamos a tener nunca más micrófono”, según la línea comunicacional del gobierno nacional.
Fayad fue quien encendió la mecha en el Congreso y, como estaba en la más absoluta minoría, habló al comienzo, se despachó con gusto y después se fue, dejando ardido a más de uno y generando un debate interno que no se terminó cuando el Viti abandonó el recinto.
“Se quiere hacer algo perverso”, dijo criticando a sus propios dirigentes. “Se quiere aparentar que se pretende cambiar algo, pero en definitiva no se va a cambiar nada, y eso es algo perverso” y sentenció: “que no nos escuchen no nos conforma y con eso no se va a lograr lo que el radicalismo quiere: que la gente nos vuelva a escuchar, que nos vuelva a creer y, en una de esas, que nos vuelva a votar”.
El ex vicepresidente Julio Cobos dijo a su turno que prefería que “las diferencias partidarias se discutan dentro del Congreso” y convocó “a la Unión Cívica Radical para que el 26 de octubre se realice un foro de discusión con intendentes, legisladores y representantes por distrito para desarrollar la plataforma para 2013”.
Pero esencialmente Cobos remarcó que “no tenemos que ser ingenuos, acá no le cabe la menor duda a nadie que la reforma que impulsa el gobernador está impulsado como globo de ensayo a nivel nacional para lograr una reelección indefinida y eterna de Cristina Fernández”. También el ex gobernador tuvo un párrafo para Francisco Pérez: “Si no le alcanza con cuatro años, no se hubiera postulado”.
En tanto Ernesto Sanz dijo que el objetivo del kirchnerismo desde 2003 “es el de acumular todo el poder político y económico posible para disciplinar y usufructuar y su herramienta es la confrontación”.
En tanto Alfredo Cornejo, presidente de la UCR y principal objetivo de las críticas de Fayad, dijo sobre su rival interno que “siempre fue favorable al gobierno nacional de Cristina Fernández de Kirchner y ha tenido tantos actos de este tipo que la militancia radical ya no le acepta esa conducta”.
Del documento oficial
“El país se encuentra en medio de una discusión que no eligió, sino que se viene imponiendo desde el oficialismo de manera constante. El debate acerca de la necesidad de una reforma constitucional, que encierra en forma encubierta la re-reelección de Cristina Fernández y que se oculta detrás de una serie de argumentaciones falaces, hipócritas y peligrosas”.
“Este contexto nacional se replica en la provincia, ya que el justicialismo ha convertido al Gobernador en un mero delegado que cumple las funciones de representante del Gobierno Nacional en Mendoza”.
“Si bien la UCR propuso reformas en las administraciones de Felipe Llaver, Roberto Iglesias y de Julio Cobos, existían otras condiciones y un contexto de confianza y armonía social que hoy no se presenta, además se excluían ellos mismos de cualquier tipo de reelección”.
“Una vez que tengamos la boleta única, el desdoblamiento y la “financiación estatal e igualitaria”, iniciaremos con el oficialismo provincial el debate acerca de la necesidad de las PASO”.
RIVADAVIA – No hay caso, para un radical no hay nada peor que otro radical, por más que haya muchos buenos intencionados que intentan “encontrar consenso” o “acercar posturas” y hasta “limar asperezas”. Cuando los radicales se encierran a debatir hacia donde apuntar, seguro que van hacia el enfrentamiento interno, el más enconado y ríspido. Ayer en Rivadavia se celebró el Congreso Ordinario de la UCR que debería haberse efectuado hace casi 6 meses atrás. Querían llegar a un acuerdo para fijar postura sobre la pretendida reforma constitucional del oficialismo provincial, entre otros puntos. Pero apenas comenzó el congreso ardió Troya. Fue en el Cine Ducal, de la ciudad de Rivadavia, en donde se congregaron unos 400 radicales.
La conducción de la UCR había elaborado un “borrador” de un documento en donde se proponía rechazar cualquier intento de reforma y se iba a debatir sobre él, pero no fue así. El texto se aprobó tal cual estaba redactado y la discusión y el debate solo sirvieron para reabrir viejas heridas, infectadas ya por la falta de decisión de curarlas. “Que no nos bajen las cosas hechas, porque no nos gustan. Si fuera así nos hubiéramos hecho peronistas”, disparó el intendente de la Capital, Víctor Fayad, quien volvió a marcar fuertes diferencias con la dirigencia de su partido cuando le tocó hacer uso de la palabra, con la que causó un incómodo sarpullido a muchos de sus correligionarios.
En ese mismo sentido Fernando Armagnague dijo que el documento finalmente aprobado se trató como “un secreto impuesto” y pidió que “el radicalismo se comprometa a ser una oposición constructiva sin caras extrañas, porque si uno le da pan al perro ajeno se termina quedando sin el pan y sin el perro”.
La legisladora nacional Laura Montero dijo que había elaborado un documento de 60 hojas sobre la reforma interna del partido y los cambios hacia afuera, pero debió guardarse las ganas de leerlo y solo confiar en que alguien lo salve del polvo de la estantería. Por eso prefirió hacer algunas definiciones constantes y sonantes: “Nos estamos enfrentando a un gobierno que escribe discursos con la derecha y dicta decretos, firma leyes y toma acciones por izquierda”, afirmó. Después llamó a la UCR a “volver a los orígenes y ser un partido social demócrata desarrollista que se apegue a las normas y a la Constitución”. Pero también aprovechó para “agradecer a los que organizaron el cacerolazo, que han puesto en valor otro método de comunicación, que es el 2.0 e Internet, porque creo que no vamos a tener nunca más micrófono”, según la línea comunicacional del gobierno nacional.
Fayad fue quien encendió la mecha en el Congreso y, como estaba en la más absoluta minoría, habló al comienzo, se despachó con gusto y después se fue, dejando ardido a más de uno y generando un debate interno que no se terminó cuando el Viti abandonó el recinto.
“Se quiere hacer algo perverso”, dijo criticando a sus propios dirigentes. “Se quiere aparentar que se pretende cambiar algo, pero en definitiva no se va a cambiar nada, y eso es algo perverso” y sentenció: “que no nos escuchen no nos conforma y con eso no se va a lograr lo que el radicalismo quiere: que la gente nos vuelva a escuchar, que nos vuelva a creer y, en una de esas, que nos vuelva a votar”.
El ex vicepresidente Julio Cobos dijo a su turno que prefería que “las diferencias partidarias se discutan dentro del Congreso” y convocó “a la Unión Cívica Radical para que el 26 de octubre se realice un foro de discusión con intendentes, legisladores y representantes por distrito para desarrollar la plataforma para 2013”.
Pero esencialmente Cobos remarcó que “no tenemos que ser ingenuos, acá no le cabe la menor duda a nadie que la reforma que impulsa el gobernador está impulsado como globo de ensayo a nivel nacional para lograr una reelección indefinida y eterna de Cristina Fernández”. También el ex gobernador tuvo un párrafo para Francisco Pérez: “Si no le alcanza con cuatro años, no se hubiera postulado”.
En tanto Ernesto Sanz dijo que el objetivo del kirchnerismo desde 2003 “es el de acumular todo el poder político y económico posible para disciplinar y usufructuar y su herramienta es la confrontación”.
En tanto Alfredo Cornejo, presidente de la UCR y principal objetivo de las críticas de Fayad, dijo sobre su rival interno que “siempre fue favorable al gobierno nacional de Cristina Fernández de Kirchner y ha tenido tantos actos de este tipo que la militancia radical ya no le acepta esa conducta”.
Del documento oficial
“El país se encuentra en medio de una discusión que no eligió, sino que se viene imponiendo desde el oficialismo de manera constante. El debate acerca de la necesidad de una reforma constitucional, que encierra en forma encubierta la re-reelección de Cristina Fernández y que se oculta detrás de una serie de argumentaciones falaces, hipócritas y peligrosas”.
“Este contexto nacional se replica en la provincia, ya que el justicialismo ha convertido al Gobernador en un mero delegado que cumple las funciones de representante del Gobierno Nacional en Mendoza”.
“Si bien la UCR propuso reformas en las administraciones de Felipe Llaver, Roberto Iglesias y de Julio Cobos, existían otras condiciones y un contexto de confianza y armonía social que hoy no se presenta, además se excluían ellos mismos de cualquier tipo de reelección”.
“Una vez que tengamos la boleta única, el desdoblamiento y la “financiación estatal e igualitaria”, iniciaremos con el oficialismo provincial el debate acerca de la necesidad de las PASO”.
No se les cae una idea ni por casualidad, pobre gente.
¿En serio quieren presentarse como alternativa?